Familiares de desaparecidos en Guerrero reciben amenazas cuando exigen la búsqueda por lo que algunos callan o se van de la ciudad para cuidar su vida; las intimidaciones llegan una vez que denuncian ante la fiscalía local, dice colectivo.
“En mi corazón de madre, siento que mi hijo ya no vive”, confiesa Petra Gaspar Mendoza a su hija Dalia Gaspar Díaz, refiriéndose a sus presentimientos sobre Juan Carlos Díaz Gaspar, de 27 años, quien lleva desaparecido dos meses y once días.
Los primeros días de su desaparición, la familia y amigos de Juan Carlos se movilizaron para exigir la búsqueda del joven, tapizaron la ciudad de Chilpancingo con su foto, marcharon y cerraron avenidas. Después, como ocurre con decenas de personas desaparecidas, los familiares reciben amenazas, lo que los orilla a callar o se van a otra ciudad para resguardar la vida.