“Pido a las autoridades que se haga justicia. Ellos no debían morir así", dice Natividad Chávez Enríquez, madre de Enrique, una de las víctimas de la masacre.
Dos policías detenidos, tres en libertad tras prestarse a colaborar con las autoridades y otros dos en busca y captura. Así se encuentra la investigación un año después de la masacre de la colonia Valles de Anáhuac, en Nuevo Laredo, Tamaulipas. El 5 de septiembre se cumplió un año de la muerte de ocho personas, que las autoridades estatales presentaron como un enfrentamiento contra integrantes del crimen organizado pero que familias de las víctimas y la ONG que les acompaña califican de “montaje”. Los allegados de los fallecidos los recuerdan exigiendo que la justicia investigue a todos los responsables.