Religiosos pidieron al gobierno que vea la forma inteligente de desarmar a criminales ya que “la gente no va a hacer denuncias porque se juegan la vida”.
El pasado lunes 21 de octubre, los obispos Felipe Arizmendi, Rodrigo Aguilar oficiaron una misa de cuerpo presente afuera de la parroquia de San Andrés Apóstol en San Andrés Larrainzar, en memoria de sacerdote Marcelo Pérez.
En la misa el arzobispo Rodrigo Aguilar dijo:
Perdonamos de corazón a los que ejecutaron esta acción material e intelectual, pero les invitamos a recapacitar prepárense, no a una vida, eterna de condenación rectifiquen tienen todavía tiempo ustedes actores de la maldad que están escuchando rectifiquen su vida transformen su corazón conforme a las bienaventuranzas de Cristo Jesús.
En entrevista, Felipe Arizmendi, quien fue el que ordenó como sacerdote a Marcelo Pérez hace 22 años, habló sobre la violencia en el estado.
Explicó que en Chiapas, como en todo México, siempre han existido los problemas; sin embargo, reconoció que la situación actual de violencia es distinta.
“Eso significa que en el país está en descomposición, lamentablemente”, señaló.
“Nuestro llamado a las autoridades es que vean la forma inteligente de desarmar a esos grupos armados aquí y allá, que no estén esperando que la gente haga denuncias. La gente no va a hacer denuncias porque se juegan la vida”.
Compañeros del padre Marcelo resaltaron que su asesinato no se trata de un caso aislado.
“Al padre Marcelo lo mataron por su compromiso con el pueblo de Dios más desfavorecido, y por su labor de defensa de los derechos humanos ante la violencia generalizada que padecemos en Chiapas y México”, dijeron.
Al padre Marcelo lo mataron por ser un mediador, promotor y constructor de paz en Chiapas. Al padre Marcelo lo mataron por haber denunciado las injusticias en nuestros pueblos, por haber alzado la voz contra la violencia perpetrada por el crimen organizado y por el Estado mexicano.
Agregaron que su asesinato fue por acompañar las luchas y resistencias de los pueblos, por denunciar la criminalización a la que hemos sido objeto los pueblos indígenas, los despojos de nuestros territorios, los desplazamientos forzados, los encarcelamientos injustos y los asesinatos.
“Al padre Marcelo lo mataron por ser un profeta quien optó siempre por los pobres. El Estado mexicano también es responsable de este crimen por su omisión ante la creciente violencia y por no atender de manera eficiente las medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”.
Este martes el padre Marcelo será sepultado en el patio de la parroquia San Andrés.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: ÁNGELES MARISCAL.
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