Sucesos recientes, como el ataque armado en un bar y el asesinato ocurrido en una boda, han colocado a Tabasco como un nuevo epicentro de la violencia en el sur de México. En los últimos 10 meses, los asesinatos han incrementado un 140%.
El señor Juan cuenta que solo unas horas antes de la entrevista se acaba de producir una balacera en su pueblo, en Comalcalco, a unos 50 kilómetros de Villahermosa, la calurosa capital tabasqueña.
“Una balacera más”, ríe el hombre con desgana.
De acuerdo con los primeros reportes, la tarde del martes 26 unos sujetos armados habrían robado varios vehículos, entre ellos un enorme camión tipo Torton y dos ‘trocas’ tipo pick up, y se desató a plena luz un intenso intercambio de balas con policías locales que lograron detener a cinco de esos sujetos, no sin que antes se desatara el pánico en esta localidad de apenas 43 mil habitantes.
“Vivimos con terror”, resume ya más serio el hombre, comerciante de profesión que pide se reserve su verdadera identidad por temor al crimen organizado.
“Han acabado con la tranquilidad y con la alegría de este pueblo. Ya nadie sale en las noches, a las nueve todo está cerrado. Hay muchos crímenes; matan a diario, y a diario hay cobros de piso, amenazas directas y también por teléfono, asaltos, robos, balaceras… Se ha puesto muy difícil vivir aquí. Todos vivimos con terror, pues”.
Cuando el señor Juan dice “aquí”, precisa que se refiere a Comalcalco, sí, aunque matiza a colación que la situación de violencia se ha expandido por prácticamente todo el estado. De hecho, lamenta el hombre, una de las seis víctimas mortales que dejó un ataque armado a un bar en la capital Villahermosa la madrugada del pasado domingo 24 de noviembre era un joven estudiante vecino de la localidad.
“En el pueblo nos conocemos todos. Y ese muchacho era alguien de bien, un estudiante. Sus padres trabajan bien, le daban dinero para su ropa, sus diversiones, un muchacho normal. Y mira lo que fue a sucederle por salir una noche con una bolita de amigos a divertirse. Destrozaron a una familia, ¡se la acabaron! –exclama indignado Juan–. ¿Pero, pues qué hacemos? –se pregunta acto seguido–. No podemos hacer nada, porque aquí no pasa nada.
Violencia en Tabasco y los datos
Sucesos recientes como el del domingo pasado en el centro nocturno DBar, aunado a otros como la irrupción ese mismo día de un grupo armado a una boda en Jalapa, a otros 40 kilómetros de la capital tabasqueña, para asesinar a una persona y herir a otras dos más durante el ataque, han situado a la entidad que gobierna el morenista Javier May como un nuevo epicentro de la violencia en el sur de México, en el que tiene su área de influencia ‘La Barredora’, un grupo criminal local vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación.
Así lo indican también las cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública.
Entre enero y octubre de este 2024, suman en Tabasco 565 denuncias por asesinato, hasta un 141 % más que todo el año pasado. De ese total de 565 carpetas de investigación, en 431 el arma con el que se cometió el homicidio era de fuego, un 76 %. El año pasado, el porcentaje era del 58 %.
Las cifras del secretariado muestran la evolución de los homicidios y cómo en este año se ha producido un ‘pico’ importante. Por ejemplo, en 2018, antes de la llegada del gobierno de López Obrador, se registraron 508 asesinatos en Tabasco, mientras que un año después se registraron 565, exactamente la misma cifra que en este 2024, aunque aún a falta de contabilizar los meses de noviembre y diciembre.
En 2020, la cifra bajó un poco, a 509 casos, y en 2021 a 390, un descenso del 23%. En 2022 continúo el descenso, a 291 casos, y en 2023 se redujo un poco más, a 234. Hasta que, en este 2024, se produjo de nuevo un aumento en los asesinatos de más del 140% con 565 casos.
Las denuncias por secuestro en Tabasco también se dispararon en estos 10 meses de 2024 por arriba del 100%, con 28 casos. No obstante, hay que matizar que el aumento tan notable se debe a que en años pasados, en 2023 y 2022, hubo muy pocas denuncias, apenas 12. En cualquier caso, a pesar del aumento de este año, la cifra de secuestros en Tabasco aún está muy lejos de los 103 casos de 2018.
Otro de los rubros delictivos que se dispararon este año fue el de las denuncias por narcomenudeo: según datos oficiales, en 10 meses suman en Tabasco 243 casos, un aumento del 700% en comparación con el año pasado, cuando se registraron 30. De hecho, en 10 meses de este año suman más denuncias que en los cuatro años previos juntos.
