Séptima Parte: Hasta encontrarnos.
En un rincón de la montaña, el Viejo Antonio forja su cigarrillo frente a una tímida fogata. Sólo la madrugada escucha sus palabras:
“Cuentan los más anteriores de nuestros anteriores que en el principio fue la oscuridad, la niebla, el silencio, inmóvil todo. Estaban ya los más primeros dioses, los que nacieron el mundo. Pero no fue sino hasta que las primeras palabras fueron dichas que el tiempo empezó su alargado camino.