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martes, 16 de agosto de 2016

Testigos protegidos vinculan a los Moreira con sobornos de los asesinos de Allende: Univisión

Nuevas revelaciones en Cortes de Texas, Estados Unidos, señalan a los gobernadores Humberto Moreira y su hermano Rubén Moreira, aún en el cargo, por haber recibido sobornos de Los Zetas, autores de la matanza de Allende en 2011, donde desaparecieron al menos 300 personas.

La entrada al cementerio Los Ángeles es un camino de asfalto donde la vegetación silvestre asalta por ambos lados. Al costado de la calle hay vestigios de un proyecto para construir un vecindario. Ahora queda en el aire un olor rancio a excremento; en el suelo, ropa, zapatos, juguetes y partes de automóviles.

“Aquí los traían, prendían las luces de los autos para ver en la oscuridad”, contó una persona que acompañó al lugar a los reporteros de Univisión Investiga. Luego de ultimar a las víctimas, los sicarios de Los Zetas llevaban sus automóviles a unos talleres donde eran cortados en pedazos, con hachas, para que no quedara rastro.

Una avenida contigua al camino del cementerio aún se ve repleta de estos talleres, que durante los años de mayor terror abrían en la madrugada, las horas de mayor ocupación.

Se sospecha que muchas de las víctimas fueron hombres, mujeres y niños que Los Zetas se llevaron durante una caravana de muerte y destrucción que llevaron a cabo a la vista de las autoridades de esta zona desde mediados de marzo de 2011. En cuestión de tres semanas, comandos de esa organización desaparecieron a 300 personas de quienes no se tiene noticia. Entre los habitantes se le conoce como la masacre de Allende, un pueblo de 22,000 personas situado a 37 millas de la frontera con Estados Unidos. En número de víctimas es quizás la desaparición masiva más grande en la historia moderna de México. También la más olvidada.


Al lado del camino, al cementerio le sobra espacio para colocar tumbas. En esta región de la frontera, entre Coahuila y Texas hay más luto que cadáveres. La mayor parte de sus desaparecidos, una fracción de los 1,600 que se cuentan en Coahuila en la última década, fueron mutilados y disueltos en ácido para borrar las huellas de un delito por el que los delincuentes pudieran ser acusados de homicidio en México.

Cuando de la masacre solo quedaban los recuerdos de los familiares y en la justicia mexicana languidecía la investigación, surgieron el mes pasado en cortes de Estados Unidos testimonios que no solo confirmaron la autoría de Los Zetas sino el ambiente de complicidad de los gobiernos de la época con la organización criminal.

Dos testigos de la fiscalía federal comprometieron a los gobernadores Humberto Moreira, quien gobernó Coahuila entre 2005 y 2011, y su hermano Rubén Moreira, que lo ha hecho desde diciembre de 2011 y aún continúa en el cargo. Rodrigo Uribe y Adolfo Tavira declararon en una corte de San Antonio que Los Zetas habían entregado millones de dólares para controlar el estado primero a Humberto, como gobernador, y luego a su hermano, mientras estaba en campaña. Ambos políticos han negado las acusaciones y han restado credibilidad a los denunciantes, por tratarse de testigos protegidos. Jorge Torres López, el gobernador interino entre ambos hermanos se encuentra prófugo por acusaciones de narcotráfico y fue incluido en la lista de los más buscados de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA).

Los testimonios no han acarreado alguna consecuencia legal en México para los hermanos Moreira según explicó a Univisión Investiga Homero Ramos, el Procurador estatal, máxima autoridad de la investigación oficial en el caso de la masacre.

“No hay ninguna investigación abierta porque no hay ningún señalamiento que haya permitido la apertura de una averiguación o de una carpeta de investigación”, afirmó en entrevista.

UN MENSAJE INCONVENIENTE

En este cementerio de ropa Juana Rodríguez ha buscado los restos de su hija Lluvia. La joven, quien ahora cumpliría 23 años, desapareció con otras 13 muchachas en octubre de 2013, después de acudir a una fiesta con integrantes de Los Zetas. Ya en una ocasión las autoridades solicitaron a Rodríguez que reconociera restos humanos hallados junto al cementerio.

“(Eran restos) de muchachas, pero ya estaban como en bolsas negras”, recordó. “Me enseñaron cuatro bolsas que son las que supuestamente habían encontrado pa’l lado de ese monte, pero no. Eran muchas, las sacaron así, como en forma de rompecabezas”.

Cuando acudió a denunciar la desaparición de su hija, en la fiscalía municipal le pidieron a Rodríguez que no indagara, según ella misma lo relata.
“A mí me dijeron que no, que lo dejara así, que no pusiera demanda, que si regresaba qué bueno y si no regresaba que yo lo dejara así, que yo me hiciera la idea de que ella se había ido lejos”, narró.

Rodríguez investigó por su cuenta el episodio de su hija mayor. Descubrió que cuando Lluvia asistía a fiestas con Los Zetas, les recogían a todas sus teléfonos, por temor a que informaran su ubicación. Esa noche de octubre de 2013, sin embargo, una de las muchachas olvidó apagar el suyo y recibió un mensaje de texto. Uno de los lugartenientes de Los Zetas leyó el mensaje y se lo reportó a su jefe. El remitente era un exmiembro del grupo que había desertado para trabajar con el cártel del Golfo, una organización rival.

“Le encontraron un mensaje a la muchacha advirtiéndole que no se acercara a Piedras Negras porque las cosas se estaban poniendo mal”, explicó un empresario local que conoció estos hechos en voz de un amigo sicario de Los Zetas.

Las jóvenes, todas entre 18 y 24 años, fueron citadas a una segunda fiesta.

“No le encontraron evidencia a nadie más, solamente fue a una, pero por esa muchacha, pues, las llevaron a todas. (…) Se pide la autorización para hacerle las ejecuciones de las muchachas. Se le pide la autorización al Z-42, que un grupo de muchachas estaba traicionando al grupo”, aseguró el empresario, bajo condición de anonimato.

Las muchachas fueron torturadas y asesinadas, agregó.

“Querían sacarles más información a todas para poder saber si realmente tenían algún otro contacto con el que estuvieran traicionando”, agregó. Según él, ninguna de las jóvenes confesó de quién era el teléfono que recibió el mensaje.

Omar Treviño Morales, alias Z-42, quien autorizó las ejecuciones, es uno de los fundadores del cartel de Los Zetas. Fue detenido dos años después de esta desaparición, en San Pedro Garza, Nuevo León, el municipio más rico de México.

En la residencia donde se ocultaba, las autoridades encontraron varias imágenes de la Virgen de Guadalupe y un gran crucifijo sobre la cama de la habitación principal.

En Piedras Negras, la madre de Lluvia sigue esperando noticias de su hija mientras trabaja limpiando pisos en una compañía de autopartes para mantener a sus otros siete hijos. Dos veces al año se encuentra en el parque principal del pueblo con 300 familiares de desaparecidos. Es el día en que llegan peritos de la Ciudad de México a tomarles muestras de ADN, por si en otro lugar del país aparecen restos que pudieran identificarse como los parientes que ellos están buscando.


“(Vienen) cada seis meses. Nomás nos hacen la prueba pero nunca nos dicen nada. Cada quien tiene que llevar una foto de las personas”, recordó.

TOTAL CONTROL

A estas reuniones acuden vecinos de varios pueblos de la región conocida como los Cinco Manantiales, una vasta llanura semiárida en el lado mexicano al sur de Texas, que se convirtió en refugio de los líderes del cartel de Los Zetas cuando arreciaron los operativos militares y policiacos en el estado vecino de Tamaulipas, el epicentro histórico de la organización.

“Se empezaron a mover donde estaba más tranquilo. Piedras Negras y Ciudad Acuña y para arriba Saltillo y Torreón. Pero eso fue para escaparse de lo que estaba llegando a Nuevo Laredo”, rememoró en un parque de San Antonio, en Texas, un exagente de la DEA, quien investigó a Los Zetas durante cuatro años como agente encubierto y solicitó que no se revelara su nombre.

El cartel controlaba el narcotráfico en la frontera entre Piedras Negras y Eagle Pass, el cobro de cuotas de extorsión en los comercios, en la minería y la venta de whisky para los bares. Los empresarios de la ciudad recuerdan que cada negocio debía entregarles semanalmente un promedio de 300 dólares como cuota para que les fuera permitido operar. El grupo recibió también contratos de construcción de obra pública como remodelación y edificación de escuelas que ahora están bajo investigación.

Rodrigo Uribe, de 41 años, fue uno de los testigos clave de los juicios en Texas. Hijo de un exalcalde de Piedras Negras, hizo de prestanombres de Los Zetas para la compra de propiedades y negocios en la ciudad fronteriza, entre ellos un centro comercial en el corazón de Piedras Negras, valuado en tres millones de dólares. La construcción hoy tiene un aspecto desolado. Las tiendas están cerradas y la pintura de las paredes se cae a pedazos.
En su declaración ante una corte en San Antonio en julio pasado, Uribe explicó que estuvo a cargo del pago de sobornos a políticos estatales. Uribe describió la estructura operativa que permitió a Los Zetas imponer su ley de terror en Coahuila.

El organigrama del cartel estaba compuesto por focas, halcones, estacas y sicarios.

“(Los sicarios) patrullan la plaza. Siembran las semillas del terror dentro de la comunidad. Secuestran y cometen extorsión”, explicó. Uno de ellos, a quien Uribe dijo que reportaba directamente, era Raúl Hernández Lechuga, el comandante Z-100.

“Fue uno de los más sanguinarios de Los Zetas”, aseveró.

