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Caso San Miguel de Allende: padre de menores asesinados habría admitido autoría de multihomicidio

GUANAJUATO, Gto: Una filtración hecha por una fuente oficial a un medio local reveló una supuesta declaración hecha por el velador Antonio Luna Hernández, en la cual éste habría admitido que asesinó a sus tres hijos en la finca que cuidaba en San Miguel de Allende el 14 de enero, donde se desató una balacera entre agentes de la Procuraduría de Justicia y supuestos sicarios, cuyas circunstancias no han sido aclaradas ni hubo un solo detenido.


Este jueves, el periódico Milenio León publicó una versión que atribuyó a una “fuente allegada a la investigación”, en la que se asume que el velador “confesó” haber disparado a los tres niños, aunque se trata de una audiencia privada cuyo desarrollo, según las normas del sistema penal acusatorio, no debe divulgarse por prohibición expresa del juez de control.

Presuntamente, la confesión del velador fue hecha en la audiencia efectuada el pasado jueves 16 de febrero, a solicitud de su defensor Rafael Heredia.

Al salir de esa audiencia, el abogado Heredia se negó a informar sobre lo ocurrido y resaltó el carácter privado de la misma, por tratarse de la estrategia legal que lleva para lograr la liberación de Antonio Luna Hernández.

El Poder Judicial del estado se deslindó de la filtración y resaltó que dado el carácter privado de la audiencia, está impedido para informar sobre la misma.

En tanto, el procurador Carlos Zamarripa confirmó que Antonio Luna sí declaró en la audiencia privada, pero se abstuvo de mencionar el contenido de ésta, aunque reiteró que “confirma los datos de prueba que nosotros teníamos en la investigación” por los que se acusó al velador del multihomicidio.

“Sí se dio una declaración, pero no puedo dar detalles al respecto, ya que la defensa solicitó la privacidad de esta audiencia”, dijo el procurador a un noticiero radiofónico.

Pero el gobernador Miguel Márquez aprovechó la publicación para defender la intervención de la Procuraduría de Justicia en el caso.

“La verdad tendría que salir a flote, yo lo comenté siempre”, dijo Márquez Márquez al ser entrevistado sobre la publicación, cuya versión prácticamente avaló.

“Yo se los dije desde un inicio, se los comentaba… yo sí les digo que allí queda muy claro que la Procuraduría actuó conforme a la ley y eso también tiene que quedar muy claro a la luz pública ”, fueron las palabras de Márquez Márquez.

Enseguida, el gobernador trató de mesurarse “por respeto a la familia, pobre padre, no es fácil para él, la misma familia ha pedido discreción en el tema, que las audiencias sean privadas”.

Aunque acto seguido, insistió en pedir que “a la luz pública” quede muy claro que la PGJE nunca actuó fuera del marco de la ley.

“Fueron días de solicitar cabezas, de señalamientos políticos, en los cuales aguantamos candela porque así la ley lo establece y no podíamos hablar más. Pero yo siempre les decía: confíen, la verdad tiene que salir a flote”, repitió.

Antonio, Juana y sus tres hijos se encontraron la noche del 13 de febrero en medio de una supuesta balacera entre sicarios y ministeriales que se prolongó por más de 5 horas, en la que la familia nunca se enteró de que elementos de la Procuraduría se encontraban en el lugar.

Juana y Antonio pidieron ayuda a la Policía municipal y a familiares en numerosas llamadas telefónicas, pero nunca se les informó que en el lugar había agentes ministeriales en este operativo fallido, según confirmó Apro con familiares, el propietario de la finca y los mensajes intercambiados a través de los teléfonos celulares de la pareja.


El procurador señaló al velador como el responsable de haber asesinado a sus hijos y habló del aseguramiento de armas y drogas en la finca, pero afirmó que no hubo sicarios detenidos porque éstos “lograron escapar”, a pesar de que había alrededor de la finca un despliegue de policías municipales, estatales y federales que supuestamente no intervinieron en el tiroteo. Sólo la Procuraduría de Justicia.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: VERÓNICA ESPINOSA.
LINK: http://www.proceso.com.mx/475607/caso-san-miguel-allende-padre-menores-asesinados-habria-admitido-autoria-multihomicidio

La noche del infierno en San Miguel Allende

Antonio Luna solía encerrarse por las noches junto con su esposa Juana y sus tres hijos en la amplia estancia en remodelación de la propiedad que cuidaba, ubicada en la carretera a Dolores Hidalgo, justo donde el entorno comienza a verse escasamente poblado.

Fue en ese lugar, donde la noche del viernes 13 de enero, para la familia Luna Luna comenzó el infierno.

Los hijos de Juana y Antonio, ambos de apellido Luna: Adrián, de 11 años, Gabriel de ocho y Mateo, de cuatro, murieron de un disparo en la cabeza en el marco de un operativo ministerial a todas luces fallido y de un entorno inseguro que recrudeció en los últimos meses en esta ciudad.

La razón no alcanza para explicar cómo Antonio, descrito por quienes lo conocen como un padre amoroso para quien sus hijos lo eran todo, pudo haberles disparado a cada uno en la cabeza con el revólver calibre 22 que le dio su patrón para cuidar por las noches la propiedad en este lugar.


Así lo plantea la acusación formulada por la Fiscalía de la Procuraduría de Justicia, por la que fue vinculado por una juez y permanece preso en el Centro de Reinserción Social (Cereso).

Numerosos mensajes y llamadas telefónicas intercambiadas por Juana y Antonio con el propietario de la finca, Cipriano Sánchez, y los hermanos de ambos, revelan la incertidumbre y el terror vividos desde los primeros minutos de la balacera por esta familia, que en un principio creyó que “alguien se metió a robar”.

De acuerdo con estos mensajes revelados a Apro, Juana y Antonio clamaron por ayuda, pidieron a sus hermanos llamar a la policía y esperaron durante varias horas sin tener la certeza de que alguien iría a rescatarlos.

Es por eso que sobre la muerte de los tres niños, la presencia del grupo delictivo y el operativo que a cargo de agentes de la Procuraduría de Justicia, el transcurrir de los días saca a relucir más dudas que certezas.

