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PGR se niega a investigar detenciones ilegales del #20NovMx; víctimas se amparan

A más de un año de las detenciones, los afectados han esperado, en vano, dos cosas: que las autoridades responsables respondan ante un juez penal, y que las dependencias involucradas restituyan a las víctimas.

El 20 de noviembre de 2014, Hugo, Tania, Luis Carlos, Atzin e Isaac fueron detenidos por policías federales y de la Ciudad de México, por participar o estar cerca de las manifestaciones que ese día se realizaron en la capital del país, para reclamar la presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala… los cinco fueron golpeados por los agentes, amenazados con sufrir desapariciones forzadas como aquellas contra las que se manifestaban, y luego fueron enviados a un penal federal de alta seguridad, acusados de los delitos de “motín”, “homicidio en grado de tentativa” y “asociación delictuosa”.

Pero nueve días después, todos obtuvieron su libertad, al demostrarse que, en realidad, eran inocentes, y que las pruebas en su contra habían sido fabricadas por la Procuraduría General de la República, la Policía Federal y la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal.

Ha pasado un año y cuatro meses, durante los cuales, estas víctimas han esperado, en vano, dos cosas: que las autoridades responsables de la detención y tortura sufridas respondan ante un juez penal por los delitos cometidos en su contra, y que las dependencias de gobierno involucrada en estos abusos restituyan a las víctimas por las afectaciones sufridas a manos de sus servidores públicos.

De hecho, destacó la abogada Margarita Grieshbach –integrante del colectivo CompasDH, que brinda acompañamiento legal a las víctimas– “el pasado 20 de noviembre de 2015, es decir, al cumplirse un año del operativo policiaco, presentamos una denuncia penal formal, de forma escrita, ante la Procuraduría General de la República, con el objetivo de que oficialmente se iniciara una investigación por estos hechos, y cuatro meses después de haber realizado dicho procedimiento, la PGR ni siquiera nos ha notificado la recepción de nuestro escrito.”

Esta omisión por parte de la PGR, explicó la también directora de la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia AC, representa una abierta violación al Código Federal de Procedimientos Penales, que obliga al Ministerio Público a iniciar una investigación de forma inmediata ante cualquier denuncia de delitos graves, y en este caso los delitos que se denuncian son considerados graves: detención arbitraria, tortura y fabricación de pruebas.

“Todos los detenidos del 20 de noviembre de 2014 obtuvieron la absolución –subrayó la abogada–, es decir, se comprobó que en su contra se fabricaron pruebas y testimonios de funcionarios públicos, y a partir de ellos un juez determinó que todos eran inocentes.”

Este veredicto no sólo puso en evidencia las irregularidades cometidas por la PGR durante el proceso (especialmente el haber fabricado la acusación contra los detenidos), sino que, a partir de tal determinación del juez, la Procuraduría incurrió en nuevas irregularidades: “En realidad, no era necesario que las víctimas denunciaran los atropellos que sufrieron, la PGR tenía la obligación de iniciar una averiguación previa, por el sólo hecho de haber tenido conocimiento de estos abusos, durante el proceso penal seguido a las víctimas que, finalmente, fueron liberadas”.

Sin embargo, abundó la abogada, la PGR no abrió ninguna investigación por iniciativa propia, “y ahora no quiere iniciar una averiguación ante la demanda presentada formalmente por las víctimas, aún cuando, para ello, tenga que violar el Código Federal de Procedimientos Penales, en el que claramente se estipula que cuando una persona acude a denunciar un delito, esta denuncia le debe ser recibida oficialmente y, como segundo paso, se debe citar al denunciante para que ratifique su dicho. Eso está establecido en la ley, no a gusto de la PGR.”

La demanda penal presentada en noviembre pasado, cabe destacar, no sólo va firmada por cinco de las once personas que fueron detenidas durante el operativo del #20NovMx, sino también por ocho académicos y periodistas, que pertenecen al colectivo CompasDH: Denise Dresser, Lorenzo Meyer, José Luis Caballero Ochoa, Luis González Placencia, Francisco Barrón Trejo, Layda Negrete, Juan martín Pérez García y Lydia Cacho.

–¿Cuál fue el objetivo de integrar el ColectivoDH, y de que se sumen como denunciantes, aún cuando no hayan sido detenidos el 20 de noviembre de 2014? –se pregunta a la abogada.

–Éste es un grupo integrado en el que habemos muchas personas, y algunas de ellas son personalidades de reconocida calidad ética. Y somos personas cansadas de denunciar en lo particular un acto represivo, y luego otro acto represivo también en lo particular, y luego otro… cuando, lo que nos deja ver esa situación es que se está aplicando una estrategia de Estado, una estrategia represiva.

Para entender esto, abundó, “hay que subrayar la diferencia entre delitos cometidos por servidores públicos, y crímenes de Estado. Si lo vemos de forma particular, pareciera que en cada caso de represión, lo que ocurre es que un grupo reducido de agentes del Estado cometieron delitos. Pero si lo vemos de forma más amplia, nos damos cuenta de que esto es tan sistemático y generalizado que puede visualizarse un patrón, que se repite por todo el país: ante la protesta social, se responde con operativos de barrido policiaco, con detenciones arbitrarias, con tortura, con fabricación de pruebas para encarcelar a inocentes. Y entonces ya no puede verse éste como un problema de unos agentes que se salieron de sus obligaciones, sino como una estrategia a la que responden las distintas dependencias de gobierno involucradas. Y este mismo esquema de barrido de espacios donde se realizan manifestaciones, con detenciones arbitraria, tortura y criminalización, se viene aplicando al menos desde el 1 de diciembre de 2012″.

El objetivo final que se planteó este colectivo, señaló la abogada, es obligar a las autoridades a realizar una investigación real, sobre esta estrategia represiva de Estado. “Queremos que se determinen las responsabilidades de los agentes que participaron en los operativos represivos, sí, pero también que se investigue a los mandos, de todas las áreas de los gobiernos implicados, e investigar hasta las más altas esferas de toma de decisión, porque estas son acciones que rebasan la capacidad de decisión de los mandos medios, de los comandantes de tropa, esta estrategia represiva demanda la coordinación de altos mandos a muchos niveles de la administración pública: sólo el 20 de noviembre de 2014, en el operativo con el que se desalojó a los manifestantes pacíficos del Zócalo, participó la policía del DF y la Federal, coordinándose con militares desde Palacio Nacional”.

–Pero, ¿cómo llegar a esa investigación, si la PGR ni siquiera les tomó nota de su denuncia?


–Nosotros esperamos el plazo razonable para recibir respuesta, que en asuntos legales es de 90 días, y al no obtener nada, el pasado 25 de febrero presentamos un amparo, que esperamos se resuelva en dos meses. Y confiamos, obviamente, en que un juez de amparo nos conceda la razón y obligue a la PGR a iniciar una investigación por los hechos denunciados. Creemos que es un amparo imperdible: ningún juez podría convalidar que la PGR ignore los procedimientos básicos estipulados en el Código Federal de Procedimientos Penales –concluyó.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: PARIS MARTÍNEZ.
LINK: http://www.animalpolitico.com/2016/03/pgr-se-niega-a-investigar-detenciones-ilegales-del-20novmx-victimas-se-amparan/

Detenidos del #20NovMx demandarán al gobierno por tortura

MÉXICO, D.F: Las 11 personas detenidas el pasado 20 de noviembre en el Zócalo tras la marcha por los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, demandarán al gobierno por tortura.

Además, exigen la renuncia de Jesús Murillo Karam, titular de la Procuraduría General de la República (PGR) y una disculpa pública del secretario de Seguridad Pública del DF, Jesús Rodríguez Almeida.

En conferencia, el chileno Lawrence Maxwell Ilabaca, el estudiante de bachillerato Juan Daniel López Ávila –dos de los 11 detenidos aquella noche– y Armando Barrera, de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), acusaron que fueron sometidos a tortura física y psicológica desde su aprehensión hasta su ingreso a los penales de alta seguridad en Veracruz y Nayarit.

Durante el trayecto los amenazaron con que los matarían y desaparecerían sus cuerpos.

David Peña, uno de sus defensores, anunció que presentarán “una demanda de reparación del daño” y buscarán “una disculpa pública del Estado mexicano y la renuncia respectiva de los funcionarios involucrados”.

La abogada Karla Michel, otra de las defensoras, informó que pedirán a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) los dictámenes que obtuvo durante los hechos para detectar si las lesiones que recibieron pueden ser consideradas tortura.

Además, los abogados informaron que pedirán a la CNDH aplicar el Protocolo de Estambul para comprobar la tortura física y psicológica de las autoridades a sus clientes.

Fueron más detenidos

Maxwell y López –igual que las otras nueve personas detenidas–salieron de los penales de alta seguridad de Villa Aldama, Veracruz y de Nayarit el sábado pasado, luego de nueve días de reclusión. Fueron acusados por policías federales de tentativa de homicidio, motín y asociación delictuosa, pero el juez 17 de Distrito determinó que había falta de pruebas para dictarles el auto de formal prisión.

Este martes, ambos aseguraron que aquella noche hubo más detenidos en el Zócalo capitalino a manos de los granaderos locales y federales.

Doctorante en Letras de la UNAM, Lawrence recordó que los granaderos lo detuvieron cuando amarraba su bicicleta, cerca del edificio del Monte de Piedad. Según su relato, escuchó a un policía decir “a él, agárrenlo”. Luego le taparon los ojos con su propia chaqueta y lo golpearon brutalmente en la cara, pulmones y riñones.

Mientras era llevado a través de la plancha hacia Palacio Nacional, recibió más golpes y amenazas de cuatro uniformados. Al llegar a un camión, dijo, había más de 11 detenidos.

“Había un chavo a mi derecha, deliraba y vomitaba. Otro estaba inconsciente. No eran parte de los 11”, dijo.

Estudiante del Instituto de Educación Media Superior (IEMS) del DF, Juan Daniel dijo que fue golpeado por más de 30 policías y coincidió en que cuando lo llevaron al camión había más de 11 personas adentro.

“Éramos como 15. Los otros cuatro no se podían levantar por su propio pie”, recordó el joven de 18 años. “Pensé en suicidarme, pensé en matarme antes que la Procuraduría General de la República me hiciera algo”, dijo López.

Estas versiones coinciden con el reporte inicial que dio el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien esa noche informó que eran 15 personas las detenidas tras los hechos violentos.

Coinciden también con lo que el Comité Cerezo declaró a Apro en días pasados, en el sentido de que hubo otras cuatro personas detenidas, pero que estaban tan golpeadas que los policías ya no las llevaron a la SEIDO, para evitar acusaciones de tortura.

La abogada Karla Michel, de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), informó que debido a que carecen de documentación al respecto, solicitaron información a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

“Desde la noche de la detención y antes de que fueran trasladados a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de la Delincuencia Organizada (SEIDO), pedimos visitadores y les dijimos que había más de 11 detenidos”, detalló.

Además de la CNDH, pidieron información en hospitales, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) capitalina y la Policía Federal.


“Documentamos que hubo una persona tirada en (la calle) Corregidora, la Policía Federal la dejó por las lesiones que tenía y ya hay una queja ante la CNDH”, agregó.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.

Detenidos el #20NovMX en el DF narran abusos policiacos

Las detenciones en las manifestaciones son arbitrarias, no están respetando derechos humanos y merecen la renuncia del secretario de Seguridad Pública del DF, comentó el abogado David Peña.

Algunos de los detenidos el 20 de noviembre pasado, en el Distrito Federal, tras disturbios en el Zócalo capitalino -donde un grupo de encapuchados se enfrentó a la policía capitalina y la federal-, narraron este martes diferentes abusos por parte de los elementos policiacos.

David Peña, abogado de los detenidos, presentó algunos videos que fueron parte de las pruebas que presentó para que liberaran a los detenidos, ya que con ellos comprobó que ellos se habían manifestado pacíficamente.

El estudiante Juan Daniel López dijo que tras su detención lo metieron a Palacio Nacional, donde lo golpearon policías, formados en “fila india”. El joven contó que ”entre 30 y 40 granaderos” lo agredieron físicamente.

“Esto era un caso político. Nosotros no hicimos nada Y si el gobierno se encaprichaba nos dejaban ahí 20 años”, consideró Juan, liberado el sábado pasado, tras estar preso en un penal de máxima seguridad en Veracruz.

“Me trataron de ligar con grupos anarquistas y cuestionaban por qué iba a CU. Si es un lugar público”, mencionó.

A su vez, Laurence Maxwell -originario de Chile- expuso que un granadero dijo el día de su detención: “A él, agárrenlo a él”, por lo que lo aprehendieron, lo golpearon y amenazaron.

“Me han preguntado por qué yo estaba ahí siendo extranjero.Y es porque el problema de los normalistas trascendió fronteras”, refirió sobre su participación en la manifestación pacífica.

“El proceso fue totalmente irregular, anómalo, lleno de violaciones a derechos humanos”, sostuvo.

“A todos nos detuvieron en diferentes lugares, tenemos perfiles diferentes pero según ellos pertenecemos a un mismo grupo”, agregó Laurence.

“Yo viví en un país con dictadura y nunca me había tocado vivir algo como esto”, aseveró.

La abogada Karla Salas señaló que una de las pruebas contra los 11, fueron los testimonios de 5 policías federales, pese a que fueron detenidos por policías del DF.

Los abogados de los 11 anunciaron que exigirán la reparación de daños a los detenidos.

El grupo de defensores aseguró que existe un grupo “perteneciente al gobierno” que se “infiltra” en los movimientos para obtener información. 


“El mensaje es claro para el Secretario de Seguridad Pública, decirle que la actuación de los cuerpos de seguridad es arbitraria, con uso excesivo de la violencia, no están respetando los derechos humanos y esto merece su renuncia y la revisión de la actuación de las fuerzas de seguridad pública en el DF”,  dijo el abogado David Peña

FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.

Acepta Sandino que participó en agresiones vs policías; “teníamos que defendernos”, dice

"Contrarrestábamos el ataque policiaco", dice sobre los hechos ocurridos en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

El estudiante y activista Sandino Bucio reconoció que sí es el sujeto encapuchado que aparece en las fotografías, que lo implican en hechos del pasado 20 de noviembre; no obstante, indicó que su participación fue en respuesta al “ataque policiaco” que vivieron en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

“Los granaderos ya no solo estaban protegiendo el Aeropuerto sino empezaron a avanzar hacia nosotros, a correr, hubo varias detenciones. Vimos que estábamos en peligro, muchos tuvimos que usar nuestro legítimo derecho a defendernos… los policías arrojaban objetos, contrarrestábamos el ataque policiaco”, expuso.

Refirió que estaba encapuchado como una forma de protección ante el Estado, que “persigue” a activistas.

En entrevista para Noticias MVS primera emisión, narró su detención, el viernes 28 de noviembre, cerca del Metro Copilco, supuestamente para que declarara sobre los hechos del 20 de noviembre, sin embargo aseguró que en ningún momento lo interrogaron sobre ello. Además, negó haber participado en el incendio de la Puerta de Palacio Nacional.

Denunció que lo amenazaron y golpearon los supuestos agentes federales -quienes ya fueron suspendidos-, pero duda que éstos pertenezcan a la Policía Federal, pues señaló que existe una “dirección de policía encubierta e infiltración“.

La detención

Bucio Dovalí indicó que fue detenido el viernes, aproximadamente a las 5 de la tarde con 5 minutos, por parte de 2 sujetos vestidos de civil.

Uno de ellos “llega y me sostiene del brazo y dijo que fuera con él”; entre los dos “me empezaron a jalar de los brazos”; luego otros 2 se bajan del coche y “me empiezan a jalonear”.

Como era una calle muy concurrida por estudiantes de la UNAM, pudieron grabar el momento de su detención.

“Una vez en el coche avanzaron con la puerta abierta, me acostaron en la parte trasera, avanzamos todo el Eje 10 con mis pies arrastrando, todo el trayecto desde Copilco al Centro Histórico me fueron cuestionando, me pidieron que teclerara mis contraseñas de redes sociales, me dijeron que me podían desaparecer”, narró.

Antes de llegar a las instalaciones de la SEIDO, acusó, fue golpeado por una persona a la que identificaban como “El Jefe”.

“Pasó bastante hasta que me presentaron en la SEIDO… me volvieron a amenazar con una pistola, casi chocamos… después me subieron a una camioneta negra… se sube sujeto que le decían El Jefe”, apuntó e indicó que fue golpeado de 10 a 15 veces en “toda la cabeza”, e incluso el mismo sujeto “me arrancó mechones de pelo, me dijo que me iba a violar, que iba a hacerle cosas a mis familiares”.

“No sabía qué iba a suceder conmigo… El Jefe dijo que aceleraran el coche porque los estaba persiguiendo policía de PGR”, abundó.

En ese sentido, afirmó que existe una “dirección de policía encubierta e infiltración”, conformada por sujetos como los que lo detuvieron, vestidos de civil, en coches particulares.

“Una vez llegando a la SEIDO, El Jefe me condujo desde el estacionamiento hasta la oficina donde declaré”, mencionó.

“Es falso que me hayan detenido porque agredí a uno de los policías y participé en desmanes de la puerta… en el acta de por qué me detuvieron dice que portaba una bomba en mi morral el día 28, y que cuando me subieron al auto la intenté usar contra ellos… nunca me cuestionaron sobre mi participación en estos eventos, si me detuvieron para cuestionarme al respecto, no me cuestionaron ni fue tema”, aseguró.

Sandino explicó que ha participado en muchas manifestaciones -”desde que tengo memoria”-, pero desde el 1 de diciembre de 2012 han cambiado, pues ahora se ha “incrementado” la persecución de activistas sociales. Indicó que por ello fue encapuchado a la manifestación del 20 de noviembre en las inmediaciones del Aeropuerto.


Agregó que ahora también hay mayor rabia y enojo por “toda la violencia que viene de parte del Estado”, la cual “no se compara en absoluto con quemar una puerta, lanzar un cohete”.

VÍDEO:



FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.

Las dudas del 20/11

En rueda de prensa, jóvenes detenidos durante los disturbios del 20 de noviembre en la Ciudad de México dijeron sufrir abusos por parte de las autoridades.


Jóvenes detenidos en el Zócalo capitalino tras las manifestaciones del pasado 20 de noviembre acusaron haber sido intimidados, así como torturados física y psicológicamente. 

En conferencia de prensa en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, seis de los once detenidos ese día relataron los detalles de su arresto y acusaron a la Subprocuraduría Especializada en Investigación a la Delincuencia Organizada (SEIDO) de cometer presuntos abusos, informó ayer El Universal.

“Jamás me dijeron las razones por las que estaba detenida, ni a dónde nos llevarían”, contó Liliana Garduño, quien dijo que asistió a la movilización para tomar fotografías. 

Otra joven, Tania Ivonne Ramírez, comentó que estuvo incomunicada por alrededor de 25 horas y que no la dejaron hacer su llamada telefónica a menos que firmara una declaración.

Por su parte, uno de los abogados defensores, Alberto Muñoz, advirtió que se evidencia “una estrategia para que los jóvenes no salgan a las calles”, agregó que gracias a la recolección de videos, fotografías y testimonios en los que se mostraba que los jóvenes iban en contingentes, pudieron obtener la libertad.


Por lo pronto, aún no se ha establecido el proceso que se seguirá, señaló Muñoz, quien comentó que aún no saben si presentarán alguna denuncia por el trato recibido.

FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: STAFF

“Nos acusaban de mil cosas, esperábamos lo peor”: detenidos del #20NovMx

MÉXICO, D.F: En cada paso que daba Isaac Domínguez sobre el camino pedregoso que lo alejaba del penal de alta seguridad de Villa Aldama, en el estado de Veracruz, el joven estrechaba con sus dos manos una hoja de papel doblada contra su estómago.

Al desplegar con extrema precaución el papel, Isaac reveló un tablero cuyas casillas fueron ennegrecidas de tinta de pluma. En el hueco de la hoja doblada reposaban 32 pequeños origamis –entre los cuales había coronas, ocas o caballos– de diferentes tamaños.

Eran los peones del juego de ajedrez que Isaac concibió con papel, pluma e imaginación durante su semana en la cárcel.

“Lo iba a regalar a un compañero de adentro con el que jugaba y que ya lleva cuatro años allí, pero (los custodios) no me lo permitieron”, lamentó en voz baja Isaac.

Al dictaminar el auto de libertad la mañana de este sábado, el Juzgado Decimoséptimo de Distrito con sede en Xalapa, Veracruz puso fin al calvario que vivieron por más de una semana Isaac y los otros 10 detenidos de manera arbitraria durante el violento desalojo del Zócalo capitalino, el pasado 20 de noviembre.

El juez aseveró que no existían las pruebas suficientes para abrir un juicio contra los 11 detenidos por los delitos de motín, asociación delictuosa y tentativa de homicidio –todos muy graves–, que les imputó la Procuraduría General de la República (PGR) en los edificios de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO).

En su edición de esta semana, Proceso documenta que la PGR consignó a las 11 personas a penales federales el pasado sábado 22 a raíz de las declaraciones inverosímiles de unos policías federales, quienes aseveraron que los jóvenes agredieron a uno de sus colegas con la intención de matarlo.

Según la misma investigación de este semanario, la PGR desdeñó las numerosas evidencias que desmentían en su totalidad la versión de los uniformados y señalaban, al contrario, que los policías actuaron de manera arbitraria y violenta.

De terror

El Centro Federal de Reintegración Social 5 Oriente de Villa Aldama, un horrible complejo de edificios de concreto con pocas ventanas, y escondido detrás de altas paredes grises, se erige en el centro de un vasto llano polvoroso y atrancado entre dos carreteras. Un macizo de cerros verdes dominados por el imponente adoquín de piedra del Cofre de Perote ocupa el horizonte alrededor.

El reloj aún no marcaba las 4 de la tarde cuando se dibujaron a lo lejos siete siluetas entre las rejas que rodean el penal, y cuyo color azul original tiende más ahora hacia un gris oxidado. Mientras iban avanzando, las decenas de personas que esperaban a los expresos pudieron ver que sus cabezas habían sido rapadas. Algunos rostros todavía presentaban las marcas de los golpes que les asestaron los policías durante su detención y camino a la SEIDO.

Los siete detenidos cayeron en los brazos de sus cercanos, quienes los estrecharon como si nunca los fueran a volver a ver. Las risas se mezclaron con los sollozos, a los abrazos sucedieron los besos, mientras los activistas alrededor observaban la escena con ojos enrojecidos.

Ante la transición brutal entre una semana de aislamiento en un estrecho módulo hacia un espacio abierto lleno de personas, en medio de aplausos y gritos de alegría, muchos de los detenidos no supieron qué decir ni cómo explicar lo que les había ocurrido.

Sin embargo, muy rápidamente se alinearon a lo largo de las rejas y gritaron con los dedos formando una “V”: “Queremos justicia, porque vivos se los llevaron, ¡Vivos los queremos!”.

“Ametrallados” por las cámaras de los celulares, agradecieron a todas las personas presentes.

Una abogada dijo a Aztín Andrade González, estudiante de la escuela de arte La Esmeralda cuyos compañeros no han cesado de organizar eventos artísticos para exigir su liberación:

¡Atzín!, te hicieron todo: tienes murales, pinturas, hasta tienes una canción de rap…

–¿De rap?, preguntó Atzín con una expresión de sorpresa, antes de reírse.

Otro abogado informó a Isaac:

–Les querían vincular como delincuentes por llamarse “compas entre sí”.

–No mames, reaccionó Isaac con tranquilidad.

Una vez pasado el periodo de emoción, Luis Carlos Pichardo, director de teatro de 55 años, se volvió más serio, y relató que la mañana del sábado 22 de noviembre, en la que fueron trasladados de la SEIDO a los penales federales, “fue de terror”.

“Nos llevaron directamente a una camioneta blanca y en el camino fue tortura psicológica. Los agentes de la PGR se mofaban de nosotros, nos hostigaron todo el camino. Golpeaban al chileno (Laurence Maxwell) porque pensaban que era nuestro cabecilla. También se burlaban de mi edad, me preguntaban por qué a mi edad andaba en los borlotes, como los llaman.

“Nos acusaban de mil cosas, como la (quema) de la puerta del Palacio. Pero llegó un momento en que nos dijeron: Los vamos a desaparecer y los vamos a descuartizar. Ya sentimos que teníamos que esperar lo peor”.

Al llegar al penal, Pichardo aseguró que un custodio trató de pegarle. “No sé qué tanto odio nos tienen”, afirmó. Pero una vez en el penal, agregó, “todo se calmó”.

En la prisión, los detenidos ratificaron las declaraciones que habían realizado en el Ministerio Público de la SEIDO y en las cuales cada uno afirma desconocer a los demás. Niegan haber atentado contra la vida de un policía y relatan en qué condiciones fueron detenidos, muchos de ellos golpeados con gran violencia y trasladados a la SEIDO.

Laurence Maxwell, el chileno estudiante de Doctorado en Letras de la UNAM no salió con los demás. Él fue trasladado al puerto de Veracruz, donde el Instituto Nacional de Migración (INM) verificó su situación migratoria, para liberarlo allí.

