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Desaparece información sobre las fosas de Tetelcingo y Jojutla

Manos desconocidas han sustraído de la Fiscalía General de Morelos “evidencia e información” sobre las fosas clandestinas de Tetelcingo y Jojutla. Se trata, afirman familiares de los inhumados en esos sitios, de maniobras para proteger a funcionarios de la anterior administración estatal, especialmente al exgobernador Graco Ramírez.

En la Fiscalía General de Morelos, que encabeza Uriel Carmona Gándara, ha comenzado un proceso de mayor ocultamiento de lo ocurrido en las fosas irregulares de Tetelcingo y Jojutla, mediante el robo de “evidencia e información” de las oficinas de la propia dependencia por parte de desconocidos, lo que tendría por objeto la protección de funcionarios de todos los niveles de los gobiernos implicados, particularmente el de Graco Ramírez.

Fosas de Jojutla y Tetelcingo: el Estado se resiste a la memoria y la justicia

En el panteón de la colonia Pedro Amaro en Jojutla han cambiado algunas cosas, aunque otras permanecen igual que hace cinco años. Ahora hay un aumento de tumbas de hombres y mujeres que murieron de forma “natural”. Hay otras que son víctimas de la violencia, unas 200 más que causó la pandemia de covid-19. Pero una de las cosas permanecen igual es la fosa que cavó ahí la Procuraduría de Justicia desde principios de este siglo.

Ahí, hasta 2014, esa dependencia enterró un número incierto de personas como no identificadas y no levantó datos por obligatorios que hubieran ayudado a encontrarlas. También las ocultó en fosas comunes que no estaban marcadas.

Denuncian que gobierno de Morelos pretende “deshacerse” de cuerpos no reclamados

El gobierno morelense de Graco Ramírez pretende inhumar más de 170 cuerpos que no cuentan con “la debida terminación de los perfiles genéticos para tener las confrontas” y que se encuentran en el Servicio Médico Forense (Semefo), denunció Amalia Hernández, tía de Oliver Wenceslao, quien fue secuestrado, asesinado y luego inhumado en las fosas clandestinas de Tetelcingo.

Aseguró que el Semefo ya está con los preparativos para “deshacerse” de los cuerpos que supuestamente no han sido reclamados, tras la llegada de Uriel Carmona Gándara a la Fiscalía y luego de la conclusión de la obra de las nuevas instalaciones que estarán descentralizadas.

Entregan a familia cuerpos de hermanos chiapanecos sepultados en fosas de Tetelcingo

CUAUTLA, Mor: Luego de cinco años de desaparecidos, los cuerpos de los hermanos chiapanecos Andrés y Mauricio Reyes López fueron por fin devueltos a sus familiares, luego de haber desaparecido en julio de 2012 y ser inhumados clandestinamente en las fosas de la Fiscalía de Morelos, en marzo de 2014.


Esta mañana, personal de la Fiscalía local, familiares de víctimas y peritos de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) realizaron la diligencia para entregar los cuerpos de los dos jóvenes, quienes en julio de 2012 se encontraban en tránsito por la entidad y cuyos cuerpos fueron localizados días después de su desaparición en el municipio de Jantetelco, en la zona oriente del estado.

Suman 6 cuerpos identificados de fosas en Tetelcingo

Cuernavaca, Mor. Arturo y Apolinar son los nombres de otros dos cuerpos que fueron identificados y serán entregados a sus familiares, con estos suman 6 cuerpos identificados de los 119 que enterraron de manera ilegal los trabajadores de la Fiscalía General del Estado (FGE), el pasado 28 de marzo de 2014, en las fosas clandestinas de Tetelcingo.

Según un comunicado de la Fiscalía General del Estado (FGE) la entrega de estos dos cuerpos a sus familiares, será la mañana de este miércoles primero de marzo, para que les den una cristiana sepultura.

“Mañana miércoles 1 de marzo se llevará a cabo la exhumación de dos cuerpos del sexo masculino de la fosa común del panteón “Jardines del Recuerdo” de Cuautla, los que serán entregados a sus familiares, tras ser identificados por los Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado (FGE)”, informó la Fiscal de Apoyo a Víctimas y Representación Social, Norma Angélica Toledo Camacho.