Según la información oficial, elementos de la Policía Municipal, aquel día agentes de las Fuerzas del estado y de la Policía Federal llegaron al sitio y permanecieron a unos metros el lugar. Pero ninguno disparó una sola de las más de 400 balas que se habrían intercambiado en el interior de la finca.

La función de estas corporaciones, según se apresuraron a aclarar, fue únicamente la de bloquear el paso a automovilistas en ese tramo de la carretera a Dolores Hidalgo “y vigilar que no hubiera heridos por alguna bala, alguna persona inocente (sic)”, dijo el comisionado de la Policía Federal en el estado, Miguel Ángel Simental, unos días después de lo ocurrido.

“Fue un operativo exclusivamente de la Procuraduría de Justicia del estado”, confirmó el comisionado federal.

El resultado no puede ser más cuestionable y desolador: tres niños asesinados en medio de cientos de balas, ventanas y paredes rotas y perforadas. El velador y padre de los menores detenido. Armas, vehículos y droga asegurados por la Procuraduría, pero ningún sicario capturado: todos huyeron por las brechas alrededor de la propiedad a escasos metros de la carretera; allí donde policías municipales, agentes de tránsito, policías federales y estatales “cuidaban”.

Al paso de los días también surgen contradicciones sobre las personas que habían rentado unos días antes un departamento al fondo del predio, separado del salón por un amplio jardín y estacionamiento.

Mientras el procurador Carlos Zamarripa los identificó como varios hombres integrantes de un grupo delictivo, el propietario del predio, Cipriano Sánchez, sostiene que fueron “dos mujeres comunes y corrientes” que le pidieron alojamiento a fines de diciembre.
El sepelio de los hijos de Antonio Luna. Foto: Especial

El sepelio de los hijos de Antonio Luna. Foto: Especial

“Nada raro ni anormal”
En entrevista con apro el lunes 30 de enero, Cipriano Sánchez contó que acostumbra ir a la propiedad a diario; que nunca notó “nada raro ni anormal” en la conducta o presencia de sus inquilinas, aunque a veces éstas eran acompañadas por un joven u otras personas.

Sin embargo, nunca pudo confirmar su identidad porque desde el principio las dos mujeres adujeron que les habían robado su bolsa con sus identificaciones unos días antes, y sólo le dieron un nombre: Verónica Ortiz.

Cuando Antonio regresó tras dos semanas de vacaciones, su patrón le informó que había rentado el departamento, que no se ocupara de las inquilinas y que hiciera su trabajo “como siempre”.

La estancia donde solía encerrarse Antonio por las noches era remodelada para convertirse en un salón de fiestas, después de que por varios años el propietario la rentó a un empresario de Guadalajara que le invirtió para convertir el sitio en un centro nocturno con table dance, pero aparentemente nunca consiguió los permisos.

En la parte alta hay un televisor, mesas de billar, algunos colchones y un cuartito con un pequeño baño, suficientes para que la familia se instalara a ver televisión y se quedara a dormir.

Cada mañana, todos regresaban a su otra realidad: un cuarto que hacía las veces de recámara, cocina y sala, carente de electricidad, agua potable y drenaje, ubicado a unos 200 metros de la finca que Antonio cuidaba.

Allí se cambiaban de ropa y se arreglaban; la pareja llevaba a los niños a sus colegios y posteriormente cada uno se iba a trabajar. Por las noches, el salón de Cipriano era el sitio inmejorable para estar juntos y disfrutar de lo que en su cuartito no tenían.

La pareja llegó al sitio unos cuatro o cinco años atrás, siguiendo a dos hermanos de Juana que fincaron un par de cuartos aledaños y les permitieron quedarse. Hace dos años, Antonio fue contratado por Cipriano Sánchez para ser el velador del inmueble, junto al que hay un motel en construcción desde hace años, y una tienda, todos predios de Cipriano, según narró éste a la reportera.

“Venga pronto, hay una balacera…”

La noche del viernes 13 los primeros disparos comenzaron a escucharse a las 11:30 de la noche y los últimos a las 4:30 de la madrugada del sábado 14 en la propiedad ubicada en Ampliación Cieneguita, refieren en entrevista vecinos de Antonio y Juana que habitan otra pequeña casa junto al cuarto de los Luna Luna.

Cipriano Sánchez asegura que una hora antes se había retirado de la finca, donde estuvo casi toda la tarde haciendo arreglos en el patio y el jardín. “Dejé todo normal, le dije a Antonio que se encerrara; no supe si estaban las mujeres –inquilinas del departamento- no noté nada raro”, asegura.

Al escuchar los primeros disparos, varios de los vecinos se asomaron por las cortinas que hacen las veces de puerta. No atinaron más que a llamar a la policía municipal para decir que había un tiroteo y que muy cerca vivían familias con niños y tenían miedo. Después se persignaron y se pusieron a rezar el rosario.

Los vecinos sabían que la familia Luna Luna estaba en la finca. Todos los días los veían salir por las noches de su cuartito rumbo a la propiedad que cuidaba Antonio, a quien describen como un hombre tranquilo que nunca dio problemas, que jugaba con sus tres hijos en el terregal que hace las veces de patio y que ayudaba a Juana a acarrear el agua del aljibe para bañarse y cocinar.

“Nos pusimos a rezar. Pensábamos en los niños allí adentro. Los balazos se escuchaban seguidos, a veces un ratito de silencio y luego otra vez; todo fue adentro de la finca, afuera no vimos a nadie, ni un coche, nada. Ya casi cuando se acabaron, se oyó como una ráfaga, muchos de un jalón. Luego ya no se oyó nada”, narró una mujer.

Cipriano Sánchez recibió varias llamadas y un mensaje de texto desde el celular de Antonio y de otro que cree es el de Juana, pero no les contestó nunca porque, afirma, al llegar a su casa esa noche se quedó dormido y no despertó sino hasta la mañana siguiente.

En uno, que recibió a la 1:34 de la mañana, Antonio escribió: “Venga pronto hay una balacera en la tienda y aquí donde estamos”.

En total, 25 llamadas y seis mensajes de texto se intercambiaron entre los teléfonos de Juana y su cuñada Claudia, así como de ésta al número de emergencias y al directo de la Policía Municipal, a partir de las 12:39 y hasta las 4:57 de la madrugada.

Desde las 12:40, en la central de policía le aseguran que ya habían enviado gente al sitio. Eso mismo le repitieron en las sucesivas llamadas que hizo a la corporación, cada que Juana volvía a marcarle porque “no llega nadie a ayudarnos”.

Junto con otro de sus hermanos (son nueve en la familia de Antonio), Claudia se apersonó en las inmediaciones de la finca de Ampliación Cieneguita poco después de las dos de la madrugada del sábado 14, en busca de saber qué pasaba en la casa donde sabía que estaban el velador, su cuñada y sus tres sobrinos. Pero para ese momento, ya la carretera estaba cerrada y el paso impedido les fue impedido por policías municipales.

Una hora y media antes (12:30) las hermanas de Antonio habían recibido una primera llamada de Juana desde el interior de la finca, pidiéndoles que avisaran a la policía de que alguien estaba metiéndose a la casa. Su esposo y ella creían que era para robar.

A las 12:39, Claudia marcó al teléfono celular de Juana y le preguntó que si los supuestos ladrones se querían meter a la finca que cuidaba Antonio, o a la casita donde vivían los Luna Luna. Juana le aclaró a su cuñada que estaban todos encerrados en la finca que cuidaba su esposo. “Aquí donde trabaja Antonio, quieren robar, se quieren meter”, le dijo, evidentemente asustada.

A las 2:39, Juana le volvió a marcar, justo cuando Claudia y su hermano se dirigían a Ampliación Cieneguita. “Pensábamos que los policías no llegaban porque no ubicaban el lugar, así que se nos ocurrió ir para señalarles dónde era. Pero ya no nos dejaron pasar”, narró la hermana de Antonio a apro el jueves 26.

En esa llamada, Juana le dice que nadie de la policía llega. “Ya nos están echando gas”, agrega. A través de la línea, su cuñada alcanzó a escuchar claramente los disparos.

“Cuando llegamos, me acerqué a unos policías para enterarlos de que allí estaban mis sobrinos con sus papás, que había niños. Uno de los policías habló como por un micrófono, escuché que dijo: hay un velador, su esposa y tres menores. Luego alguien le marcó a su celular, contestó y les dijo: es que esto se puso más cabrón, porque ahí está el velador y hay tres menores. No supe quién le llamó y a quién informó”, refirió Claudia.

Después de varios intentos por comunicarse nuevamente con Juana, a las 2:52 ésta respondió a Claudia, en un murmullo: “Te voy a colgar porque no quiero que nos descubran”. Esa fue la última vez que escuchó a la madre de sus sobrinos, pues le marcó otra decena de ocasiones y a veces descolgaban, pero no volvió a responderle.

A las 4:57, ante el silencio de la primera, la falta de información por parte de los policías y el tremendo frío que se sintió, Claudia optó por retirarse de la carretera y volvió a su casa donde vive con su mamá. Antes, éste fue el último mensaje que envió a Juana por el WhatsApp: “Ya la policía tiene sus datos, de ustedes y de los niños, por si les habla sepan que son ellos”.

Casi 12 horas después, alrededor de las tres y media de la tarde, Claudia pudo ver a su hermano, detenido en los separos de la Policía Municipal. Lo primero que hizo al verlo fue preguntarle por sus sobrinos.

“Me los mataron. Están muertos los tres y Juana no va a salir. Está allá, no va a salir ni pagando fianza. Encárgate de mis hijos y de ella”, fue la respuesta de Antonio.

El procurador de justicia, Carlos Zamarripa Aguirre, ha expuesto que esta instancia tiene los elementos periciales y la declaración ministerial de la madre de los menores, Juana Luna, para sustentar la acusación contra Antonio contenida en la carpeta de investigación, que ya está también en los terrenos del Poder judicial del estado.

Más interrogantes

En las diversa entrevistas que ha dado a medios, el procurador Carlos Zamarripa ha señalado que los elementos de la Agencia de Investigación Criminal que realizaron el operativo –seis en total, según informes de la Procuraduría de Derechos Humanos que ha tomado declaración a los mismos, así como a ocho elementos de la Policía Estatal– no contaban con la información de que en la propiedad había una familia con menores de edad, y que los agentes se identificaron claramente mediante los comandos de voz propios de estos operativos.

-¿Hay alguna posibilidad de que los agentes hayan incurrido en algún error o en algún acto indebido durante este operativo?, preguntó apro al procurador.

-Ninguna evidencia tengo para pensar o suponer una actuación indebida, respondió.

Sin embargo, resulta imposible ignorar las declaraciones que en los días siguientes hizo la propia madre de las víctimas, quien apuntó a los elementos ministeriales como quienes desarmaron a su esposo, hicieron disparos y posteriormente obligaron a Antonio a tomar el arma en sus manos.

Ante cámaras y grabadoras, Juana Luna narró que después de esos momentos no volvió a ver a sus hijos vivos y que su declaración en las oficinas de la Subprocuraduría de Justicia habría sido modificada de forma sustancial y ella presionada para firmarla, “porque sólo así podría salir”.

En una de estas entrevistas, Juana contó que cuando los tenían a ella y a su esposo todavía dentro de la finca (antes de ser trasladados al Ministerio Público) los llevaron al departamento que Cipriano había rentado.

“Mi esposo le preguntó al oficial que estaba allí que si les estábamos marcando, por qué no llegaban. Dijo que no podían, que al parecer allí hubo un enfrentamiento de dos grupos contrarios, y cuando llegaron ellos salieron por otras puertas, ya no los alcanzaron”.

“Eso comentan mis superiores porque yo acabo de llegar”, les dijo el agente, aparentemente también de la PGJE. Siguió: “Nosotros ni siquiera sabíamos quiénes eran, pensamos que se habían metido a robar”, insistió Juana en su versión ante los medios. “Yo por eso pensé que eran como los de la tele, que eran secuestradores”.

Dos días antes de lo ocurrido en Ampliación Cieneguita, elementos de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro de la Procuraduría de Justicia y del grupo táctico de la Secretaría de Seguridad Pública “reventaron” una casa en la colonia Lindavista, en la que un joven de 18 años y un niño de 10 permanecían secuestrados.Tres de los plagiarios murieron en el enfrentamiento con los agentes y uno de éstos fue herido, informó el procurador Carlos Zamarripa.

En octubre del 2015, la delincuencia dio la bienvenida al actual presidente municipal, el panista Ricardo Villarreal García –hermano del también exalcalde y exdiputado federal Luis Alberto Villarreal- con un ejecutado, sólo 10 minutos después de que aquél asumió el cargo, momento a partir del cual las ejecuciones continúan con una frecuencia nunca antes vista, refieren reporteros en esta ciudad.

Es en éste San Miguel, que acumula títulos como “la mejor para vivir”, “la mejor ciudad de México, Centro y Sudamérica” y otros igualmente pomposos, en donde han sido detenidos en los últimos tres años no uno, sino varios capos del narcotráfico, como Héctor Beltrán Leyva, El H, jefe del cártel de los Beltrán desde la muerte de su hermano Arturo El Barbas. Héctor Beltrán fue detenido a principios de octubre del 2014.

Tal panorama exhibe una acometida criminal de asesinatos, extorsiones, robos domiciliarios, ataques con explosivos a bares y restaurantes que tienen preocupados y molestos a los sanmiguelenses y residentes extranjeros, y ante el cual las corporaciones municipales, estatales y federales parecen estar rebasadas, por lo que la muerte de los niños Luna Luna detonó varias protestas y marchas en la ciudad.

“Si dicen que mi hermano es culpable, yo creo que atrás de él hay otro culpable, ¿no? ¿Quién mandó ese operativo y aparte fallido. ¿Con quién pelearon? ¿Con quién, me pregunto? – cuestiona Claudia, hermana de Antonio.

“Este procurador le inventa cada cosa; pues creo que él también es culpable, ¿no? O quien mandó este operativo, también es culpable. Porque si no hubiera pasado esto, la vida sería normal para ellos, feliz. Porque eran muy felices”.





Fuente: Proceso
Autora: Verónica Espinosa
http://www.proceso.com.mx/474065/la-noche-del-infierno-en-san-miguel-allende

Surgen más dudas sobre homicidio de 3 niños en San Miguel de Allende

Vecinos desmienten que hombres armados huyeran del lugar en la refriega.

A Ampliación Cieneguita llegaban camionetas de lujo, pero no el día de la balacera donde murieron tres niños: vecinos

San Miguel de Allende, Gto. Un día antes de la balacera en la finca de Ampliación Cieneguita, sujetos abordo de camionetas de lujo abandonaron el lugar. A la noche siguiente, tras la irrupción de policías estatales en la propiedad, Gabriel, Mateo y Juan Adrián, pequeños de 11, 8 y 4 años de edad, fallecieron al recibir impactos de armas de fuego, mientras ocurría un asalto policial al inmueble.

Estas camionetas fueron vistas por algunos vecinos de la finca, quienes además descartaron que la noche de la refriega hayan huido sujetos armados como lo ha afirmado el procurador de justicia del estado, Carlos Zamarripa Aguirre en diferentes oportunidades.

“… se sabe que parte de los que conformaban el grupo delictivo se dispersó por el patio trasero del inmueble; al arribo de los elementos de los grupos tácticos lograron asegurar primeramente el perímetro del lugar y a la postre incursionaron en el inmueble”, es la versión que la Procuraduría General de Justicia del Estado dio en su primera postura oficial a través de un boletín de prensa enviado 40 horas después del homicidio.

Han pasado más de 15 días del suceso y esta versión ha sido sostenida por el procurador, quien insiste en que las pesquisas apuntan a Antonio Luna, padre de los niños, como el responsable del triple homicidio. Testigos presenciales aseguran lo contrario.

Sopechosos inquilinos

La propiedad de José Cipriano Sánchez se encuentra sobre un terreno de aproximadamente 50 metros de largo por 50 de ancho, rodeado por altas bardas y con un portón negro que da directamente a un camino de terracería perpendicular a la carretera San Miguel de Allende-Dolores Hidalgo.

Dentro hay dos complejos de construcción, en la parte de enfrente hay un espacio de apenas 6 metros de ancho por 12 de largo en donde hay varios cuartos o departamentos, mientras que el otro espacio es el que sería el table dance, una construcción de aproximadamente 25 metros de ancho por 16 de largo, ahí era donde Antonio dormía junto a su familia.

El 28 de diciembre, José Cipriano Sánchez decidió rentar el departamento a dos mujeres, él asegura que no tenía puesto un letrero de “se renta” porque ese espacio lo estaba ocupando como bodega.

Unas semanas antes, dos mujeres habían llegado hasta la finca para pedirle que les rentara una parte. Una de ellas se identificó como Verónica Ortiz y dijo que ambas eran originarias de León y buscaban un lugar para vivir pues tendrían que estar trabajando muy cerca de la carretera San Miguel de Allende-Dolores Hidalgo.

“Fue una pareja de señoras para pedirme que les rentara y yo les dije que no podía porque la tenía ocupada como bodega, me dijeron que si más delante y les dije que sí y no sé, como a las 2 ó 3 semanas fueron otra vez y así y les dije que sí, que sí se los rentaba solo que me dieran tiempo para desocuparlo”.

El contrato no se realizó porque Verónica dijo que le habían robado su camioneta en el municipio de León y que ahí tenía todas sus identificaciones, así que le solicitó a José Cipriano que pudieran hacer el papeleo hasta pasando el día 9 de enero.

Durante ese tiempo, Antonio Luna estuvo de vacaciones. Cuando volvió a trabajar el 10 de enero, José Cipriano sólo le comentó que un departamento ya había sido rentado.

Aunque José Cipriano iba todos los días a su finca, asegura que nunca vio nada extraño y que la última vez que vio a sus inquilinas fue el 7 de enero. Ninguna de ellas volvió a aparecer o comunicarse después del 14 de enero.

‘Hombres entraban y salían’

Ampliación Cieneguita había sido siempre un lugar tranquilo, hay algunas propiedades cercanas como una construcción a apenas 25 metros y a 500 metros de la finca de José Ciprinano también se encuentra un fraccionamiento casi nuevo.

La gente conoce a José Cipriano como “El Pollo” y su finca es famosa porque además de querer ocuparla como un table dance, se encuentra a contraespalda de otra propiedad de Cipriano, que construyó con la intención de convertirla en un motel pero que nunca se habilitó.

Entre los vecinos cercanos a la finca, también estaban Antonio, Juana y sus tres hijos, quienes solían vivir a unos 200 metros de distancia.

A finales del mes de diciembre, comenzó a verse actividad rara dentro de la finca de José Cipriano, a menos eso es lo que mencionan gente que pasa todos los días por ahí.

La gente reporta que había hombres dentro de la finca y no mujeres, como José Cipriano ha asegurado. No porque no les haya rentado el departamento a ellas, sino porque nadie las vio.

“Entraban y salían camionetas nuevas y lujosas, se veían como de películas de narcos y había gente ahí pero eran señores (…) el jueves en la tarde salieron 2 camionetas, una se fue para el rumbo de Marroquín y la otra se fue como rumbo a San Miguel, pero tenían días entrando y saliendo las camionetas, tenían como unos 15 días”, relató un testigo.

El viernes 13 de enero las camionetas no fueron vistas por nadie y cuando fue hora, Antonio le pidió a Juana y a los 3 niños que lo acompañaran a velar, como lo hacían casi todos los fines de semana.

Juana lo ha relatado en varias ocasiones: fueron a la tienda de la vuelta a comprar comida para ponerse a ver la televisión y luego se durmieron pero fueron despertados por el sonido de los balazos.

Ese mismo ruido también despertó a gente que vive por la zona, algunos sacaron su celular y comenzaron a grabar el supuesto enfrentamiento a balazos, pero según los testigos… ni los disparos ni un presunto grupo armado salieron de la finca, tal como afirmó la PGJE.

“No salió nadie, toda la balacera fue adentro de la casa porque ni afuera de la casa, todo fue en el patio (…) no corrió nadie, porque habían dicho que habían salido hombres armados corriendo y no, nos consta que no salió nadie”, mencionan.

Los vecinos no supieron nada, incluso llamaron a la policía municipal en varias ocasiones pero en ningún momento vieron torretas o patrullas debidamente identificadas.

Horas después, los vecinos supieron de la muerte de Mateo, Gabriel y Juan Adrián y más tarde, incrédulos escucharon que la Procuraduría General de Justicia del Estado señalaba a Antonio Luna como el responsable de asesinarlos.

Ataque dirigido

La finca es custodiada las 24 horas por elementos de la Policía Municipal, el sitio está acordonado y ni José Cipriano Sánchez ha podido ingresar, pero los balazos son evidentes a la distancia, pero éstos sólo se concentran en el lugar donde Antonio dormía con su familia, la fachada parece intacta.

En fotografías tomadas por el equipo de Zona Franca se logra visualizar una de las ventajas de la parte superior del salón, sitio donde pernoctaba la familia Luna. En un pequeño espacio se logran contabilizar hasta 20 impactos de bala que parecen de alto impacto.

Las discrepancias

1.- La Procuraduría General de Justicia del Estado, en voz de Carlos Zamarripa, ha afirmado y sostenido que los elementos del grupo criminal huyeron por la parte posterior de la finca. La construcción no tiene niguna salida por la parte posterior.

2.- La PGJE señaló que en el momento del operativo, los policías ministeriales fueron recibidos a balazos por parte de integrantes de un grupo delincuencial. Los testigos señalan que en la finca sólo estaban Antonio, Juana y sus 3 hijos.

3.- La autoridad señaló que se montó el operativo debido a un reporte donde se señalaba que había detonaciones de arma de fuego. En caso de que ese reporte se hubiera dado, tendría que haber acudido la Policía Preventiva, además Carlos Zamarripa Aguirre nunca ha querido aclarar si había o no orden de cateo.

4.- También se informó que en la finca había sido aseguradas armas de fuego, drogas y vehículos pero en ningún momento han sido mostradas pruebas que lo afirmen.


5.- El Procurador ha asegurado que sus vehículos fueron recibidos con fuego, pero resistieron por su blindaje; esos vehículos tampoco han sido mostrados.

FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS/ZONA FRANCA.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://aristeguinoticias.com/0202/mexico/surgen-mas-dudas-sobre-homicidio-de-3-ninos-en-san-miguel-de-allende/

Uno de los 3 menores asesinados en San Miguel habría recibido dos disparos, dicen fuentes extraoficiales

El propietario del inmueble donde ocurrió la muerte de los tres infantes, José Cipriano Sánchez Zavala, brindó una entrevista a la radio local. Aseveró que no ha sido requerido por la justicia y que los daños por detonaciones de arma de fuego, se concentran en el lugar donde la familia Luna dormía la noche del 14 de enero.

Uno de los tres menores que fueron asesinados en la finca de Ampliación de Cieneguita tras un operativo ejecutado por elementos de la Policía Estatal, habría recibido al menos dos impactos de bala.

Contrario a lo declarado por el Procurador General de Justicia, Carlos Zamarripa Aguirre, de acuerdo a esta información extraoficial los menores habrían recibido más impactos de bala. En ninguno de los tres cuerpos había orificio de salida, ni huellas de violencia o tortura.

Fue el diario A.M. el que difundió estos datos tras contactar a personas que tuvieron contacto con los cuerpos de los niños.

La fuente detalló al rotativo que Gabriel (de 11 años) tenía una lesión en la sien derecha; Adrián (de 8), lo tenía más al centro de la frente “y el más pequeño, Mateo (de 4 años), lo tenía más atrás, por la oreja izquierda y se le veía otro impacto por el estómago. Tenía otro agujerito cerca del ombligo”.

Los testigos accedieron a rendir testimonio a condición de permanecer en el anonimato.

Al respecto, un familiar de la señora Juana Luna, madre de los pequeños, precisó a Zona Franca que Juana (y ellos) no conocieron la ubicación exacta de los disparos en los cuerpos de los pequeños, ya que el día del acontecimiento tanto ella como Antonio, el padre, fueron separados.


