CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Un acto organizado por el Grupo Financiero Interacciones –banco nacido al amparo del poder político y cuyos clientes son los gobiernos–, fue elegido por el presidente Enrique Peña Nieto para recriminar a quienes se ocupan, por la vía de la transparencia, de los actos de corrupción.
Lo hizo al frivolizar ahí las denuncias que remiten a asuntos dolorosos por la perdida de vidas humanas y aun patrimoniales de miles o millones de personas.
Notable bifurcación de símbolos y hechos, como sólo en las reuniones entre Peña Nieto y ese grupo financiero ocurre.