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lunes, 27 de junio de 2016

Cofepris deberá informar sobre riesgos a la salud en aguas del Río Atoyac

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) deberá dar a conocer los resultados de la evaluación que realizó en las aguas del Río Atoyac para identificar el riesgo a la salud en municipios cercanos al cauce.

Así lo ordenó el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), luego de que una particular solicitó los resultados de la evaluación de la red de agua de uso y consumo humano, aplicada por la Cofepris, en coordinación con sus homólogos en los estados de Tlaxcala y Puebla.

El objetivo de dicha solicitud, según un comunicado del INAI, es para conocer el riesgo a la salud en municipios cercanos al Río Atoyac, identificar las sustancias presentes en la zona y la incidencia de mortalidad por leucemia y su posible relación con la exposición a sustancias nocivas.

En respuesta, la dependencia proporcionó diversos vínculos electrónicos en los que aseguró se encontraba la información requerida. No conforme con ello, la solicitante presentó un recurso de revisión ante el INAI. En alegatos, la Cofepris reiteró su respuesta.


Al presentar el caso ante el Pleno, la comisionada Areli Cano Guadiana destacó que diversos tratados internacionales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos o el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales reconocen el derecho de toda persona a acceder al líquido vital, previsto también en la Constitución, razón que obliga al Estado a garantizar que el acceso al agua sea suficiente, saludable y aceptable.

En ese sentido, planteó que la contaminación del Río Atoyac y sus posibles consecuencias en la salud de los habitantes de poblaciones cercanas al cauce ha sido un tema recurrente en los medios de comunicación desde hace algunos años, incluso se ha colocado en la agenda de diversas organizaciones de la sociedad civil y de las propias autoridades.

Cano Guadiana señaló que en 2011 la Comisión Nacional del Agua (Conagua) emitió una Declaratoria de Clasificación de los Ríos Atoyac y Xochiac, así como de sus afluentes, debido a que sus aguas reportaban alteraciones en su calidad, a consecuencia de las descargas residuales provenientes de procesos industriales y asentamientos humanos.

Asimismo, refirió que la Cámara de Diputados presentó un exhorto a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y a la Procuraduría de Protección al Ambiente, en marzo pasado, a fin de que se llevaran a cabo las acciones para el saneamiento del Río Atoyac y se publicaran los resultados obtenidos.

En el análisis del caso, la ponencia verificó que –como indicó la recurrente– la Cofepris, en respuesta a una solicitud anterior, indicó que en conjunto con sus homólogos del estado de Tlaxcala y Puebla, realizaba la evaluación referida, la cual incluía el monitoreo de la red de agua de uso y consumo humano para la determinación de diversas sustancias y el análisis de incidencia de mortalidad por leucemia.

Sin embargo, se advirtió que de los vínculos electrónicos proporcionados, sólo se desprende que la Profepa, la Conagua y el sujeto obligado llevaron a cabo un operativo sobre la problemática ambiental y de salud del Río Atoyac, pero no dan cuenta de los resultados de la evaluación.

En ese sentido, se determinó que Cofepris tiene entre sus atribuciones aplicar estrategias de investigación, análisis y seguimiento de riesgos sanitarios, y le corresponde establecer el Sistema de Vigilancia de Calidad del Agua, de conformidad con las Normas Oficiales Mexicanas, particularmente la que establece el método para evaluar el riesgo a la salud a consecuencia de agentes ambientales, lo cual permite afirmar que la dependencia cuenta con la información requerida.

“Conocer los estudios realizados por la autoridad en la materia, concretamente en lo que respecta al Río Atoyac, permitirá que datos de relevancia sean accesibles a todos, a fin de que la sociedad cuente con elementos para hacer asequible al Estado su responsabilidad de garantizar la salubridad del agua y establecer mecanismos de monitoreo adecuado para mantener los niveles aceptables y su disponibilidad para consumo humano”, subrayó la comisionada Cano.

