Después de intensos tiroteos en el centro con armas de grueso calibre y ametralladoras, un total de 500 militares y policías estatales llegaron en apoyo de los 10 agentes locales y repelieron el ataque tras fuertes enfrentamientos. El saldo fue de al menos 17 atacantes, cuatro policías y dos civiles muertos, seis agentes y tres civiles heridos y entre 70 y 80 viviendas dañadas, según los últimos datos difundidos por la Alcaldesa, Narcedalia Padrón.
El Presidente de México Andrés Manuel López Obrador mantiene su apuesta por una postura de “abrazos, no balazos” para enfrentar al crimen organizado, pero después de que hombres armados intentaron invadir un pueblo en el estado de Coahuila, en el norte del país, algunos creen que solo una estrategia contundente podrá evitar el resurgimiento de los cárteles en la región.
El miedo se ha apoderado de los vecinos de Villa Unión, una localidad ubicada a 65 kilómetros de la frontera con Texas, tras el ataque del pasado fin de semana que dejó el centro de la ciudad totalmente acribillado y causó la muerte de al menos 23 personas. Muchos entre los 6 mil habitantes temen un regreso de la violencia que se registró entre 2010 y 2013, cuando los sanguinarios Zetas reinaban la región con secuestros, extorsiones y desapariciones forzadas.
El Presidente de México Andrés Manuel López Obrador mantiene su apuesta por una postura de “abrazos, no balazos” para enfrentar al crimen organizado, pero después de que hombres armados intentaron invadir un pueblo en el estado de Coahuila, en el norte del país, algunos creen que solo una estrategia contundente podrá evitar el resurgimiento de los cárteles en la región.
El miedo se ha apoderado de los vecinos de Villa Unión, una localidad ubicada a 65 kilómetros de la frontera con Texas, tras el ataque del pasado fin de semana que dejó el centro de la ciudad totalmente acribillado y causó la muerte de al menos 23 personas. Muchos entre los 6 mil habitantes temen un regreso de la violencia que se registró entre 2010 y 2013, cuando los sanguinarios Zetas reinaban la región con secuestros, extorsiones y desapariciones forzadas.