Claudia Sheinbaum, la primera presidenta de México, gobernará sin contrapesos; con mayorías legislativas y la expectativa de lograr “la continuidad con cambio”.
Claudia Sheinbaum Pardo es presidenta de México desde el primer minuto de este martes 1 de octubre de 2024. Tiene frente a sí enormes retos en materia de inseguridad y violencia, crecimiento económico, servicios de salud, educación y la relación con Estados Unidos. Además, está obligada a implementar las reformas constitucionales heredadas de Andrés Manuel López Obrador.
Pero también concentra un gran poder y, como ninguno de sus antecesores de las últimas tres décadas, está acompañada de una mayoría legislativa en ambas Cámaras del Congreso, 24 gobernadores emanados de su “movimiento”, 26 congresos estatales y amplios poderes como comandanta suprema de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional.
La científica que se convirtió en presidenta hereda de López Obrador un presidencialismo restaurado, en el que se han diluido los contrapesos y en el que pronto desaparecerán algunos de los organismos constitucionales autónomos creados durante la transición para acotar al Poder Ejecutivo.
Antes de dejar el poder, López Obrador promulgó dos de las reformas del llamado “plan C” más polémicas: la que otorga el mando de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, y la del Poder Judicial, que según especialistas impactará en la autonomía de jueces, magistrados y ministros.
La comandanta suprema de las Fuerzas Armadas dispondrá de una Guardia Nacional de 130 mil elementos, que ya no tendrá los candados constitucionales para delimitar sus acciones y estrategias.
Deberá acompañar y financiar la primera elección del Poder Judicial, que será organizada por el Instituto Nacional Electoral, pero tendrá la posibilidad de impulsar a sus candidatos desde la Presidencia y desde el Poder Legislativo, donde Morena y sus aliados (PVEM y PT) tienen la mayoría.
Los 364 diputados federales y 85 senadores de su partido y aliados (más un senador que aún es panista pero vota con Morena, Miguel Ángel Yunes Márquez) no sólo le otorgan mayoría calificada para que se apruebe cualquier reforma constitucional; también le permitirán aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación durante sus tres primeros años de gobierno y las leyes secundarias que proponga al Legislativo.
Además, esas mayorías son suficientes para nombrar -mientras se aprueban otras reformas del “plan C”- a los integrantes de instituciones como el INE, que en 2026 debe renovar tres de sus 11 consejerías; la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que deberá renovarse en noviembre de este año, y los altos funcionarios del Banco de México.
De concretarse el resto de las reformas del “plan C”, en su periodo de gobierno se concretará la desaparición del Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (Inai), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel), la Comisión Federal de Competencia (Cofece) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), entre otros. Sus funciones serán absorbidas por dependencias del gobierno federal y dependerán de funcionarios que integran el gabinete presidencial.
El poder de Morena a nivel territorial y Sheinbaum en la presidencia
En términos de política electoral, Claudia Sheinbaum gobernará en condiciones previas a 1997, año en el que el PRI perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y precipitó su caída territorial con la pérdida de la Ciudad de México, que se sumó a las derrotas del tricolor en entidades como Jalisco, Nuevo León, Guanajuato, Chihuahua, Zacatecas, Querétaro, Tlaxcala y Nayarit.
Como no ocurrió en los sexenios de los presidentes Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, los partidos de la coalición que postularon a la Presidenta de la República gobernarán 24 entidades, en las que habitan 93.2 millones de mexicanos.
Tras el paso de López Obrador por la Presidencia, el PAN sólo gobierna Aguascalientes, Chihuahua, Guanajuato y Querétaro; el PRI, sólo en Coahuila y Durango, y Movimiento Ciudadano en Jalisco y Nuevo León.
La última vez que un presidente gobernaba acompañado por tantos gobernadores emanados de su partido fue en la primera mitad del sexenio de Ernesto Zedillo (1994-1997), etapa en la que el PRI también gozaba de mayoría absoluta en las dos Cámaras del Congreso.
A nivel municipal, la coalición Sigamos Haciendo Historia ganó 973 gobiernos locales el pasado 2 de junio, entre los que se encuentran más de la mitad de las capitales del país, ciudades fronterizas, puertos, zonas industriales y destinos turísticos.
En los Congresos estatales, Morena cuenta con 529 legisladores y mayorías en 26 entidades, lo que le ha permitido procesar en unas cuantas horas la validación de reformas constitucionales.
Morena, el partido de Sheinbaum, cuenta actualmente con 2 millones 322 mil militantes, y recibirá en 2025 más de mil millones de pesos como prerrogativas, además de la mayor cantidad de tiempos del Estado en radio y televisión.
Junto con sus aliados, Morena y Sheinbaum obtuvieron casi 36 millones de votos en la elección presidencial, y provocaron la desaparición del PRD, del que surgieron López Obrador y la mayor parte de las y los líderes de Morena y que es considerado como el partido histórico de la izquierda mexicana.
De los seis partidos que sobreviven en el sistema político mexicano, tres son gubernamentales y los otros tres conforman una oposición dividida y en vías de reconstrucción.
Primeros retos de la presidenta Sheinbaum
Con ese poder, Claudia Sheinbaum rendirá la protesta de ley en la Cámara de Diputados, en sesión de Congreso General, este martes a las 11:00 horas.
Como lo marca el protocolo, recibirá la banda presidencial de manos de Ifigenia Martínez, presidenta de la Cámara, quien a su vez la recibirá del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, quien prometió retirarse para siempre de la vida política después de esta ceremonia.
El primer reto de Sheinbaum será construir su propio sello de gobierno, distinto al de López Obrador.
“Continuidad con cambio”, le llamó él desde las conferencias mañaneras, o “el segundo piso de la cuarta transformación”, como lo bautizó ella durante su campaña.
Uno de los principales desafíos que enfrentará Sheinbaum es el de la inseguridad y la violencia: en México se siguen cometiendo más de 30 mil homicidios dolosos cada año, y el crimen organizado controla extensos territorios en buena parte de los estados del país.
En noviembre, durante el primer mes de gobierno de Claudia Sheinbaum, México resentirá los efectos de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, donde Donald Trump busca regresar a la Presidencia. En 2016, tras el primer triunfo electoral de Trump, en México hubo devaluación e incrementos en los energéticos.
Con Estados Unidos quedó pendiente, además, la aclaración sobre el operativo que llevó a la captura de ‘El Mayo’ Zambada, y los reclamos recientes del presidente López Obrador a la administración de Joe Biden por las filtraciones de información y el financiamiento a organizaciones de la sociedad civil que él considera opositoras.
También en noviembre, Sheinbaum enviará a la Cámara de Diputados su proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2025, en el que deberá contemplar recursos para las obras que hereda de López Obrador (Tren Maya, Tren Interurbano, Refinería Dos Bocas, Aeropuerto Felipe Ángeles, Transísmico, entre otras), y cuantiosas partidas para los programas sociales, que en 2025 ya estarán blindados desde la Constitución.
Además, deberá contemplar recursos para las obras y programas que ella misma ha anunciado, como la red ferroviaria de la que habló en campaña y en transición, la pensión para las mujeres de 60 a 64 años y el apoyo económico para niños y jóvenes de Preescolar, Primaria y Secundaria.
El resto de sus planes, prioridades, acciones y compromisos los anunciará este martes a las 17:00 horas, en su discurso en el Zócalo capitalino.
Al día siguiente Sheinbaum viajará a Acapulco. Su primera gira será para atender los estragos de un desastre natural, el del huracán John en las costas de Guerrero.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ERNESTO NÚÑEZ ALBARRÁN.
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