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Acusados, encarcelados, torturados... bajo un cargo falso

En 2011 los hermanos Razo Casales fueron detenidos por un secuestro que no cometieron. Tras largos años en prisión, los dos fueron absueltos pero Verónica fue torturada con saña y sufre las secuelas. Con todo, sus abogados tienen la esperanza de que otros casos del anterior sistema penal mixto puedan corregirse.

El caso de Erick y Verónica Razo Casales es uno de los miles que enmarcan las deficiencias que tenía el sistema de justicia penal mixto, que dejó de estar vigente desde 2016 y en el cual la tortura, la fabricación de delitos y violaciones a los derechos humanos eran el común denominador.

Los hermanos Razo fueron detenidos hace 12 años por elementos de la hoy extinta Policía Federal vestidos de civil y quienes no portaban órdenes de aprehensión ni se identificaron.

Abren proceso contra feminista en la CDMX; la acusan de agredir a su hija con base en una testigo que ahora nadie ubica

Karina, conocida como “Mime”, fue vinculada a proceso por supuestamente agredir a su hija, menor de edad. La acusación fue promovida por una testigo que no presentó identificación y no ha sido ubicada.

El pasado 13 de diciembre, Karina, conocida como “Mime”, se encontraba dentro de un baño, cerca del Metro Chapultepec, cuando ocho policías ingresaron, la sometieron y la detuvieron, todo frente a su hija de cuatro años. Esto ocurrió después de que fue denunciada por supuestamente golpear a la niña, por una testigo llamada Nohemí, a quien ahora nadie encuentra. Ayer, Karina fue vinculada a proceso por ese presunto delito.

Karla Micheel Salas, abogada del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, quien acompaña el caso de Karina, dijo en entrevista que, aunque inicialmente se le acusó de cometer violencia física y psicológica, las autoridades solo la vincularon a proceso por presuntas agresiones físicas, ya que no se pudo comprobar que emocionalmente hubiera causado daño a la menor.

Álvaro lleva 3 años preso sin juicio: su caso puede cambiar la justicia mexicana

En tres ocasiones, jueces se negaron a cambiar la medida de prisión preventiva oficiosa a Álvaro, quien lleva preso un año más de lo que la Constitución prevé como periodo máximo que puede durar.

El 26 de junio de 2018, Álvaro, un hojalatero de 53 años, circulaba en su vehículo a eso de la media tarde, cuando de la nada unos policías le dieron el alto y le obligaron a bajarse del carro.

“Esta es la camioneta en la que viajaban los rateros”, dijo una persona que acompañaba a los policías. 

“Realmente tengo miedo”, dice médico quien fue golpeado y acusado de homicidio en Edomex

“Me ha causado un problema psicológico tremendo. A cada rato estoy pegado en la ventana. Me voy por otro camino. Veo para adelante, para atrás. Oigo ruidos en la noche. Realmente tengo miedo”, dijo un médico del Estado de México, golpeado y detenido durante tres días por presunto homicidio, luego de una operación por empiema a una menor de edad.

El padre de una adolescente de 14 años, quien murió durante una segunda operación de extracción de pus en pulmones, tomó los brazos del doctor Francisco Navarro, otro sujeto lo agarró de las piernas y ambos lo arrastraron hacia afuera de la clínica privada “Torres”, ubicada en Cuautitlán, Estado de México. En recepción, otras personas también lo golpearon, lo patearon y lo insultaron. La mesa con el árbol de Navidad y revistas cayeron. Dos patrullas que pasaban por la calle se detuvieron y los llevaron al Ministerio Público. El médico, víctima de agresión, fue encerrado durante tres días acusado de presunto homicidio.

Detienen a 9 policías de Chihuahua acusados de inventar delitos a un joven y robarle

Los detenidos son presuntos responsables de los delitos de robo y abuso de autoridad, por hechos ocurridos en enero en Ciudad Juárez.

Autoridades de Chihuahua informaron sobre la detención de 9 policías acusados de inventar delitos a un joven en Ciudad Juárez  para detenerlo y robarle joyas y dinero en su domicilio.

“Fueron detenidos 9 policías estatales de 11 que cuentan con orden de aprehensión, como presuntos responsables de los delitos de robo y abuso de autoridad, por hechos ocurridos el 30 de enero de 2020 en Ciudad Juárez”, detalló el gobierno de Chihuahua, en un comunicado.

Manipular las escenas y falsear las acusaciones son prácticas comunes en México: Open Society

El informe “Atrocidades innegables. Confrontando crímenes de lesa humanidad en México” de Open Society Justice Iniciative, presentado esta semana en México, muestra casos particulares de asesinatos, desapariciones forzadas y tortura realizados por fuerzas federales en Chihuahua, Guerrero, Tamaulipas, Nuevo León, Veracruz, Baja California, Tabasco y el Estado de México. Estos, afirma, comparten patrones comunes: manipulación de la escena del crimen, detenciones injustificadas sin orden de aprehensión, negación de autoridades de estar involucradas y acusación a las víctimas de vinculación con el crimen organizado. No son hechos aislados.

Los múltiples delitos de asesinato, tortura y desapariciones forzadas cometidos por las fuerzas federales de México contra la población civil, después del inicio de la guerra contra las drogas, comparten diversas semejanzas, lo cual sugiere que fueron parte de una serie de eventos generalizados y constituyen una “línea de conducta”, afirma el informe “Atrocidades innegables” de Open Society Justice Iniciative.

“Nadie puede negar que en México se cometen atrocidades. Los casos de tortura, desaparición forzada y asesinato que se han cometido en el contexto de la política vigente de seguridad no son casos aislados. Por el contrario, se trata de una acumulación de actos que se repiten con metodologías similares, con recursos públicos y con el respaldo de las instituciones públicas”, declaró José Antonio Guevara de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMPDH).

Estos crímenes de lesa humanidad, aseguró, son delitos que no son susceptibles de ser imputados y no pueden estar sujetos a las inmunidades.

Juan Carlos Gutiérrez, de I(dh)eas Litigio Estratégico en Derechos Humanos, expuso que el informe pide que México investigue los crímenes de lesa humanidad, sin embargo, “no existe voluntad política para investigar violaciones graves a los derechos humanos porque nunca se ha reconocido la gravedad de la situación. El Estado mexicano se ha dedicado a cuestionar, estigmatizar y criminalizar a aquellas personas u organizaciones que han señalado la existencia de violaciones graves”, acusó.


ASESINATOS

En el caso de los asesinatos, las características identificables son que incluyen a víctimas en custodia del gobierno; en muchos está involucrado el Ejército; y las fuerzas de seguridad y las autoridades civiles federales intentan cubrir los asesinatos extrajudiciales a través de la manipulación de las escenas del crimen y de acusar a las víctimas de ser criminales.

En junio de 2008, documenta la organización, soldados del ejército mexicano detuvieron a un presunto miembro de un grupo delictivo en Chihuahua. Le vendaron los ojos y lo torturaron. “De ser posible, mátalo”, dijo un militar de alto rango. Y así fue. Los soldados quemaron el cuerpo del sospechoso y dispersaron sus cenizas en el campo.

Ese mismo mes, un año después, militares del 93 Batallón de Infantería detuvieron un autobús que viajaba por Guerrero rumbo a la capital. Después de realizar una inspección de rutina, dejaron arrancar al camión y… dispararon. Dos personas murieron, pero la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) no reconoció expresamente el asesinato extrajudicial cometido.

Durante un enfrentamiento armado entre soldados y delincuentes en abril de 2010 en Tamaulipas, el Ejército asesinó a Martín y Bryan Almanza Salazar de 9 y 5 años. La CNDH encontró evidencia de una extensa manipulación de la escena del crimen. En otro cruce de fuego, en octubre de ese año en Nuevo León, fue asesinado un arquitecto desarmado.

El informe de Open Society también presenta el emblemático caso del asesinato de 22 secuestradores en una bodega en Tlatlaya, Estado de México, a pesar de que, según testigos, se habían rendido. De acuerdo con la CNDH, los elementos manipularon la escena del crimen aquel 30 de junio de 2014. Los fiscales estatales y federales se resistieron activamente a cualquier intento de investigar las pruebas contra el Ejército.

Los siete soldados señalados por el asesinato de ocho civiles ya fueron absueltos.


DESAPARICIONES FORZADAS

Una de las características en común de las desapariciones forzadas ha sido que las fuerzas federales comprometidas en una misión para combatir el crimen organizado son los autores que han sido acusados.

Entre diciembre de 2006 y finales de 2014, de las 418 denuncias ante la CNDH por desaparición forzada, más de la mitad presuntamente fueron cometidas por el Ejército (SEDENA); otra tercera parte por la Marina (SEMAR) y el resto por la Policía Federal y la Procuraduría General de la República (PGR).

Además, de acuerdo con Human Rights Watch, las desapariciones muestran tácticas similares. Miembros de las fuerzas de seguridad detienen arbitrariamente a las víctimas sin la orden correspondiente y sin justificación. Cuando los familiares cuestionan dónde están, en las dependencias de las fuerzas de seguridad y en el Ministerio Público se les indica que nunca fueron detenidas.

El estudio narra que en noviembre de 2008, elementos del Ejército y de la Policía Federal detuvieron a dos hermanos en una vivienda mientras patrullaban las calles de Ciudad Juárez, Chihuahua. Dijeron haber recibido una llamada anónima sobre unos presuntos sospechosos armados involucrados en narcomenudeo. Aunque una inspección no reveló armas o drogas, ambos fueron detenidos y no han vuelto a ser vistos.

Mientras otros dos hermanos circulaban en un vehículo en Chihuahua, elementos del ejército los detuvieron en diciembre de 2009. Esa misma noche soldados ingresaron a la fuerza a la casa de su prima de 18 años y también la detuvieron. Desde entonces se desconoce el paradero de los tres.

Una noche de marzo de 2010, seis personas fueron secuestradas en un club nocturno en Iguala, Guerrero. Pruebas señalan que los autores pertenecían al Ejército, dice el informe. Los familiares que han exigido su localización han recibido amenazas, acoso y agresiones.

En Nuevo León, en marzo de 2011, dos jóvenes se encontraban en un departamento de Monterrey cuando de pronto ocho hombres armados con el uniforme de la Policía Federal entraron y se los llevaron a la fuerza porque la persona que buscaban no estaba. Cuando los familiares acudieron a la dependencia de la policía, los oficiales negaron tener conocimiento del arresto visto por la abuela de uno de ellos.

Un hombre que conducía un carro en agosto de 2013, también en Nuevo León, fue detenido por miembros de la Marina y lo subieron por la fuerza a una camioneta delante de testigos, entre ellos, su padre. El cuerpo fue encontrado dos meses después.  Los señalados negaron los hechos, pero este año Amnistía Internacional informó que cinco marinos fueron detenidos por desaparición forzada en relación con el caso.

Hace cuatro meses, elementos del Batallón 80 de la Infantería detuvieron a un mecánico mientras viajaba por un camino rural en Veracruz. Días más tarde, su cadáver fue localizado dentro de su carro incendiado. Mostraba signos de tortura. La piel de los tobillos se levantó hasta las rodillas.


TORTURA

Existen “inquietantes coincidencias” entre los testimonios de las víctimas de tortura en México expuestas por el informe de Open Society,

Los torturadores son las autoridades federales involucradas en la estrategia de seguridad contra el crimen organizado; las víctimas con frecuencia son detenidas bajo circunstancias similares (personas vestidas de civil, sin orden de detención y sin informar la causa de la detención conducen a las víctimas con los ojos vendados a sitios desconocidos mientras los golpean, insultan y amenazan); las autoridades retrasan la notificación sobre el paradero de las víctimas; la tortura se comete durante la detención preventiva y el arraigo; se acusa a las víctimas de vinculación con el crimen y son forzadas a confesar; y los torturadores usan los mismos métodos (golpizas, asfixia con bolsas de plástico, simulación de ahogamiento, descargas eléctricas, tortura sexual y amenazas de muerte).

La policía de Tabasco y el ejército arrestaron a 17 policías municipales durante un operativo en agosto de 2009. Los asfixiaron con bolsas de plástico, introducción de agua con un trapo en la boca, extracción de uñas, descargas eléctricas y simulacros de ejecución. Las víctimas fueron forzadas a firmar confesiones por delitos del crimen organizado.

Una mujer de Baja California, en febrero de 2011, después de dejar a sus hijos en la escuela, fue llevada a una base militar en Tijuana. Durante el arraigo los soldados la violaron en tres ocasiones, le administraron descargas eléctricas, la asfixiaron, cortaron su muñeca y amenazaron a sus hijos y pareja. Fue obligada a firmar una confesión que la implicaba a ella y a otros en delitos de narcotráfico.

En agosto de 2012, miembros de la marina irrumpieron en la casa de una mujer en Veracruz. La ataron y vendaron los ojos. En la parte trasera de una camioneta en una base naval, la agredieron sexualmente, la golpearon, la asfixiaron, la patearon y después la dejaron atada a una silla bajo un calor abrasador.


Luego tuvo que firmar una declaración que no leyó. La PGR la presentó ante los medios como una entre varios detenidos aprendidos en un vehículo robado en posesión de armas y drogas.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: DULCE OLVERA.
LINK: http://www.sinembargo.mx/12-06-2016/3051546

“¿Quién dijo que los delitos no son inventados?, ¡eso es de toda la vida!”: funcionario de la PGJEM

ECATEPEC, Edomex: “¿Quién dijo que los delitos no son inventados?, ¡eso es de toda la vida!”, reconoció Fernando Ulises Cárdenas Uribe, director general de Litigación de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM), durante una reunión de trabajo con sus subalternos realizada el pasado 21 de abril.


De acuerdo con un video que circula en las redes sociales bajo el título “Director de Litigación de la PGJEM acepta fraude”, el funcionario instruyó en esa ocasión a su personal para que de cada 10 casos que promuevan las fiscalías ante el Poder Judicial se ganen cuando menos ocho.

“De 10 asuntos tienen que ganar ocho y perder dos. Abajo ¡ya está mal!.. Si fuéramos empresa o banco, te entran ocho pesos y te gastas 18, estoy frito ¿No?”, puntualizó.

Según el video, Edmundo Daniel Mondragón Moncallo aparece como víctima en más de 15 carpetas administrativas ya judicializadas en Ecatepec, entre ellas la 1252/14, 1285/15, 1678/15 y 1112/15.

Esta anomalía, detalla, es avalada por mandos de la Procuraduría como el fiscal regional Juan Francisco Hernández Aguilar de Ecatepec –tierra del gobernador– y el fiscal de Homicidios Miguel Ángel Tostado Reyes, “quienes inventan delitos para meter gente inocente a la cárcel contrarios a su cártel, por orden del comandante José de Jesús Arroyo López y otro policía de apellido Mendoza y demás secuaces”.

Durante el encuentro videograbado con subalternos de diversas fiscalías de la entidad, Cárdenas Uribe advierte que no hay pretextos para tener una efectividad de condenas inferior a 80%.

“¡Es que los delitos que son inventados!, ¿Quién dijo que los delitos no son inventados? ¡Eso es de toda la vida, hombre!” En 2009 que entró el sistema –acusatorio, oral y adversarial–, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014…”, admite.

Para muestra…

El actual director general de Litigación de la Procuraduría mexiquense encabezó, en medio de un aparatoso despliegue de seguridad, las audiencias del pasado 19 y 22 de abril en el penal de Chiconautla. En ellas le fue revocado a José Humbertus Pérez Espinoza, presidente del Frente Mexiquense para una Vivienda Digna AC. el auto de No Vinculación a Proceso por el delito de robo a casa-habitación con agravante de cometerse con violencia.

Al activista le fueron presuntamente fabricadas tres carpetas por el mismo ilícito. Fue absuelto en las dos primeras, pero Cárdenas Uribe representó a la Procuraduría en la tercera para garantizar que no abandone el penal, quien además ha señalado corrupción de autoridades priistas en diversos fraudes inmobiliarios.

Según las audiencias de la toca 58/2016 en la Segunda Sala Penal Colegiada de Ecatepec, a la Sala Seis de Juicios Orales del Penal de Chiconautla ingresaron este funcionario, seis ministerios públicos, cuatro fiscales, seis agentes ministeriales y cuatro integrantes del grupo antimotines para “intimidar”.

“En las dos audiencias se me puso un custodio para que me vigilara desde que salí de mi celda sin quitarme su presencia; es decir, se violaron mis derechos humanos y se me dio un trato intimidatorio y humillante, como si se procesara al peor de los delincuentes”, denunció Pérez Espinoza.

Consideró que fue “una consigna” la revocación del auto de No Vinculación a Proceso por la Segunda Sala Colegiada en Ecatepec, al resolver la apelación 58/2016.

“La redacción de este fallo estuvo a cargo de la PGJEM, concretamente del director general de Litigación, quien exhibió el servilismo, la sumisión y la simulación de los jueces Guillermo Peralta Ramírez, Alberto Cervantes Juárez y Tomás Santana Malváez, habilitados de manera extraordinaria para fungir como magistrados unitarios sólo para ese caso y evitar la liberación”, acusó.

Considerado preso de conciencia desde el 4 de noviembre de 2015 –por ganar diversos juicios contra grandes constructoras por fraudes inmobiliarios–, José Humbertus recordó que el juez Unitario de Control de Ecatepec Mario Iván Chávez Picazo resolvió la No Vinculación a Proceso en una carpeta previa en la que se acusan los mismos hechos.

En aquella carpeta, el juez confirmó que “las entrevistas de la supuesta víctima Norma Leonor Olguín y las supuestas testigos Elizabeth Zamora Gregorio y Nancy Ruiz Vargas son idénticas, no cambia una declaración de la otra, no son espontáneas y carecen de inmediatez, pues se realizaron dos meses después de los supuestos hechos delictuosos”.

Más: El peritaje de criminalística de campo realizado por la PGJEM para analizar las huellas vestigios del delito y la destrucción de las supuestas chapas de las puertas del estacionamiento y de la casa-habitación se realizan un mes después y el juez lo puso en duda porque Ricardo Enríquez Dávila, esposo de la ahora víctima Norma Leonor Olguín, no emitió su declaración ante la Fiscalía el mismo día 5 de octubre de 2015.

Estos razonamientos, lamentó el inculpado, fueron desestimados en las recientes audiencias y “los fundamentos expresados por el director general de Litigación son los mismos utilizados casi de manera textual por los magistrados que resolvieron revocar la No Vinculación a Proceso y quitarme de manera ilícita mi libertad porque el delito del que se me acusa fue fabricado por el director general de Litigación”.

El presidente del Frente Mexiquense para una Vivienda Digna AC., aseguró: “Somos solo una estadística en su falsa lucha contra la delincuencia”.

Luego, adelantó que en breve los inocentes sentenciados en el Penal de Chiconautla emprenderán denuncias millonarias contra la PGJEM, basadas en el artículo 113 de la Constitución del país que establece la reparación de los daños “cuando hayamos estado privados de nuestra libertad ilegalmente”.

Y advirtió: “El gobernador Eruviel Ávila Villegas debe asignar una partida presupuestal muy grande para reparar los daños a miles de familias e internos que sufrimos por estar privados de nuestra libertad”.


Según su versión, “los imputados somos estadística en su falsa lucha contra el crimen. Los delitos que se nos imputan están fabricados… en cientos de casos se utiliza la Tortura para que los presuntos responsables se declaren culpables”.



FUENTE: PROCESO.
AUTOR: VENERANDA MENDOZA.
LINK: http://www.proceso.com.mx/438468/funcionario-la-procuraduria-mexiquense-admite-inventar-delitos

La Procuraduría de Tlaxcala simula investigación por robo para inventar víctimas de secuestro

Los documentos de una audiencia judicial, en poder de Animal Político, revelan como falsas víctimas fueron engañadas para firmar declaraciones en las que acusaban de secuestro a policías.

Con el engaño de “recabar firmas” sobre una supuesta investigación de robo, la Procuraduría  de Tlaxcala consiguió que al menos dos personas acusaran con declaraciones falsas a siete policías de haberlos secuestrado, y luego intentó que estos no confesaran lo que había pasado ante el juez responsable del caso. Los policías inculpados están presos desde hace más de un año.