Tanto los abogados y los familiares como los detenidos, afirmaron que considerarán denunciar de manera penal a los policías por la violencia de la que fueron víctimas, así como por las falsas declaraciones que realizaron los agentes para detenerlos.

Libres, “guste a quien le guste”

Temprano en la mañana de este sábado enfrente de la sede del Tribunal Superior de la Federación de Xalapa –recubierta de mantas–, la tensión y el cansancio marcaban los rostros de la cincuentena de personas –abogados de los detenidos, algunos familiares y amigos, y grupos de activistas locales– reunidas para exigir la liberación de los detenidos. Algunas habían establecido ahí un plantón desde el pasado jueves.

Todavía no se conocía la situación jurídica de los jóvenes, ya que el juez tenía el plazo límite de mediodía para determinarla. Tal decisión era crucial: en un caso, los detenidos permanecerían en sus cárceles respectivas en espera de un juicio por los delitos que la PGR les imputó. En el otro caso, saldrían libres el mismo día.

También se encontraba toda una comitiva chilena conformada por el cónsul, el embajador, dos diputados, así como el padre y el hermano de Laurence Maxwell, a quien el titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, había designado como uno de los “más violentos” durante los disturbios del Zócalo.

El pasado viernes, el diputado chileno Daniel Nuñez formó parte de un grupo que se entrevistó con representantes de la SEIDO, del Gobierno del Distrito Federal y de la Cancillería para plantearles su “inquietud ante la detención de 11 jóvenes, por la gravedad de los casos y la ausencia de pruebas”.

Durante la reunión, los mexicanos admitieron que no tenían más que las declaraciones de los policías para inculpar a los detenidos. No tenían videos de los inculpados, ni les habían encontrado armas o proyectiles.

En el caso particular de Maxwell, los chilenos plantearon a los funcionarios mexicanos que en un video se veía al estudiante amarrar su bicicleta en el momento de la detención. “Una bicicleta no es un arma para pelearse con policías, al contrario, obstaculiza”.

A las 10 de la mañana se inició un mitin frente al tribunal, en el que los familiares, profesores y amigos se sucedieron para denunciar el encarcelamiento sin pruebas de los afectados.

Alberto Maxwell Canales, el padre del detenido chileno, aseveró que su hijo “es un creador: escribe, pinta, hace música”. Enseguida añadió que Laurence “sí es terrorista, porque amenaza al sistema, porque piensa y porque crea”, y concluyó: “Todos merecemos que salga alguien por esta puerta y nos diga que salen todos”.

Unos minutos después, mientras hablaba un profesor de Juan Daniel López Ávila, el cónsul chileno en México, José Agustín Jailiye, apareció en el marco de la puerta del edificio y caminó con un paso apresurado hacia el embajador de su país, Ricardo Núñez.

El cónsul le pasó un paquete de hojas, que el embajador leyó en voz alta: “Se dicta auto de libertad por falta de elementos para procesar a favor de”, y continuó. El diplomático terminó la lectura de los motivos y concluyó, con una larga sonrisa: “Todos salen libres”.

Una explosión de alborozo acompañó el anuncio. En las bocinas, conectadas a la batería de un 4×4 estacionado a un lado del tribunal, salieron cantos revolucionarios alegres.

Sumergidos en llamadas telefónicas, los abogados se congratularon. “Pon en Twitter, señalando a la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal: ¡Libres, guste a quien le guste!”, exhortó uno de ellos a una compañera, quien se carcajeó.

El titular de dicha dependencia, Jesús Rodríguez Almeida, aseveró el pasado lunes que durante el desalojo del Zócalo el 20 de noviembre, sus policías habían restablecido el orden con “gran valor, gallardía, responsabilidad”. Lo anterior, añadió el funcionario, “le guste a quien le guste”.

Según declaró Nuñez a proceso.com, la Cancillería sostuvo en la reunión del viernes “que ojalá y eso no perjudicara la relación entre ambos países (México y Chile), que estaba preocupada”.

Nuñez sintió que los funcionarios “sabían que cometieron un error, pero no se atrevieron a dar cuenta de ello porque sería asumir que actuaron de muy mala manera en este proceso”.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: MATHIEU TOURLIERE (REPORTEJE ESPECIAL).