miércoles, 23 de octubre de 2024

La muerte de Cuén, el traslado de “El Mayo”, la guerra. FGJ y FGR enredan lo enredado

Este domingo 20 de octubre, la Fiscalía General de la República dio a conocer que halló restos de sangre de Héctor Melesio Cuén, exrector de la UAS, lo que confirmaría la versión del exlíder del Cártel de Sinaloa, quién fue secuestrado para lograr su detención, y echaría abajo la versión de la Fiscalía del estado, misma que, para sustentar su hipótesis sobre la muerte de Cuén, difundió un video del presunto homicidio, que aseguró había sucedido en una gasolinera.

Han pasado casi tres meses del asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda, exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), y de la captura Ismael “El Mayo” Zambada, exlíder del Cártel de Sinaloa, por parte de las autoridades de Estados Unidos.  Hasta ahora, la versión que poco a poco ha tomado fuerza es la de presunta  traición por parte de “Los Chapitos” y del encuentro que habrían tenido con Cuén y con el Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya.

Este domingo 20 de octubre, la Fiscalía General de la República (FGR) dio a conocer que halló restos de sangre de Héctor Melesio Cuén, lo que confirmaría que el también político fue asesinado en la finca donde presuntamente fue secuestrado “El Mayo” Zambada para después ser entregado a las autoridades de Estados Unidos, el pasado 25 de julio.

La reciente evidencia acompaña la versión que dio Zambada, quien en una carta afirmó que fue traicionado por Joaquín Guzmán López, su ahijado e hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera”, situación que derivó en su aprehensión. Además, el capo sostuvo que el homicidio del exrector de la UAS ocurrió en la finca donde estuvo retenido.

Para sustentar su versión sobre la muerte de Cuén, la Fiscalía General del estado (FGE) difundió un video del presunto homicidio, que aseguró había sucedido en una gasolinera. Sin embargo, las investigaciones de la FGR derrumbaron la versión estatal. El pasado 15 de agosto, la FGR dio a conocer que en la integración de la carpeta de investigación hubo irregularidades de parte de la Fiscalía de Sinaloa.

Además, en un operativo en el que se cateó la finca San Julián, donde el capo sinaloense habría sido plagiado, que se llevó a cabo a finales de agosto pasado, se confirmó la hipótesis del secuestro de Zambada, previo a su traslado en avión para ser detenido por autoridades estadounidenses; al igual que la privación de la libertad, homicidio, lesiones y actos vinculados con desaparición forzada vinculados a la agresión que ocasionó la muerte de Héctor Melesio.

La FGR afirmó que Cuén Ojeda fue asesinado en la finca donde fue secuestrado Ismael “El Mayo” Zambada, también indicó que en la camioneta que se utilizó para realizar el “montaje” del asesinato en la gasolinera, se localizaron huellas de sangre de Rodolfo Chaidez Mendoza, quien actualmente está desaparecido y que es integrante del equipo de seguridad de “El Mayo” Zambada.
“En finca ubicada en Huertos del Pedregal, Culiacán, fueron hallados indicios hemáticos que han sido determinados con toda precisión, por las unidades periciales federales, que corresponden al exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa; lo cual ratifica la información previamente obtenida, de que en el lugar del secuestro se encontraba dicha persona y que sus huellas de sangre corresponden al tiempo en el que el Ministerio Público de la Federación tiene establecido el momento de su homicidio, el cual ocurrió muchas horas antes del video de una gasolinera difundido localmente”, informó la FGR en un comunicado.
Tras su secuestro y detención por parte de las autoridades estadounidenses, “El Mayo” Zambada brindó sus primeras declaraciones. A través de su abogado, hizo público un documento en el que reveló varios detalles de su captura, la traición de Guzmán López y del destino de Héctor Melesio Cuén, de quien afirmó fue asesinado en el mismo rancho donde el narco cayó después de décadas de escabullirse de la justicia.
El capo afirmó que Guzmán López le pidió que asistiera a una reunión “para ayudar a resolver las diferencias entre los líderes políticos de nuestro estado”. “Estaba al tanto de una disputa en curso entre Rubén Rocha Moya, Gobernador de Sinaloa, y Héctor Melesio Cuén Ojeda, rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, sobre quién debería dirigir esa institución”.
Cuén Ojeda era Diputado federal electo y fue asesinado el mismo día de la captura de Zambada García: el 25 de julio, y aunque periodistas especializados en el tema aseguraron casi de inmediato que ambos personajes se reunirían ese 25 de julio, la Fiscalía General de Sinaloa enseguida aseguró que el también empresario sinaloense fue privado de la vida durante un intento de asalto.

