La voluntad para que el primer encuentro entre padres de normalistas y la presidenta no se convirtiera en el último, fue evidente por ambas partes, y se logró.
A diez años dos meses de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, los mismos de exigencia de justicia y verdad, las madres y padres se sentaron una vez más en la mesa con el gobierno federal, ahora encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, a fin de delinear una nueva ruta para continuar con las investigaciones.
La mandataria federal en un tono firme y contundente ofreció nuevas detenciones y adelantó a las familias de los jóvenes que han identificado un nuevo punto de búsqueda de interés “que se está revisando”; además planteó, sin dar más detalles, el uso de tecnologías de avanzada.
Todo ello, previo a la advertencia de que no se abordará un eventual regreso del Grupo Interdisciplinario de Expertas y Expertos Independientes, GIEI, ni nada de los folios solicitados en otro momento al Ejército, a menos de que se quiera “romper el diálogo”.
La voluntad para que este primer encuentro no se convirtiera en el último, fue evidente por ambas partes, y se logró. Lo ausente, fue la esperanza y confianza incondicional por parte de las madres y padres. Estos años les ha demostrado que no pueden confiar en las promesas, sino en los hechos.
Sin GIEI, ni folios del Ejército
Poco después del mediodía del miércoles 4 de diciembre, las madres y padres arribaron puntuales a la cita en Palacio Nacional; la expresión en sus rostros evidenciaba la incertidumbre ante una nueva etapa en el caso. Una vez más, en un inicio y con todas las posibilidades o tropiezos por delante.
Este primer encuentro formal, mismo que está enmarcado por una previa ruptura del diálogo con el expresidente Andrés Manuel López Obrador, la revictimización y descalificaciones a las organizaciones que acompañan a las familias, no resultó del todo cómodo, pero lograron sortear varios momentos de tensión para seguir con el encuentro.
De acuerdo con testimonios recabados entre algunas personas que estuvieron en la reunión, el momento de más tensión fue cuando uno de los padres planteó de manera enérgica la importancia del regreso del GIEI, las personas especialistas del Mecanismo Extraordinario implementado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, para la investigación del caso. Y, por otra parte, la exigencia de la entrega de los 800 folios con información clave que continúa en manos del Ejército.
La mandataria federal tomó la palabra para advertirles que serían temas en los que no se podría transitar, por lo menos en ese momento: “si quieren centramos la discusión en eso y nos volvemos a atorar”. Incluso Sheinbaum Pardo afirmó que eso sería motivo de un eventual rompimiento.
En este punto, la mandataria incorporó un matiz sobre el planteamiento de su antecesor en relación con la participación del Ejército. En su caso, reconoció que existe la posibilidad de que algunos elementos cometieron violaciones graves a derechos humanos, pero que eso es muy distinto a que esa instrucción venga de altos mandos; es decir, aseguró que no se trata de una estrategia institucionalizada.
De acuerdo con los testimonios, la presidenta se mostró en todo momento atenta y receptiva, pero enfática en que ahora la propuesta sería una nueva revisión total de la investigación con el apoyo de tecnología y nuevas estrategias de búsqueda, sin que se dieran detalles. Sumado a lo anterior, ofreció a las familias trabajar en nuevas detenciones que puedan dar pistas del paradero de los muchachos, un ejemplo de ello destacó, es la detención en días recientes, de ‘El Cholo Palacios’, pieza clave en caso Ayotzinapa.
Palacios era jefe de plaza de Guerreros Unidos en los municipios de Taxco, Huitzuco y Tepecoacuilco, Guerrero. Gildardo López, otro líder del grupo delictivo, declaró en su momento que Palacios estuvo relacionado con las agresiones y desaparición forzada de los jóvenes, particularmente es presuntamente responsable de la emboscada al autobús del equipo de fútbol Los Avispones.
Frete a las propuestas de la presidenta, y ante el desconcierto evidente por parte de madres y padres por la negativa, nuevamente, para entregar la información en manos de la Sedena, el abogado Vidulfo Rosales medió y afirmó que ellos y ellas aceptarían la ruta de la mandataria, pero a cambio pedirían la información de dos folios en específico en los cuales se encuentra la transcripciones de comunicaciones que podrían ser claves para dar con el paradero de los jóvenes. Claudia Sheinbaum aceptó.
Nueva estrategia, mismos funcionarios y funcionarias
Durante el encuentro, las madres y padres aseguraron a la presidenta que el modelo de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia para el caso Ayotzinapa, COVAJ, ya estaba agotado y que la comunicación con el subsecretario de derechos humanos, Arturo Medina, no era la mejor.
Tampoco tardo en llegar la respuesta de la primera mandataria en este punto: “tanto él como Rosa Icela son de mi entera confianza” acotó, con lo que dejó claro que por lo menos para abordar este tema, no habría cambios. No así en la Fiscalía del caso a cargo de Rosendo Gómez Piedra, a quien dejó fuera de sus “enteras confianzas” e incluso no le dio la palabra en esta importante reunión.
Nuevamente las familias asintieron, pero en cambio solicitaron la reconstrucción del diálogo ante el maltrato que han recibido por ambos funcionarios desde a administración anterior.
Luego de dos horas de reunión, las familias y sus representantes salieron de Palacio Nacional reconociendo que se haya podido transitar en este primer encuentro, pero con las reservas sobre el cumplimiento total de lo acordado. Se espera que se dé un segundo encuentro entre las familias de los 43 normalistas de Ayotzinapa y la presienta Claudia Sheinbaum en febrero del próximo año.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: ELIA ALMANZA.
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