Ante la crisis de desapariciones y de los servicios forenses en México, la identificación no puede centrarse solo en la genética. Ante ello, dentro y fuera de México otras iniciativas buscan generar líneas de reconocimiento que contribuyan a la identificación de personas.
Las fiscalías estatales en México muy pronto podrán cotejar en tiempo real las huellas dactilares que tienen de personas fallecidas no identificadas en los servicios forenses con todos los registros de personas migrantes que cruzan por el territorio panameño conocido como el tapón del Darién, puerta de entrada de la migración de sur a norte del continente.
De esta manera, si una persona migrante llegó a nuestro país por Centroamérica, desapareció durante su tránsito por México y después fue hallada sin vida en calidad de no identificada por esas mismas circunstancias, los servicios forenses que resguardan su cuerpo podrán encontrar, en segundos, una línea de reconocimiento que conduzca a su identificación.
Por lo pronto, algunas fiscalías locales ya han empezado a hacer ese cotejo contra los datos biométricos de las personas hondureñas únicamente, con lo que hasta el momento se han obtenido 15 coincidencias en un solo estado, a unas semanas de la puesta en marcha de la iniciativa. Esto ocurre gracias a que el Registro Nacional de Personas de Honduras es uno de los pocos de la región que tiene tal nivel de sofisticación.
Su sistema alberga las huellas dactilares no únicamente de toda su población adulta, sino que recién se han incorporado a las infancias, y está alojado en un portal de internet en el que personas autorizadas pueden comparar en tiempo real las huellas dactilares de personas fallecidas no identificadas.
¿Cómo funciona el cotejo que Honduras pone a disposición?
La fiscalía de cualquier estado de México puede subir huellas dactilares al sistema y este las coteja en tiempo real, sin que eso implique compartir los datos de forma permanente. Si hay una coincidencia, la fiscalía local en nuestro país recibe una confirmación. Por separado, una vez que el sistema la registra, se lo comunica, con la ficha de datos respectiva, a la cancillería hondureña.
Esta, a su vez, activa su sistema consular para contactar, ya de manera directa, a la fiscalía que aportó originalmente las huellas. El proceso es muy similar al que se hace cuando existe la certeza de que hay una persona extranjera fallecida en México y la fiscalía contacta al consulado de su país de origen para pedirle que compare las huellas con sus datos existentes.
“La diferencia es que estas son comparaciones de uno a N (número de personas); tú no sabes quién es la persona y la comparas contra toda esa base de datos”, explica José Pablo Baraybar, coordinador regional forense del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Esto permite encontrar coincidencias que generan una línea de reconocimiento que, sumada a otros elementos, puede ser un punto de partida fundamental tepara la identificación plena.
Lo más importante en esta iniciativa es que el proceso de identificación permanece en manos de la fiscalía que resguarda el cuerpo. Al encontrar, con la ayuda del sistema, la coincidencia en tiempo real, solo requieren la información complementaria que el consulado pueda proveerles para comparar y estar completamente seguros de que se trata de la misma persona, cerrar el caso y entregarla a su familia.
Un paso más para incluir a todas las personas migrantes centroamericanas
Un desarrollo aún más interesante –califica Baraybar–, porque se trata de una iniciativa de Estado, es la posibilidad de ampliar el universo de la iniciativa a todas las personas que han migrado por el tapón del Darién.
El gobierno hondureño no solo cuenta con el registro dactilar de toda su ciudadanía. Su instituto de migración alberga los datos biométricos de todas las personas que han cruzado por ese país, que es el segundo paso obligatorio para todas las personas que atraviesan el Darién.
Esto excluiría a guatemaltecos y salvadoreños en muchos casos, pero la idea es que ambos países se sumen a la iniciativa. Hace unas semanas, en una reunión en El Salvador se hizo un compromiso público en ese sentido, mientras que Guatemala está aún en diálogo.
“El plan de Honduras es que este portal creado por el RNP dé acceso a la base del instituto nacional de migración. Este acceso no va a ser inmediato, porque el instituto todavía está trabajando sobre su base de datos para poder hacer la comparativa, pero es un tema de meses”, señala Baraybar.
De esta manera, la fiscalía estatal que decida usar el sistema podrá subir sus huellas dactilares, cuyo cotejo correrá primero contra el RNP y después contra medio millón de personas que ha registrado el instituto migratorio. El usuario del sistema no sabrá de qué nacionalidad es la persona no identificada, pero quien está a cargo de este sí.
“Será la cancillería de Honduras que contactará a la cancillería peruana, por ejemplo, para decirle que ha habido este ‘hit’, y que a través de su sistema compare esas huellas que han encontrado con las que tienen ellos para saber que estamos todos con lo mismo, y que sea entonces la cancillería del país de origen la que active su servicio consular para contactar a la fiscalía (mexicana)”, detalla el especialista del CICR.
“Eso es interesantísimo en la medida en que es el primer Estado en el mundo, diría yo, que asume la responsabilidad y la iniciativa de apoyar en la identificación de personas en tránsito a través de su país. Me parece alucinante, no solamente loable”, añade.
No por ello, aclara, hay que dejar de reconocer que surgirán ciertos desafíos a raíz de la iniciativa, porque existen países más lejanos, incluso africanos, para los que es más complejo establecer contacto, o que no tienen suficiente infraestructura, como Haití. Sin embargo, “es mejor enfrentarse a esas complejidades haciéndolo, que no haciéndolo”, acota.