Los documentos de una audiencia judicial del caso realizada a finales de marzo, de los que Animal Político tiene copia, evidencian que los agentes de la Procuraduría fabricaron las acusaciones con mentiras. También exhiben como el Ministerio Público quiso frenar la confesión de las víctimas, argumentando incluso que no se encontraban bien sicológicamente.

Esta audiencia se realizó luego de tres ocasiones en que fue postergada, ya que aunque las personas señaladas como víctimas acudían al juzgado, el Ministerio Público se iba del lugar lo que impedía que se llevara a cabo.

Las revelaciones se suman a otras pruebas que en el último año han reunido los abogados de los policías encarcelados. Este medio ya publicó que existen fotografías que prueban que uno de los mandos acusados, junto con sus elementos, estaban en un operativo en el momento en que se le señala de participar en el secuestro.

Además existe el testimonio por escrito de una primera víctima supuestamente rescatada en flagrancia que negó también que fuera extorsionado o secuestrado por los agentes, y al contrario, señaló que colaboraba con ellos.

La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en México de Naciones Unidas ya inició una revisión de este caso tras las denuncias de los encarcelados de violaciones al debido proceso y a Sus garantías individuales.


Cabe señalar que sobre este tema, La Procuraduría de Tlaxcala declinó hacer cualquier comentario a Animal Político, y solo dijeron que serán respetuosos de la determinación que se tome en el juicio.

El engaño

La noche del 21 de enero de 2015 la procuradora de Tlaxcala Alicia Fragoso anunció que ella, junto con agentes de Investigación, había detenido a policías estatales implicados en caso de secuestro exprés y extorsiones.  Entre los detenidos estaban dos mandos: el Director de esa corporación José López Pérez (segundo e jerarquía solo debajo del comisionado), y el delegado de la Policía estatal en Apizaco, Juan Carlos Yáñez.

Inicialmente la Procuraduría consignó a los agentes solo por el caso de una persona rescatada en flagrancia pero después,  envió al juez dos casos más para reforzar la acusación: el de Ramón Cortes Ramírez y el de Leocanida Leónides Miranda, ambos vecinos del municipio de Apizaco Tlaxcala.

Según el expediente, estas dos personas denunciaron la noche del 21 de enero (misma fecha de la detención de los policías) que una semana antes habían padecido un secuestro exprés.

Posteriormente, el 24 de enero, ampliaron su denuncia para señalar que supuestamente habían visto en el periódico El Sol de Tlaxcala a los policías detenidos, y los reconocieron como los mismos que “los secuestraron”.


Con esas declaraciones, el juez del caso dictó auto de formal prisión en contra de los siete agentes por varios casos de privación ilegal de la libertad.

La audiencia

El 14 de marzo Ramón Cortes y Leocanida Leónides se presentaron ante el juzgado para responder las preguntas de los abogados defensores. Fue la cuarta cita en tres meses, luego de que el Ministerio Público frustró los intentos pasados al ausentarse de la sala. En esta ocasión, el juez había apercibido al personal de la Fiscalía para que estuvieran presentes.

El primero en comparecer esa mañana fue Cortes. Los abogados arrancaron el interrogatorio cuestionándolo si había acudido coaccionado, lo que el negó diciendo que estaba ahí por “su propia voluntad”

Luego se le preguntó si reconocía la declaración que le atribuyó la Fiscalía en contra de los policías presos. Antes de que pudiera responder el agente del Ministerio Público le solicitó al juez que no autorizara esa pregunta al considerarla “insidiosa” pues la declaración inicial era clara y servía de base del caso.

El juez desestimó la objeción del Ministerio Público al subrayar que la declaración de la víctima era un indicio y no podía obstaculizarse. En su contestación, Ramón Cortes reveló que la acusación contra los policías presos era falsa.

“Nunca he hecho una declaración ya que nunca he sido privado de mi libertad por estas personas (los policías estatales) ni las conozco” dijo Cortes.

Al cuestionársele después si era su firma la que aparecía en la acusación que la Fiscalía presentó, (pregunta que el Ministerio Público intentó frenar otra vez sin éxito también) Ramón Cortés admitió que si era su firma y explicó cómo fue engañado.