Uno de los cuerpos, el de nombre Apolinar, según la FGE, será inhumado en el panteón “Reposo Eterno”, de la colonia La laja del municipio de Jiutepec. En tanto, Arturo, la FGE no especifica si también es del municipio de Jiutepec o de otro municipio de Morelos.

La FGE aseguró que la exhumación de estos dos cuerpos estará a “cargo de los Servicios Periciales y del Ministerio Público, participarán las comisiones nacional y estatal de los Derechos Humanos; la Comisión Nacional Ejecutiva de Atención a Víctimas, y su par de Atención y Reparación a Víctimas del Estado de Morelos”.

Estos dos cuerpos estuvieron en las fosas clandestinas de la FGE alrededor de 26 meses; también ahí estuvo enterrado Oliver Navarrete Hernández, un maestro del municipio de Yautepec (tanto Oliver como la maestra fueron exhumados en diciembre de 2014), así como Israel Hernández Torres (exhumado cuando sacaron los otros 117 cuerpos, en junio de 2016, , y fue entregado a sus familiares en octubre de 2016) y María Dolores (que también fue exhumada en junio 2016 y entregada a sus familiares el 12 de enero de 2017).

Oliver, la maestra de Yautepec e Israel fueron, según sus familiares, fueron secuestrados por bandas de plagiarios y después aparecieron sin vida. Aunque a Oliver lo buscaron sus familiares, así como a Israel, la FGE nunca informó de ellos y los enterró en esas fosas ilegales el 28 de marzo de 2014 a pesar que tenía sus cuerpos en el Semefo, según porque eran personas que nadie reclamaba, cuando en estos dos casos no era así.

María Dolores fue privada de su libertad en el estado de México y fue asesinada en Cuautla. Pero la FGE en vez de tratar de identificarla la enterró también junto con todos estos cuerpos. De no haber sido por la lucha que dio la madre de Oliver Navarrete Hernández, María Hernández, y la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), que lograron que se abrieran y exhumaran todos los cuerpos de las fosas de Tetelcingo, en junio de 2016, para tomarles muestras, ni Israel, ni María dolores y ni estas dos personas de nombre Arturo y Apolinar hubieran sido encontrados por sus familiares.


La inhumación de los 119 cuerpos ocurrió en la administración del gobernador perredista Graco Ramírez, y estaba como fiscal del estado, Rodrigo Dorantes Salgado, actualmente este funcionario es delegado de la PGR en Durango.

FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: RUBICELA MORELOS CRUZ.
LINK: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/02/28/suman-6-cuerpos-identificados-inhumados-en-tetelcingo

Entregan cuerpo hallado en fosa de Tetelcingo; es una mujer que desapareció hace 4 años en Edomex

CUAUTLA, Mor: El cuerpo de María Dolores Juárez, desaparecida en marzo de 2013 e inhumado clandestinamente en Tetelcingo un año después, fue entregado a sus familiares este miércoles, luego de casi cuatro años de búsqueda.

Por orden de un juez local, su cuerpo fue exhumado a las 8 de la mañana con 17 minutos de la gaveta número 1.

De 27 años al momento de su desaparición, esta mujer mexiquense dejó a su esposo, Rodrigo Martínez Durán, y sus dos hijos menores de edad. Salió de su casa el 30 de marzo de 2013, en Atlautla, y ya no regresó. Unas horas después, su pareja interpuso las denuncias correspondientes en la Procuraduría del Estado de México y comenzó a realizar su propia búsqueda.

El cuerpo, según la carpeta de investigación, fue encontrado al día siguiente en Cuautla y levantado por los Servicios Periciales. Un año después, el 28 de marzo de 2014, sin haberle practicado ningún examen de identificación, junto con más de 100 cuerpos, fue inhumado clandestinamente en las fosas de Tetelcingo.

En mayo de 2016, luego de la presión de los grupos de familiares de víctimas de desaparecidos y de la insistencia de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) para que se abrieran dichas fosas, el cuerpo de María Dolores fue el número 10 exhumado el 25 de mayo de 2016, sin embargo, tendrían que pasar unos meses más para que fuera entregado a su familia.

