La responsabilidad por el asesinato de Ángel Yael Ignacio Rangel recayó en un solo sujeto: el infante de marina adscrito a la Guardia Nacional que disparó contra el estudiante de agronomía de 19 años. Así, la responsabilidad de la institución se diluyó entre tecnicismos legales y la propia institución atribuye los hechos a una reacción “inexplicable, unilateral y decidida de manera autónoma” por el inculpado.
Ningún argumento salió de boca de defensores del infante de la Marina Armada imputado como presunto responsable del homicidio del estudiante de 19 años Ángel Yael Ignacio Rangel y de herir a su compañera Edith, durante la audiencia judicial en la que aquél quedó vinculado a proceso como presunto responsable de ambos delitos.
Impasibles, los dos abogados particulares sentados junto al inculpado apenas pronunciaron unas pocas palabras; “hay contradicciones” y “no hay datos de prueba que lo impliquen directamente en los hechos”.