Por lo que, ante las circunstancias poco claras del homicidio del exrector de la UAS, el propio Rubén Rocha Moya, solicitó, primero a la FGE que llevara a cabo “una investigación inmediata, diligente y objetiva”, y más tarde la intervención de la FGR. “Solicito a la señora Fiscal General del Estado una investigación inmediata, diligente y objetiva, que esclarezca a plenitud este condenable suceso”, enfatizó el mandatario.

A unos días del asesinato de Cuén y de la captura de “El Mayo”, los periodistas Juan Alberto Cedillo y Ioan Grillo dieron a conocer que Cuén e Ismael “El Mayo” Zambada, quien habría sido llevado con engaños a El Paso, Texas, se reunirían. Así lo consignaron en un texto publicado en CrashOutMedia.com, y aunque las autoridades competentes no se pronunciaron al respecto de esta teoría, el narcotraficante sinaloense lo hizo al detallar cómo ocurrió su detención.

“Deseo decir desde el principio que no me entregué y que no vine voluntariamente a los Estados Unidos”, abre la carta de “El Mayo” Zambada. “Tampoco tenía ningún acuerdo con ninguno de los dos gobiernos. Al contrario, fui secuestrado y traído a los Estados Unidos a la fuerza y ​​contra mi voluntad”.
“Me dijeron que además de Héctor Cuén y el Gobernador Rocha Moya, Iván Guzmán Salazar también estaría presente en la reunión”, es decir, otro de los hijos de Guzmán Loera, que en conjunto son conocidos como “Chapitos”, al igual que el nombre de su grupo al interior del Cártel de Sinaloa.
“Estaba programada [la reunión] para las 11:00 a.m. y llegué un poco antes. Vi una gran cantidad de hombres armados con uniformes militares verdes que supuse que eran pistoleros de Joaquín Guzmán y sus hermanos. Me acompañaban cuatro agentes de seguridad, de los cuales dos se quedaron fuera del perímetro. Los dos que entraron conmigo fueron José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, miembro de mi equipo de seguridad desde hace mucho tiempo”, detalló el capo.

“Mientras caminaba hacia el área de la reunión, vi a Héctor Cuén y uno de sus ayudantes. Los saludé brevemente antes de entrar a una habitación que tenía una mesa llena de frutas. Vi a Joaquín Guzmán López, a quien conozco desde que era un niño, y me hizo un gesto para que lo siguiera. Confiando en la naturaleza de la reunión y en las personas involucradas, lo seguí sin dudarlo. Me llevaron a otra habitación que estaba a oscuras”, relata.

Ahí se cometió la emboscada. “Un grupo de hombres me agredió, me tiró al suelo y me colocó una capucha de color oscuro sobre la cabeza. Me ataron y me esposaron, luego me obligaron a subir a la parte trasera de una camioneta. Durante toda esta terrible experiencia, fui sometido a abusos físicos (…). Luego me llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado”, añadió.

Entonces, Guzmán López le quitó la capucha de la cabeza y lo ató con bridas al asiento. “No había nadie más a bordo del avión excepto Joaquín, el piloto y yo”. El vuelo duró entre dos y media y tres horas, “sin ninguna parada hasta que llegamos a El Paso, Texas”. “Fue allí, en la pista, donde agentes federales de Estados Unidos tomaron mi custodia. La idea de que me entregué o cooperé voluntariamente es total e inequívocamente falsa”, sostuvo.

