¿Para qué crear más universidades si sólo se tiene que fortalecer lo ya existente, como lo prometió López Obrador?, es la pregunta que dirigen docentes de la Universidad Pedagógica Nacional al gobierno de Sheinbaum. Sostienen que la UPN padece prácticas corruptas.
Mientras que la llamada Cuarta Transformación ha impulsado la creación de nuevas universidades públicas, como las del Bienestar y Rosario Castellanos, la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), la única institución educativa de cobertura nacional, se encuentra inmersa en una de sus peores crisis en 46 años de existencia, pues afronta reducción presupuestal, conflictos por uso político de plazas, cacicazgos de autoridades y abandono institucional de la federación y los gobiernos estatales.
Al arranque del sexenio de Andrés Manuel López Obrador la expectativa de la comunidad universitaria era que la UPN iniciara un proceso de transformación y que aportaría su experiencia, acervo y capacidad académica en los nuevos programas y modelos que se proponían para el sistema educativo del país.
El 12 de mayo de 2018, el entonces candidato presidencial de Morena presentó en Oaxaca sus 10 compromisos básicos por la educación de México. En el quinto punto anunció que sería prioritario fortalecer a las escuelas normales y a la UPN “para actualizar los métodos de enseñanza aprendizaje”.
Luego, en 2021, la reforma a la Ley General de Educación Superior abrió paso a que el Consejo Académico de la UPN convocara a un Congreso Nacional Universitario (CNU), el cual se realizó en mayo de ese año. De éste resultaron como acuerdos exigir la autonomía de la universidad, recuperar su carácter nacional –que se diluyó por la entrega de la administración de las unidades a los gobiernos estatales– y democratizar la vida universitaria “remontando el régimen autoritario instaurado en el pasado”.
Este documento se presentó ante el Senado en diciembre de 2021 para que se elaborara la nueva Ley Orgánica de la UPN. En marzo de 2024 la Comisión de Educación dictaminó una iniciativa, pero ésta sigue sin someterse al pleno. Tampoco se ha llamado al segundo congreso que acordó la comunidad UPN.
Marcelino Guerra Mendoza, catedrático de la Unidad Ajusco durante 44 años, señala que contrario a la expectativa que tenían los maestros en el “primer piso de la 4T”, poco a poco la UPN quedó borrada, sin que se reconozca la experiencia, trayectoria e historia que tiene esa institución en el sistema educativo nacional.
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Fragmento del reportaje publicado en la edición 0021 de la revista Proceso, correspondiente a marzo de 2025
FUENTE: POCESO.
AUTOR: GABRIELA HERNÁNDEZ.
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