El amparo con el que Gabriel Eduardo “N”, presunto feminicida de María de Jesús Jaimes Zamudio “Marichuy”, pretendió evitar su detención, fue resuelto como “no procedente” por un juez del sistema tradicional de justicia en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, por lo que continuará sujeto a proceso bajo la medida cautelar de prisión preventiva.

Este viernes, durante una audiencia para desahogar una promoción que el presunto feminicida solicitó para lograr su libertad, la autoridad judicial desestimó su intención, pues aseguró que no existe amparo que impida la detención por un delito tan grave como lo es el feminicidio. 

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ofrece hasta 500 mil pesos como recompensa a quien proporcione información que lleve a la ubicación y aprehensión de Julio Iván Ruiz Guerrero y Gabriel Eduardo Galván Figueroa, ambos imputados por el feminicidio de María de Jesús Jaimes Zamudio, quien fuera asesinada en 2016.

De acuerdo con la averiguación de la entonces Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, la muerte de Marichuy fue catalogado como suicidio, pero tras irregularidades encontradas en la investigación, el caso se reclasificó.

El acto de disculpa pública por el feminicidio de María de Jesús Jaimes Zamudio, estudiante del Instituto Politécnico Nacional (IPN) ocurrido en 2016, se convirtió en el escenario para reprochar al presidente Andrés Manuel López Obrador su falta de credibilidad hacia las mujeres que denuncian violencia de género cuando se trata de imponer a sus allegados, situación que provoca más violencia.

El fuerte discurso de Yesenia Zamudio madre de Marichuy, como le decía a su hija, y convertida en activista del colectivo feminista “Ni una más”, fue emitido durante la aceptación de la disculpa pública, ordenada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) como parte de una recomendación relacionada con el caso, evento llevado a cabo este lunes en presencia de la presidenta del organismo, Rosario Piedra Ibarra, y el abogado general del IPN, Federico Anaya.

Han pasado cinco años y nueve meses exactos, recuerda Yesenia Zamudio con la rabia aún intacta en la voz. 

Cinco años y nueve meses desde aquel enero de 2016, cuando a su hija María de Jesús Jaimes Zamudio dos hombres la metieron a la fuerza a un carro, la subieron a su propio departamento en un quinto piso, y entre jaloneos y gritos de auxilio sin respuesta la aventaron al vacío por una ventana, asesinándola.