Por otra parte, las estadísticas del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas de la Secretaría de Gobernación apuntan que, a la par que aumentaron los hechos de violencia en Tabasco, así como los asesinatos por arma de fuego y el narcomenudeo, también se ha producido un aumento de las denuncias por desaparición de personas en la entidad.
Hasta el 27 de noviembre, sumaban 150 denuncias, de las cuales 135 siguen todavía vigentes. Este dato supone un aumento del 76 % de las denuncias, las cuales, casi en un 70 %, se producen en Villahermosa, la capital.
Este dato es similar al registrado por otras entidades donde la violencia del crimen organizado ha invadido también la entidad en este año, como Chiapas, donde a raíz de enfrentamientos entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco por el control de los municipios fronterizos con Guatemala las desapariciones activas de jóvenes, es decir, que continúan desaparecidos, aumentaron un 90%. O como el caso de Culiacán, donde a raíz del enfrentamiento al interior del cártel de Sinaloa entre ‘mayitos’ y ‘chapitos’ tras la captura del capo Ismael El Mayo Zambada en julio pasado, las desapariciones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes de hasta 29 años subieron 154%.
“El cobro de piso está por todas partes” en Tabasco
Para el señor Alberto, otro comerciante de Comalcalco, estas cifras oficiales no terminan de reflejar la realidad que están viviendo en localidades como la suya.
Por ejemplo, las estadísticas oficiales reflejan que en todo Tabasco suman 118 denuncias por extorsión, un 15 % más que el año previo, pero casi un 50 % menos que en 2019.
“Aquí el cobro de piso está por todas partes, pero no se denuncia”, explica el hombre, para poner de relieve que la ‘cifra negra’ de este delito puede ser mucho mayor.
“La gente mala viene y cobra piso a las tienditas que tienen 3 kilos de azúcar para vender. Y ya no solo es el crimen organizado. También hay gente mala de aquí mismo, de comunidades vecinas, que se juntan cinco o seis y vienen a cobrar piso”.
El problema, apunta Alberto, es cuando esos ‘grupos locales’ se enfrentan por el control de las calles y de las tienditas.
“A veces, vienen unos y agarran parejo toda una cuadra. Y luego, llegan los de más allá, y se meten en la cuadra de los otros. Y si no se ponen de acuerdo, pues sacan las pistolas y se matan. Aquí ya es de todos contra todos”, lamenta el hombre.
Gobernador Javier May y la violencia en Tabasco
Ante este contexto de violencia en la entidad, el nuevo gobernador Javier May –tomó protesta del cargo el pasado mes de septiembre–, acusó a las administraciones pasadas de haber permitido que los grupos de la delincuencia organizada “echaran raíces” en la entidad. Incluso, el pasado 13 de noviembre, dijo que Hernán Bermúdez Requena, secretario de Seguridad Pública en los gobiernos de Adán Augusto López, dirigía el grupo criminal ‘La Barredora’, vinculado al Cártel Jalisco.
No obstante, el mandatario aún no ha detallado cuál es el plan que piensa llevar a cabo su administración para revertir esta situación, así como las cifras oficiales que indican un repunte importante de la violencia en la entidad. Lo que sí expuso tras el ataque en un bar de Villahermosa que dejó seis muertos es que “tomarán medidas en el tema de los antros”.
“Vamos a regular los horarios, que haya mayor control al acceso de quiénes ingresan a estos lugares, que haya mayor vigilancia y protección”, señaló el gobernador a medios de comunicación durante la inauguración del Festival Ceiba 2024.
Sin embargo, que haya una mayor regulación de los horarios y de un mayor control en los accesos a los locales y bares, no parece suficiente para la ciudadanía tabasqueña, que recuerda lo evidente: “la delincuencia no tiene horario”.
“Mira amigo, aquí matan de noche, de día y en la tarde”, dice con sorna el señor Juan.
“Aquí las balas te encuentran, estés, o no, metido en nada. Pueden cerrar los bares a las 11 de la noche y eso no va a evitar ni va a cambiar nada”, agrega el comerciante de Comalcalco.
Cuestionado sobre cuál sería entonces la solución, o cuál sería la exigencia a las autoridades, el hombre vuelve a tirar de resignación.
“Mucha gente aquí no vemos solución para esto que está pasando. Este año se incrementó mucho la violencia en Tabasco, muchísimo. Pero vemos que los gobiernos no pueden con esto. Ignoro por qué no puedan, pero la realidad es que no pueden. Por eso, el pueblo ya mejor se calla y trata de sobrevivir como sea”, lamenta el comerciante de Comalcalco.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: MANU URESTE.
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