Una de las ventajas de utilizar ese sistema, de acuerdo con el CICR, es que no genera ningún costo adicional. “Nuestro llamado es invitar a las fiscalías a que puedan hacer esto, porque es un recurso que no implica enviar nada a ninguna parte, porque el tema del intercambio de huellas con otro país sería pasar por la Secretaría de Relaciones Exteriores, la FGR y todo lo demás.
“Acá no estás mandando nada, estás comparando en tiempo real, y lo que tú comparas no se queda en el sistema. No es como que hay una copia que se queda, es una plataforma super securizada además que te permite solamente comparar”, precisa Baraybar.
Todo el proceso a partir de la coincidencia detrás del sistema lo controla la cancillería hondureña, lo cual puede traer varios desafíos, porque si finalmente los 32 estados deciden usarlo, pueden generar un volumen de trabajo importante, pero es un desafío que está dispuesto a asumir el gobierno de aquel país.
El CICR, por lo pronto, funciona como un enlace que invita a las fiscalías de los estados a que usen ese recurso, que en 15 segundos puede arrojar una pista para identificar a personas que pueden llevar años sin identificar.
El INE reporta más de 11 mil coincidencias por huellas dactilares, pero desconoce número real de identificaciones
En México, el Instituto Nacional Electoral emprendió desde 2016 la firma gradual de convenios de colaboración, hasta los últimos cinco en 2024, con la entonces Procuraduría General de la República, las fiscalías locales en México, los Semefos de entidades federativas e incluso las comisiones de búsqueda.
En este caso, son los servicios forenses los que proporcionan la información biométrica de huellas dactilares de personas no localizadas o desconocidas para contribuir a su identificación. El INE realiza una búsqueda, y los resultados son verificados por peritos dactiloscopistas; solo en caso de que confirmen la coincidencia, el instituto comparte la información para identificar a la persona.
De acuerdo con su informe al 16 de julio de 2024, el INE ha acumulado 11 mil 242 registros confirmados mediante dictamen, de entre 25 mil respuestas con al menos un registro a solicitud de instancias locales o federales, aunque aclara que queda pendiente saber si se pudo contactar a algún familiar o conocido para la confirmación y presentación de la persona.
Esto implica un grado de coincidencia del 32%. De acuerdo con los especialistas, esto se debe en numerosas ocasiones al estado que guardan las huellas. “Se ha buscado mejorar la identificación de posibles registros a través de optimizar la calidad de las huellas captadas por los servicios forenses, así como buscar la incorporación de dispositivos que permitan la captación de las huellas en formato digital para evitar la pérdida de calidad en la digitalización”, precisa el instituto.
Por otro lado, para la confirmación de la identidad no basta la coincidencia, sino la actuación de las autoridades para localizar a los familiares y llegar a la identificación plena. Por esa razón, el Instituto no puede conocer con exactitud el número de casos que han resultado, efectivamente, en la ubicación o identificación de personas desaparecidas o no localizadas, incluso de las que fueron halladas sin vida.
Como publicó Animal Político, Baraybar sostiene que las soluciones únicas o excepcionales ante la problemática crónica de la desaparición de personas y de la identificación forense en México en realidad no existen. No hay una sola manera de resolverla, por lo que tienen que explorarse múltiples alternativas.
“Hay varias maneras, mencionamos una, el tema de las huellas, que generan básicamente líneas de reconocimiento; el tema ahora es llegar a la identificación. El problema viene con casos más antiguos: si yo tengo huellas de cuerpos no identificados que no los tengo conmigo, sino enterrados o almacenados, y se han descompuesto, es más complicado”, señala.
Si no existen otros datos complementarios sobre rasgos individualizantes de la persona, el cotejo de huellas solo sirve de manera orientativa, pero no puede afirmarse que efectivamente se trata de la persona propietaria de las huellas. Eso es válido para mexicanos, migrantes y extranjeros, por eso siempre debe hablarse de iniciativas de reconocimiento, no de identificación.
“Genial el proyecto con el INE, genial el proyecto con Honduras, pero entendiendo que estamos generando líneas de reconocimiento, y que la segunda parte que viene con esto es saber si el cuerpo tiene archivos básicos de identificación y finalmente, dónde está, que es la parte más importante, el tema de trazabilidad”, agrega el especialista del CICR.
“Son salidas, básicamente importantes, pero tienen una cantidad de condiciones que deben ser cumplidas para que puedan funcionar”, concluye.
Para Liliana López López, del Grupo de Investigación en Antropología Social y Forense (GIASF) otras pruebas e información de las que se puede echar mano, más allá de los análisis genéticos que tienen muchas limitaciones, son efectivamente, las pruebas dactiloscópicas –pero interconectadas en una base nacional–, así como una centralidad e interconexión entre las entidades federativas.
“Que también existiera, por ejemplo, un banco de tatuajes. Aunque esto no es definitorio para la identificación, quiero ser muy enfática en eso, sí permite establecer hipótesis de identificación que permitan reducir el ámbito de búsqueda, para que no tenga que depositarse todo en la identificación genética”, apunta.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: MARCELA NOCHEBUENA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario