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Arriesgan la vida de nadadores en Campeche; el gobierno de Layda Sansores lo minimiza

Durante los Juegos Nacionales de la Conade los deportistas de aguas abiertas nadaron a 33 grados, dos arriba de lo que la regla internacional permite. Hubo 20 desmayados y con golpe de calor; el gobierno estatal y el responsable técnico del evento se lavan las manos.

Durante los Juegos Nacionales de la Conade los deportistas de aguas abiertas nadaron en Campeche a 33 grados, dos arriba de lo que la regla internacional permite. Hubo 20 desmayados y con golpe de calor, hechos que fueron minimizados. 

Los nadadores que participaron en la prueba de aguas abiertas los Juegos Nacionales de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) que tuvo lugar en Campeche fueron expuestos a temperaturas de entre 32 y 33 grados, lo que provocó que al menos 20 de ellos sufrieran desmayos porque se violaron las disposiciones internacionales en las que esta disciplina debe llevarse a cabo.

“No creo en los muros, quiero ir a México”: Landon Donovan

El delantero estadounidense firmó con el León para los próximos dos torneos en la Liga MX; podría ser presentado este sábado en el Nou Camp.

Landon Donovan es nuevo jugador del León.

El veterano futbolista estadounidense ya está en la ciudad del Bajío, donde conoció el Estadio León y firmó su contrato. Se rumora que este sábado, al medio tiempo del partido entre León y Toluca, el exelemento del LA Galaxy de la MLS sería presentado ante la afición esmeralda.

El jersey de Brady y el robo en la cultura política mexicana

En el momento de mayo tensión entre México y los Estados Unidos y en pleno Súper Tazón el director del periódico La Prensa, Mauricio Ortega, robó el jersey del Tom Brady mariscal de campo y estrella de Los Patriotas de Nueva Inglaterra.

Este lunes conocimos que no fue el único artículo que había sustraído. Otro jersey de la edición de 2015 y presumiblemente un casco y otros artículos eran el botín de sus 20 asistencias como periodista acreditado a las finales del fútbol americano.

El jersey de Brady y la mexicana impunidad

CIUDAD DE MÉXICO: ¿Qué motivó al periodista Mauricio Ortega Camberos, director del diario de mayor circulación de México, La Prensa –con 284 mil 984 ejemplares diarios–, a robar de los vestidores la camiseta de Tom Brady, mariscal de Nueva Inglaterra, al término del Súper Tazón más visto de la historia con 113 millones de telespectadores? Además del impulso criminal, la respuesta no puede ser otra que la impunidad a que está acostumbrado.

Sabemos quién es el presunto delincuente, que todavía debe ser extraditado para ser sometido a juicio y sentenciado por un juez, porque ocurrió y se investigó en Estados Unidos, no en México, patria del acusado, donde se saquea, se mata, se viola y se miente sin consecuencias desde la política, los negocios, la fe, la información…

Un periodista mexicano robó la camiseta de Tom Brady y otra del Súper Bowl del 2015, revela el FBI

El misterio de la desaparición del jersey que usó Tom Brady en el Super Bowl LI ha sido resuelto. Estaba en poder de un periodista mexicano acreditado para el partido de Houston, según la NFL. “Gracias a la cooperación entre los equipos de seguridad de la NFL y los New England Patriots, el FBI y otros cuerpos policiales, ha sido recuperado el jersey usado por el MVP Tom Brady en el Super Bowl LI”, informó la NFL en un comunicado. La Organización editorial Mexicana dijo que Mauricio Ortega, ex director de La Prensa, renunció el 14 de marzo pasado por lo que el crimen lo habría cometido cuando aún se desempeñaba en ese cargo. Brady es un declarado amigo de Donald Trump, quien acusa a los mexicanos de “violadores” y “asesinos”.

HOUSTON: Se resuelve el misterio de la camiseta que usó Tom Brady en el último Súper Bowl: todo parece indicar que la casaca con que el mariscal de los Patriots de Nueva Inglaterra ganó su quinto título de la NFL apareció en México.