El jefe del grupo local era una especie de comandante de una pequeña célula. A este cargo se le conocía con el nombre de “estaca”. Tenía unas 30 personas a su cargo, entre sicarios y vigilantes. El control se regía por una constante inspección de cada movimiento en las ciudades bajo el mando de estos jefes.

Las “focas” estaban encargados de rondar las calles.

“En bicicletas, utilizando radios, tomando el cuidado de la zona”, explicó el testigo. Aún se ven en Coahuila algunos de estos hombres que avanzan despacio, mirando con insistencia a los extraños.

Las focas se apoyaban en los “halcones”, miembros de menor rango en la organización que alertaban sobre la presencia de “infantes de marina, y también otros carteles”, desde las esquinas o a bordo de vehículos modestos, agregó Uribe.

Se comunicaban mediante mensajes de Blackberry –que consideraban más difíciles de interceptar por la Marina de México o el gobierno de Estados Unidos– y radios que transmitían desde sus propias torres. Así mantenían también el contacto con la policía local.

“Los Zetas tienen sus propios códigos y la policía tiene su propios códigos, pero utilizan las mismas frecuencias”, indicó Uribe en la corte en San Antonio.

Los jefes de plaza se ocupaban de los acuerdos políticos, en especial del control policiaco. Cuando alguno de estos mandos oficiales no aceptaba trabajar con ellos, o un integrante de Los Zetas era detenido en una población bajo su mando, el jefe policiaco era “eliminado”.

“La policía del estado, algunas de las federales, locales, policías locales, políticos, alcaldes”, estaban entre quienes recibían pagos regulares por dejar operar al grupo, de acuerdo con Uribe. Esto incluía a los agentes migratorios en el lado mexicano.

Entre las familias de los desaparecidos, no hay mayores dudas de que existió un alto nivel de complicidad de los narcotraficantes con las autoridades.

Guadalupe Fernández es madre de un ingeniero desaparecido en 2009 en Monclova, al sur de Piedras Negras. Como miembro de la organización Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila, compareció ante una comisión de Naciones Unidas en Ginebra, sobre la situación de los derechos humanos en México.

“En la mayoría de casos que tenemos nosotros de desaparecidos en el estado de Coahuila, han seguido un patrón muy recurrente. Fueron detenidos por alguna policía, por policías de alguna corporación, y entregados a ese grupo delincuencial”, explicó a Univisión.

Uribe coincide con esa descripción. El testigo protegido aseguró que el primer filtro de Los Zetas en las ciudades era la misma policía. Cualquier extraño que se internara en su territorio en fechas en que ocurriría una entrega de droga podría ser detenido por los uniformados.

“Les llevarían directamente al jefe de esa plaza”, explicó.

Los acuerdos con el gobierno, se lee en el testimonio, incluían una patente de impunidad. Ante las denuncias de homicidios “se presentarían las quejas, pero no harían investigaciones”, declaró el exmiembro de Los Zetas.

El código de la organización incluía prohibiciones para robar en casas, violar mujeres o asesinar sin permiso. La traición se pagaba con desapariciones masivas que incluían familias enteras. Los sicarios, de acuerdo con el testimonio de un empresario local que era amigo y confidente de uno de ellos, recibían mensualmente 2,000 dólares, sin importar el número de personas a quienes quitaran la vida. Como ganancia extra tenían autorizado robar los menajes de las casas que intervenían para secuestrar a sus víctimas.

En Texas otros exmiembros de la organización, también convertidos en testigos protegidos del gobierno de Estados Unidos, han relatado con detalle los crímenes cometidos al amparo de esta amplia estructura. Los más escalofriantes se ventilaron en julio pasado, durante el juicio contra el sicario Marciano Millán, condenado entre otros homicidios por el asesinato a hachazos de una niña de seis años enfrente de sus padres.

El sicario era un asiduo feligrés de la iglesia de San Judas Tadeo, patrono de las causas imposibles, en la colonia Mundo Nuevo de Piedras Negras, según se lo comentó un amigo de Millán a Univisión Investiga.

Posiblemente en algunas de sus visitas a la iglesia debió ver, junto al altar, los improvisados cartelones que revelan los nombres de desaparecidos y que aún están allí. Al lado, los familiares han colocado otro con fotos de las víctimas.

Millán vivía a unas cuadras de la iglesia, en una casa modesta que comparte terreno con una pequeña tienda. El sicario fue detenido en otra residencia, igualmente humilde, en San Antonio, procesado y declarado culpable por los crímenes cometidos en México. Los periodistas que cubrieron el juicio afirman que Millán no se inmutó cuando uno de los testigos describió la manera como mató a la niña de seis años. El intérprete oficial del acusado no pudo contener las lágrimas, lo mismo que uno de los miembros del jurado.

El testigo fue Adolfo Tavira, un exempleado de Los Zetas en Piedras Negras. En su relato explicó cómo pudo sobrevivir a uno de los peores crímenes en los que participó Millán: la desaparición masiva de al menos 300 personas durante los meses de marzo y abril de 2011, en los municipios de Allende y Piedras Negras, separados por 35 millas con un paisaje colmado de polvo y tierra seca.


UNA MASACRE OLVIDADA

La madrugada del 19 de marzo de 2011, Tavira fue sacado de su casa por varios sicarios de Los Zetas, organización a la que también él pertenecía. Según su testimonio, entre los captores estaba David Loreto, alias Comandante Enano, el mismo jefe zeta que ordenó la desaparición de las 14 jóvenes que fueron invitadas a una fiesta y no volvieron.

Sin que mediara una explicación, Tavira fue esposado y llevado a un paraje en las afueras de Piedras Negras. Allí vio a personas de rodillas, incluidos niños. Los hermanos Omar y Miguel Treviño Morales, jefes máximos del cartel en ese momento, comandaban la operación.

Dos fuentes en Texas confiaron a Univisión que los Treviño habían sido informados por personal de la Procuraduría General de la República de México, de que tres de sus empleados en la región estaban pasando información al gobierno de Estados Unidos.

Los exsocios del cartel Alfonso Cuéllar, Héctor Moreno y José Luis Garza primero filtraron datos al Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). Más tarde se convirtieron en testigos protegidos. Los Zetas secuestraron a cada una de las personas que conocían, trabajaban, eran familiares o tenían alguno de estos tres apellidos.

Tavira había trabajado en algún momento para Cuéllar, pero logró salvarse gracias a la intervención de Raúl Hernández, alias el Z-100, quien era su jefe directo en ese momento y respondió por él ante los Treviño Morales, de acuerdo con su testimonio.

En su insólito relato de supervivencia Tavira añadió entre lágrimas cómo escuchó los disparos contra los secuestrados, cuando él ya se había salvado. Las víctimas habitaban o laboraban en enormes residencias en Piedras Negras y Allende, que fueron quemadas y saqueadas. Muchos fueron secuestrados en pleno día y ninguno ha regresado.

Entre quienes desaparecieron el día en que comenzó la operación, el 18 de marzo, está Rodolfo Sánchez, quien manejaba un camión de carga. Su hija Gabriela Sánchez, de 23 años, cuenta de memoria los años, meses y días en que su padre ha estado ausente, aunque se refiere a él como si estuviera vivo.

Ella asegura que fue una de los pocos habitantes de Allende que presenció cómo quemaban y destruían con maquinaria de construcción las casas. Los escombros de estas enormes residencias de estética narco continúan allí, como un recuerdo vivo del infierno.

“Yo iba ir pa’la escuela. Eran las seis, 6:20, 6:30 de la mañana cuando nosotros vimos, escuchamos la explosión y cuando di vuelta a ver, estaban las llamaradas”, relató.

La intervención de los Zetas comenzó un viernes en Piedras Negras y varias fincas en las afueras de Allende. El domingo por la noche, quemaron y asaltaron la casa de Víctor Garza, tío de uno de los exsocios, a menos de 20 pasos de la residencia de Sergio Lozano, entonces alcalde de la ciudad.

Cinco años después, Lozano continúa operando su negocio de venta de productos para el campo. No ha sido imputado por algún delito relacionado con la masacre. La procuraduría de Coahuila dijo a Univisión que aún se encuentra en calidad de testigo sujeto a investigación y no hay otras acciones legales en su contra.

“En este momento él está sujeto a investigación y seguimos nosotros con su colaboración y con la colaboración de algunas otras personas para poder llegar hasta las últimas consecuencias”, dijo el procurador.

Las autoridades estatales sostienen que solo 54 víctimas han sido confirmadas como desaparecidas en las tres semanas trágicas de 2011.

“Hay investigaciones abiertas. En ellas caben todo tipo de líneas de investigación”, aseguró el procurador Ramos. Como responsables, las autoridades han detenido a ocho miembros de Los Zetas y seis policías municipales.

La hija del chofer rompe a llorar apenas comienza la entrevista. En su recuerdo, la parte más difícil ha sido la impotencia. “Niños chiquitos, de un año, dos años, envueltos en llamas y uno sin poder hacer nada. Miraba las casas y no podías ayudar a nadie. En la casa de enfrente de los bomberos, la casa de frente de gente que podía hacer algo, no podías hacer nada, nada”, recordó.

Ana María Sandoval, cuyo hijo desapareció un año después de la masacre, luego de negarse a trabajar como vigilante para Los Zetas, apunta directamente a la complicidad oficial.

“Los policías andaban en lo mismo, ellos andaban haciendo eso. Participaban, simplemente checaban, cerraban las calles. Eso es participar. Y son cómplices, ¿o qué no?”, apuntó.