En la búsqueda, los familiares ofrecieron muestras genéticas a la Subprocuraduría Especializada en Investigación en Delincuencia Organizada (SEIDO) de la Procuraduría General de la República (PGR), y luego de la exhumación de los cuerpos en Tetelcingo, las muestras practicadas a los cuerpos permitieron la comparación y cruce de ellas, dando como resultado la identificación de María Dolores.

Fue la PGR que informó a la familia en octubre pasado, y con ello, luego de un proceso judicial, este miércoles 11 de enero les fue devuelto el cuerpo. En entrevista, Rodrigo Martínez Durán, esposo de la víctima, demandó a las autoridades detener las prácticas de clandestinidad en los procesos de tratamiento de los cuerpos, “porque nos causan mucho dolor a las familias, que no encontramos a nuestros seres queridos”.

Lamentó que la Fiscalía de Morelos y la Procuraduría del Estado de México no hayan tenido comunicación, que el gobierno morelense no hay practicado los exámenes genéticos que permitieran su identificación y exigió que las cosas se hagan bien. “Sobre todo porque sé que hay otras familias que están buscando a sus seres queridos, que están aquí, pero nadie sabe”, sostuvo.

A las autoridades del estado de Morelos les pidió “que no se comentan estos actos, estas situaciones, meter una clandestinidad sin tomar en cuenta. Ahorita nos pasó a nosotros, sin embargo, tengo entendido que hay otras familias que están pasando otras cosas”.

Les pidió a los familiares de desaparecidos que “insistan, que exijan sus derechos y garantías como ciudadanos”. Coincidió con la UAEM en que si se hubiera llevado a cabo un proceso de identificación genética por parte del gobierno de Morelos, desde el principio, “no estaríamos pasando por esto”.

Mientras tanto, Roberto Villanueva Guzmán, del Programa de Víctimas de la UAEM, presente en el lugar, advirtió que la Fiscalía de Morelos no ha cumplido varios compromisos asumidos desde septiembre pasado, como la exhibición en una galería virtual de los objetos y pertenencias encontradas en los cuerpos exhumados de las fosas clandestinas de Tetelcingo.

Además, exigió al gobierno y a la Fiscalía fijar ya una fecha para abrir las fosas que se encuentran en el panteón de la colonia Pedro Amaro del municipio de Jojutla, de la que Apro ha documentado ampliamente la historia de inhumación clandestina de cerca de 40 cuerpos desde 2014, aunque hay versiones de que entierros ilegales desde hace 10 años.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JAIME LUIS BRITO.
LINK: http://www.proceso.com.mx/469610/entregan-cuerpo-hallado-en-fosa-tetelcingo-una-mujer-desaparecio-4-anos-en-edomex

Vinculan a proceso a exfuncionaria por fosas de Tetelcingo

Ana Lilia Guerrero Moreira, exdirectora de Servicios Periciales de la Fiscalía General de Morelos, a quien el gobierno del estado está haciendo responsable de los delitos derivados de las fosas clandestinas de Tetelcingo, particularmente por el caso de Oliver Wenceslao, fue vinculada a proceso durante la madrugada del domingo.

Luego de una sesión que comenzó después de la 1 de la tarde del sábado y que concluyó esta madrugada, el juez determinó que existen elementos para considerar a la exfuncionaria probable responsable de los delitos contra el respeto a los muertos y violación a las leyes de inhumación y exhumación de cadáveres, fraude procesal y delitos cometidos por servidores públicos.

También, el juez de la causa fijó un plazo de cuatro meses para el cierre de la carpeta de investigación, que se cumplirá el próximo 11 de abril de 2017, tiempo en el que se deberá concluir con la sentencia de la exfuncionaria bajo proceso.

Además el juez determinó mantener las medidas cautelares impuestas en audiencia previa, consistentes en que Guerrero Moreira no podrá salir del estado ni del país y deberá acudir cada mes a firmar a la Unidad de Medidas Cautelares (Umeca).

Las fosas clandestinas de la Fiscalía de Morelos fueron cavadas en un panteón irregular de la comunidad indígena de Tetelcingo, en Cuautla, el 28 de marzo de 2014. En ellas fueron colocados más de 100 cuerpos. La familia de una de las personas depositadas ilegalmente en esas tumbas colectivas, logró recuperar el cuerpo de su familiar, Oliver Wenceslao, y luego inició una lucha para lograr que se abrieran e identificaran los demás cuerpos.