El jefe de la policía de Houston Art Acevedo dijo el lunes que los investigadores, actuando en base a un informante, encontraron en México la camiseta que empleó Brady en la victoria 34-28 sobre los Falcons de Atlanta y paralelamente la Organización Editorial Mexicana indicó en un tuit que un ex ejecutivo de La Prensa, uno de los diarios de la cadena, había estado involucrado en el caso.

Pretende Delegación Benito Juárez privatizar canchas de futbol abiertas al público

Con el argumento de que serán modernizadas, la delegación Benito Juárez pretende concesionar las canchas de futbol del parque Arboledas o Pilares, que durante más de cuatro décadas han estado abiertas al público de forma gratuita, denunciaron usuarios y vecinos de la colonia Del Valle.

Se trata de un espacio en el que todos los días, pero sobre todo los fines de semana, se organizan retas entre visitantes de todas las edades y estratos sociales, que conviven mediante el deporte, expresaron residentes durante un recorrido por el parque, donde comenzaron la recolección de firmas en contra de este proyecto.

Roberto Bolaños, vecino del lugar, explicó que las autoridades delegacionales tienen proyectado invertir 10 millones de pesos para la remodelación del parque, de los cuales 4 millones 900 mil pesos, es decir, casi la mitad, están destinados para colocar pasto sintético, gradas y bardear las canchas que actualmente son de tierra.

Aseguran que se trata de una modernización y que van a poner un administrador. Nosotros estamos preocupados porque van a cerrar un espacio abierto que es utilizado por los vecinos y por mucha gente que viene de visita, y se hace una convivencia social muy agradable, apuntó.

Los colonos y usuarios destacaron que no están en contra de que se dé mantenimiento al parque, tras recordar que en 2015 solicitaron que mediante el presupuesto participativo se interviniera con los 643 mil pesos que les correspondía. Lo aprobaron, pero nunca lo ejercieron, apuntaron.

Ahora traen su proyecto de renovación, que para nosotros es el primer paso para darle un uso privado a la cancha, con la llegada de ligas de futbol, que ahora no existen, porque no es un deportivo, sino un parque.

Detallaron que hay tres casos en los que se ha dado una situación similar. Uno de ellos, expuso Roberto Bolaños, son las canchas del parque Fragata, en la delegación Coyoacán, que fueron intevenidas por la empresa Comercializadora Frajor, la misma a la que la delegación Benito Juárez asignó los trabajos de modernización en el parque Arboledas.

Allá se cobra por el uso del espacio, ya no hay acceso a los vecinos y ha habido manifestaciones de usuarios que fueron excluidos, apuntó y agregó que lo mismo ocurrió en el deportivo Benito Juárez y las canchas del parque Álamos.

Guillermo Navarro, usuario del parque, consideró que no se tiene por qué privatizar un espacio público. “Tengo 17 años viniendo a las retas. Llego los sábados y los domingos y a la hora que pasas siempre hay alguien jugando. Aquí no importa si traes equipo o no, llegas y te incorporas a una reta”, expresó.

Los vecinos indicaron que no es la primera vez que se pretende concesionar este espacio. En 1996 pasó exactamente lo mismo, se quiso poner unas canchas de futbol rápido, pero también nos unimos y paramos los trabajos”.





Fuente: La Jornada
Autora: Rocío González Alvarado
http://www.jornada.unam.mx/2017/02/19/capital/027n1cap

María Espinoza, adicta a los golpes

Antes del taekwondo, María del Rosario Espinoza probó los guantes de boxeo. Desde niña, cuenta su padre Marcelino, era buena para los trancazos. Hija de un pescador, la atleta se crió ayudando a su abuelo en las labores del campo y vendiendo nopales y pan casa por casa. Luego de la medalla obtenida por la mexicana en Río 2016, publicamos este perfil que apareció en la edición 1659 de la revista Proceso del 17 de agosto de 2008.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- No había cumplido ni cuatro años pero ya traía puestos los guantes de box con los que se sonaba a su primo y sus vecinos Marcelino, su padre, aficionado a este deporte, gozaba viendo a María del Rosario, la segunda de sus tres hijos, pegarle con tanta fuerza a los varones Casi 15 años más tarde, aquella niñita de pies grandes se convertiría en la tercera atleta mexicana en conquistar un título mundial en taekwondo.

Nacida el 29 de noviembre de 1987 en La Brecha, un pequeño poblado del municipio de Guasave, Sinaloa, en donde viven alrededor de 2 mil personas, María Espinoza está en la antesala de la gloria olímpica que buscará en Beijing 2008.

A Marcelino Espinoza no le alcanzó el talento para ser pugilista profesional. Sus cualidades le dieron para ser sparring de El Borrego Chávez, hermano del excampeón mundial Julio César, mientras estudiaba en Culiacán, pero en aquellos tiempos el mar era tan bondadoso con los pescadores que abandonó la escuela y se fue a la costa en un intento por hacer fortuna en una cooperativa. Su sueño truncado de emular a José Pipino Cuevas lo proyectó años después en sus hijos, quienes lo miraban entrenar todos los días.

“Compré mis guantes y como mis niños me veían, pues les daban ganas de echar chingazos, me imagino que ya lo traían por herencia. Le poníamos los guantes a Chayito y a su primito Jesús Rogelio, y n’ombre, se echaban chingazos. La María se lo sonaba. Desde chiquita era buena para los trancazos. Si le hubiera gustado la habría dejado que fuera boxeadora y yo le habría enseñado. Salió buena para todos los deportes, tenía agilidad para el futbol, basquetbol. Cuanto deporte se le ponía enfrente lo practicaba”, detalla el padre de la atleta.

Pero a María la cautivó el taekwondo desde que vio a su hermano y a una prima ir a la escuelita del pueblo donde daba clases el entrenador Rubén Contreras. Del box no volvería a acordarse.

“No me gustaba. De todas formas me ponía los guantes y mi papi era muy feliz. Me ponía con los hombres, pero era sólo un juego porque quería que uno de sus hijos fuera boxeador. Mi hermano no tenía muchas cualidades y era muy flojo. No aprendí golpes ni la técnica, nomás me decía pégale aquí o allá. Una vez que vi cómo era el taekwondo me gustó más. Me gustaba mucho competir, pero la parte formativa y la técnica me costaron un poco de trabajo, porque además no tenía mucha elasticidad, pero sí tiraba muy fuerte las patadas”.

Hiperactiva y traviesa desde sus primeros pasos, a María le encantaba chapotear en los charcos que se formaban en los días de lluvia. Pasaba horas jugando a embarrarse de lodo, hasta que Felicitas, su mamá, la llevaba a tomar un baño.

Por petición de su marido, la mujer le lavaba su larga cabellera con champú de manzanilla, que se la dejaba brillante y le aclaraba el color. Después se lo trenzaba y lo adornaba con listones de colores. La coquetería quedaba para mejor momento cuando María, de apenas cinco años, empezaba a entrenar.

La escuelita de taekwondo estaba instalada en la casa ejidal de La Brecha. Era tan grande como vieja. Los casi 20 niños que tomaban clases tenían que llegar temprano a barrer el cemento y la cal que se desprendían de paredes y techo y que dejaban el piso cubierto de polvo.

“Antes de entrenar teníamos que barrer porque siempre se estaba cayendo la pared o el techo. Era una construcción muy vieja. Cuando llovía la cosa se ponía peor. En un cuartito nos cambiábamos todos. Los niños que entrenábamos teníamos mucha fuerza porque la mayoría trabajábamos en el campo”.

Mientras su padre se embarcaba en los navíos camaroneros de Topolobampo y Guaymas, María del Rosario Espinoza Espinoza se crió ayudando a su abuelo paterno en las labores del campo. Entre carretas, caballos y vacas la chiquilla se curtió.

“Me encantaba irme con mi abuelo a sembrar calabazas y maíz. Cortábamos comida para los animales, íbamos a los mangos y a cortar fruta. Todo lo cosechábamos ahí (en sus tierras). Yo aprendí un poquito las técnicas de sembrar y también a cortar leña y pasto, aunque estaba muy chiquita”.