“Llegaban a mi domicilio personas que decían ser policías de investigación y que firmara esos papeles, pero no me dejaban leerlos (…) me decían que había una investigación de robo en la colonia y que firmara yo y que eso era solo como investigación de lo que estaba pasando en la colonia y era todo lo que me decían” dijo Cortes.

Tras reiterar que nunca ha sido secuestrado Ramón Cortés termino su testimonio. Luego, el Ministerio Publicó solicitó permiso para “interrogarlo”, lo que el juez rechazó al recordarle que las víctimas no pueden ser sometidas a interrogatorio y que además no lo pidió previo al arranque de la audiencia.

Finalmente en un último intento de desacreditar los dichos de la supuesta “víctima” el agente ministerial pidió que se le sometiera a un examen  sicológico para demostrar que había sido coaccionado o no se encontraba bien emocionalmente

Cuestionado sobre este punto por el juez, Ramón Cortes rechazó que se le aplicara una prueba sicológica pues recordó que en todo caso el figuraba en el caso como “víctima” no como acusado.

La audiencia continuó con la comparecencia segunda víctima Leocanida Leónides. Al igual que Ramón, ella dijo que firmó los papeles que le llevaban los policías a su domicilio con los mismos argumentos de que indagaban un robo, y que nunca los leyó.

Tras los fallidos intentos del Ministerio Público de obstaculizar nuevamente las preguntas, la señora subrayó que nunca había visto a los policías detenidos, que no los conocía, y menos que hubiera sido secuestrada.

ONU dará seguimiento

Con las confesiones de las falsas víctimas y otros elementos que se han presentado en el juicio, la defensa de los policías encarcelados consideró que ya se ha evidenciado que los hechos que imputó la Procuraduría de Tlaxcala no son ciertos.

No obstante, la fase de pruebas  aún no se cierra porque los abogados de la defensa están esperando que se complete el llamado “Protocolo de Estambul” para verificar que los policías detenidos además fueron torturados. En casos como el del comandante Juan Carlos Yáñez, el peritaje sicológico ya confirmó los maltratos pero está pendiente el examen físico.

En ese contexto, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en México de Naciones Unidas inició un expediente de investigación de este caso, luego de la denuncia que formalmente interpusieron los familiares de los expolicías encarcelados.

Araceli Gómez, esposa del comandante Juan Carlos Yáñez, dijo en entrevista que dicha instancia internacional aceptó verificar las irregularidades.

“Fuimos a solicitar su ayuda y después de seguir el protocolo que nos pidieron ya están dándole seguimiento y ya se comunicaron con el juzgado para hacerles mención de todas las violaciones que advierten y de la posible tortura y enviarán oficios a las autoridades para solicitar que esto se investigue” dijo Gómez.

Confiables… entre comillas

De acuerdo con datos oficiales a los que tuvo acceso la organización ciudadana Causa en Común la policía de investigación de Tlaxcala es una corporación relativamente confiable, toda vez que el 95 por ciento de elementos ya fueron evaluados en el proceso de control de confianza y menos del tres por ciento se encuentran reprobados.

Sin embargo, las leyes en materia de Seguridad Pública detallan que cada prueba de control de confianza pierde validez transcurrido un periodo de dos años y debe volverse a aplicar.

En ese renglón el balance del estado no es positivo. De acuerdo con los datos, el 25 por ciento de las evaluaciones que se hicieron a los mandos de la Fiscalía de Justicia ya caducaron y no se han renovado. Esto significa prácticamente que la cuarta parte de los jefes policiales no han sido evaluados nuevamente y por tanto no están certificados.


Las dudas respecto a la confiabilidad de los policías es aún mayor en la Secretaría de Seguridad Pública de los estados, pues ahí  el 38 por ciento de las evaluaciones que se hicieron a mandos y personal operativo ya caducaron.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ARTURO ANGEL.
LINK: http://www.animalpolitico.com/2016/04/la-procuraduria-de-tlaxcala-simula-investigacion-por-robo-para-inventar-victimas-de-secuestro/