Una vez que se habían percatado de la muerte de los niños, el Servicio Médico Forense (Semefo) se hizo cargo de los cuerpos y su madre habría sido notificada.
“A los familiares se les dijo que estuvieran pendientes mientras le daban libertad a Juana, ya que en cualquier momento la funeraria llevaría los cuerpos ya en sus féretros a la casa ubicada en la colonia San Luis Rey.”

Por lo anterior, la familia sólo se dedicó a preparar su velación y entierro entre el estupor y asombro de los hechos vividos.

Al momento, la familia considera que el nuevo abogado defensor de Antonio Luna, Rafael Heredia, podría en cualquier momento pedir una segunda necropsia en los pequeños.

El pasado 21 de enero, luego de que se le determinara vincular a proceso a Antonio como el presunto responsable de asesinar a sus tres hijos, en rueda de prensa Carlos Zamarripa aseguró que el homicidio y la presunta balacera entre elementos de la Policía Ministerial con un presunto grupo delictivo, fueron sucesos paralelos sin relación entre sí.

En esa misma oportunidad, el funcionario estatal señaló que, de acuerdo con las declaraciones que han rendido los elementos que participaron, los tres menores de edad ya habían recibido un impacto de bala cada uno.
“Al momento en el que se entra al lugar donde se encontró el hallazgo que ya habían acontecido los hechos y estaba por acontecer uno más que no se llevó a cabo porque no tenía balas el arma que fue utilizada”.

HABLA EL DUEÑO DE LA FINCA

Esta mañana, el propietario del inmueble donde ocurrió la muerte de los tres infantes brindó una entrevista a la radio local XESQ. José Cipriano Sánchez Zavala, “Don Pollo”, manifestó que él se dio cuenta del hecho ocurrido hasta el sábado por la mañana al leer los mensajes de Antonio Luna que le mando horas antes.

Confirmó que el lugar que iba a ser salón de fiestas, es el único lugar que fue completamente destrozado por las balas, durante el operativo que duró más de 5 horas. Su abogado, José Luis Vargas, le dijo que el resto del inmueble presentaba daños, pero que el lugar donde Antonio Luna dormía con su familia parecía una “zona de guerra”.
“Ese viernes 13 regresé de la finca a las 10:30 de la noche, fui a casa y me dormí. Cuando desperté encontré los mensajes y llamadas perdidas de Toño diciendo que había una balacera en el lugar, que le ayudara, luego había otro mensaje de un teléfono desconocido que supongo fue de la señora (Juana Luna, la esposa); pero cuando fui a la finca (los agentes) ya no me dejaron entrar, no me dijeron que había pasado, no me dijeron nada, había mucho hermetismo y muchos policías”.
Manifestó también que él se dedica al negocio de sus taxis y que el inmueble lo habría rentado a dos personas sin contrato por en medio porque dijeron que las oficinas las abrían hasta después del 9 de enero.
“… y sí, por eso les dije que nos podíamos esperar a hacerlo; ya no las volví a ver, ni a saber de ellas a pesar de que todos los días iba yo al lugar, haciéndoles entrega de las llaves el día 28 de diciembre”. Las personas ocuparon formalmente el área rentada el día 3 de enero. “Toño había salido de vacaciones y cuando regresó lo enteró de los nuevos inquilinos sin observar nada anormal”.

Precisó también que la pistola que poseía Toño era de calibre 22 y que era una arma que él, Cipriano Sánchez, tenía desde hace muchos años, y se la entregó porque días antes habían intentado asaltar una área del inmueble. El arma contenía espacio para seis tiros, aunque le dejó diez balas.

Mencionó que por la hora de los mensajes que él recibió, la balacera había iniciado antes de las doce de la noche y que los elementos del grupo de reacción habrían llegado dos horas después, conociendo esto la Policía Municipal, que nunca intervino.

Cipriano Sánchez dijo que está en la disposición de las autoridades en caso de ser requerido.

Con voz resquebrajada afirmó: “si hubieran dicho que la casa se derrumbó por completo, no habría problema, me ponía a levantarla de nuevo, pero el hecho que sucedió nos derrumbó por completo y nos dejó sin ganas”.


Apenas el 28 de enero, se difundió que la PGJE ya investiga a Cipriano Sánchez sin relacionarlo directamente con el caso del homicidio de los tres menores, sin embargo este no ha sido llamado por Ministerio Público.

FUENTE: SIN EMBARGO/ZONA FRANCA.
AUTOR: REDACCIÓN/ROBERTO GUTIÉRREZ.
LINK: http://www.sinembargo.mx/30-01-2017/3142402

El padre acusado de matar a sus hijos en Guanajuato intenta matarse; y la PDHEG… ausente

Pese a que el Procurador de Justicia reveló detalles que se suponían como parte de una investigación independiente de la Procuraduría de los Derechos Humanos, su titular Raúl Montero prefirió no emitir ninguna opinión; en tanto, especialistas sopesan el riesgo de un ombudsman errático y sin oficio.

El Procurador de los Derechos Humanos de Guanajuato, Raúl Montero de Alba, decidió no emitir postura o llamado alguno, luego de que el Procurador General de Justicia del estado (PGJE), Carlos Zamarripa Aguirre, ventilara detalles de la investigación que se realiza en el caso de la detención de Antonio Luna, quien es acusado de haber asesinado a sus tres hijos.

Pese a que las diligencias de la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato (PDHEG), se deben realizar de manera paralela y autónoma al tratarse de una investigación que se concentra en la actuación de la de la PGJE, se ha difundido información que contraviene esos preceptos.

El pasado 21 de enero, luego de que se dictara la vinculación a proceso contra Antonio Luna, por el triple homicidio de sus hijos de 4, 8 y 11 años, así como la tentativa de homicidio en agravio de su propia esposa, Zamarripa Aguirre aseveró en rueda de presa que este ha intentado hacerse daño con los objetos que tiene a su alcance.


Detalló que esto ha ocurrido dentro del propio Centro de Readaptación Social (Cereso) de San Miguel de Allende, incluso ante los agentes de la Procuraduría de los Derechos Humanos que acudieron a levantar su declaración.

“Se tiene que decir sin faltar al debido proceso y a la reserva de los datos que ésta persona (Antonio) se ha intentado dañar en diferentes ocasiones, inclusive lo pudieran ustedes corroborar porque ha sido delante del personal que ha estado tomando sus declaraciones, el personal de la Procuraduría de los Derechos Humanos, se ha hecho constar por parte de ellos”.

El procurador de Justicia no detalló cómo fue que se enteró que los agentes de la Procuraduría de los Derechos Humanos a cargo de José Raúl Montero de Alba presenciaron la escena cuando presuntamente Antonio intentó hacerse daño utilizando un bolígrafo.

“Se ha intentado hacer daño con diferentes elementos, por ejemplo hasta con la pluma que le han dado para firmar, se ha intentado hacer daño y ha vertido algunas cosas que ha quedado asentado en las actas del personal de la Procuraduría de los Derechos Humanos que han tenido todo el acceso para poder llevar a cabo su trabajo sin cortapisa”.

Zona Franca solicitó ayer martes una postura del Procurador de Derechos Humanos, sobre la difusión de estos detalles de su investigación que abiertamente fueron mencionados por el titular de la PGJE, sin embargo su vocería, a través del Coordinador de Promoción, Francisco Aguilar Rivera, puntualizó que no habría ninguna postura, ni se precisó si esto sería integrado al expediente.


Se insistió tajantemente en que no habría ningún posicionamiento sobre el particular, y que sólo se estarían informando los avances concretos de la investigación general que se realiza por el caso de Antonio Luna.

El proceso que concretamente realiza la Pdheg, ha despertado la desconfianza de diversos actores políticos, mismos que han visto motivaciones suficientes para solicitar la intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), al considerar que a nivel local se cuenta con limitaciones en su libertad de acción.

Un hecho que despertó suspicacias, fue la reunión que la tarde del pasado martes 17 de enero, Raúl Montero sostuvo con el gobernador Miguel Márquez, en el despacho de Palacio de Gobierno, ya cuando la investigación de la Pdheg estaba iniciada de oficio con el número de expediente 04/17-D.

Tras divulgarse el encuentro con el titular del Ejecutivo Estatal, la Pdheg no aceptó una entrevista en la que pudieran realizarse preguntas directas y en cambio envió una tarjeta informativa para explicar que la reunión “se inscribe en el marco de una agenda que, de manera transversal, se ha comprometido con diferentes actores para optimizar las capacidades técnicas y humanas de la Pdheg”.

“Falta de oficio y errores técnicos’: especialistas

Dada la actuación de la Procuraduría de los Derechos Humanos, tomando como referencia no sólo la investigación sobre la detención de Antonio Luna y el homicidio de sus tres hijos, sino también las acciones y señalamientos vertidos por la PGJE, especialistas consultados por Zona Franca consideraron que se han cometido errores que han comprometido el debido respeto a sus garantías.

Para el investigador y activista, además director de NIMA, Centro de Promoción de los Derechos Humanos de Niñas, Niños y Adolescentes en Guanajuato, Raymundo Sandoval, lamentablemente se ha documentado que la Pdheg carece de protocolos de investigación en violaciones graves a derechos humanos y no cuenta del rigor técnico necesario que el caso requiere.


Que el Procurador de Justicia haya señalado el 20 de enero que el ahora inculpado haya intentado dañar su vida durante la detención, requiere de la emisión de medidas cautelares por parte de la instancia de derechos humanos que ya conoce del caso.

Además, resaltó que la Pdheg incumple la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Guanajuato promulgada en 2015, que en su artículo cuarto transitorio, señala:

“La Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato deberá realizar los ajustes presupuestales, a fin de establecer un área especializada para la protección efectiva, observancia, promoción, estudio y divulgación de los derechos de niñas, niños y adolescentes, en los términos del presente Decreto en un plazo de ciento ochenta días contados a partir de que ésta inicie su vigencia”

Sandoval puntualizó que esta área especializada debió ser instalada en junio de 2016, y es de suma importancia en la investigación de violaciones graves a derechos humanos “como la ejecución extrajudicial de la que pudieron ser objeto los tres menores de edad”.

En representación de NIMA el también catedrático de la Universidad Iberoamericana señaló que es de suma gravedad que tres menores de edad hayan sido ejecutados en la intervención de la PGJEG y de la SSPG.

“Considera que se ha privado del derecho a la vida de estos tres menores, y en caso de confirmarse la participación de agentes del Estado en los asesinatos, éstos deben ser considerados como ejecuciones extrajudiciales”.

Explicó que, si bien las declaraciones de la señora Juana Luna no han sido confirmadas ante la autoridad correspondiente, sí alertan sobre la gravedad de los hechos. Particularmente es de suma preocupación que se haya señalado la existencia de tortura durante la detención del señor Antonio N, padre de los tres menores de edad.


Por su parte, el investigador, consultor en Derechos Humanos, y colaborador en programas de la Organización de la Naciones Unidas (ONU), José Manuel Ramos Robles, resaltó que los señalamientos de Carlos Zamarripa es causa suficiente para que la misma Pdheg, solicite una medida de protección en beneficio de este, para garantizar su integridad física.

“La Pdheg debería hacer una recomendación enérgica al titular de la PGJEG para que evite interferir más en el proceso con este tipo de declaraciones y que no haga referencia alguna al actuar de la Pdheg en su propia investigación, dado que las actuaciones de esta última deben darse en el marco de la confidencialidad con las personas involucradas o víctimas de presuntas violaciones a sus derechos humanos”.

Para Ramos Robles, definitivamente lo mejor que pudiera pasar a estas alturas es que la CNDH atraiga el caso. Otra alternativa, si esto no se lograra, sería que la Pdheg convoque a un equipo de expertos independientes para apoyar la investigación y aportar legitimidad “a lo que de lejos se ve poco claro”.

“Mientras tanto, nos queda confiar en la independencia y buen criterio de la jueza a cargo y en que las miradas nacionales e internacionales están siguiendo de cerca este lamentable caso”, puntualizó.

Finalmente, Jesús Soriano, profesor investigador de la Universidad de Guanajuato y especialista en derechos humanos, sostuvo que sería preocupante que la entrevista que realizó a Antonio Luna se hubiese desahogado frente a personal de la PGJE.

“’La persona detenida tiene derecho a comunicarse libremente y en régimen de absoluta confidencialidad con las personas que visiten los lugares de detención o prisión’, entre las que se encuentran por supuesto, las que laboran en la Procuraduría de Derechos Humanos”.

Puntualizó que la afirmación de condena a los muy lamentables hechos sucedidos en la comunidad Ampliación de Cieneguita, debe ser inmediata por quien ostenta la denominada “defensoría del pueblo”.

“Entendemos las indagatorias que deben realizarse para dictar en su caso recomendaciones, pero también verificamos la importancia que tiene la prudente, pero oportuna y enérgica voz de quien representa esa institución, quien trabaja no sólo para señalar los excesos del poder cometidos por los órganos del Estado, sino también para evitar posibles violaciones a la dignidad de las personas”.


Explicó que las conclusiones de la oficina ombudsman materializadas en “recomendaciones” requieren tiempos indagatorios, pero las declaraciones y los posicionamientos ante estos hechos, necesitan, con determinación posturas claras y que hagan presumir la autonomía de la Pdheg, sólo así se consolida la solvencia moral que sustenta al ombudsman.

REPORTAN AVANCES

La Pdheg dio a conocer que se realizó ya la entrevista a los elementos que participaron en el operativo en el que fueron asesinados tres niños en San Miguel de Allende.

La dependencia informó que obtuvo la declaración de de 6 agentes de la Policía Ministerial y de ocho elementos de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado. Inicialmente, la procuraduría había solicitado el testimonio de cinco elementos, se desconoce la razón de sumar a uno más.

Fueron además interrogados un Defensor Público Penal y un testigo, de los cuales se desconoce su identidad.

Además, se solicitó al titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Tránsito Municipal y Protección Civil (SPTMPC) de San Miguel de Allende, hacer comparecer a 7 elementos a su cargo.

La instancia indicó que ya tuvo acceso a la Carpeta de Investigación 4780/2017, así como a los reportes médicos de Antonio Luna a cargo del Centro Estatal de Prevención y Reinserción Social y el concerniente a la SPTMPC de San Miguel de Allende.

Al expediente 04/17-D se le agregó un DVD que contiene la audiencia de formulación y vinculación a proceso derivada de la Carpeta de Investigación 4780/2017; los informes del Subprocurador de Justicia Región “D” y Subdirector Operativo de la Policía Ministerial, así como el reporte del 911 sobre las llamadas el día de los hechos; también la información del Patronato de Bomberos de San Miguel de Allende.

Ahora se ha solicitado información a la Coordinación de Investigación y Etapa Intermedia de la Defensoría Pública Penal; se recibió oficio mediante el cual rinde informe el Titular de la Unidad Operativa de Seguridad Preventiva Estación Dolores Hidalgo.


Destacó que aún faltan los reportes de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Secretaría de la Defensa nacional (Sedena).

FUENTE: SIN EMBARGO/ZONA FRANCA.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/25-01-2017/3140423

CNDH intervendrá en el caso de Antonio Luna en Guanajuato

León, Gto: La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) enviará peritos que coadyuven con la investigación del asesinato de tres niños en San Miguel de Allende, durante un operativo implementado por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE).

“Hemos tenido un acercamiento con la CNDH con la finalidad de allegarnos de los especialistas, que en la Procuraduría (de Derechos Humanos) no contamos. Estamos trabajando de manera coordinada”, informó el ombudsman, Raúl Montero de Alba.

Agregó que con el respaldo de la CNDH, la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato (PDHG) emitirá pronunciamientos sólidos, contundentes y fuertes.

El ombudsman reconoció que por la gravedad del caso ha mantenido una comunicación directa con el presidente de la CNDH Luis González Pérez.

El personal de la PDHG tomó la declaración de 14 policías ministeriales y de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado.

El ombudsman comentó que tuvieron acceso a la carpeta de investigación 4780/2017 de la PGJE y a la grabación de la audiencia donde se vinculó a proceso penal al velador, Antonio Luna Hernández, acusado de asesinar a sus hijos de 11, ocho y cuatro años; así como de intentar matar a su esposa, Juana Antonia Luna Chávez.

Por otra parte, la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados federal recibió un punto de acuerdo para exhortar a la Procuraduría General de la República (PGR) a que atraiga la investigación del asesinato de los tres niños de San Miguel de Allende.

El punto de acuerdo propuesto, por la diputada priísta Bárbara Botello Santibáñez, señala que solicitan que la PGR “ejerza su facultad de atracción para investigar, conocer y resolver el homicidio de tres menores de edad en el Municipio de San Miguel Allende, ocurrido la madrugada del sábado 14 de enero, en virtud de que existen irregularidades en la investigaciones que realiza la Procuraduría General del Estado de Guanajuato”. La propuesta fue enviada a comisiones para su análisis.

La madrugada del sábado 14 de enero, policías de la PGJE y de la SSPE se enfrentaron a un grupo armado en la comunidad de Ampliación de Cieneguita, ha difundido el fiscal, Carlos Zamarripa Aguirre.

Cuando los oficiales entraron a la finca, donde se generó el tiroteo, encontraron muertos a los hijos de Antonio Luna y Juana Antonia Luna, señaló el funcionario.

El velador mató con una pistola 22, de un tiro en la cabeza a sus hijos e intentó matar a su esposa, pero el arma ya no tenía balas, aseguró el procurador de Justicia.

La esposa del velador desmintió la versión de la PGJE y aseguró que Antonio intentó proteger a sus hijos durante la balacera. Juana Antonia Luna dijo que no sabían que policías participaban en el tiroteo.


El viernes 20 de enero, Antonio Luna fue vinculado a proceso penal y será juzgado como el presunto homicida de sus hijos.

FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: CARLOS GARCÍA.
LINK: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/01/25/cndh-intervendra-en-el-caso-de-antonio-luna-en-guanajuato