Durante la temporada de veda –que se extendía desde septiembre hasta marzo, y a veces abril–, el dinero escaseaba en la casa de los Espinoza, a pesar de que la cooperativa ayudaba a los pescadores con algunos pesos mientras no había trabajo en el mar
María y Ángel, su hermano, acomodaban en una canastita pan casero que horneaban su mamá y una tía, así como los nopales que cortaban de una mata que había en su casa. A pie o en bicicleta los niños vendían de puerta en puerta las viandas.

“En aquel tiempo pasábamos dificultades económicas porque yo tenía otra visión. Llegaba la veda y todo ese tiempo no trabajaba, y la cooperativa prestaba dinero. Después ya no me sentaba a ver qué me caía porque ya tenía a la Chayito en el taekwondo. Entonces había que hacer pan y vender nopales, porque se acababa el dinero. Yo siempre usé un lema que le decía a mi vieja: trabajo para mis hijos. Nunca me pesó darles nada. Tú sabes que hacer una carrera deportiva desde chiquito, cuesta lana; todo eso me costó a mí y nunca me rajé”, cuenta Marcelino Espinoza.

“Nosotros siempre batallamos en eso. Había momentos buenos, otros muy malos y teníamos que vender de todo para que pudiera ir a mis competencias o de la Brecha a Guasave a entrenar. Muchas veces no fui a competir porque no teníamos dinero, pero mis papás siempre trataban de hacer el esfuerzo para que pudiera ir”, recuerda la taekwondoína.

Cuando María cumplió 10 años, su entrenador se mudó a Culiacán. En Guasave encontró una nueva escuela. Tan grandes eran sus deseos por continuar en el taekwondo que hasta allá iba y venía sola todos los días.

“Me iba en camión de La Brecha a Guasave, que está a una hora de camino. Salía de la escuela y corría a tomar el camión. Entrenaba y me regresa a mi casa. Cuando pasé a la secundaria me iba de aventón con mis profes, hasta que cumplí 14 años y nos fuimos a vivir a Guasave porque mi hermano ya estaba en la prepa y a mí me veían muy cansada por la escuela y el entrenamiento”.

Ya en Guasave, fue el entrenador Rolando García quien descubrió las cualidades de su alumna. María entrenaba dos horas al día. Comenzó a destacar en los campeonatos municipales y estatales, hasta que en el año 2000 participó por primera vez en la Olimpiada Nacional. Tres años más tarde, con 175 metros de estatura y calzando del número nueve, Espinoza ganó su primer oro en la competencia infantil y juvenil más importante de México.

El éxito le valió un lugar en el Centro de Alto Rendimiento La Loma de San Luis Potosí, donde se concentró con el entrenador español Ireno Fargas y la profesora Verónica Márquez. Hasta entonces la sinaloense supo lo que eran los juegos panamericanos y centroamericanos, los mundiales y las competencias importantes.

“Antes no tenía mucha idea de lo que eran esas competencias. Sólo había visto los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, pero no sabía cómo era el proceso para llegar. Yo quería ser una de las personas que estaban ahí compitiendo y sentía ganas de estar ahí cuando lo veía, pero no se lo contaba a nadie”.

Al fin apegada a su familia, María Espinoza, de tan sólo 16 años, se enfrentó a un mundo nuevo al que tuvo que adaptarse, desde probar sabores distintos en la comida hasta descubrir que en el centro del país la amistad se entiende de otra forma que en el norte. A pesar de sus tristezas, nunca lloró ni se arrepintió de haberse ido de Guasave.

“Tuve muchísimos problemas de adaptación porque no conocía a nadie y para uno como provinciana era muy complicado, sobre todo por las costumbres que tienen en esta parte del país. La comida es diferente, tuve que adaptarme a los profesores nuevos y aprender sus sistemas. Tampoco me adaptaba a la forma de ser de las personas que primero te dicen una cosa y luego otra. En el norte uno entrega luego luego la amistad, todos son tus amigos, y allí era lidiar con formas de ser diferentes. Nunca me dio miedo, pero tristeza y nostalgia sí, por el recuerdo de no estar con mi familia”.

La primera competencia internacional de María Espinoza fue el Campeonato Panamericano Juvenil en Río de Janeiro en 2004, donde cosechó medalla de oro y la motivación necesaria para seguir adelante.Llegó entonces el selectivo de primera fuerza, en el que sus triunfos le dieron un lugar, que hasta ahora mantiene, en la selección nacional.

“Cuando nos dijeron que ganó oro en el panamericano estábamos en La Brecha y dijimos ‘chinga su madre, qué alegría’. Ella es mi sangre y si cuando uno ve triunfar a un mexicano en la tele se le enchina el cuero y hasta las lágrimas se te salen, que lo haga una persona que es hija tuya, es lo máximo. Nunca me pasó por la mente que Chayito llegara a donde está ahorita”, dice emocionado el señor Marcelino.

En medio de las pugnas que desde entonces ya privaban en el equipo nacional de taekwondo, José Luis Onofre comenzó a trabajar con María Espinoza y un grupo de atletas que demandaban atención. Con las bases que había adquirido durante su estancia en La Loma y los conocimientos de su nuevo entrenador, María llegó en 2007 al Campeonato Mundial de taekwondo que se realizó en Beijing, China, donde obtuvo el título mundial en la categoría middle (menos de 72 kilos), al imponerse a la coreana Lee In-jong.

Con la medalla de oro que se colgó, Espinoza se convirtió apenas en la tercera campeona mundial mexicana en este deporte, detrás de Edna Díaz, quien lo consiguió en Madrid en 2005, y de Óscar Mendiola, quien lo logró en 1979.

“Algo que me propuse lo alcancé ¡Imagínate!, salir desde el ranchito para ganar del otro lado del mundo una medalla. Era un propósito. Cuando ganó Edna yo quedé en cuarto lugar sin medalla. Ya no quería quedarme ahí, por eso en 2007 regresé con la idea de ganar. Yo no decía ésta (rival) está fácil y ésta difícil; para mí todas eran igual y cada vez quería avanzar más. Nosotros nos habíamos preparado muy bien en Corea y tenía más confianza porque sabía que los coreanos no vuelan y hacen lo mismo que yo. Gané y dije le doy vuelta a ésta página, es un título y a seguir ganando”.

María es una realidad, dice categórico José Luis Onofre. “Llegará a los Juegos Olímpicos como campeona mundial y panamericana, como la primera mexicana en clasificar en el preolímpico mundial (en Manchester), y lo más importante: con la preparación correcta y sus objetivos bien claros de lo que quiere ser, con la ambición de ser diferente”.

A pesar de que María Espinoza es derecha, ha estado trabajando con su guardia izquierda. Su arma más efectiva es el pucho chagui, es decir, una patada que tira con la pierna delantera completamente extendida e impulsándose desde su lugar. También está practicando la tavol, una doble que pocas mujeres hacen y que la mexicana domina tanto en el ataque como en el contraataque.

“Estamos trabajando en la guardia cerrada, que se llama petos contrarios. Además María pega la tavol más rápido en combinación izquierda-derecha que derecha-izquierda. Le agregamos también el giro recto en ambos lados. Le va mejor cuando pega con la izquierda, y tiene una pegada tan impresionante que tiene que entrenar con hombres que pesen más que ella porque las mujeres no le aguantan la pegada, a veces los hombres tampoco. Otra ventaja que tiene es que calza del nueve y cuando pega, mete todo el empeine y es contundente. Aquí practicamos con muchachos que tienen la estatura de la china, como Arturo Farías, que es peso medio”, explica Onofre.

También en las técnicas de golpeo en la cara María Espinoza ha enseñado grandes cualidades. En el preolímpico de Manchester sorprendió a Sarah Stevenson con una parada en el rostro, empatando momentáneamente el combate, que finalmente perdió por 5 puntos a 3.

En el Abierto de Holanda, Espinoza volvió a enfrentar a la inglesa y perdió faltando cinco segundos para el final.

“Nos criticaron porque María quedó en quinto lugar en la gira de Europa en los abiertos de Holanda y Alemania. No es que me guste que pierda, pero eso le quita presión. Perdió con la inglesa pero le peleó con guardia diferente a la de Manchester. María salió feliz porque la estábamos probando y estuvo a punto de ganarle. No es excusa, pero la inglesa tiró una patada a la cara que no le pegó, pasó ligeramente fuera, pero la contaron los jueces. Esas dos derrotas nos ayudan”.