Durante tres años, fuera de Allende la desaparición era desconocida. El periodista Juan Alberto Cedillo, corresponsal en la región del semanario Proceso de México, fue el primer reportero de un medio nacional que viajó allí para conocer detalles del caso.


“Se pueden esconder uno o dos crímenes por un tiempo pero desaparecer 300 personas y que no se conozca eso habla del nivel de protección que tenían”, consideró en entrevista.

LA LAVANDERÍA TEXANA

Además de compartir los secretos de su complicidad, políticos y narcotraficantes de la zona fronteriza encontraron un campo común para invertir el dinero sucio de sus actividades: el vecino estado de Texas.

Allí abrieron cuentas bancarias, compraron mansiones, lotes, automóviles de lujo y caballos de carrera. No existe ninguna acusación contra bancos ni firmas inmobiliarias que se prestaron para mover los millones de dólares.

Los secretos de las operaciones han salido a flote en procesos de incautaciones y acusaciones criminales. La más conocida quizás es la que señala que José Treviño Morales, hermano de los líderes que comandaron la desaparición masiva en Allende, lavó al menos 60 millones de dólares del cartel en Texas mediante la comercialización de caballos de carreras.

Los Zetas utilizaron bancos con JP Morgan Chase, HSBC, Federal Capital Bank o UBS para guardar las ganancias, de acuerdo con documentos judiciales consultados por Univisión.

En una serie de investigaciones por lavado de dinero producto de la corrupción contra políticos de Coahuila y empresarios locales, las autoridades decomisaron en enero de este año propiedades en San Antonio, Texas, con valor de 24 millones de dólares. Las propiedades figuraban a nombre de testaferros de Javier Villarreal, quien fuera el principal encargado de las finanzas de Coahuila cuando Humberto Moreira era gobernador. Los decomisos de un edificio donde opera una farmacia, un edificio de bodegas y dos residencias estuvieron fincados en acusaciones de que los inmuebles se habían comprado con dinero robado del erario coahuilense, según los registros que revisó Univisión.

Sin mencionar su nombre, la acusación identificó a Moreira solo como co-conspirador 1, o CC1 pero la descripción de su cargo y la época en que ocurrieron los hechos no deja dudas de que se trata de él. Esta referencia se conoció en una causa penal contra Rolando González, empresario en Coahuila. Desde 2009 González es padrino de bautizo del hijo mayor de Uribe, el exempleado de Los Zetas, quien testifico que lavó 50 millones de dólares del cartel en Piedras Negras.

Uribe declaró directamente contra Moreira en julio pasado. En su testimonio, del que Univisión Investiga obtuvo una copia, el exmiembro del cartel indica haber pagado sobornos por unos 3.5 millones de dólares que iban dirigidos al entonces gobernador. En esta versión, los pagos se habrían realizado en dos entregas.


El primer traspaso habría sido de dos millones de dólares guardados en maletines, en el hotel Quinta Real de Saltillo, la capital de Coahuila. El intermediario era Vicente Chaires, director de administración estatal y uno de los colaboradores más cercanos a Moreira.

“La segunda fue hecha allí mismo en Saltillo, en una estación de gasolina”, declaró Uribe. En esta ocasión, el testigo aseguró haber estado acompañado de otros tres comandantes de Los Zetas.

“Nos dirigíamos hacia Puebla y paramos allí en esa estación de servicio para realizar el pago (…) El Cien y El Danny se quedaron allí hablando con Jesús Torres Charles”. El funcionario mencionado como recipiente era entonces procurador estatal y ha negado a la prensa la veracidad de los dichos de Uribe.

El testigo abundó que en la segunda entrega pagaron en efectivo, en bolsas selladas al vacío, “aproximadamente entre 1.5 y dos millones de dólares también”. Ante la pregunta del fiscal Russell D. Leachman de cuál fue el beneficio que obtuvieron Los Zetas a cambio de estos pagos, Uribe respondió:

“El control sobre las plazas de todo el estado de Coahuila”.

El exgobernador Moreira negó estos hechos en un comunicado y un mensaje enviado a Univisión Investiga. Aseveró que no conoce a Uribe, que sus dichos son “fantasiosos” y que cuando sucedió la masacre en Allende él ya no gobernaba el Estado.

Dos meses antes de la masacre de Allende, en efecto, Moreira había dejado el cargo para convertirse en presidente de su partido, el Revolucionario Institucional (PRI), cargo desde el que trabajó para la candidatura del actual presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.

Pero una revisión de los documentos judiciales refleja que Uribe expresamente aclaró que los pagos de sobornos ocurrieron durante su época como Gobernador.

“(Los pagos) eran para protección y cualquier acuerdo al que habían llegado era con Humberto Moreira, que en ese momento era el gobernador de Coahuila”, testificó.

Los negocios de Uribe en Piedras Negras, descritos en la acusación, también coinciden con el periodo de Humberto Moreira en el gobierno.

Moreira ha exigido a los medios que dejen de involucrarlo con el grupo criminal que asesinó en 2012 a su hijo mayor, José Eduardo Moreira. Las autoridades estatales de Coahuila, ya bajo el mando como gobernador de Rubén Moreira, hermano de Humberto, divulgaron que el asesinato del joven de 25 años fue una venganza de Los Zetas. Menos de 24 horas antes de la ejecución, un comando especial del gobierno de Coahuila había ultimado en una esquina de Piedras Negras a Alejandro Treviño, sobrino del Z-40. En la ciudad el grupo criminal colocó mantas con la consigna “familia por familia”, dirigidas a Rubén Moreira.


EL REINO DE LOS URIBE

Rodrigo Uribe era conocido en Piedras Negras como un joven jactancioso que llevaba una agitada vida social. Es hijo de un político. Una fuente cercana a la familia confió a Univisión Investiga que Uribe ingresó al cartel por medio de su hermano, Miguel Uribe, desaparecido en 2012 y quien tenía rango de comandante.

“Él [Miguel] manejaba lo que eran los cobros de cuotas, lo que era mercancía para la exportación hacia Estados Unidos y lo que era el control de Cinco Manantiales y Piedras Negras”, dijo bajo petición de anonimato un empresario de Piedras Negras que conoció las operaciones del cartel y a Miguel gracias a un amigo que trabajaba con Los Zetas.

Sobre su hermano, Rodrigo declaró en San Antonio que había sido asesinado.
“Él estaba a cargo de toda la coordinación de las drogas y secuestros. Prácticamente la misma función que un sicario”, dijo. La muerte de Miguel y su otro hermano, Mauricio, se debió a que un mando local de Los Zetas descubrió que Miguel había robado un dinero y lo había reinvertido en una casa de cambio.

“El jefe mandó a llamar a Miguel y al dueño de la casa de cambio, y nunca volvieron”, refirió una fuente cercana a la familia, quien pidió omitir su nombre.

Mauricio Uribe, el tercer hermano que también trabajó para Los Zetas, estaba encargado de “hacer conexiones con personas en la política”, refiere la declaración de Rodrigo.

La operación bajo el control de Miguel Uribe incluyó el manejo del penal de Piedras Negras, de acuerdo con el testimonio de su hermano en Texas y dos fuentes locales en Piedras Negras. La cárcel se convirtió bajo el mando de Uribe en un centro de operaciones de Los Zetas.

Entre 2008 y 2011, como han aceptado las autoridades estatales, el penal fue controlado por el grupo criminal. El empresario contó que allí “se utilizaba como el taller, prácticamente el taller de sus autos para blindaje (…) hacían un compartimiento entre la transmisión y el chasís para poder guardar lo que era droga”.

Agentes de la DEA se enteraron que también permitían la salida de reos. “Verificamos que el fin de semana si había un trabajo que hacerse afuera de la cárcel, un asesinato o algo así, dejaban que salieran unos tres o cuatro”, reveló el exagente entrevistado en Texas. “Después del trabajo regresaban a la cárcel”.

Rodrigo reveló en San Antonio que los acuerdos políticos de Los Zetas permitían a su hermano Miguel, quien estaba preso, usar la cárcel como si fuera prácticamente un hotel.

“Estaba libre para seguir con su día fuera de la cárcel y simplemente dormir en la cárcel”, añadió.

El penal de Piedras Negras, bajo el mando de su hermano, era “un lugar donde era muy fácil esconderse, robar cosas, hacer cosas allí”, de acuerdo con el testigo. La investigación oficial ha encontrado que en la época descrita en el juicio fueron asesinadas y calcinadas en esa cárcel al menos 150 personas, algunas de ellas, las víctimas de la masacre de Allende.


Entre los testigos que incriminaron a políticos locales, Efren Tavira aseguró haber tenido conocimiento de que le pagaron sobornos al actual gobernador del Estado, Rubén Moreira, en una camioneta atestada de maletas con billetes, cuando estaba en campaña.

“Tan inverosímiles son dichas versiones que notas publicadas en la red señalan que este testigo se encontraba detenido por autoridades norteamericanas durante el periodo en que él menciona que sucedieron los hechos”, afirma un comunicado de prensa de la gobernación. El comunicado agregó que, según lo que publicaron los medios, se trataba de apoyos para una campaña electoral entregados en el 2012, “cuando es de sobra conocido que la campaña a gobernador fue en el 2011”.

La hija de Juana Rodríguez, quien desapareció en la administración de Rubén Moreira, no ha vuelto a casa ni han tenido pistas de ella. Tampoco del hijo de Ana Sandoval, desaparecido en marzo de 2012, igualmente en la actual administración. El procurador estatal, Ramos, afirmó en entrevista con Univisión que por los 1,600 desaparecidos en Coahuila actualmente hay 24 funcionarios en la cárcel. Todos son policías. Entre los detenidos no hay mandos medios ni superiores de la administración actual, ni de las dos anteriores.

La masacre de Allende ha sido ya denunciada ante la Corte Penal Internacional de La Haya por Armando Guadiana, un empresario local. Un grupo de investigadores de El Colegio de México, una de las universidades con mayor prestigio en México, está desarrollando una pesquisa independiente por el caso.

El encargado de dicha investigación, Sergio Aguayo, actualmente enfrenta una demanda por daño moral de Humberto Moreira por haber escrito en una columna de opinión en el diario mexicano Reforma, que “Moreira es un político que desprende el hedor corrupto”.

En entrevista con Univisión, Aguayo sostuvo que la demanda fue presentada casi medio año después de la publicación de la columna, cuando comenzó a conocerse su investigación paralela.


“Pasan seis meses. No me parece lógico. Por tanto es que a raíz de eso yo digo, bueno, tiene que haber otra, otra, otra razón. ¿Cuál es la otra razón? ¿Qué he hecho en relación a su gobierno?”, afirmó.

FUENTE: SIN EMBARGO/UNIVISIÓN.
AUTOR: REDACCIÓN/PENILEY RAMÍREZ, GERARDO REYES.
LINK: http://www.sinembargo.mx/16-08-2016/3080906

lunes, 1 de agosto de 2016

La declaración del líder Zeta en EU no es la única contra Moreira, y debe investigarse, insiste el PAN

En días pasados, Humberto Moreira insistió que la PGR lo había exonerado por completo tras las investigaciones en su contra, y cuestionó que “se esté utilizando como ‘artículo de fe’ la declaración de un criminal cuyo mayor mérito parece ser haber participado en un talk show”.

El ex Gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, dijo en un comunicado que la Procuraduría General de la República (PGR) lo exoneró desde tiempos del entonces Presidente Felipe Calderon Hinojosa, pero el Senador del Partido Acción Nacional (PAN), Luis Fernando Salazar, aseguró que el también ex dirigente nacional del Revolucionario Institucional (PRI) miente.

En días pasados, senadores del PAN denunciaron a Moreira Valdés ante la PGR por distintos delitos, desde peculado hasta fraude, y demandaron al Gobierno federal emprender una investigación contra quien fuera dirigente nacional del partido del actual Presidente de la República, el PRI.

Moreira respondió con un argumento que ha utilizado en varias ocasiones: que el Gobierno de Calderón lo investigó, y no sólo no le encontró algo, sino que lo exoneró.

“La PGR ya ha realizado investigaciones sobre mi persona en tiempos del presidente Felipe Calderón y el resultado de tales pesquisas me ha exonerado por completo”, dijo el político de 50 años de edad en un comunicado difundido el pasado 28 de julio.

Moreira cuestionó que “se esté utilizando como ‘artículo de fe’ la declaración de un criminal cuyo mayor mérito parece ser haber participado en un talk show”.


“El responsable del centro de readaptación social de Piedras Negras [cuando se registró la matanza] era el general José Luis García Dorantes y la Subsecretaría de Readaptación Social que se decretó como organismo descentralizado. Cuando tuvieron lugar los lamentables hechos de Allende yo ya no era Gobernador”, reiteró.

Sin embargo, el Senador coahuilense dijo que hay una nueva evidencia que lo inculpa y que debe ser investigada.

“Es preciso señalar que una determinación del no ejercicio de la acción penal no impide la reapertura de un proceso o el inicio de uno nuevo, máxime cuando la investigación versa sobre diversos o nuevos hechos que pudieran ser constitutivos de delito”, refirió en un comunicado emitido este día.

El legislador panista explicó que la denuncia que su partido presentó tiene por objeto “requerir a las autoridades a quienes compete la investigación de los delitos en nuestro país, que cumplan con su deber de investigación penal ante la existencia de nuevos elementos y hechos, que han sido acreditados en juicios seguidos ante las autoridades de procuración de justicia de otro país”.

Luis Fernando Salazar aseguró que el testimonio Rodrigo Humberto Uribe Tapia, señalado como operador financiero del cártel de Los Zetas, no es la única declaración rendida ante Cortes Federales de Texas en la que se ha revelado la participación del ex Gobernador en diversos hechos en los que se advierte la comisión de varios delitos.


El panista consideró que la obligación de Moreira Valdés como titular del Poder Ejecutivo del estado “era ver y velar por la seguridad de todos los ciudadanos del estado, por ello, procede determinar su responsabilidad ante sus acciones u omisiones en el cumplimiento de las funciones que le correspondían”.



En entrevista con SinEmbargo el académico indicó hace unos días que solicitó ya al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas revisar la demanda para que “demuestre que me puede proteger frente a la intimidación de este tipo”.

El pasado 27 de julio, Humberto Moreira fue denunciado ante la PGR por los senadores del PAN por los delitos de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, cohecho, fraude, encubrimiento y peculado.

Antes, el ex líder del PRI demandó al investigador y articulista Sergio Aguayo por daño moral, reclamando una indemnización de 10 millones de pesos y una disculpa pública, pues Moreira Valdés dijo sentirse lesionado emocionalmente por un artículo en el que Aguayo lo señaló de “desprender el hedor corrupto”.

El texto fue publicado el 20 de enero en los diarios Reforma y El Siglo de Torreón tras la detención del ex Gobernador en España, donde fue investigado por lavado de dinero y vínculos con la delincuencia organizada. Una semana después, Moreira Valdés fue liberado por falta de pruebas y la fue archivada por la Audiencia Nacional de ese país.
“Moreira es un político que desprende el hedor corrupto; que en el mejor de los escenarios fue omiso ante terribles violaciones a los derechos humanos cometidos en Coahuila, y que, finalmente, es un abanderado de la renombrada impunidad mexicana”, escribió entonces Aguayo.

Ahora, Moreira reclama una indemnización de 10 millones de pesos al considerar que se vio afectado por las opiniones del articulista, quien “utilizando medios de comunicación impresos y electrónicos de difusión masiva, atentó en contra de mi honor, vida privada y mi propia imagen también lesionando mis sentimientos, afectos, creencias, decoro, reputación, así como la consideración que de mi persona tienen los demás”, indica la demanda.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/31-07-2016/3074274

jueves, 28 de julio de 2016

En manos de la PGR, esta denuncia contra Humberto Moreira

En EU ya lo investigan por lavado de dinero así como por una red de corrupción, señalan.

Un grupo de senadores del Partido Acción Nacional presentó ante la PGR una denuncia contra el ex gobernador de Coahuila y ex dirigente del PRI, Humberto Moreira.

De acuerdo con el documento en poder de Aristegui Noticias, los legisladores recordaron que la deuda del estado pasó de 323 millones de pesos en 2005 a 36 mil 675.8 millones de pesos en 2011.

En el apartado de “hechos”, señalaron que “autoridades del estado de Texas investigan por el delito de lavado de dinero” a Moreira.

Además de que se iniciaron diversos procesos en EU para investigar una red de corrupción que operó en Coahuila en el sexenio pasado.

Tras enlistar las diferentes indagatorias, piden a la PGR que “se dé inicio a la investigación correspondiente por los hechos que pudieran ser constitutivos de delito”. 


La denuncia íntegra:

DENUNCIA CONTRA MOREIRA by Aristegui Noticias on Scribd



FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://aristeguinoticias.com/2807/mexico/en-manos-de-la-pgr-esta-denuncia-contra-humberto-moreira-documento/

miércoles, 27 de julio de 2016

Senadores del PAN demandan en la PGR a Moreira por peculado, fraude y enriquecimiento ilícito

Los senadores del Partido Acción Nacional denunciaron hoy ante la PGR al ex Gobernador de Coahuila Humberto Moreira Valdés por lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, cohecho, fraude, encubrimiento y peculado. Esperan respuestas ante la inacción de la dependencia a cargo de Arely Gómez González.

El ex Gobernador de Coahuila y ex presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Humberto Moreira Valdés, fue denunciado hoy ante la Procuraduría General de la República (PGR) por los senadores y senadoras del Partido Acción  Nacional (PAN) por los delitos de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, cohecho, fraude, encubrimiento y peculado.

Esta mañana el Senador del PAN por Coahuila, Luis Fernando Salazar Fernández, acudió a las instalaciones de la dependencia que encabeza la Procuradora Arely Gómez González para pedirle que investigue a Humberto Moreira, como lo está haciendo Estados Unidos.
“Queremos pasar de la contemplación a la acción, por ello he presentado con  senadoras y senadores del PAN  una denuncia en contra de Humberto Moreira y contra quienes resulten responsables. Estamos pidiendo a la PGR que se investigue al ex Gobernador de Coahuila. Las autoridades de Estados Unidos llevan años investigando todo lo relacionado con el lavado de dinero, y lo que a nosotros nos resultó del Moreirato, la megadeuda. Han salido investigaciones sobre la red de corrupción  que operó en Coahuila para desfalcar al Estado y también han seguido juicios en los que se han condenado a diversos ex funcionarios y empresarios que han señalado su participación en estos hechos, junto con la participación del ex Gobernador.Estos  hechos no los ha tomado en cuenta la PGR, por eso creo que las autoridades de procuración de justicia siguen siendo cómplices y omisas al no investigar a quienes fueron los responsables de la megadeuda en Coahuila”, dijo el Senador en entrevista con SinEmbargo.
Luis Fernando Salazar añadió que en la denuncia se le solicita a la PGR investigar las declaraciones de uno de los operadores financieros de una organización criminal que involucra al ex Gobernador Moreira Valdés en una corte federal de Estados Unidos, como el destinatario de millones de dólares a cambio de protección.