“Fui traído a este país a la fuerza y ​​bajo coacción, sin mi consentimiento y contra mi voluntad”, reiteró Zambada García, quien también se refirió al caso de Cuén Ojeda. Las autoridades afirman que, en un intento de asesinato la noche del 25 de julio, el exrector de la UAS fue asesinado por hombres en motocicleta, pero el capo negó tal versión. “Eso no fue lo que sucedió”, enfatizó el narco sinaloense.
“Fue asesinado [Melesio Cuén] a la misma hora y en el mismo lugar donde yo fui secuestrado. Héctor Cuén era un viejo amigo mío y lamento profundamente su muerte, así como la desaparición de José Rosario Heras López y Rodolfo Chaidez, de quienes nadie ha vuelto a ver ni a saber nada desde entonces”, refirió “El Mayo” en su misiva.
“Esto es lo que ocurrió”, reitera Zambada García, “en lugar de las historias falsas que circulan”. “Hago un llamado a los gobiernos de México y Estados Unidos para que sean transparentes y proporcionen la verdad sobre mi secuestro a los Estados Unidos y sobre las muertes de Héctor Cuén, Rosario Heras, Rodolfo Chaidez y cualquier otra persona que haya perdido la vida ese día”.
Tras confirmar que había sangre del exrector de la UAS en la finca en la que fue secuestrado “El Mayo”, la FGR dio a conocer que también obtuvo un video claro y preciso de lo confesado por el chofer de Cuén, quien niega lo que él mismo había declarado previamente ante autoridades locales respecto a diversos momentos de la desaparición y muerte del exrector.

La dependencia destacó que con esta nueva información ratifica las investigaciones ministeriales y policiacas que determinaron las presuntas responsabilidades penales y administrativas de policías, ministerios públicos, peritos y personal diverso de la Fiscalía de Sinaloa, quienes ya han sido investigados exhaustivamente respecto a su participación en el caso de la muerte de Héctor “N”.

Agregó que existe una situación de rechazo por parte de un Juez Federal de Culiacán para conocer y determinar la aprehensión de los responsables, por lo que el Ministerio Público de la Federación presentará en los próximos días, ante un Juez alternativo, todas las pruebas y diligencias que son procedentes.
Mientras en Sinaloa la detención de Zambada García provocó una ola de violencia que no ha podido ser controlada, las autoridades estadounidenses llevaron a cabo una audiencia inicial en una corte de Brooklyn, Nueva York, tras la cual están analizando la posibilidad de solicitar la pena de muerte contra el narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada.

El Juez Brian Cogan, quien fue juzgador en el caso de Joaquín “El Chapo” Guzmán y Genaro García Luna, quien recibió una condena de prisión por casi 39 años, cuestionó a los fiscales si la pena capital es una sanción que podrían solicitar debido a la gravedad de los delitos que se le imputan a “El Mayo”, detenido en Nuevo México tras aterrizar en un avión en compañía de Guzmán López, quien junto a su hermano Ovidio Guzmán presuntamente están buscando negociar con la justicia estadounidense.

Ante el cuestionamiento de Cogan, los fiscales señalaron que es una opción que han analizado, por lo que el juzgador dio pie a que se discuta la viabilidad de la condena de muerte para uno de los fundadores del Cártel de Sinaloa, quien está acusado de los delitos de conspiración para el tráfico de droga hacia los Estados Unidos, incluido fentanilo, además de liderar una organización criminal por varios años, uso de armas y lavado de dinero.

Por su parte, en todo este tiempo que lleva la investigación sobre el homicidio de Cuén, el Gobernador de Sinaloa se ha desvinculado del caso y ha negado conocer la relación de Cuén Ojeda con “El Mayo” Zambada. Rocha Moya ha reiterado que quizás Cuen Ojeda no le tuvo confianza para platicarle sobre la amistad. “No sabía yo de esa relación, nunca me platicó nada, al grado de que yo pudiera tener una idea de una relación estrecha, como dijo en su carta el señor Zambada”, sostuvo.
Incluso, recién se dio a conocer la versión del capo, el mandatario estatal dijo de manera contundente: “Que quede claro: No hay absolutamente nada, nada que pueda vincularme con ese asunto. Nada. Lo digo de maneja tajante, contundente, nada. Si en algun momento pensaron que eso nos podía hacer daño, porque resulta que el estigma alcanza tanto Presidente, que yo soy de Badiraguato y dicen, a cada rato se les ocurre a los periodistas, te quieren hacer narco a fuerza”.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: NORA NANCY GASPAR RESENDIZ.

No hay comentarios:

Publicar un comentario