En el taekwondo, las mujeres normalmente pegan sacando la pierna de atrás o, si se deciden a atacar, se desplazan un poco y golpean. La técnica de María se parece más a la de los varones, quienes abren el combate con la pierna de adelante y luego rematan con la de atrás. Además de dominar esta táctica, la mexicana la combina haciéndola doble, o sea, abre con patada delantera y, sin caer al piso, mete la segunda con la pierna de atrás.

“María tiene un camino impresionante Con 20 años de edad, después de Beijing tiene en puerta dos Juegos Olímpicos más. Sabemos que hay factores externos, como las lesiones, pero ella está iniciando su camino en el deporte y todo a lo que aspira lo puede volver realidad si está bien centrada y nada provoca que pierda el piso”, concluye José Luis Onofre.





Fuente: Proceso
Autora: Beatriz Pereyra
http://www.proceso.com.mx/451748/maria-espinoza-adicta-a-los-golpes

Río 2016: La mediocridad sentencia a la delegación mexicana

La participación de México en los grandes certámenes deportivos jamás ha sido destacada, y en Río 2016 se espera más de lo mismo… o incluso peor. Todos los vicios que han sofrenado a los atletas del país se han multiplicado rumbo a estos Olímpicos: la administración de Alfredo Castillo al frente de la Conade ha sido funesta, y ni siquiera ha sido capaz de esbozar un plan para el deporte nacional o de definir una meta para la justa mundial. Así, es previsible un retroceso respecto de Londres 2012.


CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Todo indica que la delegación mexicana que competirá en los Juegos Olímpicos de Río 2016 obtendrá menos medallas que las que consiguió hace cuatro años.

En Londres 2012 se ganaron siete metales y hubo 21 finalistas, es decir, atletas que terminaron entre los primeros ocho. Este panorama permitió que, a inicios de este sexenio, el área de Alto Rendimiento de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) calculara que en Brasil se obtendrían al menos 10 preseas.

Pero el director de la Conade, Alfredo Castillo, ni siquiera se ha atrevido a ofrecer un pronóstico. Y por parte del Comité Olímpico Mexicano (COM), el jefe de misión, Mario García, se animó a estimar entre cinco y siete medallas.

Esto significa que en este rubro el deporte mexicano se estancó, pues en el mejor de los escenarios aspira a conseguir el mismo número que en Londres 2012.

Las disciplinas en las que México tiene posibilidades son taekwondo, clavados y tiro con arco. Para esta edición olímpica también podrían obtenerse en futbol, marcha, triatlón, tiro deportivo, halterofilia y gimnasia.

De acuerdo con sus marcas o rankings mundiales, los mejores resultados los obtendrán los siguientes deportistas: Guadalupe González (marcha 20 kilómetros); futbol, el equipo varonil que dirige Raúl Gutiérrez; clavados, Rommel Pacheco y Jahir Ocampo (trampolín 3 metros sincronizados), Paola Espinosa y Alejandra Orozco (plataforma sincronizados), Iván García y Germán Sánchez (plataforma sincronizados) y en sus pruebas individuales Espinosa y García.

Taekwondo, Carlos Navarro (58 kg), María Espinoza (+67 kg) y Saúl Gutiérrez (68 kg); tiro con arco, Aida Román (individual y por equipo con Alejandra Valencia y Ana Gabriela Bayardo); tiro deportivo, Alejandra Zavala (pistola de aire); triatlón, Crisanto Grajales; halterofilia, Bredny Roque (69 kg) y gimnasia, Daniel Corral (pruebas individuales de caballo con arzones y barras paralelas).

A Río 2016, México acudirá con una delegación de 125 deportistas, la más grande desde los Juegos de Múnich 1972, pero la gran mayoría no tiene probabilidades sólidas de podio: no contaron con los mejores programas de entrenamiento ni los recursos públicos que en ellos se invirtieron se gastaron correctamente para garantizar resultados óptimos.





Fuente: Proceso
Autora: Beatriz Pereyra
http://www.proceso.com.mx/449276/rio-2016-la-mediocridad-sentencia-a-la-delegacion-mexicana