“Presentamos esta denuncia para pedirle a las autoridades mexicanas que haga el trabajo que hace Estados Unidos. Sería lamentable que los coahuilenses tengan que esperar a que la justicia llegue a México por una instancia distinta, en este caso por la justicia de un país extranjero y que sean autoridades de otro país las que puedan terminar con la impunidad de la que ha gozado Humberto Moreira.  Es absurdo que mientras hay señalamientos importantes en contra de ex funcionarios que involucran al ex Gobernador y ex dirigente nacional del PRI, acá no ocurra nada”, indicó.
Humberto Moreira demandó a Sergio Aguayo por 10 millones de pesos
El Senador del PAN agregó que hoy la fracción del PAN en el Senado de la República subió un punto de acuerdo en la Comisión Permanente que exhorta al Ejecutivo a garantizar los derechos de periodistas e investigadores en su labor informativa.
“Los senadores del PAN presentamos este punto de acuerdo en relación a la demanda por daño moral presentada por el ex Gobernador de Coahuila en contra del periodista y académico Sergio Aguayo, porque lo hizo con la finalidad de intimidar y violentar la libertad de expresión. Hacemos un llamado al Ejecutivo para que se garantice la libertad de expresión e información de los cuidadnos. Que se adopten las medidas necesarias para evitar que el sistema de justicia se use para acosar la labor informativa y de investigación”, dijo.
El punto de acuerdo incluye que se ponga en marcha el Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas en el caso de Sergio Aguayo, para garantizar su integridad física.

En entrevista con SinEmbargo el académico indicó hace unos días que solicitó ya al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas revisar la demanda para que “demuestre que me puede proteger frente a la intimidación de este tipo”.
“Yo establecí como una primera hipótesis de trabajo que podía ser por la investigación que estoy conduciendo desde El Colegio de México con la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) sobre la matanza de Allende en 2010 y 2011. Estoy a la espera de una conversación con el Gobernador de Coahuila [Rubén Moreira] para hoy por la tarde o mañana más temprano. Cuando hable con el Gobernador podré decir si esa hipótesis es correcta o no”, dijo.

Humberto Moreira demandó al investigador y articulista Sergio Aguayo por daño moral, reclamando una indemnización de 10 millones de pesos y una disculpa pública.

La demanda fue presentada el pasado 28 de junio y aceptada el día 30 en el Juzgado 15 de lo Civil del Tribunal Superior de Justicia capitalino (TSJDF), luego de que el también ex líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) dijo sentirse lesionado emocionalmente por un artículo en el que Aguayo dijo que Moreira “desprende el hedor corrupto”.

El texto fue publicado el 20 de enero en los diarios Reforma y El Siglo de Torreón tras la detención del ex Gobernador en España, donde fue investigado por lavado de dinero y vínculos con la delincuencia organizada. Una semana después, Moreira Valdés fue liberado por falta de pruebas y la fue archivada por la Audiencia Nacional de ese país.
“Moreira es un político que desprende el hedor corrupto; que en el mejor de los escenarios fue omiso ante terribles violaciones a los derechos humanos cometidos en Coahuila, y que, finalmente, es un abanderado de la renombrada impunidad mexicana”, escribió entonces Aguayo.

Ahora, Moreira reclama una indemnización de 10 millones de pesos al considerar que se vio afectado por las opiniones del articulista, quien “utilizando medios de comunicación impresos y electrónicos de difusión masiva, atentó en contra de mi honor, vida privada y mi propia imagen también lesionando mis sentimientos, afectos, creencias, decoro, reputación, así como la consideración que de mi persona tienen los demás”, indica la demanda.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SHAILA ROSAGEL.
LINK: http://www.sinembargo.mx/27-07-2016/3072352

lunes, 25 de julio de 2016

Los Zetas tuvieron contratos públicos para renovar escuelas de Coahuila, dice prensa de Texas

Durante la administración de Humberto Moreira Valdés el crimen organizado llegó a operar a sus anchas en Coahuila, tanto que ese cártel estuvo involucrado en minería de carbón y tuvieron contratos gubernamentales para pintar y renovar escuelas y construir carreteras, destacó una publicación del diario San Antonio Express News, al resumir el juicio contra Marciano Millán, quien fuera líder criminal en Piedras Negras. El diario establece que propiedades de ex funcionarios de Coahuila en Texas y cuentas bancarias estarían ligadas a sobornos dirigidos al ex Gobernador a cambio de libertad para asesinar, traficar drogas, e incluso usar vehículos oficiales como helicópteros para escapar de la Marina.

El crimen organizado llegó a operar a sus anchas en Coahuila, tanto que “Los Zetas estuvieron involucrados en minería de carbón y tuvieron contratos gubernamentales para pintar y renovar escuelas y construir carreteras”, destacó el diario San Antonio Express News, al resumir el juicio contra Marciano Millán, quien fuera líder criminal en Piedras Negras, Coahuila, durante la pasada administración, la de Humberto Moreira Valdés.

El diario detalló que propiedades de ex funcionarios de Coahuila en Texas y cuentas bancarias estarían ligadas a sobornos dirigidos al ex Gobernador Humberto Moreira a cambio de libertad para asesinar, traficar drogas, e incluso usar vehículos oficiales como helicópteros para escapar de la Marina.
“Una vez que lavaban el dinero a través de operaciones financieras que aparentaban ser legítimas, los líderes Zetas evadían el pago de impuestos”, señaló el texto del periódico estadounidense.
“Los Zetas evadieron arrestos sobornando a la Policía Municipal. 
Evadieron impuestos sobornando oficiales de Hacienda. Obtuvieron contratos del Gobierno para sus empresas constructoras y el permiso de usar el penal de Piedras Negras como otra casa de seguridad, incluso usaron helicópteros estatales para escapar de las persecuciones de los Marinos, todo esto sobornando a altos funcionarios en Coahuila”, dijeron con base al testimonio de Rodrigo Humberto Uribe Tapia, presunto operador financiero del grupo criminal que declaró en el juicio.

De acuerdo con la publicación, por primera vez un testigo federal conectó públicamente a Los Zetas con el ex Gobernador de Coahuila, cuyo nombre está en una investigación vigente por presunto lavado de dinero en Estados Unidos.

El pasado martes, Marciano Millán Vázquez fue declarado culpable de los 10 cargos que se le imputaban en Estados Unidos, entre ellos diferentes homicidios y tráfico de drogas. Si bien los delitos fueron cometidos en Coahuila, se pueden castigar en Estados Unidos si están relacionados con el tráfico de droga hacia aquel país.


El diario mencionó que Los Zetas poseían uno de los mayores desarrollos comerciales en Piedras Negras.

Humberto Moreira Valdés, que gobernó el estado fronterizo de México desde 2005 hasta 2011, ha negado las acusaciones, pero sus oponentes políticos en México han utilizado el testimonio de San Antonio a intensificar su crítica de él y la administración actual del estado.

El juicio en Estados Unidos reveló el funcionamiento interno de Los Zetas y arrojó dudas sobre una versión de los hechos ofrecida por los fiscales del Estado de Coahuila de lo que ocurrió durante el régimen del cártel en Piedras Negras.

Jacobo Dayán, un consultor profesor y los derechos humanos, miembro de la organización Violencia y Paz , dijo a San Antonio Express, que el Gobierno mexicano ha puesto trabas a los activistas de derechos humanos tratando de averiguar acerca de matanzas de cártel y los obliga a depender de la información que se escurre en medios de comunicación y en los tribunales de Estados Unidos.
“Creo que no podemos entender la violencia en la parte norte de México sin la información que proviene de los estados, ya que en México, el Gobierno no está haciendo nada”, dijo Dayán.”Todo es culpa de la impunidad en México”.

En el caso de la Masacre de Allende, dijo que luego de que periodistas entrevistaron a las víctimas las autoridades comenzaron a pintar un cuadro de lo sucedido.

“En fecha tan reciente como la semana pasada, el estado de Coahuila,dijo en un comunicado de prensa que sólo 27 personas murieron, pero los testigos certificaron que estaba en los cientos en todo el estado”, dijo.

El diario mencionó que un reportero y un fotógrafo de San Antonio Express visitaron Allende en 2015. En esa ocasión, mencionó, las viviendas dañadas en la matanza todavía permanecían abandonadas. La fachada de un edificio y una pared de una escuela primaria habían sido destruidas.

Ariana García, un activista de los derechos humanos y abogada que trabaja con las familias en Piedras Negras, confirmó que la investigación llevada a cabo por las autoridades del estado de Coahuila no fue objetiva.

“Es decir que omiten parte de la verdadera historia de lo que ocurrió no sólo en Allende, en Piedras Negras y toda la región”, dijo al diario.


“Causa dolor, y muchos de ellos quieren saber la verdad, porque dicen que preferirían saber lo que pasó, y donde los restos de sus miembros de la familia que continuar creyendo las autoridades de México va a hacer algo por ellos”, añadió.



FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/25-07-2016/3071519

viernes, 22 de julio de 2016

Las familias de Allende llevarán a los Moreira a la corte de La Haya

La organización Familias Unidas, que agrupa a familiares de víctimas de desaparición en Coahuila, prepara una denuncia ante la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de lesa humanidad en Coahuila. La abogada de la asociación, Ariana Denise García Bosque, detalló que la demanda es en contra de los perpetradores, pero también de los funcionarios públicos que tienen responsabilidad por omisión, como son los hermanos Humberto y Rubén Moreira. Recientemente, Sergio Aguayo,  académico del Colegio de México, fue demandado por el ex Gobernador Humberto Moreira por difamación. Por su parte, el también articulista sostuvo que el trasfondo es precisamente una investigación que realiza sobre lo sucedido en Allende.

