El 20 de enero de 2017 la vida de Roberto González y su familia nunca volvió a ser la misma. Entonces, él tenía 41 años y vivía con su esposa y su hijo de 10 años en Playa del Carmen, Quintana Roo. Ese día, un perro del fraccionamiento había entrado a su departamento y asustó a la perrita ciega que tenía en casa. Tuvo un intercambio de reclamos con su vecina, la dueña de la mascota, pero el incidente menor tardó solo unos minutos en tener un desenlace terrible.
La vecina regresó con su esposo, Rodrigo Galán, quien enfurecido tocó la puerta y en cuanto Roberto abrió, se le lanzó a golpes, según se observa en el video de la cámara de seguridad del lugar. Roberto no volvió a aparecer en la imagen porque después de caer al suelo, las patadas y los golpes que recibió le provocó lesiones en la columna vertebral que lo dejó inconsciente e inmóvil de manera instantánea.