Pedro Cortés y Diego Mendoza, junto con el sacerdote Marcelo Pérez, asesinado el 20 de octubre pasado, fueron acusados por familiares de quienes son señalados de pertenecer a un grupo del crimen organizado en Pantelhó.
La jueza Guadalupe Rocha Flores consideró que Pedro Cortés y Diego Mendoza participaron en la desaparición de 21 personas, ocurrida el 26 de julio de 2021, en el municipio indígena de Pantelhó.
Antes de la sentencia, durante el proceso penal, la jueza destituyó a los dos indígenas abogados que ellos habían elegido, les impuso defensores de oficio y ordenó que las audiencias se llevaran a cabo de manera virtual, por internet, sin posibilidad de que familiares y testigos estuvieran presentes.
Pedro Cortés es originario de la comunidad de Chitmucum, en donde, según testimonios de la población, dedicó su vida a trabajar en la reconciliación de conflictos comunitarios; católico, se hizo catequista como parte de la Misión de Bachajón y, con el tiempo, su trabajo hizo que la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas lo nombrara candidato a Diaconado, el cargo más alto que un feligrés puede obtener dentro de las estructuras diocesanas, y que le permiten ofrecer servicios religiosos a semejanza de un sacerdote.
“Fue un actor clave y fundamental para que la paz, la concordia y la restauración de tejido social volviera a su lugar”, dijo sobre él José Avilés, jesuita y director de la Misión de Bachajón, al hablar en entrevista sobre el trabajo de reconciliador que Pedro Cortés llevó a cabo desde hace tres décadas.
Además de catequista de su comunidad, desde el Centro de Derechos Indígenas el indígena tseltal es promotor de derechos humanos e indígenas en su región, ha sido visitador y reconciliador, y agente rural y presidente del comisariado ejidal.
Diego Mendoza es también un hombre que, desde su fe como integrante de una iglesia evangélica, ha desempeñado cargos como acompañante en procesos de reconciliación comunitaria en Pantelhó.
De oficio carpintero, es igualmente consejero espiritual, un cargo que en las comunidades indígenas es fundamental para dirimir por la vía del diálogo y procesos de pacificación, los conflictos que se suscitan al interior de una comunidad o entre comunidades.
Por estas razones, en agosto de 2021, ambos fueron nombrados por sus comunidades como parte del Concejo de Gobierno que en agosto fue elegido mediante una asamblea popular que se celebró en Pantelhó.
Hasta ese momento, Pedro y Diego no se conocían, ya que ambos habitan en comunidades alejadas una de otra. En Pantelhó hay 86 comunidades y 18 barrios, distantes entre sí por un territorio extenso donde los únicos caminos son de terracería.
El motivo por el que pobladores de Pantelhó nombraron en una asamblea comunitaria un Concejo de gobierno fue porque un mes antes, en julio de 2021, un grupo de autodefensas llamado El Machete, por la vía armada expulsó a las autoridades municipales que hasta ese momento gobernanaban; la población de Pantelhó acusó en diversos momentos a las autoridades municipales y otros habitantes del lugar de ser parte de grupos del crimen organizado, de la muerte y desaparición de más de 200 personas, entre ella del asesinato de Simón Pedro, líder de la Abejas de Acteal.
La vía armada para expulsar a las autoridades y personas ligadas a grupos criminales que en Pantelhó se dedicaban al tráfico de enervantes y trata de personas, entre otros delitos, no fue aceptada por todas las comunidades; sin embargo, luego del asesinato de Simon Pedro, en asambleas, las comunidades aceptaron la coexistencia con el grupo de autodefensas El Machete, pero exigieron que se nombrara nuevas autoridades municipales que fueran civiles, independientes a las autodefensas armadas; y que se buscara el reconocimiento legal de ellas, como finalmente sucedió cuando el Congreso local les dio posesión formal.
En este proceso, Pedro Cortés fue designado Concejal Presidente y Diego y otros representantes de comunidades, fueron designados Concejales.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: ÁNGELES MARISCAL.
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