Con el apoyo de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), así como colectivos de familiares de desaparecidos de Morelos y el país, se logró que apenas entre el 23 de mayo y el 3 de junio pasados, se abrieran las fosas y se exhumaran 117 cuerpos. Apro informó sobre las diversas irregularidades que se encontraron, desde que no se conocía el lugar preciso donde se encontraban las fosas, pasando por el número de cuerpos en ellas, así como cadáveres sin carpeta de investigación, necropsia, entre otras.

Apenas en octubre pasado, las procedimientos de identificación de los cuerpos en las fosas arrojaron como resultado que dos personas más fueran identificadas y una de ellas, Israel Hernández, fuera entregado a su familia. El otro cuerpo corresponde a una mujer y se espera que en las próximas semanas sea entregada a sus familiares, quienes viven fuera de Morelos.

Por este caso sólo Guerrero Moreira se encuentra indiciada, además de otro funcionario menor quien se encuentra vinculado a proceso. No obstante, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), emitió una recomendación a principios de octubre pasado respecto del caso y en ella pidió al gobierno del perredista Graco Ramírez que investigue a 42 funcionarios involucrados.

Entre estos funcionarios se encuentra el entonces procurador de justicia Rodrigo Dorantes Salgado, hoy delegado de la Procuraduría General de la República (PGR) en Durango, quien apenas fue llamado a declarar a principios de septiembre, sin que hasta el momento se tenga claro el proceso que sigue la investigación en su contra.

En junio pasado, Proceso dio a conocer que además de las fosas de Tetelcingo, existen otras en el panteón municipal de Jojutla, donde según testimonios de los pobladores, se han inhumado clandestinamente sin seguir los protocolos, cuerpos desde hace 10 años.

La Fiscalía se comprometió en septiembre pasado que el 7 de noviembre, hace un mes, se abrirían estas fosas y se exhumarían los cuerpos para “regularizarlas”. Sin embargo, esto no pasó. El coordinador de Servicios Periciales de la Fiscalía, Samuel Nava, ofreció una conferencia de prensa para advertir que la dependencia está “lista” para abrir las fosas de Jojutla en las próximas semanas.

“Estamos listos para iniciar el proceso de exhumación de los 36 cadáveres que tenemos en el panteón de Jojutla, en la (colonia) Pedro Amaro. Ya comenzamos la logística con las instituciones que nos hacen favor de participar activamente con nosotros”, aseguró y con ello confirmó lo publicado en junio pasado por Proceso.

“Solamente estamos en espera que ellos vean sus tiempos, debido a su sobrecarga de trabajo, tanto la PGR como la Policía Científica. Estamos en espera de la convocatoria para que nos sentemos nuevamente a dialogar por segunda ocasión y poder ya definir las fechas que sería entre el mes de enero y el mes de febrero”, aseguró el funcionario.





Fuente: Proceso
Autor: Jaime Luis Brito
http://www.proceso.com.mx/465919/vinculan-a-proceso-a-exfuncionaria-fosas-tetelcingo

Sí son tres las fosas en Tetelcingo… al menos

Declaraciones ministeriales, testimonios de vecinos y evidencias sobre el terreno indican que en Tetelcingo, Morelos, hay al menos tres fosas clandestinas operadas por el gobierno, y no sólo dos, como admite la administración de Graco Ramírez. Ante la sistemática negación del gobernador y la inoperancia de las autoridades que coordina, han sido los ciudadanos –sólo ellos– los que han hecho avanzar las indagatorias…


CUAUTLA, Mor: La tercera fosa en Tetelcingo no es un mito. Existe. Se encuentra ubicada a 500 metros de donde fueron localizadas las primeras dos. No tiene más que una cruz de hierro negro sin ninguna leyenda, pero vecinos de la zona confirman que se ubica en el panteón de la colonia Cuauhtémoc.

El predio El Maguey, de 30 mil metros –donde se halla el panteón sin licencias de Tetelcingo– alberga además, separados por bardas de bloc de granito o ladrillos, los cementerios (también irregulares) de las colonias Cuauhtémoc y 19 de Febrero. Esta tercera fosa clandestina, excavada y usada por la Fiscalía General de Morelos, está en una finca de 3 mil metros cuadrados rodeada por una barda de bloc de granito.


Vecinos del lugar aseguran a este reportero que la fosa fue donada por la propia colonia Cuauhtémoc a la entonces Procuraduría General de Justicia (PGJ) durante el gobierno de Sergio Estrada Cajigal (PAN), en torno a 2003 o 2004. Sin embargo, la primera vez que se usó fue en el gobierno del también panista Marco Antonio Adame Castillo, después de 2009, justo después de la muerte en Cuernavaca de Arturo Beltrán Leyva El Barbas, quien codirigió con sus hermanos el cártel que lleva sus apellidos.

Pero existen otros indicios. Por ejemplo la declaración del dueño del predio, Socorro Tlapala Becerro, que forma parte de la carpeta de investigación SC01/10193/2015, referente al caso de Oliver Wenceslao Navarrete Hernández, joven secuestrado y asesinado en 2013 y luego inhumado clandestinamente en 2014 en las fosas de Tetelcingo.

En el documento se le pregunta a Tlapala Becerro cómo se hizo la donación de las fosas a la PGJ: “No es la primera vez que apoyo a esta institución. Es la tercera vez, porque en 2003 doné al Dr. José de Jesús Mendoza Moreno, en ese entonces coordinador general de Servicios Periciales, una fosa para inhumar cadáveres”.

Ya en el gobierno de Adame Castillo (y después de 2009) supuestamente se realizó la inhumación de entre 20 y 30 cuerpos, según testimonios recogidos entre los vecinos. “Esa vez vinieron en la noche. Se armó una revolución. Vinieron en la noche y la gente de la (colonia) Cuauhtémoc se enteró y vino, con antorchas y todo, a ver qué estaba pasando en el panteón. Al principio se puso fea la cosa, pero ya después se supo que era la policía judicial que venía a enterrar unos cuerpos en la fosa”, dice un poblador de la zona que recuerda el hecho y pide guardar el anonimato.

En el extremo oriente de este panteón, pegado a la barda, se encuentra un terreno lleno de vegetación donde se levanta una cruz de hierro negra, con una placa para epitafio, vacía. Uno de los habitantes confirma que en ese lugar se encuentra la tercera fosa de Tetelcingo. Nadie sabe cuántas veces ha sido utilizada por la Fiscalía, nadie sabe cuántos cuerpos oculta, pero todos saben que ahí está.

En junio pasado, colectivos de familiares de víctimas lograron que durante 15 días la Procuraduría General de la República (PGR), la Policía Federal y la Fiscalía del estado abrieran las otras dos fosas. Con la participación de peritos forenses de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), los familiares atestiguaron la exhumación de 199 cuerpos y 12 restos humanos más.

El cúmulo de irregularidades en torno a estas sepulturas implicó, primero, en 2015, una recomendación de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), que no ha sido atendida. No obstante, la acción de los familiares de víctimas hizo que el pasado jueves 6, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) hiciera lo propio. Solicitó al gobernador Graco Ramírez, al fiscal Javier Pérez Durón y a los miembros del cabildo de Cuautla reparar el daño en la medida de lo posible, regularizar los panteones y hacer un censo de fosas en el estado.

Entre las ilegalidades más alarmantes está el hecho de que 21 cadáveres estaban identificados plenamente y no se entregaron a sus familias ni se hizo nada para localizarlas. También fueron inhumadas dos niñas, a varios cuerpos no se les practicó la necropsia y más de 80 fallecidos tenían huellas de tortura. Y sin embargo, un año después de que se hiciera público el caso, sólo hay una persona sometida a proceso y una más indiciada. La recomendación de la CNDH habla de la necesidad de deslindar responsabilidades de 42 funcionarios y exfuncionarios.

Como parte de los acuerdos que se tomaron en el grupo interinstitucional que ha trabajado desde principios de este año para abrir las fosas en Tetelcingo, se estableció que el pasado 30 de septiembre serían realizados sondeos para verificar que no existieran más fosas en el panteón de esa localidad. Sin embargo, esto no ocurrió. Los familiares de víctimas exigen que se haga a la brevedad. Ahora, las organizaciones deberán pugnar para que estas excavaciones no sólo se realicen a unos metros de los dos enterramientos ya intervenidos en junio, sino que el sondeo alcance los 500 metros y se realice un pozo en el panteón de la colonia Cuauhtémoc, para localizar la tercera fosa.