El ex Gobernador de Coahuila Humberto Moreira Valdés enfrenta nuevas acusaciones por la masacre de Allende. La documentación sobre las desapariciones forzadas llevadas a cabo durante su gestión y la de su hermano Rubén Moreira Valdez será llevada ante la Corte Penal Internacional (CPI) antes de que acabe el año por Familias Unidas, una asociación que agrupa a familiares de las víctimas.

Ariana Denise García Bosque, representante legal de la Asociación, detalló que los testimonios de un juicio en Texas se sumarán a la documentación de la asociación en la denuncia internacional.

“Podríamos hablar de un hecho aislado, en donde no necesariamente una persona de la función pública tuviera la obligación de ver lo que está sucediendo, pero hablando de estos hechos tan terribles como los de Allende o la denuncia que se hizo ante el Estado con la Comisión de Derechos Humanos diciendo la ilegalidad del GATE [Grupo de Armas y Tácticas Especiales] podríamos aventurarnos y decir que sí se podría deducir una responsabilidad”, dijo la activista.

En días pasados, Rodrigo Humberto Uribe Tapia, un ex miembro del cártel de Los Zetas, acusó que altos funcionarios de la administración del Gobernador Humberto Moreira recibieron dinero del cártel a cambio de operar con libertad.

Las declaraciones fueron presentadas durante un juicio en Texas en contra del supuesto líder Zeta Marciano Millan Vázquez. Los pagos se hicieron a través de Vicente Chaires Yañez, asistente personal de Moreira, y de Jesús Torres Charles, ex Procurador estatal, según la declaración del testigo difundida por el diario estadounidense San Antonio Express News.

Sobre Allende, familias de las víctimas y organización han acusado que fueron Los Zetas, ayudados por la omisión de las fuerzas de seguridad pública local, quienes perpetraron en los municipios de Allende y Piedras Negras la masacre y desaparición de hasta 300 personas. A la fecha sólo han sido reconocidas 28 desapariciones y 11 asesinatos, por parte de las autoridades.

La denuncia en la que trabaja García Bosque desde hace tres años no será la primera que se presente por el caso Allende ante la CPI. Esta semana el aspirante a Gobernador, Armando Guadiana Tijerina, presentó una demanda por delitos de lesa humanidad ante la Corte de La Haya.
“Habría que ver si la Corte decide hacer una acumulación en determinado momento y tomar las dos vertientes”, dijo García.

La mayoría de desapariciones en Coahuila fueron realizadas en grupo, detalló Blanca Martínez Bustos, integrante de la organización Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos, hace un mes y durante la presentación del informe “Atrocidades innegables” de Open Society. Para muestra un botón, dijo, pues el Centro Juan de Larios registró entre el 2007 y el 2015 un total de 494 personas desaparecidas, agrupadas en 164 casos.

En entrevista con SinEmbargo, García Bosque explicó por qué se puede decir que los Gobiernos de los hermanos Moreira cometieron desapariciones forzadas:

—¿Cómo están documentando la información de desapariciones forzadas?

—Tenemos tres años trabajando. Sabemos de antemano que presentar una denuncia de esa naturaleza en la CPI no se trata sólo de ir a decir que está pasando algo. Al día de hoy tiene más sustento lo que estamos trabajando, porque es de todos sabido que en Estados Unidos hay un juicio, en contra de una persona que tiene presuntos vínculos con la delincuencia organizada. Ya se recopiló la totalidad de los documentos que se necesitaban, de los testimonios y ahorita estamos trabajando para presentar todo esto ante la CPI.

—¿Qué testimonios incorporan y qué relación tendrá el juicio con la denuncia?


—Tenemos lo vertido y que es público, a través de diferentes publicaciones como el San Antonio Express News. Y, obviamente, los archivos que se convierten en públicos del juicio. Tenemos testimonios donde aparecen nombres que son de personas que nosotros registramos como desaparecidas. Es por eso que se vincularía este testimonio con lo que ha acontecido en el estado. Además, tenemos casos desde el 2007, pese a que la asociación empezó a trabajar en el 2013. Se han acercado a nosotros personas que tenían temor de denunciar la desaparición, a raíz del reproche de la propia autoridad, de hacerlos desistir, con la consigna de que si denunciaban podía suceder algo peor.

—¿Tienen ustedes registrado algún indicio de ocultamiento u alteración de los casos de desapariciones por parte de las autoridades estatales?
—Han sido dos ocasiones en las que el estado ha manejado teorías de lo que supuestamente aconteció en Allende. La primera de ellas fue en el 2014 con un hallazgo de hasta 4 mil fragmentos de osamentas, de acuerdo con la versión del Procurador. Públicamente dijeron que estos fragmentos eran imposibles de cotejar con el ADN de sus familias. No pasaron ni 15 días, cuando ya teníamos publicaciones en las que les estaban entregando los restos a las familias. Pero más allá de eso, el Gobernador del estado [Humberto Moreira] en una entrevista pública reconoció que no eran restos sino que se les había entregado tierra del lugar de los hechos, e hicieron una justificación de que esto había sido una entrega simbólica a petición de las familias. Lo que preguntamos fue que si esto era una entrega simbólica por qué también se han estado entregando actas de defunción.

—¿De cuántos actas estaríamos hablando?

—Se hace presumible, por información de quien aquel entonces era Subprocurador en el área de no localizados, de que se trataba de 11 casos.

—¿Y cuántos testimonios integrarán la denuncia que presentarán ante la CPI?

—No podríamos dar una cifra en cuanto a los testimonios, porque de un solo caso podrían desprenderse varios testimonios. Aquí el punto es que hablamos de dos etapas en las que se han perpetrado desapariciones en el estado. Una es el desafortunado caso de Allende en donde se empiezan a perpetrar desapariciones desde el 2009, aunque no es sino hasta el 2012 cuando se habla del terror que implementaron estos grupos criminales. Y a partir del 2013, tenemos otro tipo de desapariciones, documentadas por nosotros como desaparición forzada y que fueron perpetradas por el Grupo de Armas y Tácticas Especiales [GATE] del Gobierno del Estado, que ahora se denomina Fuerza Coahuila.

—¿Cómo operaba el GATE?


—El detalle es que realizaron detenciones arbitrarias, después de eso mantenían oculta a la persona. Los testimonios que se desprenden aseveran que privaban de la libertad a una persona. La familias salían a las instituciones a buscarlos, para ver si se encontraban detenidos en alguna celda, y encontraban una negativa. A veces pasaban hasta tres o cuatro días para que las familias pudieran tener conocimiento de dónde estaban. A esto se le llama desaparición forzada, porque es una desaparición, seguida por el ocultamiento de una persona, y sus perpetradores fueron directamente una corporación policial. Tenemos 15 personas aún no localizadas [15 de 85 casos de desaparición forzada].

—¿Qué sucedió con los que sí aparecieron?

—Las demás, al se encontrados, tenemos testimonios vivos de que fueron objetos de tortura por parte de esa corporación. Esta corporación llamada GATE no tenía sustento legal cuando comenzó a operar. Se habla de su creación desde el 2009, y para el 2015 esta corporación no había sido reconocida dentro de un marco jurídico. Que omite la ley orgánica de la Comisión estatal de Seguridad, porque no existía. Posterior a ello, pues hacen un cambio de denominación llamarle a esa corporación Fuerza Coahuila.

—Tanto las presuntas desapariciones cometidas por la GATE, como las de Allende se cometieron durante el Gobierno de Humberto Moreira y del actual Gobernador Rubén Moreira. ¿La denuncia tendrá alguna implicación para ellos?
—Obviamente, aquí hablamos de una participación de los perpetradores. Pero también hablamos que de acuerdo a la Ley Orgánica de la Administración Pública del estado, todos los funcionarios superiores: es decir, Gobernador, Secretario de Gobierno, Procurador y Comisionado de Seguridad, todos tienen responsabilidad por omisión. Ellos estaban obligados por ver y velar por la seguridad de todos los ciudadanos del estado. Resulta a veces imposible de creer que estas personas no se dieron cuenta jamás de lo que estaba sucediendo. Entonces, cabría una posibilidad de responsabilidad para los funcionarios. Ya en su momento cada instancia tendría que advertir si sí o no, de acuerdo a las obligaciones de cada funcionario. Y ver si tenía la obligación o el deber de saber lo que estaba sucediendo.

—¿Cómo influirá la denuncia ya presentada por un aspirante a Gobernador Armando Guadiana a la que ustedes pueda presentar?

