La Ley General de Cambio Climático mexicana —aprobada en 2012— ha sido considerada un ejemplo a seguir por organizaciones como Globe International y reconocida en el orbe como vanguardista por incluir fases de mitigación y adaptación, diseño institucional, criterios de política pública y mecanismos de participación social y de acceso a la justicia, “es decir, es un documento que merece una calificación de 10 porque hicimos la tarea, aunque en la práctica, al cruzarse con la política y realidad nacionales, se nos vuelve pomada”, señaló José Clemente Rueda Abad, secretario técnico del Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM.