México vivió en 2017 uno de los años más violentos con el mayor número de homicidios en las últimas dos décadas, y en la mayoría de estas muertes se dispararon armas fabricadas en Estados Unidos o provenientes de ese país.
Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp) reflejan que el asesinato con arma de fuego creció de forma preocupante.