—Supongo que es un proceso muy aparte. Desconozco exactamente los rubros que están manejando en esa denuncia. Nosotros estamos hablando de crímenes de lesa humanidad. Los más evidentes son homicidio, tortura y desaparición forzada. Existe la participación de un ente del Estado, concretamente, de los directivos del centro penitenciario. Esto va documentado en la denuncia por los manejos que han hecho el estado. Tomando en cuenta la pura declaración del estado en cuanto este supuesto error de que se introdujeron personas al centro penitenciario y que ahí fueron calcinadas. Se habla de un número de hasta 150 personas. Habría que ver si la Corte decide hacer una acumulación en determinado momento y tomar las dos vertientes.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: JUAN LUIS GARCÍA HERNÁNDEZ.
LINK: http://www.sinembargo.mx/19-07-2016/3069074

Los Moreira someten con dinero y amenazas, dicen activistas y periodistas

El que Humberto Moreira Valdés, ex Gobernador de Coahuila, haya demandado por “daño moral” a Roxana Romero, reportera del diario Vanguardia, y después a Sergio Aguayo, investigador de El Colegio de México, no es coincidencia, dicen comunicadores. Se trata de mandar un aviso: “Si eres crítico, te espera una represalia”. Eso dicen los activistas y periodistas coahuilenses consultados por SinEmbargo. Su intención, añaden, es acallar las voces del puñado que sigue en pie y con dignidad. Algo así decía ayer Lorenzo Meyer durante el evento en el que Carmen Aristegui anunció que fue demandada por MVS: lo que quieren los hombres del poder en México, decía el investigador, es mantener en un mundo de impunidad que los rodea de privilegios… 

Desde el reportero local, hasta el columnista nacional, con amplia trayectoria y prestigio –como Sergio Aguayo Quezada– pueden correr la misma suerte en Coahuila: una demanda por daño moral que implica citas, abogados, dinero, aunque no necesariamente cárcel, para complicarle la vida a las voces críticas contra los hermanos Moreira, una dinastía que cumple casi 11 años en el poder desde la llegada de Humberto a la Gubernatura en 2005, esto sin contar que el ex Gobernador ocupó la Alcaldía de Saltillo en 2002 y desde ahí tramó su red de complicidades, coincidieron activistas y periodistas coahuilenses.
“Es posible que esa demanda busque torpedear la posible apertura de expedientes que nos prometió a El Colegio de México el Gobierno de Coahuila, no nos han abierto los expedientes. Esa una situación peculiar; la CEAV [Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas] es una institución de Estado y está pidiendo a la CNDH [Comisión Nacional de Derechos Humanos] , PGR [Procuraduría General de la República], Gobierno de Tamaulipas, de Coahuila. Estamos teniendo acceso a algunos expedientes. Si le puedo decir que la CNDH ha tenido gran apertura, pero hemos firmado un convenio de confidencialidad de no poder mostrar ni comentar estos documentos hasta que termine la investigación, pero sí es indispensable que nos den acceso en Coahuila, eso hablaré con el Gobernador”, dijo el propio Aguayo Quezada en entrevista a este diario digital hace unos días.

El investigador indicó en ese momento que su primera hipótesis para explicar la demanda del ex Gobernador en su contra por daño moral y por 10 millones de pesos, es que dirige una investigación sobre los 300 desaparecidos de Allende.

Como Aguayo, la reportera Roxana Romero y el diario Vanguardia enfrentan una demanda por daño moral por publicar una investigación en torno a una pensión de 37 mil 128 pesos mensuales por su labor como profesor de secundaria en el pasado. De acuerdo con el texto de la periodista Roxana Romero, publicado el 18 de febrero de este año, el también ex presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) obtuvo de manera irregular ese pago al no cumplir con los periodos requeridos.
“Este sistema se presta para que el señor se dé por agraviado y empiece a demandar y a querer intimidar a quienes haciendo uso de su libertad de expresión lo cuestionan, escuchan y hacen que se escuche la voz y el sentir de miles de coahuilenses que se sienten desesperados por lo que pasó en Coahuila y donde la autoridad no hizo nada. Esta actitud bravucona de querer intimidar a quienes lo cuestionan no debe continuar más. El que debe rendir cuentas es él, no Sergio Aguayo, nadie más, es justamente él quien nos tiene que rendir cuentas. Él dejó hipotecado el futuro de los coahuilenses, con él hubo inseguridad, con él arrastramos una deuda que nos hace tener los impuestos más caros. Todas estas explicaciones nos las tiene que dar él, decirnos qué pasó y para eso las autoridades mexicanas tienen que colaborar y dejar de voltear a otro lado. Que no sean omisos y cómplices de lo que es evidente en Coahuila y que todos sentimos”, dijo en entrevista con SinEmbargo el Senador por el Partido Acción Nacional (PAN) de Coahuila Luis Fernando Salazar Fernández,  sobre la demanda de Moreira en contra del investigador de El Colegio de México.

ENTRE EL CRIMEN ORGANIZADO Y LOS POLÍTICOS

Fuentes consultadas por este medio digital, y que pidieron no ser citadas –por el temor a los Moreira y al crimen organizado– aseguran que la persecución a la prensa que no se alinea en la entidad, va más allá de la amenazas verbales.

Hay periodistas que han sido “levantados” por escribir el nombre de un criminal en una nota o tomar una fotografía incómoda, afirman.

De acuerdo con la organización Artículo 19 en lo que va de la administración del priista Enrique Peña Nieto se han registrado 1, 142 agresiones contra periodistas.

“El incremento en las incidencias actúa en contra del ejercicio de la libertad de expresión y expone el nivel democrático de nuestro país”, dice el reporte México: Sin prensa no hay democracia.

En ese documento la organización recoge el testimonio de una reportera de Coahuila acosada sexualmente y amenazada de muerte como consecuencia de su labor periodística.
“La periodista Gloria Ruiz García, de Ciudad Acuña, Coahuila, acosada sexualmente y amenazada de muerte, autoridades federales y estatales intentaron desechar el caso al decir que no se consumó el delito, además buscaron una conciliación con el agresor, el líder de una organización política de la entidad”, dice el informe.

El caso de la reportera de Ciudad Acuña se suma no sólo a otras agresiones sino a los casos de comunicadores que han sido asesinados, como es el de Valentín Valdés Espinosa, reportero del diario Zócalo de Saltillo, “levantado” en enero de 2010, torturado y asesinado, en cuyo cadáver se dejó un mensaje: “Esto va a pasarle a los que no entiendan, el mensaje es para todos”.

El caso de Rodolfo Ochoa Moreno, de Grupo Multimedios Laguna, asesinado en 2011 a balazos cuando fue atacado por un comando en su lugar de trabajo.

El de Daniel Alejandro Martínez Bazaldúa fue quizás el caso más sangriento. El 24 de abril de 2013 su cuerpo fue encontrado desmembrado en una calle de Saltillo. Era fotorreportero de sociales del diario Vanguardia. Tenía apenas unas semanas en ese puesto. Su muerte también se la adjudicó el crimen organizado.

El cartelón que dejaron sobre el cuerpo del joven fue interpretado por las autoridades del estado como una venganza, porque eran “desertores” de una banda criminal.
“Como en todos los asesinatos, VANGUARDIA exige a las autoridades militares, federales, estatales y municipales, una investigación a fondo. De la misma, se deberá desprender si estos crímenes están vinculados con el ejercicio periodístico.Nos parece triste y alarmante que Coahuila se convierta en un Estado en el que la autoridad condene a personas asesinadas, convirtiéndolas en delincuentes, sin que para esto ofrezca el mínimo de pruebas o argumentos, como ocurrió anoche”, publicó el medio al día siguiente.

Estos crímenes, de acuerdo con fuentes locales, sembraron el terror entre los periodistas de la región quienes, aseguran, en la administración de Rubén Moreira padecieron la mayor persecución por su labor informativa por parte del crimen organizado y no por los servidores públicos, como ocurre en otras entidades.

Javier Garza, ex director de El Siglo de Torreón, expone que en Coahuila las principales agresiones a la prensa, en un primer momento, se dieron por parte del crimen organizado.
“De las que me tocaron nunca hubo una investigación. Por ejemplo, cuando balacearon el edificio de El Sol de Coahuila. Desde hace tres años no ha habido un ataque o intento de intimidación por parte de algún grupo criminal en la Comarca Lagunera. En otras partes del estado sí hay un clima de amenazas o de intimidación”, comenta.

Pero que esos ataques no se dieran desde el Gobierno local no significó que no existiera una estrategia para cooptar a los medios de comunicación, afirman. De hecho, hoy en día, todos los medios tienen algún compromiso afirma una de las fuentes consultadas: “Tienen amarrada a la Universidad, a los empresarios, a los periódicos, radios y televisoras”, dice un comunicador de Saltillo.

Los medios funcionan en Coahuila para perseguir a través de campañas de desprestigio a los adversarios políticos de los hermanos Moreira, sea quien sea, afirma.


EL CASO VANGUARDIA

Desde el 3 de mayo de este año, el diario Vanguardia ha sido blanco de agresiones directas e intimidaciones, además de una demanda del ex Gobernador Humberto Moreira Valdés que incluye a la reportera Roxana Romero, por supuesto daño moral, tras la publicación de una nota sobre la autorización de la pensión del priista por su labor como maestro en la entidad.

“Desde hace unas semanas, Vanguardia y sus periodistas están sufriendo una serie de actos de difamación, espionaje, acoso, vigilancia, intimidación y un ataque cibernético por motivos desconocidos”, denunció el diario en mayo.

La periodista Roxana Romero fue objeto de actos de intimidación, denunció Artículo 19. Dos sujetos siguieron el taxi donde ella se trasladó de la redacción a su casa. Dado que la unidad pasó al menos dos veces más frente al domicilio, Romero y su familia dejaron su hogar durante algunos días.

La reportera cubre temas de educación y notas comunitarias y humanas. No maneja información de seguridad pública desde hace más de un año.

El pasado 27 de enero, diversas páginas web fueron creadas para difamar, insultar e intimidar a miembros de Vanguardia; también se sumaron a esos ataques otros periodistas y comunicadores de Coahuila. Asimismo, el 25 de abril, los servidores del medio fueron atacados desde un DDoS desde Puebla, Coahuila y Nuevo León, pero el equipo técnico logró bloquear el ataque cibernético.

