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martes, 9 de febrero de 2021

El giro de Biden en la lucha antidrogas

El fracaso de la lucha antidrogas de Estados Unidos es evidente. Tanto, que su Congreso elaboró un informe en el que recomienda un cambio radical en la estrategia de las últimas décadas. Joe Biden dará ese giro, o al menos así parece con el nombramiento de Juan Sebastián González –uno de los autores del reporte– como director del Consejo Nacional de Seguridad para el Hemisferio Occidental. Este funcionario, conocedor de las realidades colombiana y mexicana, ha sido muy crítico hacia la Iniciativa Mérida, que sigue imperando en México.

En Estados Unidos hay cada vez más consenso en torno a la necesidad de cambiar la estrategia antidrogas que se ha seguido los últimos 50 años y que amplios sectores consideran “un fracaso”.

Así lo indica un reporte de la Comisión de Política de Drogas del Hemisferio Occidental, del Congreso estadunidense, conocido el mes pasado y el cual tendrá notables efectos en un área fundamental de las relaciones de Washington con América Latina: la lucha contra el narcotráfico.

lunes, 25 de noviembre de 2019

La guerra de Calderón no sólo dejó muertos: además dio a ganar a Televisa, Azteca y otros medios

Hace 13 años se inició “Guerra contra el Crimen Organizado”. Muerte, desaparición, desplazamiento, dolor y zozobra ha sido el saldo. Pero también un derroche de millones de pesos que fueron a parar a Televisa, TV Azteca y agencias de medios como el Grupo Lajai sin que se modificara un ápice la realidad cada vez más enferma de violencia. Incluso, hubo pagos no ejercidos. Televisa cobró por “El Año de México en Francia”, evento que fue cancelado por la crisis diplomática generada por el caso de Florance Cassez. Las siguientes son tres historias de pifias millonarias en este fatídico periodo de México.

El próximo 11 de diciembre se cumplen 13 años de que el Gobierno del ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa iniciara la guerra en contra del crimen organizado, la ofensiva más cruenta de la Historia moderna de México. Las cifras oficiales arrojan como saldo, entre diciembre de 2006 y abril de 2018, más de 250 mil muertos y más de 30 mil desaparecidos.

En esos años, hubo también mucho dinero. Tanto que algunos millones de pesos se invirtieron sin ningún resultado. Por ejemplo, se gastó en difundir que México contaba con una gran imagen en el exterior, que la Policía Federal la integraban “héroes anónimos” y que la guerra la estaba ganando el Gobierno.

lunes, 26 de agosto de 2019

Con Peña, a la sombra de la lucha antinarco, vigilancia estadunidense sin límites

Apenas comenzado su sexenio, Enrique Peña Nieto invitó a Estados Unidos a extender sus tentáculos de espionaje sin límites de presencia y operación en nuestro país. De acuerdo con un informe del Cisen entregado a la CIA, el gobierno mexicano expuso la creación de la nueva estrategia llamada “México en paz”, que implica nuevas labores de inteligencia contra los cárteles de la droga y otros grupos del crimen organizado.

En el arranque de su gobierno, el presidente Enrique Peña Nieto le abrió la puerta grande al espionaje estadunidense. Apenas con cuatro meses en el poder, el mexiquense presentó a la administración de Barack Obama el proyecto Switch Access para que las agencias de inteligencia estadunidenses extendieran sus tentáculos en territorio mexicano.

El nuevo esquema de operación y presencia de los agentes de inteligencia fue presentado en Washington el 15 y 16 de abril de 2013 por Eugenio Ímaz Gispert, entonces director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).

martes, 16 de octubre de 2018

118 mil jóvenes asesinados en 10 años de “guerra” contra el narcotráfico

Las juventudes, las principales víctimas de la violencia de los últimos 2 sexenios. Sin oportunidades de estudio o de trabajo, quedaron a merced de la delincuencia. En 10 años de “guerra” contra el narcotráfico, murieron por violencia 118 mil niños, adolescentes y jóvenes

viernes, 22 de junio de 2018

Me han ‘levantado’, golpeado y amenazado por hablar con periodista: ex policía militar

Oswaldo Ortega afirmó que no presentó ninguna denuncia por las agresiones ya que no confía en la justicia mexicana.


El ex oficial de operaciones especiales de la Policía Militar, Oswaldo Ortega, señaló que ha sido víctima de varias agresiones por hablar con el periodista Steve Fisher sobre el papel de las Fuerzas Armadas de México en el combate a la delincuencia organizada.

martes, 24 de abril de 2018

El Semáforo Delictivo pide no ir con candidatos que continúen con la estrategia de guerra

Durante el primer trimestre del año se registraron al menos 6 mil 553 homicidios en todo el país, 16 por ciento más con respecto al primer trimestre de 2017. “Alrededor del 75 por ciento de esas víctimas fueron producto del crimen organizado, cifra similar al año anterior”,  informó hoy Semáforo Delictivo. Santiago Roel, representante de la organización civil, señaló que los candidatos presidenciales se han quedado muy cortos en cuanto a entender y plantear una solución de fondo para el tema de seguridad. Destacó que el planteamiento debe de tener un enfoque científico, “no de ocurrencias, ni de presentimientos”. “si ellos creen que van a ganar votos enfatizando la fuerza, la guerra y lo militar, pues cuidado, no hay que votar por este tipo de gente porque ya llevamos 10 años de fracaso”, sostuvo.


Los delitos de feminicidio, homicidio, narcomenudeo, violencia familiar y robo de vehículos subieron en el primer trimestre de 2018, en tanto que el secuestro, extorsión, robo a casa, robo a negocio, violación y lesiones dolosas disminuyeron, informó hoy la organización civil Semáforo Delictivo.

Santiago Roel, director de Semáforo Delictivo, dio a conocer  los resultadosde la incidencia delictiva correspondiente a los meses de enero, febrero y marzo de 2018, en donde destacó el alza en los delitos de feminicidio en 18 por ciento, narcomenudeo en 37 por ciento, ejecuciones del crimen organizado 35 por ciento, homicidio en 16 por ciento, violencia familiar en 8 por ciento y robo de vehículos 7 por ciento.

lunes, 16 de abril de 2018

Calderón defiende su guerra, otra vez, y pide que Anaya decline a favor de su esposa Margarita

Felipe Calderón Hinojosa, ex Presidente de México, se quejó de que la estrategia de seguridad que tuvo su Gobierno haya sido señalada por los medios con un “término peyorativo” cuando lo que se hizo fue “defender a las familias” del crimen organizado. “La estrategia de seguridad –no una guerra, ese es un término peyorativo que impusieron los medios– que puse en práctica fue para defender a las familias. El error no fue combatir al crimen organizado, sino haber permitido que creciera durante tantos años”, planteó, otra vez, durante una entrevista en el programa “Despierta”, con el periodista Carlos Loret de Mola. “Hay gente que dice que el error mío fue combatirlos, y no señores, […] el error de México fue no combatirlos durante años”, añadió.

Felipe Calderón Hinojosa, quien fue Presidente de México de diciembre de 2006 a noviembre de 2012, defendió las decisiones de su Gobierno frente a los señalamientos críticos contra su llamada “Guerra contra el narco” o “Guerra contra las drogas”.

Además, desde un programa de la cadena Televisa, aprovechó para pedir al candidato de la coalición “Por México al Frente”, Ricardo Anaya Cortés, para que decline a favor a su esposa, la ex Primera Dama Margarita Zavala Gómez del Campo.

martes, 29 de agosto de 2017

Inteligencia civil mexicana, derroche y fracaso

En los últimos 10 años, el servicio de inteligencia civil del Estado mexicano ha gastado por sí solo más de 2 mil 550 millones de dólares estadunidenses (45 mil millones de pesos mexicanos). El monto acumulado entre 2006 y 2016 coincide con la llamada “guerra” contra el narcotráfico. Para este 2017, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) tiene previsto erogar otros 160 millones de dólares (2 mil 800 millones de pesos).

lunes, 24 de julio de 2017

Narcoelecciones 2018 Plan K-Plan Perú

Estimada audiencia: De nueva cuenta regreso a esta sección para informarles este plan que viene con relación al arribo de más y más células delictivas,las cuales aumentaron su intensidad en lugares antes impensables,como la CDMX.

