Ante el desbocado crecimiento de las cifras de muertes por sobredosis de fentanilo en su territorio, Estados Unidos reformula de manera significativa su estrategia geopolítica contra los estupefacientes, con un enfoque más punitivo que abarca, incluso, acciones militares. De hecho, el fentanilo se agrega como un factor más de conflicto entre Washington y Beijing, en el que México queda atrapado por ser parte de la cadena a escala global de esa sustancia, que inicia con su producción por parte de la poderosa industria química de China y la voraz demanda de consumo estadunidense.
El fenómeno del fentanilo como la droga que más muertes causa en la epidemia de sobredosis que golpea a Estados Unidos tiene una dimensión geopolítica “que rebasa, por mucho”, el “oportunismo electoral” de sectores republicanos de ese país que buscan ubicar a México como el responsable de esa crisis de salud pública.
Así lo plantean internacionalistas, expertos en seguridad y especialistas en política de drogas consultados por Proceso, quienes coinciden en señalar que el problema del fentanilo y las drogas sintéticas está causando la “reformulación significativa” de la estrategia de Estados Unidos contra los estupefacientes, que tendrá un enfoque más punitivo.