La última vez que María Valdez supo de su hijo Roberto Quiroa ambos estaban secuestrados por el Cártel del Golfo en algún lugar de Tamaulipas. Era 2014, y ahora, ocho años después, sigue exigiendo que se investigue a la Marina por desaparición forzada.
La denuncia no es por el plagio del 10 de marzo de aquel año, sino porque meses después, en mayo, los marinos se enfrentaron con criminales que presuntamente trasladaban a su hijo maniatado. En la balacera, Roberto perdió la vida, y de acuerdo con lo denunciado por María, ante la Fiscalía General de la República, los uniformados se llevaron todos los cuerpos.