El 27 de junio pasado, Zeferino fue citado en el centro comercial La Cúspide, en Naucalpan, a las 10:30 de la mañana. Una hora después, su papá intentó contactarlo, pero su teléfono ya estaba apagado. En ese momento empezó el mal presentimiento, por lo que decidió ir a la plaza y preguntar por el vehículo de su hijo. Nadie lo había visto. A las 14:30 horas recibió una llamada. Era la voz de un hombre que le informó que tenía a su hijo, y le pidió 3 millones de pesos. El joven fue hallado muerto al día siguiente. Recibió dos balazos en la espalda y su cuerpo fue abandonado en un predio en el mismo municipio. Pese a que la familia puso una denuncia ante la PGR y que la Seido tuvo parte en las negociaciones del rescate, Zeferino fue enterrado en una fosa común.
Zeferino Domínguez Villanueva tenía 19 años cuando lo secuestraron en el estacionamiento de un centro comercial de Naucalpan, Estado de México.
El 27 de junio de este año, una persona contactó por teléfono a Zeferino– un jugador de la Liga de Futbol Americano del Estado de México– para invitarlo a llevar su vehículo a una exhibición, con lo que recibiría un pago de 10 mil pesos.