En mayo, alrededor de 30 elementos de Fuerza Coahuila, el grupo de seguridad estatal desalojó de su casa con exceso de violencia a Armando Castilla Galindo, director del diario, y quien fue despojado de sus pertenencias durante la madrugada.
“No podemos ignorar que este presunto acto judicial coincide con las denuncias que hemos realizado en los últimos días para dar a conocer actos de ‘vigilancia’ e intimidación que han sufrido miembros desde nuestro personal y nuestro Director”, planteó el periódico.

Ante estos hechos, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) solicitó medidas cautelares al Secretario General de Gobierno del Estado de Coahuila, Víctor Manuel Zamora Rodríguez, “con objeto de evitar que se ponga en riesgo la integridad personal y la seguridad física del personal del diario Vanguardia”.

Artículo 19 exigió al Gobierno de Coahuila, encabezado por Rubén Moreira Valdez, se apegue al Estado de Derecho en el seguimiento del proceso judicial iniciado por daño moral y omita el desarrollo de prácticas desproporcionadas y arbitrarias para amedrentar a los integrantes de Vanguardia.

El Comité para la Protección de los Periodistas mostró su preocupación por la agresión al director del diario Armando Castilla.
“El CPJ está seriamente preocupado por el allanamiento en la casa del director de Vanguardia y las denuncias de intimidación efectuadas por el periódico”, afirmó.
Ricardo Mendoza, director del periódico, dice que con Humberto Moreira se fortaleció el crimen organizado en el estado. Y ellos, los criminales, controlaron las líneas editoriales de Coahuila.
“En el caso de Humberto, son ataques directos a Vanguardia preferimos ajustar la línea editorial, debido a que no existía quien –ni el Gobierno local ni el Gobierno federal, ni ONGs– nos pudiera garantizar la seguridad”, afirma en entrevista con SinEmbargo.

Cuando Humberto Moreira dejó el poder, los periodistas empezaron a tener un “respiro”, pues los ataques de los criminales cesaron, relata el directivo. Sin embargo vino la embestida en contra del dueño del diario por parte del ex Gobernador con las demandas por daño moral.
“Cada quien tendrá sus lecturas. No te puedo decir, en el caso de Humberto Moreira, que el señor está ejerciendo su derecho ante una defensoría jurídica, lo único que hago es una relatoría de hechos. Muchas organizaciones lo que comentaban es que este tipo de acciones son de cierta forma intimidatorias para el ejercicio periodístico. Mientras no se determine si Moreira tiene razón o no en su querella sería desafortunado que nosotros –como parte acusada– definiéramos esta situación. Detrás de todo esto está la intimidación, el ataque a nuestra compañera”, dice. También lo es, añade, el despliegue de fuerzas policiacas para el desalojo de la casa de Armando Castilla.

EL ESCÁNDALO DE LA COMPRA DE RADIODIFUSORAS

En enero de 2009, Humberto Moreira Valdés voló en un jet privado con su esposa, guardaespaldas y su entonces Secretario de Finanzas, Héctor Villarreal Hernández, hacia la ciudad de San Antonio, Texas. La visita era para encontrarse con su hija, quien vivía en esa ciudad, pero además para discutir una estrategia relacionada con el PRI.

El grupo de mexicanos connotados iba con un tercer plan: encontrarse con Rolando González Treviño y su hermano para comprar una cadena de estaciones de radio con dinero que habían robado de las arcas del Gobierno de Coahuila.

Así empezó su relato el 1 de julio de 2015 el periódico San Antonio Express-News. De acuerdo con los periodistas Jason Buch y Guillermo Contreras, el empresario coahuilense decidió entregar información sobre las transacciones que realizó con Moreira.
“La petición de culpabilidad de González no menciona el nombre del ex Gobernador, de su ex tesorero o del hermano, a quienes los fiscales señalan de haber llevado a Moreira al poder. Pero fuentes cercanas a la investigación dijeron al San Antonio Express-News que el ex Gobernador mencionado es Humberto Moreira, quien dirigió Coahuila de 2005 a 2011, cuando renunció para irse a dirigir el PRI”, publicó el diario.

En respuesta, Humberto Moreira Valdés negó la acusaciones horas después por medio de una carta : “No ha existido ni existe acusación formal del Gobierno de Estados Unidos en mi contra por delito alguno”.

El ex líder del PRI nacional afirmó en la misiva que sólo existen declaraciones “de reos que dirían cualquier cosa con tal de obtener su libertad o algún beneficio en su condena”.

Pero el diario texano, que exhibe cómo San Antonio se ha vuelto un paraíso para el dinero sucio de los políticos –casi todos del PRI–, ofreció detalles de la reunión entre Moreira y González en la que supuestamente se decidió lavar dinero robado del erario de Coahuila. El empresario dueño del Corporativo Núcleo Radio Televisión, dice la información, se sentó con Humberto Moreira en una mesa de un club privado. En algún momento, Moreira llamó a su tesorero y le dio instrucciones sobre cómo hacer los pagos.

El dinero fue enviado vía electrónica a Estados Unidos desde una compañía llamada Construcciones Chavana, que el ex Gobernador “usó para mover fondos tanto de México como internacionales hacia los Estados Unidos”, de acuerdo con los documentos de la investigación.

Los fiscales dicen que ese dinero fue robado a los coahuilenses.
“Se estima que los fondos robados al estado de Coahuila por Moreira son aproximadamente cientos de millones de dólares”, dice la investigación publicada por el diario.

El San Antonio Express News reveló que, de acuerdo con un documento de la Corte federal de Estados Unidos, Humberto Moreira Valdés, sí estuvo implicado en la operación para utilizar dinero del erario para comprar estaciones de radio al sur de la frontera para después lavar esos recursos en Texas.

“El documento no menciona al funcionario, sino que simplemente dice que es un ex Gobernador que comenzó a robar dinero del estado [de Coahuila] en 2006”, publicó.

Y agregó: “El funcionario es referido como co-conspirador 1 o CC1, en el documento, un acuerdo de culpabilidad de Rolando González Treviño, un magnate de los medios de comunicación mexicanos que admitió la venta de las participaciones de los medios a funcionarios de Coahuila”.

El medio explicó que el “Co-conspirador 1”, era un funcionario de Saltillo que habría viajado a San Antonio para “discutir la estrategia política para el partido político mexicano PRI y el gobierno de Coahuila”.

El documento de la Corte de Estados Unidos correspondiente al juicio en contra del empresario mexicano Rolando Gómez Treviño refiere que Moreira “antes de convertirse en Gobernador se desempeñó como Alcalde de Saltillo, y en 2011 dimitió como líder de Coahuila para encabezar al gobernante Partido Revolucionario Institucional de México”.

Fuentes cercanas a la investigación dijeron al San Antonio Express News que Moreira acudió a las reuniones en San Antonio y en México “donde se discutió la compra de medios de González Treviño con el dinero robado del estado”.

El medio norteamericano publicó que el documento de la corte menciona que el Co-conspirador 1 (CC1) robó dinero de la tesorería de Coahuila dirigiendo contratos estatales a partidarios políticos que eran dueños de medios de comunicación, empresas constructoras y empresas de servicios de aviación.
“CC1 estaba usando fondos del Gobierno del estado de Coahuila y dirigiendo esos fondos estatales a los partidarios que actuaban en concierto con CC1 para robar fondos del estado de Coahuila. Estas personas eran principalmente hombres de negocios que operaban en el estado, y / o eran vendedores que prestan servicios para el Estado de Coahuila, y tenía una relación con CC1 en el momento de la elección “, dice el acuerdo de culpabilidad de Rolando González Treviño. “Se estima que los fondos robados por el estado de Coahuila por CC1 aproximadas a cientos de millones de dólares”.

La red de desvío de recursos públicos de Coahuila para ser lavados en Texas, en la que presuntamente está involucrado Moreira Valdés, incluye a otros 13 personajes, la mayoría ex funcionarios de su administración, de acuerdo con esos documentos judiciales de la Corte federal de Estados Unidos.

De los 14 involucrados, a los que llama en la prensa estadounidense “Conexión Coahuila”, seis están o han estado presos; uno se encuentra indiciado y dos han sido asesinados, indican documentos hechos públicos por la Corte estadounidense y revelados, primero, por el periódico San Antonio Express News.

La acusación que obra en poder del Departamento de Justicia de Estados Unidos destaca que Moreira habría ordenado a colaboradores transferir 1.8 millones de dólares para comprar estaciones de radio al sur de la frontera de Estados Unidos, a cuentas del empresario mexicano Rolando González Treviño, quien aceptó declararse culpable de dos cargos de conspiración para transferir dinero robado.

Se señala que ex funcionarios del Gobierno de Coahuila también estuvieron involucrados al tomar recursos del erario para comprar medios de comunicación entre 2006 y 2009, lapso que forma parte del periodo de Moreira.
“El Gobierno de Estados Unidos quiere estar seguro de lo que hace. Por eso quieren más evidencias y eso es lo que están esperando: están todavía buscando más evidencias, buscando cuentas bancarias; es claro que la investigación apunta a Humberto Moreira con este caso, la sentencia de Rolando González está para septiembre 15 o 16, pero lo que he visto es que no le han levantado cargos a las personas que estén cooperando. Entonces podría ser que cambie la fecha de sentencia”, dijo Guillermo Contreras, uno de los autores de la investigación del diario estadounidense, en entrevista con SinEmbargo.

El 10 de marzo de este año, Rolando González Treviño fue sentenciado a cinco años de libertad condicional luego de que admitió que formó parte de un esquema masivo para robar dinero de las arcas de Coahuila y lavarlo en Texas. Además, el juzgado impuso una multa de 250 mil dólares al empresario, quien podrá permanecer en Estados Unidos.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SHAILA ROSAGEL.
LINK: http://www.sinembargo.mx/22-07-2016/3069868