Este perro bastardo que ya se andaba promocionando,nos da a entender que es lo suficientemente más inteligente y siniestro que Meade y Nuño juntos. 

Este artífice del "divide y vencerás" entre los cárteles de la droga, el que administra bien las entregas y lleva el inventario de los productos (principalmente de amapola),se mueve con sigilo y bien puede destronar el plan F aún con la publicidad que hemos visto en los últimos meses respecto al "nuevo modelo educativo".

jueves, 18 de mayo de 2017

Soldados piden regresar a cuarteles porque “estamos hartos de capturar criminales que luego salen libres”

MONTERREY, NL: Soldados de tropa destacamentados en Tamaulipas difundieron una carta en la que manifiestan su deseo de regresar a los cuarteles, porque “estamos hartos de luchar contra sicarios”.


“En los últimos días surgió un escándalo que involucra a las Fuerzas Armadas en el tema de Derechos Humanos”, señala la misiva que circula en las redes sociales, y precisa que los militares están cansados de esta “narco-guerra” en la que capturan a criminales, pero en poco tiempo salen libres “porque las demás autoridades no hacen su trabajo”.

jueves, 23 de marzo de 2017

Con Calderón se cometieron 100 masacres: AMLO; Yunes le responde “desequilibrado”

El gobernador de Veracruz exigió una disculpa pública del presidente nacional de Morena hacia las fuerzas armadas por sus declaraciones.

El presidente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, dijo este jueves en Veracruz que durante la presidencia de Felipe Calderón se cometieron 100 masacres, y que el ex presidente panista y el actual mandatario, Enrique Peña Nieto, han ordenado al ejército y a las Fuerzas Armadas realizar acciones que terminan con la muerte de seres humanos.

López Obrador afirmó que para terminar con la violencia en el país debe haber empleo y bienestar y que “no se va a resolver nada con masacres”. Criticó la manera en que el ex presidente Calderón enfrentó al crimen organizado y advirtió que “cuando triunfe Morena no vamos a apagar el fuego con el fuego, no vamos a enfrentar la violencia con la violencia”, de acuerdo con XEU.

jueves, 23 de febrero de 2017

Grave crisis de derechos humanos en México a diez años de la “guerra contra el narcotráfico”: AI

Diez años han pasado desde que inició “la guerra no reconocida oficialmente” en México. “Desde hace diez años, cuando el entonces presidente Felipe Calderón inició la llamada guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado, la violencia en México se ha generalizado en medio de la impunidad casi absoluta” señala el informe de Amnistía Internacional (AI) 2016-2017.

En su apartado de México, la organización global -que trabaja en más de 150 países y territorios para poner fin a los abusos contra los derechos humanos- sostiene que la tortura y los tratos crueles e inhumanos, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y detenciones arbitrarias, son una práctica cotidiana en el país, donde varias de las leyes en esta materia siguen sin resolverse en el Congreso de la Unión.

Tras cumplirse una década de esta “guerra contra el narco”, los registros oficiales indican que hay un aumento del número de soldados y marinos desplegados en operaciones de seguridad en todo el país y los índices de violencia y de violaciones a los derechos humanos también están en aumento.

En 2016 se aceleró la crisis de derechos humanos en América Latina, según el Informe Anual de Amnistía Internacional 2016/17. El documento señala un alarmante incremento de obstáculos y restricciones a la justicia y las libertades fundamentales, así como de las violentas estrategias de represión en la región.

Países como México, Venezuela, El Salvador, Honduras y Guatemala fueron algunos de los más afectados por los abusos y la impunidad ante las violaciones a los derechos humanos.

En México, señala el documento, se registraron 36,056 homicidios hasta finales de noviembre de 2016, la cifra más alta desde que inició el mandato del presidente Enrique Peña Nieto.  Un año antes, en 2015, la cifra fue de 33,017 homicidios.

El informe presenta los principales temas violatorios de los derechos humanos y repasa los más recientes como son Nochixtlán, Tanhuato, Tlatlaya, Apatzingán, Atenco y Ayotzinapa.

Destaca que México es uno de los casos más graves y señala que “la impunidad por tortura y otros malos tratos sigue siendo casi absoluta”. La procuraduría de este país informó que se estaban revisando 4,715 expedientes de investigación por este tipo de abusos, pero había más de 3000 peticiones pendientes de tramitación.

Presentado por Erika Guevara-Rosas y Tania Reneaum Panszi, directoras para las Américas y para México de Amnistía Internacional, respectivamente, el informe reprocha que por tercer año consecutivo las autoridades no hayan publicado las cifras de personas muertas o heridas en enfrentamientos con la policía y las fuerzas militares.

El informe señala que, según el gobierno mexicano, para fines de 2016 había 29.917 personas desaparecidas (22.414 hombres y 7503 mujeres), registra además el asesinato de 11 periodistas.

Reneaum Panszi explica que al revisar las cifras de desaparecidos y homicidios de periodistas y defensores de derechos humanos, así como las violaciones a la libertad de reunión, surge un hilo conductor en todas las situaciones: “Vemos la omisión del Estado al momento de cuidar a sus ciudadanos. Todos los apartados nos muestran una falencia del gobierno por establecer un entorno seguro y digno donde las personas puedan sentirse tranquilas en el ejercicio de la ciudadanía”.

Dentro de la complejidad del caso mexicano, otra situación de violación constante a los derechos humanos es la enorme afluencia de migrantes que recibe anualmente, debido a su proximidad geográfica con Estados Unidos. Se calcula que cada año unas 400 mil personas indocumentadas cruzan la frontera sur de México; el documento muestra que hasta octubre de 2016 se habían presentado 6898 solicitudes de asilo, pero solo se les concedió la condición de refugiados a 2162 personas. El 93 por ciento de las solicitudes provenían de ciudadanos de El Salvador, Honduras y Guatemala.

Reseñan también las numerosas denuncias de palizas, semiasfixia con bolsas de plástico, descargas eléctricas, violaciones y agresiones sexuales durante las operaciones policiales y militares. La Procuraduría General de la República (PGR) notificó que sólo a nivel federal “revisa” 4 mil 715 expedientes de investigación de casos de tortura.

En este informe también se reporta  la violencia endémica contra las mujeres y las niñas. La falta de datos precisos, actualizados y desglosados sobre violencia de género constituyen un importante obstáculo para abordar el problema.

El informe completo de AI documenta la situación de los derechos humanos en el mundo durante 2016, con cinco reseñas regionales y el análisis individual de los 159 países y territorios.


En esta crisis las personas en movimiento son un blanco de las retóricas de odio de líderes internacionales.  México debe, ahora más que nunca, responder por los derechos de las personas en movimiento en ambas fronteras. Tiene la oportunidad de convertirse en un país de asilo y pelear la retórica venenosa que pone en riesgo la vida de los migrantes y las personas refugiadas; muchas de ellas connacionales pero también procedentes de Centroamérica que huyen de sus hogares por la violencia extrema comenta Amnistía Internacional.

FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: https://desinformemonos.org/grave-crisis-derechos-humanos-mexico-diez-anos-la-guerra-narcotrafico-ai/

miércoles, 22 de febrero de 2017

A 10 años de 'guerra antinarco', más violencia y violaciones a derechos humanos: AI

Ciudad de México: A diez años del inicio de la llamada “guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado”, la violencia en el país “sigue siendo generalizada”, en medio de una impunidad “casi absoluta” para castigar las múltiples y diversas violaciones de derechos humanos, afirma Amnistía Internacional (AI) en su informe anual 2016/17.

En su apartado de México, la organización global -que trabaja en más de 150 países y territorios para poner fin a los abusos contra los derechos humanos- sostiene que la tortura y los tratos crueles e inhumanos, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y detenciones arbitrarias, son una práctica cotidiana en el país, donde varias de las leyes en esta materia siguen sin resolverse en el Congreso de la Unión.

Además, señala que tras cumplirse una década de esta “guerra contra el narco”, los registros oficiales indican que hay un aumento del número de soldados y marinos desplegados en operaciones de seguridad en todo el país, pero que los índices de violencia y de violaciones a los derechos humanos también están en aumento.

Así, citó que las autoridades registraron 36 mil 56 homicidios hasta el final de noviembre, la cifra más elevada desde el inicio del mandato del presidente Enrique Peña Nieto, frente a los 33 mil 17 que se reportaron oficialmente en el año 2015.

Presentado por Erika Guevara-Rosas y Tania Reneaum Panszi, directoras para las Américas y para México de Amnistía Internacional, respectivamente, el informe reprocha que por tercer año consecutivo las autoridades no hayan publicado las cifras de personas muertas o heridas en enfrentamientos con la policía y las fuerzas militares.

Reseñan también las numerosas denuncias de palizas, semiasfixia con bolsas de plástico, descargas eléctricas, violaciones y agresiones sexuales durante las operaciones policiales y militares. La Procuraduría General de la República (PGR) notificó que sólo a nivel federal “revisa” 4 mil 715 expedientes de investigación de casos de tortura.

El informe completo de AI documenta la situación de los derechos humanos en el mundo durante 2016, con cinco reseñas regionales y el análisis individual de los 159 países y territorios.

Respecto a México, el reporte presenta las principales temas violatorios de los derechos humanos, y repasa los más recientes en casos como Nochixtlán, Tanhuato, Tlatlaya, Apatzingán, Atenco y Ayotzinapa.

En la síntesis, da cuenta que México recibió hasta octubre del 2016 un total de 6 mil 898 solicitudes de asilo, que es la cifra más alta de su historia; la mayoría de ellas de personas que huyen de la violencia en El Salvador, Honduras y Guatemala.

De igual forma, denuncia que en el país se llevaron a cabo intensas campañas de difamación contra defensores y defensoras de los derechos humanos y contra observadores independientes, además de que se siguieron denunciándose homicidios y amenazas contra periodistas debido a su trabajo.


En el tema de la violencia contra las mujeres, reportó que ésta “seguía siendo endémica” y que se declararon alertas de violencia de género en los estados de Jalisco y Michoacán.

INFORME COMPLETO

FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: JOSÉ ANTONIO ROMÁN.
LINK: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/02/22/a-10-anos-de-la-guerra-antinarco-mas-violencia-y-violaciones-a-derechos-humanos-ai

martes, 14 de febrero de 2017

No era necesario activar al Ejército en guerra contra el narco, concluye estudio del Senado

Cuando se activó la "guerra contra el narco" no existía una crisis de seguridad que justificara operativos con las Fuerzas Armadas", indica un estudio; las iniciativas partidistas para dar a militares un marco legal en combate al crimen son "cuestionables" y tienen deficiencias, señala el Instituto Belisario Domínguez.

A diez años de que diera inicio la actual estrategia de combate al crimen organizado, con la participación activa de las Fuerzas Armadas en los enfrentamientos con el narcotráfico, los datos oficiales disponibles revelan que ésta “no redujo la violencia existente en el país”, sino “todo lo contrario: esta estrategia detonó una posterior ola de violencia”, tal como concluyó un estudio elaborado por el Senado de la República.

Peor aún: dicho estudio determinó que, en el año 2007, cuando esta estrategia popularmente conocida como “guerra contra el narco” fue puesta en marcha, la violencia en México “se encontraba en niveles mínimos históricos”, por lo cual, en realidad “no existía una crisis de seguridad que justificara el despliegue simultáneo de operativos con las Fuerzas Armadas”.


Elaborado por la Dirección General de Investigación Estratégica del Instituto Belisario Domínguez (centro de estudios legislativos del Senado de la República), el documento denominado “Seguridad interior: elementos para el debate” destaca que “hasta el momento, no se ha puesto a disposición pública ningún diagnóstico oficial que justifique este cambio en la política nacional” de seguridad pública, decidido en 2007 y refrendado hasta la fecha.

Información publicada por la Secretaría de la Defensa Nacional en diciembre de 2016 señala que, en el presente, 52 mil soldados participan en los operativos antinarco iniciados hace diez años, sin embargo, según el estudio del Senado, hasta ahora no existe información oficial “que permita evaluar a cabalidad el desempeño y los resultados de los operativos” militares.


Lo que sí puede verificarse, tal como determinó la Dirección General de Investigación Estratégica del Instituto Belisario Domínguez, es que la implicación de las Fuerzas Armadas en el combate al crimen organizado generó un deterioro no sólo de la seguridad pública, sino también de “las relaciones de convivencia entre el Ejército y la sociedad mexicana”.

Tras analizar los registros de homicidios del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, el centro de estudios legislativos del Senado constató que, antes del inicio de la guerra contra el narco, México experimentaba un índice anual de 9 mil asesinatos, que se elevó a 27 mil a raíz de que esta estrategia de confrontación bélica fue puesta en marcha.

Las denuncias de violaciones a derechos humanos cometidos por integrantes de las Fuerzas Armadas, además, también registraron un crecimiento exponencial.

Retrocesos legislativos

El 1 de diciembre de 2016, cuando faltaban unas semanas para conmemorar los 10 años de la guerra contra el narco, el general Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional, demandó en un discurso público “que se hagan las leyes reglamentarias del artículo 89 fracción VI Constitucional”, para que “podamos servir mejor (al país), con un respaldo jurídico que le permita al soldado hacer las cosas que la propia ley le va autorizar”.


El titular de la Sedena aseguró que dicha reforma es necesaria, ya que “nuestros soldados ya le están pensando si le entran a seguir enfrentando a estos grupos de la delincuencia, (ya que se enfrentan) con el riesgo de ser procesados por un delito que tenga que ver con derechos humanos”.

En respuesta, tres partidos políticos (PRI, PAN y PRD) presentaron en el Congreso su propia iniciativa de Ley de Seguridad Interior, para dotar a las Fuerzas Armadas de un marco legal que regule su participación en la guerra contra el narco.

Sin embargo, según el Instituto Belisario Domínguez, las tres iniciativas de ley presentan distintas deficiencias, empezando por que las tres incumplen con su objetivo central, que es “acotar la presencia militar en tareas de seguridad pública”.

Según el centro de estudios del Senado, en vez de limitar la participación del Ejército, estas iniciativas buscan “otorgar amplias facultades a las Fuerzas Armadas para realizar labores de seguridad pública, y posibilitan una presencia militar de largo plazo, si no es que permanente”.

Aunque estas tres iniciativas persiguen objetivos “bien intencionados”, el Instituto Belisario Domínguez concluyó que los procedimientos que proponen convertir en ley “pueden resultar cuestionables”.

De aprobarse estas enmiendas legales, las Fuerzas Armadas quedarían autorizadas para realizar “investigación de delitos federales y locales”, “amenazas a la gobernabilidad”, “perturbaciones a la paz pública” e incluso “riesgos sanitarios”.


Además, por simple decisión presidencial, sería posible “la suspensión de derechos humanos”, tales como “la libertad de tránsito”, el “derecho a no ser molestados en nuestra persona, familia, papeles o posesiones”, “los derechos a no ser detenidos y a no ser objeto de violencia por parte de las autoridades”, e incluso, se permitiría “el uso de la fuerza pública para controlar actos de resistencia no agresiva por parte de la población”.

Todas estas propuestas presentadas por el PAN, PRI y PRD para atender la solicitud del titular de la Sedena, no obstante, entran en contradicción con diversos artículos de la Constitución, tal como concluyó el centro de estudios del Senado, entre los cuales están los artículos 11, 16, 22, 29 y 129 de la Carta Magna.

Asimismo, el Instituto Belisario Domínguez advirtió que ninguna de las iniciativas legales contempla “políticas especiales para la atención y garantía de las víctimas de violaciones a derechos humanos, en el contexto de las acciones contra amenazas a la seguridad interior”, y tampoco precisa “medidas específicas para garantizar el trabajo de periodistas y defensores de derechos humanos”.


Por todas estas razones, el centro de estudios del Senado determinó que la militarización de la seguridad pública no ayuda a disminuir la violencia, sino que sólo la incrementa “de forma drástica”, además de que los proyectos para normalizar legalmente la participación de militares en la guerra contra el narco atentan contra el orden constitucional.

ESTUDIO COMPLETO

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: PARIS MARTÍNEZ.
LINK: http://www.animalpolitico.com/2017/02/ejercito-guerra-narco-senado/

jueves, 15 de diciembre de 2016

“Sólo nosotros podremos terminar con esta carnicería que lleva ya 10 años”: Familiares de desaparecidos

Una persona está tendida en el piso, otra, con una brocha en la mano marca su silueta en el pavimento, la escena se repite varias veces, hombres y mujeres; un niño que emula a otro que hoy está muerto o desaparecido, mientras su hermano pequeño marca su silueta.

De frente el monumento a la revolución; de lado derecho se trata de representar a las personas desaparecidas, del lado izquierdo a los que han sido asesinados a 10 años de que Felipe Calderón Hinojosa declarará la llamada guerra contra el narcotráfico y así, una a una fueron apareciendo cientos de siluetas en el piso, cada cual con el nombre de la persona a quien representa y tras de ella una familia que sufre la ausencia.

Adán, Saúl, Marcos, Sonia, María, Gerson, Karina, Sonia, entre otros nombres en el piso, desde muy temprano comenzaban a dar cuenta de la tragedia nacional provocada por la guerra: “125 mil asesinados, 30 mil desaparecidos, 200 mil desplazados” son cifras conservadoras, aseguraron los familiares, pero aún así dan cuenta del México que sangra por la violencia encrudecida por la guerra.

La acción fue convocada públicamente el jueves pasado cuando organizaciones de familiares de personas desaparecidas llamaron a realizar este acto que nombraron de resistencia, declarando que la llamada guerra no ha sido contra el narcotráfico sino contra el pueblo como una excusa para instaurar un estado decepción permanente, de militarización del país, señalando que quienes han sido llamados “daños colaterales” son en realidad las víctimas directas de la guerra, es decir, la ciudadanía en general, y también recordaron a los periodistas asesinados cuando se vuelven “incomodos” para el gobierno.

Una jarana sonó también acompañada de voces que cantaban el dolor de Ayotzinapa, los poemas brotaron como consigna y petición de paz, con voces jóvenes y rebeldes que invitaban a los curiosos asistentes a unirse a la protesta, paseantes curiosos se acercaban, luego, se volvían parte del acto pidiendo también el alto a la guerra, marcando sus siluetas en el piso; un grupo de jóvenes de preparatoria se unieron “es que no queremos ser los próximos” afirmó uno de ellos.

Al micrófono, familiares contaban sus testimonios, “mi hija está desaparecida”, dijo la mamá de Mónica Ramírez Alvarado, estudiante de la Autónoma Nacional desaparecida en 2004, relatando cómo aun pese a que hay detenidos por el caso, no ha logrado encontrar la justicia ni saber del paradero de su hija. Valentina Peralta Puga, de la organización Eslabones, habló sobre las fosas de Tetelcingo, narrando como son las propias autoridades quienes dificultan la labor que hacen los familiares para encontrar a sus desaparecidos y señaló que en el caso de Morelos ya hay una alta funcionaria procesada por el caso de las fosas irregulares de la Fiscalía del estado, conocidas como fosas de Tetelcingo.

Una integrante de Familiares en Búsqueda María Herrera, recordó a los asistentes que la necesidad de búsqueda directa de los familiares por encontrar a sus desaparecidos se ha vuelto apremiante, por lo cual ya se tiene en puerta la Tercer Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, que será del 20 de enero al 4 de febrero del 2017 en Sinaloa, y para lo cual están realizando un el concierto “Voces por Nuestros Desaparecidos” para juntar fondos, por lo cual pidió la solidaridad y apoyo, el concierto se realizará el próximo jueves 15 de diciembre en el Café Zapa Vive e invitó al público en general a solidarizarse para poder juntar recursos que ayuden en las búsquedas directas.

El evento que iniciará a las diez de la mañana, vio su fin alrededor de las seis de la tarde, jóvenes de la organización Nos Hacen Falta, agradecieron la presencia los asistentes y dijeron que las siluetas ahí representadas eran apenas una ínfima cantidad en comparación a las personas desaparecidas o asesinadas en el lapso de diez años de la guerra contra el pueblo:
“sólo nosotros mismos podemos hacer que esta carnicería que es nuestro país termine, pero eso lo tenemos que hacer nosotros, con la memoria de quienes nos hacen falta y exigiendo justicia, la única manera de detener esta catástrofe es uniéndonos, tomando los espacios públicos, haciendo valer nuestra voz y entendiendo que esta violencia sin sentido es parte de una una estrategia equivocada que no tiene como objetivo la paz, sino en control mediante el miedo, existe un país diferente que nos pertenece pero que tenemos que recuperar” finalizó.
FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: LUCIA JOSELIN MUÑOZ.
LINK: https://desinformemonos.org/solo-podremos-terminar-esta-carniceria-lleva-ya-10-anos-familiares-desaparecidos/

Diez años después… volvemos a lo mismo

Era 2005 y en México los cárteles de la droga crecían y se adueñaban de los territorios que arrebataban a empresarios honestos, ciudadanos de bien y gobiernos corruptos. Entre pocos se repartían las zonas: el cártel de Sinaloa, el cártel Arellano Félix, el cártel del Golfo, el del Milenio, los Zetas. Eran las mismas estructuras criminales que desde hacía 20 años se habían despachado el territorio criminal ante la captura de los notorios capos Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo.

En Sinaloa, el general Sergio Aponte Polito estaba a cargo de la Novena Zona Militar con sede en la capital del Estado que gobernaba Jesús Aguilar Padilla. Los índices de violencia e inseguridad en esa entidad estaban en los límites del horror. Los narcotraficantes tenían negocios, coleccionaban casas de seguridad, se paseaban por todos lados, amedrentaban policías honestos, asesinaban periodistas y activistas, imperaba la ley del terror que imponía el narcotráfico con sangre. Hasta la sociedad estaba impregnada de la inmundicia criminal.

Harto de ver consumida la sociedad por la delincuencia organizada, y ser testigo de la corrupción en las corporaciones civiles, el General Sergio Aponte Polito pronunció un discurso que más tarde y con el mismo ímpetu e impacto, ofreció en Baja California.


Acusaba entonces a sociedad y gobierno de su condescendencia con los miembros del narcotráfico. Señalaba a los ingenieros que les construían sus guaridas subterráneas, a los arquitectos que les diseñaban casas con pasadizos y dobles fondos para esconder droga, armas y dinero. A los banqueros que les aceptaban el dinero mal habido, a las automotrices que les aceptaban pagos en efectivo por la adquisición de camionetas, completando con ello un círculo de lavado de dinero. Hasta a la sociedad que los invitaba a sus casas, les permitía departir con hijos e hijas, y hasta los hacia miembros de su familia. A las corporaciones corruptas que les hacían de guardaespaldas oficiales, que les ayudaban a huir después de asesinar, secuestrar, a los gobiernos que les daban protección y les garantizaban impunidad.

El narco crecía al amparo de gobierno y sociedad. Y la única forma de combatirlo era, de acuerdo al General, hacer un frente un común.

Viene a la mente el General Sergio Aponte Político (ya en el retiro), porque fue este hombre del Estado, uno de quienes encabezaron la guerra contra las drogas como llamó Felipe Calderón Hinojosa a su estrategia de combate a los mafiosos que integraban entonces (algunos aún), los cárteles de la droga en México.

Don Sergio Aponte fue enviado a Baja California donde encabezó la II Región Militar en enero de 2006. Empleó el mismo discurso apelando a la denuncia ciudadana para aprehender a aquellos que eran protegidos por una parte de la sociedad y por una parte de los gobiernos, en lo que era una gran base de impunidad a costa de la corrupción. Funcionó. Los ciudadanos que se veían amenazados por la criminalidad los empezaron a denunciar, lo mismo a policías corruptos. Con la venia del Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, los militares comenzaron así a perseguir el narcotráfico y a coordinar a las fuerzas civiles.

La medida tuvo mucho que ver con el hecho que las corporaciones civiles estaban infiltradas por el narcotráfico y el crimen organizado. La única institución que garantizaba una tarea neutral al servicio del estado y no corrompida en sus cimientos era precisamente la integrada por la milicia. El pacto de Calderón fue sacar el Ejército de los cuarteles en tanto las policías preventivas, procuradoras e investigadoras eran depuradas y evaluadas con controles anticorrupción.

Ciertamente sin atribuciones legales más allá de la orden presidencial y el establecimiento de formas de coordinación en la ley nacional de seguridad Pública. Los militares contribuyeron grandemente en la aprehensión de asesinos, narcotraficantes y agentes deshonestos. Establecieron retener en calles y carretas que contribuyeron a incrementar el decomiso de drogas, armas, dinero, avionetas, vehículos y demás herramientas de los narcotraficantes para la producción, venta y trasiego de droga de este País al de la Unión Americana.

Sin embargo, llegó Enrique Peña Nieto y eliminó gran parte de esa política de combate al crimen organizado y el narcotráfico. Empezó por retirar al Ejército Mexicano (No a la Armada de México que sigue coadyuvando en esas tareas incluso con corporaciones extranjeras), eliminar la Secretaría de Seguridad Pública Federal que tenía entre otras responsabilidades la evaluación de las fuerzas del orden civil, erradicar los retenes militares para el aseguramiento de drogas así como las aduanas internas, ordenando a Generales no investigar al narcotráfico, desmantelar áreas de inteligencia con ese propósito y, muy importante, no dar declaraciones al respecto.

Enrique Peña Nieto quería que el mundo y México se olvidara de la guerra contra las drogas que tanto había costado al Gobierno Mexicano, y pensara en una tierra pacífica donde los convoyes militares dejaran de ser parte del escenario cotidiano y los militares no entraran en disyuntivas legales al realizar una tarea para la cual ciertamente no estaban facultados.

Los resultados no han sido los deseados. En 45 meses de gestión, a julio de 2016, las personas ejecutadas en territorio nacional producto de la guerra entre cárteles, ascendieron a 78 mil 109. En casi cuatro años, Peña está peligrosamente cerca de los 85 mil 35 ejecutados que se registraron en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. De hecho, de continuar la inseguridad en los niveles que se viven estos días, habrá más ejecutados en el sexenio de Peña que en el de Calderón. De igual forma, hay más organizaciones criminales, especialmente en las localidades de la costa del pacífico, mientras las existentes en el norte se han adentrado al centro, a la par que uno de los cárteles más violentos, el cártel Jalisco Nueva Generación, amplía sus territorios criminales en alianza con otras organizaciones y en plena impunidad.

La diferencia entre el sexenio de Calderón y el de Peña es que el Ejército está fuera del combate al narcotráfico, y que la Secretaría de Seguridad Pública Federal dejó de existir. La otra gran contradicción: Hay más ejecutados, más violencia y más cárteles.

Por estos días el Secretario General de la Defensa Nacional, el general Salvador Cienfuegos, ha establecido que sin facultades en la Ley ellos poco pueden hacer, además que no han sido instruidos desde su inicio para combatir al narcotráfico, sino para garantizar la seguridad interior. Que ciertamente se debe regular la participación de las Fuerzas Armadas para hacer frente a riesgos y amenazas que vulneran el orden constitucional y el estado de derecho.

Por estos días, ya con poco margen de maniobra ante el cierre de sesiones legislativas, los representantes del Poder Judicial empezarán a discutir en la Juntas de Coordinación Política, tanto de la Cámara de Diputados como de la Cámara de Senadores, las reformas a la Ley de Seguridad nacional para establecer la responsabilidad y facultades de las fuerzas armadas en la seguridad interior, y la participación de las mismas en el combate al narcotráfico y el crimen organizado. Esto ya resulta urgente.

Es evidente por los resultados obtenidos en los últimos cuatro años, que la ausencia del Ejército en el combate a los cárteles y la falta de depuración en las organizaciones civiles, han creado ese ambiente de impunidad y corrupción que ha permitido a las organizaciones criminales crecer en el País, asesinar a sus detractores y enemigos, a policías honestos, trasegar droga, cobrar piso, secuestrar, desaparecer.

Diez años después del inicio de la guerra contra las drogas estamos igual o peor. Con más impunidad, sin un combate a la corrupción, con los militares en los cuarteles, y los narcotraficantes creciendo el ilícito negocio ante una estrategia federal que, es evidente, no funciona. No cuando hay más muertos y más narcos.


Eso sí, hoy como hace diez años, tanto el Poder Ejecutivo como el Poder Legislativo, están analizando la posibilidad de cambiar la Ley para darle facultades y responsabilidades a las fuerzas armadas. Otra vez.  O será que sin una estrategia bien fundamentada al Presidente y a su gabinete ya no se les ocurre otra cosa.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: ADELA NAVARRO BELLO.
LINK: http://www.sinembargo.mx/14-12-2016/3125689

miércoles, 14 de diciembre de 2016

México ha pagado muy caros los 10 años de una guerra que sólo beneficia a EU: Marcelo Bergman

Mientras no se resuelva el tema de la impunidad en México, no se resolverá el de la inseguridad, dice categórico Marcelo Bergman, director del Centro de Estudios Latinoamericano sobre Inseguridad y Violencia (Celiv) de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, de Argentina. El también autor del libro Drogas, narcotráfico y poder en América Latina, plantea que en la guerra con el narco en México ha prevalecido la “ineficacia institucional”, lo que ha provocado más bajas –entre muertos y desaparecidos– que en las guerras de Afganistán e Irak.

México ha pagado un costo humano extremadamente alto por haber iniciado hace 10 años una “guerra contra el narcotráfico” cuyo mayor beneficiaria ha sido la política prohibicionista de Estados Unidos, dice el sociólogo Marcelo Bergman, director del Centro de Estudios Latinoamericano sobre Inseguridad y Violencia (Celiv) de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, de Argentina.

Las decenas de miles de personas asesinadas, desaparecidas o enterradas de manera clandestina en el territorio mexicano son saldos de “dimensiones superiores” a las registradas en conflictos como los de Afganistán o Irak, plantea en entrevista, sin que se advierta una cercana recuperación de la seguridad pública.

Al contrario. En Drogas, narcotráfico y poder en América Latina, publicado este año, Bergman explica que la desnudez en la que los grupos del narcotráfico de la región, sobre todo los mexicanos, han dejado la impotencia de las instituciones del Estado, ha generado a su vez los incentivos para que aumenten los delitos extorsivos y, de forma exponencial, la violencia.
“Dado que las instituciones muestran toda su debilidad, y los grupos vinculados al negocio de la droga ya tienen una ‘infraestructura’ delincuencial desarrollada, les resulta relativamente sencillo a ciertos grupos diversificar la ‘cartera’ de negocios criminal”, dice Bergman en su libro.

“Así, van sembrando terror y amenazas sobre un creciente número de individuos. Robos, extorsión, secuestros, trata de personas son, en muchos casos, conducidos por redes, bandas y pandillas que se habrían iniciado en el negocio de la droga”, agrega.

Los crímenes “extorsivos” no le dejan más dinero que el narcotráfico a las organizaciones delincuenciales, explica el investigador, pero las condiciones creadas, por ejemplo, en México, los facilitan.

“Los grupos que trabajan para estos grandes capos, en sus momentos libres, como ya tienen la infraestructura hecha; es decir, tienen el equipamiento no militar, pero sí de armamento, tienen comprada a la policía, tienen cierto control territorial, entonces les es mucho mas fácil incurrir en extorsiones o secuestros”, explica en entrevista.
“Lo que hemos visto en México, algunas de las consecuencias, efectos que ha tenido la guerra contra las drogas es esta diversificación criminal; es decir, grupos subalternos a los cárteles que han incurrido en otro tipo de delitos más allá del narcotráfico”, sintetiza el investigador especializado en criminalidad y seguridad ciudadana en el continente.

Y en el centro de la problemática, dice, está la impunidad.

“Si se tiene, como en México, una tasa de impunidad por homicidio de aproximadamente 85 por ciento; es decir, 85 de cada 100 homicidios no llegan siquiera a una audiencia judicial, ni qué hablar de encontrar a los culpables y condenarlos, quiere decir que la probabilidad de que alguien mate y salga impune es altísima”, plantea.

–¿Cómo impactaron la violencia, los asesinatos, las desapariciones de estos últimos 10 años sobre el resto de la problemática criminal?

–Creo que esta es precisamente una de las caras más negras respecto al tema de las drogas. Y esto es porque el crecimiento del narcotráfico y de las rutas entre cárteles, lo que ha generado es lo que llamamos la diversificación. El efecto menos deseado y el más profundo fue éste de la diversificación criminal. ¿Qué significa? Que antes había algunas células, algunos grupos, que traficaban con droga, que la ponían del otro lado de la frontera; había peleas entre cárteles por el control de ciertas plazas o de ciertas rutas; pero, con el avance del narcotráfico, lo que ha ocurrido es que, además, estas mismas organizaciones, o mejor dicho, grupos que trabajaban para estas organizaciones, han empezado a incurrir en otro tipo de delitos, fundamentalmente en el de la extorsión y el secuestro pero también la trata, el robo de gasolina, varios tipos de robos… Esto es producto, en parte, de estos grupos que estuvieron vinculados a los grandes cárteles. No es que éstos extorsionen, algunos sí; pero, en general, los grandes traficantes de droga no entran en el tema de la extorsión para ganar dinero, ganan muchísimo más dinero moviendo la droga hacia Estados Unidos. Pero los grupos que trabajan para estos grandes capos, en sus momentos libres, como ya tienen la infraestructura hecha; es decir, tienen el equipamiento no militar, pero sí de armamento, tienen comprada a la policía, tienen cierto control territorial, les es mucho mas fácil incurrir en extorsiones o secuestros. Lo que hemos visto en México, algunas de las consecuencias, efectos que ha tenido la guerra contra las drogas es esta diversificación criminal; es decir, grupos subalternos a los cárteles que han incurrido en otro tipo de delitos más allá del narcotráfico.

–¿Qué pesa más, las debilidades institucionales o el poder de fuego de estas organizaciones?


–Este es un tema muy álgido y un poco complejo, pero estas dos cosas operan en equilibrio. Quiere decir que si hay mucha criminalidad, normalmente hay baja capacidad institucional, y si hay alta capacidad institucional, hay baja criminalidad. Un ejemplo muy concreto: si se tiene, como en México, una tasa de impunidad por homicidio de aproximadamente 85 por ciento; es decir, 85 de cada cien homicidios no llegan siquiera a una audiencia judicial, ni qué hablar de encontrar a los culpables y condenarlos, quiere decir que la probabilidad de que alguien mate y salga impune es altísima. Esto nos habla de que tanto el Ministerio Público como los jueces, los policías, son bastante ineficientes para poder resolver el tema del homicidio. Ahora bien, cuando hay cien mil ejecuciones es muy difícil resolver muchas de ellas. Ningún país en el mundo puede resolver cien o 20 mil o 30 mil homicidios en un año, es muy difícil. Entonces, esto es lo que yo llamo operar en equilibrio, cuando las dos partes, cuando la situación se deteriora a los niveles que se ha deteriorado en Colombia, en Venezuela, Honduras o El Salvador o también en México, es muy difícil que las instituciones funcionen. Es como un círculo vicioso: tenemos ineficacia institucional, lo que provoca más criminalidad, lo que hace que las instituciones sean más débiles todavía y, por tanto, haya más criminalidad. Esto es lo que viene pasando en México.

–¿Estamos ante un patrón de ineficacia del Estado, o de protección?

–Lo que los académicos hacemos es analizar un conjunto de variables, ver otros casos y comparar con otros países u otros momentos, y decir ¿cuán plausible es que el Gobierno mexicano trabaje para las corporaciones del narcotráfico? Bueno, si me hace esa pregunta, yo diría que no, yo creo que el Gobierno mexicano no trabaja para el narcotráfico. El Gobierno mexicano, especialmente el Gobierno federal, tiene al narcotráfico como gran preocupación y puede llegar a negociar alguna que otra cosa con alguien en particular, obviamente en secreto, pero en términos generales no los protege, como en algún momento sí los protegió y que dio lugar a su crecimiento.

–En el inicio, digamos…

–Sí, ahí los trabajos de Luis Astorga (del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México) han sido fundamentales para demostrar que el narcotráfico operaba en los años 70 y 80 del siglo pasado con cierto manto de protección o al menos de mirar a otro lado. Esto lo que ha permitido es que estas bandas de narcotraficantes o de contrabandistas de droga, que fue fundamentalmente lo que fueron, contrabandistas de droga, en los años 60, 70 u 80 del siglo pasado, fueron adquiriendo gran cantidad de riqueza y, por tanto, el Gobierno mexicano tuvo que tomar una decisión en algún momento, si seguir protegiéndolos o combatirlos, porque ya se habían crecido demasiado, y hacían demasiado lío, digamos, entre ellos, y eso es lo que precipitó las decisiones, fundamentalmente de (el ex Presidente Felipe) Calderón de combatirlos, digamos. Hasta el fin del siglo pasado no se les combatió, salvo alguna captura, pero nada de gran escala, y ahora sí. Ahora, hay muchos trabajos de colegas académicos que han demostrado que hay cierta propensión en los Gobiernos más bien municipales, donde está ocupando fuertemente el narcotráfico, que los jefes municipales o sus policías, o aun en algunos casos hasta en los estados, ha habido documentación, donde sí hubo ‘captura’. Le llamamos ‘captura’ al hecho de que el jefe municipal trabaja para la banda del narcotráfico, y no al revés, no es una mordida, sino que directamente trabaja para él, eso es ‘captura’. Y algunos casos aislados de captura sí hay. Lo que sí hubo es connivencia, lo que sí hay es mordidas, obviamente, e intimaciones, intimidaciones, ese tipo de cosas. Es decir, estamos en un estado en México donde, en algunos lugares, directamente está cooptado el poder político, como en Michoacán, en algunas ciudades, municipios han sido cooptados por el narcotráfico, y en otros se mantiene una suerte de equilibrio de guerra de gato y ratón, se persiguen unos a otros, y a veces mandan los narcos y a veces mandan las instituciones, los gobernadores o el ministerio público, que son más fuertes en algunos momentos y en otros no.

–Menciona en su libro que la corrupción “socava tareas muy elementales del Estado”. ¿Qué tanto ha ocurrido esto en México?


–La tarea más importante del Estado en cualquier lugar del mundo es proveer seguridad. Hay ciertos lugares del territorio mexicano donde el Gobierno no puede proveer la seguridad básica de sus habitantes. Y los Gobiernos y los Estados que no pueden proveer seguridad incumplen su razón de ser más importante. Entonces, hay ciertos estados y municipios en México donde los Gobiernos no pueden proveer la seguridad básica, y esto ha socavado parte de su legitimidad, porque no pueden hacer este trabajo. Además de todo, el hecho de estar en esta guerra contra el narco, no les permite atender otros problemas, como son los problemas de desarrollo social, de prevención al delito, educación, etcétera, son problemas serios que vienen arrastrándose desde hace muchísimos años en México. Entonces, no digo que en todos lados es así, porque en algunos municipios, al menos que se haga un esfuerzo enorme, con una enorme cantidad de recursos, que es el caso de Ciudad Juárez, por ejemplo, la mayoría de las funciones que debe cumplir el Estado quedan relegadas y postergadas, porque es devastador el esfuerzo de la lucha contra el narcotráfico.

–En su libro hay varias definiciones de términos asociados a esta problemática, como cártel o corrupción, entre otros. ¿Podríamos definir que esto que ocurrió en México es una “guerra contra las drogas”?

–Yo diría que, a partir de la política explícita de Calderón, cuando asume, lo que hay es una guerra contra el narcotráfico. Y hay que hacer una diferencia nada sutil entre narcotráfico y droga, obviamente. La guerra contra las drogas, o el esfuerzo para que la gente no consuma, para que no haya drogas en el mercado, en fin, fundamentalmente un esfuerzo para limitar la distribución de droga en el mercado doméstico. Pero lo que ha pasado con Calderón es que él, más que nada, trató de descabezar, de romper las estructuras de los grupos que traficaban la droga fundamentalmente a Estados Unidos. Entonces, es una guerra contra los grupos que se dedicaban al narcotráfico. Esa sería una definición más concreta. Sigue aun en este sexenio sin la nomenclatura o la exposición que le dio Calderón en el suyo, pero sigue siendo el Gobierno de Enrique Peña Nieto un Gobierno en lucha contra el narcotráfico. El ejemplo más cabal es, por supuesto, el encarcelamiento de Joaquín Guzmán.

–Y en es sentido, si se trataba de hacer esto, de descabezar los grupos, ¿cuál es el balance después de 10 años? ¿Fue lo correcto?
–La historia todavía se tiene que escribir, pero hay algo que es indudable: el precio que ha pagado México ha sido tremendo, dejará sus secuelas por años y tal vez décadas. 25 mil personas, que es la información que tengo, en narco fosas, decenas de miles de desaparecidos, más de 100 mil ejecutados, con nombre y apellido, estas son dimensiones superiores a la guerra en Afganistán, en Irak, ha tenido un enorme costo humano. Esto es indudable, sin que, necesariamente, al día de hoy podamos decir ‘estamos mejor, ha parado la delincuencia, la criminalidad, se ha pagado un precio pero estamos en la vía adecuada de recuperación’, eso no lo podemos decir hoy, lamentablemente.

Lo que ha sucedido hasta hoy, claramente, ha sido de un costo humano demasiado grande, sin resultados que uno dijera: ‘estamos mejor’. ¿Podría haber estado peor? Puede ser que sí; no sabemos qué hubiese pasado si no se hubiese hecho nada. La experiencia nos indica que algo había que hacer, no necesariamente esa política, pero algo había que hacer, porque México estaba sufriendo los embates de peleas del narco por el gran negocio del tráfico de drogas a Estados Unidos. Pero, a mi juicio, son más los pasivos que los activos, más lo negativo que lo positivo.

–¿Hay punto de retorno en esta escalada de criminalidad?

–Siempre hay retorno y nunca hay que perder el optimismo. Pero el punto es que, lo que hay, cualquier política que trate de recuperar el tejido social, tiene que ser una política que sume y no divida a los mexicanos, que haya un consenso de que hay que hacer fuertes inversiones en lo social, tiene que ser un país en donde las aspiraciones de los jóvenes puedan concretarse, y que la venta de la droga, el trabajo de los carteles no sea un instrumento de salvación pasajero, sino que sencillamente que sea deplorable eso, porque hay otras oportunidades mejores y más seguras, y por eso hay que invertir mucho, tiene que haber una conciencia de que hacia eso vamos.

¿Qué tan importante es el combate a la impunidad para esto?
–Desde luego, mientras no se resuelva el tema de la impunidad, no se va a resolver el tema de la inseguridad. Tiene que haber un compromiso muy fuerte de los gobiernos, de toda la sociedad. Ahora, no hay balas de plata, no es una medida o dos o tres, y en dos o tres años estamos del otro lado. No, esto va a demorar muchos años, a requerir mucha inversión. No descarto que esto sea posible, hay países que han vuelto de esto, que todavía no son del todo pacíficos; pero, por ejemplo, Colombia estuvo en una situación mucho peor a la de México, y hoy pareciera encarrilarse, todavía con sus problemas. Perú ha tenido problemas y hoy es un país pacífico, relativamente. Sudáfrica ha tenido problemas enormes de otro tipo, pero enormes, y hoy es una comunidad más o menos organizada. Todos estos ejemplos, y muchos otros, lo que nos dicen es que las sociedades no pueden partidas en dos. Tienen que unirse y comprometer muchos recursos y muchos esfuerzos por este periodo. Ojalá México esté en ese punto de entender que hace falta eso, que hace falta que todos los mexicanos se unan y pueden tomar medidas, aunque sean poco simpáticas para los Estados Unidos, respecto a qué hacer con las drogas.

–¿Como cuáles?

–Desde la despenalización del consumo, no hablo de legalización, o no hacer la guerra que los norteamericanos quieren que los mexicanos hagan. También eso es un tema de negociación con Estados Unidos, pero claramente México ha pagado un precio extremadamente caro por esta guerra, cuyo mayor benefactor es la política prohibicionista de Estados Unidos. México también la adoptó, por buenas razones también. Cuando alguien dice no hay que dejar que los narcos tengan demasiado poder, está bien pensada esa lógica, no es bueno tener mafias. Sin embargo hay formas de lidiar con la mafia que no sean justamente la pelea así frente a frente, porque México no tiene el tipo de ejército o inteligencia o de capacidad institucional como pueden tener otros países. Entonces, hay que revisar esto.

–¿Se espera algo similar, ahora que Argentina ha declarado también que aumentará el combate al narcotráfico?


–No hay punto de comparación con la droga que circula en México. Por México pasan cerca de 300 toneladas de cocaína por año a Estados Unidos, en esos órdenes, y en Argentina pasa el cinco o hasta el 10 por ciento de esta droga, hay una diferencia abismal en la cantidad de droga. Y lo que le decía, Argentina, aun con sus deficiencias institucionales tan graves, la tasa de impunidad es aproximadamente 50 por ciento. En México es 85. Es decir, que todavía la probabilidad de que alguien cometa un homicidio y lo lleven preso, es mucho más alta en Argentina y por tanto todavía esperemos que siga así, que no se descarrile.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SANDRA RODRÍGUEZ NIETO.
LINK: http://www.sinembargo.mx/12-12-2016/3123999

Aunque hay cifra récord de militares en las calles, bajan decomisos y detenciones

A pesar de que el despliegue de militares en el país es el mayor en la historia, los resultados en lucha contra el narco y la seguridad pública son negativos en 2016.

Los resultados de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en materia de combate al narcotráfico se desplomaron en 2016. Luego de que en 2015 se logró un repunte en casi todos los frentes, este año se registró una caída en los decomisos de todas las drogas, además de una baja en el aseguramiento de posibles narcotraficantes y armas. Los descensos van del 40 al 80 por ciento.

Datos oficiales de la campaña contra el narcotráfico de la Sedena evidencian un balance negativo en 12 indicadores distintos aun cuando falta un mes para que el año termine. Esto pese a que el despliegue militar en operaciones contra la delincuencia se ha incrementado.

En cuanto a los decomisos de drogas, de enero a noviembre del presente año, el Ejército suma 696 mil kilogramos de mariguana, que equivale a una caída de 38% respecto al volumen de esta droga asegurada en 2015.

En el descubrimiento y aseguramiento de opio la caída es mucho mayor. En 2016 se han decomisado 153 kilogramos, que equivale apenas a poco más del 10 por ciento de los mil 238 kilogramos que se consiguieron decomisar el año pasado.

Otra caída importante se registra en la cocaína. En el 2015 se decomisaron cinco mil 617 kilogramos de esta droga mientras que este año apenas suman mil 299 kilos descubiertos, una caída del 77 por ciento de un año a otro. De hecho la cantidad de cocaína descubierta este año es la menor de todo lo que va del sexenio.

En cuestión de metanfetaminas el 2016 representa el fin de una tendencia al alza en el decomiso de esta droga que se registraba desde hace tres años y que llegó hasta los 35 mil 153 kilogramos asegurados en 2015. Este año el balance hasta el cierre de noviembre era de 20 mil 215 kilogramos descubiertos, es decir, casi 15 toneladas menos.

La heroína también presenta resultados negativos. En 2016, de acuerdo con los datos de la Defensa Nacional, los militares han descubierto 237 kilogramos de esta droga que es una caída del 45 por ciento respecto al volumen de heroína encontrada. Es la menor cantidad de heroína asegurada desde 2013.

En cuanto a la semilla de amapola, que es un elemento clave de la producción de otras drogas, las cifras arrojan que se han decomisado mil 260 kilogramos en este año, que son 200 kilogramos por debajo de lo asegurado en  2015.

Menos detenciones en la estructura de los cárteles

Este año también ha sido negativo en cuanto a los golpes asestados a la infraestructura operativa de los cárteles de la droga. En el apartado de presuntos narcotraficantes detenidos, hasta el cierre de noviembre sumaban tres mil 663 los sospechosos capturados pero en 2015 la cifra superaba los cinco mil 400.  Es una caída en la efectividad en este apartado del 33 por ciento.

Los golpes al poder de fuego de los delincuentes también presentan una disminución en 2016. El balance de armas largas aseguradas es de mil 970 y si bien, aún falta un mes para que el año termine, la cifra es lejana en comparación con las tres mil 596 armas largas arrebatadas a los cárteles el año pasado.

En cuanto a las armas cortas el Ejército reporta, de enero a noviembre de 2016, mil 243 decomisadas que son casi 700 menos respecto a las del año pasado.

En 2016 la Secretaría de la Defensa Nacional reporta el decomiso de 352 granadas explosivas de distintos tipos, que son poco menos de la mitad en comparación con las 751 descubiertas en 2015.

Otra reducción significativa se da en cuanto al descubrimiento y destrucción de los laboratorios clandestinos en los que se fabrican drogas sintéticas. En 2016 van 108 laboratorios descubiertos, que son 40 por ciento menos respecto a los 184 laboratorios asegurados el año pasado.

En cuanto a las pistas clandestinas que son utilizadas por los cárteles para el despegue o aterrizaje de aeronaves cargadas de droga, los militares han descubierto este año 292 de ellas. Aunque el ritmo se mantenga y el año concluya con más de 300 pistas aseguradas, la cantidad es lejana respecto a las 446 pistas descubiertas en 2015.

La excepción a estos resultados negativos son las aeronaves aseguradas a los posibles narcotraficantes. Este año suman 23 la mayor cifra de estos aparatos asegurados en lo que va del actual sexenio.

Sin mejoría

En el actual sexenio la presencia del Ejército en trabajos de combate a la delincuencia y el narcotráfico se ha incrementado. Animal Político publicó que en 2016 hay 142 bases de operaciones mixtas en las que hay militares asignados a trabajos de vigilancia y seguridad pública. Es la mayor cifra de bases operativas desde el 2012.

En su cuarto informe de labores, la SEDENA reveló que mantiene desplegadas de forma permanente 182 unidades en el país para coadyuvar en temas de seguridad interior y nacional que es el mayor despliegue de fuerza en la actual administración. Vía aérea y terrestre fueron recorridos en patrullajes más de 28 millones de kilómetros en el último año.

Pese a lo anterior los indicadores de resultados del Ejército descendieron en materia de combate al narcotráfico, como ya se describió. Además, su colaboración en temas de seguridad pública tampoco ha evitado que este año haya un repunte de la violencia en el país.


En los primeros diez meses de este año los homicidios dolosos han crecido en 25 de las 32 entidades federativas del país. En todos esos estados hay grupos de coordinación en los que participa el Ejército Mexicano así como elementos desplegados  que apoyan los trabajos de vigilancia.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ARTURO ANGEL.
LINK: http://www.animalpolitico.com/2016/12/militares-narcotrafico-resultados/

lunes, 12 de diciembre de 2016

Realizan “acto de resistencia” contra guerra contra el narcotráfico

Este domingo, activistas, organizaciones y miembros de la sociedad civil realizaron una protesta contra la “guerra contra el narco” en el Monumento a la Revolución de la Ciudad de México, donde manifestaron la indignación y el rechazo ante la violencia de desencadenó su declaración desde diez años, en el sexenio de Felipe Calderón.

De acuerdo con los organizadores, la manifestación fue un “acto de resitencia” que buscó evidenciar que la guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado se transformó en una guerra contra la misma sociedad, pues ha dejado miles de asesinados, desplazados y desaparecidos en el país.

“En estos diez años, la sociedad ha vivido lo inenarrable: cientos de fosas clandestinas, cuerpos desmembrados, feminicidios, familias quebradas y muchos otros dolores y sufrimientos”, dijo Aarón Andrade, del colectivos Nos hacen Falta.

En el acto, también participaron integrantes de las organizaciones ReverdeSer y la Red Eslabones, entre otras.

Durante la protesta se pintó en letras grandes “A 10 años de su guerra + de 120 mil asesinados”, y la plancha del Monumento quedó marcada con las siluetas de personas que, tiradas al piso, simularon ser las víctimas de la “lucha” del gobierno contra el crimen.

Las organizaciones y colectivos de la sociedad civil encargados de su organización señalaron que la guerra que inició en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, en diciembre del 2006, y que se intensificó en el gobierno de Enrique Peña Nieto, sumergió al país en la “barbarie”, pues el saldo hasta ahora es de más de 125 mil personas asesinadas, más de 30 mil desaparecidas y alrededor de 200 mil personas desplazadas de sus hogares por la violencia. “Estas cifras sólo retratan una parte del dolor de México”, indicaron.

La convocatoria fue lanzada por el Colectivo Nos hacen Falta, El Comité 68, Familiares en Búsqueda María Herrera, y Red Eslabones por los Derechos Humanos, entre otros.


Hace unas semanas, especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) declararon que la guerra contra las drogas era un “fracaso”, pues en México los indicios y datos hablan “de la catástrofe que ha significado” y que no ha dado resultados en materia de seguridad ni de salud con respecto a lo que ocurría hace 10 años, “cuando nos lanzamos sin un diagnóstico claro y sin objetivos explícitos a esta lucha que no tiene sentido”.

FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: https://desinformemonos.org/realizan-acto-resistencia-guerra-narcotrafico/