Violencia creciente

La historia de las fosas clandestinas de la Fiscalía General de Morelos tiene relación con la creciente violencia que padece la entidad. Durante el gobierno de Jorge Carrillo Olea (1994-1998), los altos índices de secuestros y el involucramiento de los cuerpos policiacos con las bandas de plagiarios provocaron que el mandatario abandonara el cargo dos años antes de lo previsto.

Con la llegada del PAN al poder, en el gobierno de Estrada Cajigal (2000-2006) aumentó la presencia de varios cárteles en la entidad. De hecho, el jefe de la Policía Judicial de aquel entonces, Agustín Montiel López, fue apresado en abril de 2004 acusado de brindar protección al líder del cártel de Sinaloa, Juan José Esparragoza El Azul. Esto provocó un juicio político al gobernador panista, del que se libró gracias al cobijo del gobierno federal de su correligionario, Vicente Fox.

Con la llegada de Marco Adame al gobierno morelense (2006-2012), la violencia se agudizó por una pugna entre narcos. Sin embargo, lo que disparó los homicidios y la saña para perpetrarlos fue la ejecución de Arturo Beltrán Leyva. El 16 de diciembre de 2009, en el residencial Altitude de Cuernavaca, marinos cercaron y abatieron al llamado Jefe de Jefes.

A partir de ahí, la pugna por controlar dicha entidad superó cualquier violencia conocida por los morelenses. Según el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), de 2006 a 2008, cada año se cometieron 132 asesinatos en promedio; a partir de 2009 el número se elevó a 317, luego a 559 en 2010, a 583 en 2011 y hasta los 862 en 2012.

Fueron los tiempos en que aparecieron descabezados y colgados. El 9 de abril de 2010, los cadáveres de dos personas fueron dejados en un puente a la altura del centro comercial Galerías, en Cuernavaca; en julio de ese mismo año, fueron otros tres.

La situación empeoró el 16 de abril de 2010, luego de la divulgación de un correo electrónico en el que se advertía que esa noche las bandas del crimen organizado dirimirían sus diferencias a balazos.

La psicosis social, sumada a la inoperancia del gobierno, provocó que la ciudad se autoimpusiera un “toque de queda”. A las 7:30 de la noche y ante la amenaza de guerra en las calles, las plazas comerciales, la UAEM y las oficinas de gobierno enviaron a todo mundo a sus casas. Al final no hubo tiroteos, pero el miedo se instaló en el estado.

Como sea, el incremento de homicidios dolosos hizo que los frigoríficos de los Servicios Médicos Forenses se vieran rebasados. Por lo tanto, comenzaron a abrirse fosas en las que, sin respetar el mínimo protocolo forense –o incluso la ley– se inhumaron de forma clandestina los cuerpos de decenas y decenas de personas. Algunas habían sido reportadas desaparecidas por sus parientes.

Entregarán cuerpo de Tetelcingo

Israel Hernández Torres, joven comerciante de materiales de construcción, fue secuestrado el 24 de julio de 2012, y aunque su familia negoció con sus captores, nunca apareció. Sus parientes lo buscaron incansablemente en hospitales, morgues, montes, barrancas y en todo lugar donde se enteraban que los grupos del crimen “tiraban cuerpos”.

Cuando supieron de las fosas clandestinas de Tetelcingo se acercaron a la UAEM. Junto con otras víctimas impulsaron la exigencia de que las autoridades abrieran las fosas y dieron muestras genéticas.

Mientras eran exhumados los 117 cuerpos, María Félix Torres Peralta y Edith Hernández Torres, madre y hermana de Israel, respectivamente, acudieron todos los días a Tetelcingo. Uno de los cuerpos resultó ser el de Israel. El 30 de septiembre pasado les informaron. Apenas este jueves 20 se llevó a cabo la audiencia judicial en la que la juez María Luisa Cadena ordenó que les sea entregado el cuerpo. Y el lunes 24 Israel regresaría a casa.

“Pero ¿te imaginas cuántos casos más debe haber en estas condiciones?”, se pregunta Javier Sicilia, fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y uno de los principales impulsores de la apertura de las fosas. “Por eso tenemos que abrir todas las fosas que este gobierno y el crimen organizado tienen en Morelos. Ya se habla de que fue localizada otra fosa en Tetelcingo, están las de Jojutla y otras más”, sostiene. “¿Quién sabe qué destapamos en Tetelcingo?”, se pregunta, y mueve la cabeza.

Los otros enterramientos

A unos 10 kilómetros del predio El Maguey, en Tetelcingo, se encuentra la colonia Año de Juárez. Justo a la orilla de la autopista que conduce de Oaxtepec a Cuautla están dos terrenos utilizados como panteones. Según la información del ayuntamiento tampoco se encuentran regularizados. Sin embargo, se observan más de dos centenares de tumbas organizadas en conjuntos más o menos equilibrados.

Al fondo del segundo cementerio, el conocido como 3 de Mayo, hay dos fosas señaladas con cruces de hierro negro en las que se lee: “Propiedad de la Subprocuraduría General de Justicia Zona Oriente. 30 de agosto de 2007” y “Propiedad de la Subprocuraduría General de Justicia Zona Oriente. 22 de Sep. del 2002”.

Estas dos sepulturas existen desde hace nueve y 14 años, respectivamente. Sin embargo, la Fiscalía General de Morelos ni siquiera tiene registrada su existencia. Al menos así lo manifestó el titular de la dependencia, Javier Pérez Durón, quien ha señalado que no tiene completa la información del número y ubicación de las fosas en la entidad.

Eso ocurre en la zona oriente del estado. Pero en el sur también existen fosas de estas características. Proceso dio a conocer en junio pasado que en el panteón municipal de Jojutla, ubicado en la colonia Pedro Amaro, se encuentran dos fosas, al menos, donde según los vecinos se han inhumado cuerpos desde “hace más de 10 años”.

Copias de documentos oficiales en poder de este semanario revelan que en julio de 2014, apenas cuatro meses después de realizada una inhumación en Tetelcingo el 28 de marzo de ese año, los restos de 39 personas fueron enterrados en Jojutla. Según los documentos, el cabildo autorizó este hecho, en el que incluso participó personal de la Jurisdicción Sanitaria Regional.

Los testimonios de exfuncionarios del ayuntamiento dejan constancia de las inhumaciones, ahí, de 45 y 75 cuerpos, realizadas en la administración de Adame Castillo. Todos coinciden en que no se tiene registro de esos entierros ni en el ayuntamiento ni en el gobierno del estado, pero vecinos, exautoridades municipales y periodistas certifican que ocurrieron.

“Seguido vienen a echar cuerpos ahí. Desde la administración de Nelson (Torres Mondragón, 2003-2006). Llegan con la máquina y luego ahí nomás los tiran. Aunque nos hemos quejado del mal olor que despiden las fosas, no nos hacen caso. En el ayuntamiento no hacen nada. Y en la Procuraduría nadie quiere meterse con los judiciales. Y luego, pues están los malos, con esos nadie se mete”, asientan testimonios recogidos en junio de este año por el reportero.

La semana pasada, el fiscal Pérez Durón, al asegurar que aceptan la recomendación de la CNDH por las fosas de Tetelcingo, informó que el 7 u 8 de noviembre próximos se “podrían iniciar las diligencias para abrir la fosa de Jojutla y comenzar con el trabajo de identificación de los cuerpos”.

Pero abrirlas e identificar los cuerpos no es todo. Es un punto de partida para buscar a los deudos y hacer justicia. Sin embargo, el mandatario Graco Ramírez ya parece conforme con lo ocurrido en Tetelcingo, tanto que continúa diciendo que el actuar gubernamental “es un ejemplo”.


“Es un ejemplo, pero de cinismo y de desvergüenza”, revira, molesta, Amalia Hernández, tía de Oliver Wenceslao y motor fundamental en las acciones para abrir las fosas de Tetelcingo. “¿Cuántos muertos más se necesitan para que entienda? ¿Cuántos cuerpos son necesarios para parar a este desgraciado? ¿Qué se necesita hacer para que tenga tantita sensibilidad y deje de burlarse de nosotras?”, dice conteniendo la rabia.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JAIME LUIS BRITO.
LINK: http://www.proceso.com.mx/461339/tres-las-fosas-en-tetelcingo-al-menos