La historia de Fátima, la niña de 13 años quien cayó del segundo piso de la Secundaria Diurna 236 en Iztapalapa, devela lecciones centrales en la atención del acoso escolar, desde la viralización de un falso video, la celeridad en las redes por ofrecer una verdad a medias del caso o la posible falta de atención frente al reporte de bullying.
¿Qué estamos dispuestos a aceptar como real e incurrir en la casi irresistible necesidad del like o el reposteo? O en el extremo contrario, ¿qué tan obtusos podemos ser en el reconocimiento oportuno de una situación de riesgo en el espacio escolar?
La historia de Fátima, la niña de 13 años quien cayó del segundo piso de la Secundaria Diurna 236 en Iztapalapa, devela lecciones centrales en la atención del acoso escolar, desde la viralización de un falso video, la celeridad en las redes por ofrecer una verdad a medias del caso o la posible falta de atención frente al reporte de bullying.
Seguidora del K-pop —género musical surgido en los años 90 en Corea del Sur y abreviatura de Korean Popular Music—, la niña, a decir del padre, habría sido víctima de burlas y discriminación, cuyas acusaciones no recibieron atención de las autoridades escolares.
En las aulas, donde deben converger valores como el respeto y la tolerancia, la exclusión aún representa un obstáculo. Las y los admiradores de ciertas expresiones de la cultura asiática suelen ser estigmatizados y marginados, llamados “otakus” o “frikis”, tratados como extraños. Falta de comprensión y aceptación por los gustos ajenos detonantes del rechazo de la Embajada de Corea del Sur en México.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2022 del Inegi, el 44 por ciento de la población no justifica la práctica de tradiciones o costumbre distintas a las mexicanas. Un crecimiento de tres puntos porcentuales respecto al estudio anterior de 2017.
Además, el 29 por ciento de las niñas o niños han enfrentado burlas, apodos ofensivos o rechazo de sus compañeros. Y uno de cada cuatro adolescentes ha sido acosado en la escuela.
La viralización del caso de Fátima coloca en el centro la necesidad de crear entornos escolares seguros, así como la disposición en redes sociales por validar material sin un origen fidedigno, como ocurrió con el video de un accidente en una escuela relacionado falsamente con la caída de la niña.
Frente a la necesidad de garantizar espacios seguros para el desarrollo de las y los alumnos, tanto de escuelas públicas como privadas, en la Ciudad de México, la Jefa de Gobierno Clara Brugada modeló el programa "Auxilio Escolar".
Se trata de una intervención integral impulsada por los titulares educación a nivel federal y local, Mario Delgado y Pablo Yañes, y la Secretaria de Salud, Nadine Gasman, en las inmediaciones de los planteles, con servidores públicos a la entrada, y salida para prevenir y atender tentativas delictivas, venta de droga, porrismo o acoso escolar.
Por medio del sistema de videovigilancia del C5 hay monitoreo permanente de las más de 83 mil 400 cámaras que dan cobertura a siete mil 389 escuelas.
En la capital nacional y ante las verdades del caso Fátima —el acoso escolar y la falta de fiabilidad de lo que se viraliza en redes— hay un modelo de atención a enriquecer con la participación de la comunidad escolar.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS.
No hay comentarios: