EU ha redirigido su combate al tráfico ilegal de armas, enfocándose en sus estados del centro; no obstante, ha bajado el decomiso de armas largas, que son las que utiliza el crimen organizado.
En los últimos meses del gobierno de Joe Biden hubo un notable cambio en las acciones para frenar el trasiego de armas ilegales que salen de Estados Unidos: las operaciones de las autoridades se trasladaron de la tierra al aire, y se concentró más en la zona central estadunidense que en la frontera con México, pero se olvidó de las armas largas, las más utilizadas por los grupos criminales.
Los datos oficiales del gobierno estadunidense sobre decomisos, a cargo de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), muestran que, de octubre a diciembre de 2024, los agentes de la CBP interceptaron mil 242 armas de fuego. Es decir, se decomisaron en promedio 414 armas cada mes durante el último trimestre del año pasado y en la mayoría de los casos se trató de “handguns” (armas cortas).
Esos tres últimos meses de 2024 corresponden a los primeros del año fiscal 2025, puesto que en Estados Unidos el periodo anual fiscal comienza el 1 de octubre y termina el 30 de septiembre.
El cambio en esta operación significa un aumento de 76.6% en términos del ritmo con el que se realizaron los aseguramientos, pues en todo el año fiscal anterior (es decir, entre octubre de 2023 y septiembre de 2024) el aseguramiento alcanzó 2 mil 813 armas que saldrían de Estados Unidos.
Es decir, las autoridades estadunidenses consiguieron entonces sacar de circulación un aproximado de 234 armas cada mes.
Semejante aumento de los decomisos, sin embargo, no se ha visto reflejado en un mayor impedimento para la llegada de armas largas a los cárteles que disputan los territorios estratégicos al interior de México, tanto para el tráfico de drogas como de personas, lo que ha sido señalado por la presidenta Claudia Sheinbaum al hablar de las negociaciones con el gobierno de Donald Trump por la imposición de aranceles a los productos mexicanos de exportación.
Los cárteles consiguen su armamento en un mercado cuya oferta proviene en un 70% de Estados Unidos, según aseguró el actual gobernador Alfonso Durazo Montaño, en declaraciones cuando fungió como secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
La Estrategia Nacional de Seguridad Pública establecía que cada año entraron a México cerca de 200 mil armas de origen estadunidense en el sexenio pasado.
Muy por el contrario, los datos muestran que durante el periodo de octubre a diciembre de 2024, cuando el ritmo de los decomisos de la CBP se elevó más de 70%, en la frontera con México pasaron de asegurarse de un promedio de 92.5 armas que pretendían ser ingresadas a Estados Unidos cada mes, a menos de 71.
Estos decomisos fueron más numerosos en la zona central de Estados Unidos, región que los últimos meses del gobierno de Joe Biden registró un aumento de 156% de los resultados de la política contra armas ilegales, con un promedio de 333.6 armas de fuego aseguradas por mes.
Cambio de ruta
Los registros oficiales también sugieren un cambio de ruta para los traficantes, de tal modo que éstos optaron en los últimos meses por mover su mercancía por aire y no por tierra:
Esto se constata, por un lado, porque los decomisos de armas que fueron transportadas en el trasiego por avión durante 2024 fueron de 46 por mes, pero los primeros tres meses del siguiente periodo se registró un incremento a 290 mensuales.
Por otro lado, los decomisos por tierra cayeron 23.14% de un año fiscal al otro, de tal suerte que de octubre a diciembre fueron aseguradas un promedio de 80 armas por mes con destino a México.
Sin embargo, los datos señalan que el gobierno de Estados Unidos contrajo drásticamente sus actividades para decomisar armas largas, que son utilizadas con mayor frecuencia por grupos criminales, en Texas, el principal punto utilizado para internarlas en México.
Los registros pasaron de contener 114 armas cortas aseguradas cada mes, a un total de 392. Es decir, un aumento de 242%. Pero en el caso de las armas largas, la cifra pasó de una tasa de 116, a 21 cada mes. Es decir, un decremento de 82%.
Esto último se constata también al observar lo ocurrido en Laredo y El Paso, ciudades ubicadas en el estado fronterizo de Texas, mismo que, según afirmó el expresidente López Obrador, es el principal origen del armamento ilegal que arriba al territorio mexicano.
En concreto, la CBP dio a conocer que del año fiscal 2024 a la primera parte del 2025 los decomisos mensuales cayeron 22%. La situación de nueva cuenta se agudiza al considerar únicamente las armas largas:
De 32.8 que en promedio fueron confiscadas cada mes del año fiscal anterior, los primeros tres meses del presente arrojaron un ritmo de 8.66 cada mes en las dos ciudades texanas.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ALBERTO DUARTE.
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