Por lo expuesto, el Pleno del INAI revocó la respuesta de la Cofepris y le instruyó entregar a la particular los resultados de la evaluación realizada, con el objetivo de conocer los riesgos a la salud en municipios cercanos al Río Atoyac.

FUENTE: PROCESO
AUTOR: REDACCIÓN
LINK: http://www.proceso.com.mx/445417/cofepris-debera-informar-riesgos-a-la-salud-en-aguas-del-rio-atoyac

martes, 22 de marzo de 2016

Carecen de sustento científico las políticas contra la polución: expertos

Por el contrario, favorecen el parque vehicular, aseveran.

Las medidas tomadas por las autoridades metropolitanas para evitar los altos niveles de contaminación carecen de visión a mediano y largo plazos, no se basan en argumentos científicos ni aportan soluciones integrantes y han favorecido el uso del automóvil, así como el crecimiento del parque vehicular, señalaron especialistas.

La semana pasada en la zona metropolitana del Valle de México hubo 72 horas de contingencia continua por los altos niveles de ozono derivados de la gran cantidad de automóviles que circulan.

Luis Zambrano González, investigador del Instituto de Biología de la UNAM y secretario ejecutivo de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, así como Mireya Ímaz Gispert, directora del Programa Universitario de Estrategias para la Sustentabilidad, coincidieron en que las medidas tomadas a partir del Hoy no circula complicaron el problema, debido a que creció el número de automóviles por familia para transportarse toda la semana.

Señalaron que esta posición de los ciudadanos se da por el ineficiente transporte colectivo que se ofrece en el Valle de México y las políticas generan preferencia por el uso del automóvil con la construcción de segundos pisos y supervías, así como exención en el pago de la tenencia.

Las soluciones, indicaron, deben basarse en criterios científicos e inclinarse hacia un cambio de visión para que los habitantes se den cuenta de la conveniencia de usar transporte colectivo y mejorar ese servicio, como sucedió hace unas décadas en Londres y Nueva York.


En tanto, en una comunicación oficial, el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM aseveró que el fondo real del problema es la expansión urbana desordenada, que afecta no solamente la calidad del aire, también lo hace con las áreas naturales protegidas, cultivos y recursos hídricos; en resumen, la sustentabilidad y viabilidad de la megalópolis de México, por lo cual se debe revisar, homologar y reforzar el ordenamiento territorial en todas las entidades de la Comisión Ambiental de la Megalópolis. Se debe generar un programa de movilidad a escala megametropolitana que privilegie el transporte público seguro y de calidad.

Zambrano indicó: “La tecnología ha logrado que los autos contaminen menos, pero su cantidad en la ciudad es mayor, lo que genera estas grandes contaminaciones. Las políticas no atacan el verdadero problema; lo que se hace es mantener le confort de una visión carrocentrista para no soltar el vehículo, en lugar de pensar en la mejora de la movilidad en toda la megalópolis”.

Si bien la tecnología es aliada para el control de las emisiones (a partir de una verificación donde no se dé la corrupción), la principal respuesta –agregó– recae en la mejora de la movilidad mediante el uso de un trasporte colectivo eficiente y de calidad. Hay que desincentivar el uso del carro, con costos extras por ejemplo. Es ridículo que se vea como logro social la exención de la tenencia; por el contrario, quien quiera usarlo que pague, o que se incrementen las tarifas de estacionamiento.

Ímaz Gispert aseveró que los altos niveles de contaminación son un problema multifactorial que debe resolverse con medidas a corto, mediano y largo plazos, en las que participen sobre todo los especialistas.


Debemos repensar los programas. Hay que atenderlos como un problema de la megalópolis; hay que homologar las reglas para toda la metrópoli. Los vehículos contaminan y la contaminación no tiene dueño, se va a mover con los vientos. Tenemos que empezar a hacer estudios en serio, no sólo del impacto agudo de los contaminantes, sino de los efectos crónicos; por ejemplo, cómo están los pulmones de los habitantes de esta ciudad.

FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: EMIR OLIVARES ALONSO.
LINK: http://www.jornada.unam.mx/2016/03/22/sociedad/032n2soc