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Adela iba a Guanajuato a visitar a su hija, pero fue linchada en Puebla; van 9 casos en el año

Adela era abogada, tenía 43 años y viajaba a León para visitar a su hija. En su paso por un municipio de Puebla fue acusada de intentar robar a un menor.

En el estado de Puebla, uno de los focos rojos por linchamientos en México donde tan solo en lo que va de año ya se registraron nueve personas asesinadas en eventos de ajusticiamiento, el pasado domingo se sumó un nuevo caso: se trata de la abogada de 43 años Edmunda Adela Martínez, y de un hombre de 46 años identificado como Arturo. 

La mujer asesinada vivía en la región de Orizaba, en la zona montañosa de la zona centro de Veracruz, donde tenía una casa en el municipio de Ixhuatlancillo, y viajaba rumbo a León, Guanajuato, a visitar a una hija. 

Aparecen “justicieros” en Irapuato y cortan las orejas a presuntos rateros

IRAPUATO, Gto: El grupo autodenominado “Los justicieros de Irapuato” apareció en las redes sociales de este municipio ostentándose como ciudadanos que “toman cartas en el asunto” ante la inseguridad que fustiga la región, y pide “apoyo con lo que se pueda” para realizar estas actividades.

“No queremos hacer una guerra civil, pero es necesario tomar acciones contra los rateros, extorsionadores y violadores”, advierte el grupo en diálogos efectuados a través de Facebook, red social en la que exhibió a dos jóvenes, presuntos ladrones, a los que mostraron mientras les cortaban una oreja, en supuesto castigo por cometer ilícitos.

El Justiciero de la Marquesa

CIUDAD DE MEXICO: El linchamiento o los actos de justicia de propia mano tienen una larga historia en México, pero a últimas fechas se han reproducido en una cantidad preocupante como una expresión de hartazgo social frente a la ineficacia, deficiencia e incapacidad de las autoridades e instituciones para detener los asaltos, violaciones, atracos, secuestros, extorsiones y asesinatos que todos los días sufre la población en todos sus estratos.

El caso más reciente, conocido en las redes sociales como “El Justiciero de la Marquesa”, es el ejemplo más emblemático y claro de este fenómeno de cansancio de la población que día a día sufre los embates de la violencia y que corrobora la percepción de que el gobierno está rebasado por mucho por la delincuencia común y organizada que se ha entronizado en todo el país como el grupo de poder más fuerte.

El artículo 17 de la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos rechaza cualquier intento de la población de apropiarse de la justicia: “Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho”.

Sin embargo, los casos de linchamiento han ido creciendo en todo el país conforme el Estado mexicano se muestra incapaz de dar seguridad a los ciudadanos. Tan sólo el año pasado se contabilizaron 63 casos, la mayoría perpetrados en las zonas rurales.


Según el estudio “Linchamientos en México: recuento de un periodo largo (1988-2014)” realizado por Raúl Rodríguez y Norma Veloz, publicado por la Universidad Autónoma Metropolitana, en los últimos 26 años se registraron al menos 366 casos relacionados con el linchamiento a nivel nacional, pero sobre todo en el Estado de México, Ciudad de México, Puebla, Morelos, Oaxaca, Chiapas y Guerrero.

El Estado de México es uno de los más violentos del país. El primer bimestre de este año hubo 352 personas asesinadas en esa entidad, colocándose a la cabeza de esos penosos episodios. El año pasado también lo fue con 2 mil 105 homicidios, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Denuncia Ecatepec, una página en redes sociales, registró de manera extraoficial que sólo en ese municipio conurbado con la Ciudad de México hubo alrededor de 30 casos de linchamientos el año pasado. Esto se debe a que este municipio es uno de los más violentos de todo el país.

No es casual, entonces, que precisamente en los linderos de la Ciudad de México y el Estado de México, sobre el asfalto de la autopista Toluca-México, hayan sido ejecutados cuatro asaltantes de un autobús por una persona que ahora llaman “El Justiciero de la Marquesa”.

Ninguno de los pasajeros del autobús denunció al ejecutor anónimo y en una especie de “omerta” o pacto de silencio tejieron un manto protector sobre este personaje del que ya se cuentan muchas historias convirtiéndolo en un mito popular.

En diversas colonias de Ecatepec la gente ha ido formando grupos de autodefensa que, armados con palos, cuchillos y armas de bajo calibre, han formado corredores de seguridad por los cuales, todas las mañanas y en las noches, caminan los colonos para tomar sus autobuses que los llevan a sus centros de trabajo o a las escuelas.

Pero el hartazgo social se manifiesta en los casos de linchamiento. El 6 de septiembre del año pasado un grupo de pasajeros de un microbús de Ecatepec capturó a dos asaltantes y, tras someterlos, les sacaron los ojos “para que no vieran quiénes se los sacaron”.


Los pasajeros fueron detenidos por la policía y, tras un interrogatorio, los soltaron, pues ninguno de ellos delató a los autores del linchamiento.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JOSÉ GIL OLMOS.
LINK: http://www.proceso.com.mx/461917/justiciero-la-marquesa

Seis linchamientos en Puebla en una semana, cuatro en la capital

Tan sólo en siete días, ciudadanos de Puebla tomaron la justicia en sus manos al intentar linchar a siete personas en varios municipios del estado. Las personas golpeadas fueron presuntos ladrones y trabajadores de una casa de empeño confundidos con delincuentes. Sin denuncias por parte de la población, algunos de los acusados fueron liberados.

En Puebla, los casos de personas que hacen justicia por su propia mano van en aumento.  En tan solo una semana —del 27 de octubre al 3 de noviembre— se han registrado seis intentos de linchamiento en el estado. No se trata de hechos aislados ni propios de comunidades alejadas con dificultades para el acceso a la impartición de justicia: cuatro de ellos han ocurrido en la capital del estado, otro en Tecamachalco y uno más en Santa Clara Ocoyucan.
Los pobladores, que se convierte en “justicieros”, se quejan de que si los entregan a las autoridades saldrán libres, por lo que consideran que es una mejor opción golpearlos salvajemente y hasta matarlos “para que no lo vuelvan a hacer”.

El caso más reciente ocurrió ayer por la tarde afuera del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec, que se encuentra en pleno Centro Histórico de Puebla. Los padres de familia golpearon a Gustavo Zavala, a quien acusaron de haberse acercado a una estudiante para robarle su celular.

Más temprano, aproximadamente 200 pobladores de Santa Clara Ocoyucan golpearon a Alejandro Rodríguez, un supuesto trabajador de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que, acusaron, pretendía extorsionarlos. El Alcalde puso a disposición un vehículo público para trasladar a las personas que quisieran denunciarlo si es que había cometido un crimen, pero nadie lo hizo.
El 2 de noviembre, la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacán, en Puebla, se convirtió en un infierno. Los pobladores intentaron linchar a dos jóvenes a quienes supuestamente atraparon trasladando electrodomésticos robados. Al final se trataba de trabajadores de la casa de empeño First Cash, quienes movían los objetos  a una bodega.

Ese mismo día, en Lomas de San Miguel, en la capital, vecinos detuvieron y golpearon fuertemente a un par de jóvenes acusados de haber apuñalado a otro en un pleito entre borrachos. Por la madrugada, la Policía llegó al lugar a poner orden, uno de los linchados se encuentra en riesgo de muerte.

El primero de noviembre, los habitantes de Tecamachalco golpearon a un ladrón que había asaltado a un taxista, los elementos de seguridad pública lograron salvarlo de ser linchado y lo trasladaron al Ministerio Público para revisar su situación legal.

Finalmente, el 27 de octubre  un delincuente fue brutalmente golpeado por un grupo de vecinos que lo sorprendieron dentro de una casa en el Fraccionamiento Villa Karol, en la colonia La Pedrera, también en la capital. La policía llegó al lugar para detener al ladrón, pero nadie quiso ir a presentar la denuncia y, horas después, quedó libre.


Los linchamientos se han incrementado en Puebla luego que el nuevo Sistema de Justica Penal Acusatorio, que no castiga con prisión de oficio a los presuntos asaltantes además de que la cultura de la denuncia comienza a desgastarse ya que en muchas ocasiones los afectados se niegan a acudir a la Fiscalía General del Estado.

CASOS OCURRIDOS EN LA SEMANA:

Los padres de familia del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (CENHCH) junto con comerciantes  de la zona detuvieron y golpearon a un sujeto identificado como Gustavo Zavala quien fue acusado de asaltar a una estudiante de dicho plantel.

De acuerdo a los reportes de diversos usuarios de redes sociales, alrededor de las dos de la tarde cuando el presunto delincuente se acercó a una estudiante de bachillerato para arrebatarle su teléfono celular, esto sobre el boulevard 5 de Mayo.

Ante esto, tanto padres de familia como los comerciantes ubicados en la 10 Sur, lograron detener al asaltante y golpearon antes de entregarlo a las autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal.

3 de noviembre, Santa Clara Ocoyucan

Esta mañana un presunto trabajador de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sufrió un intento de linchamiento por parte de aproximadamente 200 pobladores de Santa Clara Ocoyucan quienes lo acusaron de haber realizado robos.

De acuerdo con las primeras versiones, el hombre identificado como Alejandro Rodríguez fue acusado también por extorsión, sin embargo se desconocen los motivos que tuvieron los habitantes para retenerlo y agredirlo.

El hombre asegurado por los pobladores no fue reconocido por la Comisión Federal de Electricidad, ya que vía Twitter el organismo señaló que no tenían registros de su identidad ni trabaja en la delegación Centro Oriente.


Cuando al lugar acudieron miembros de la Fiscalía General del Estado y elementos de la Secretaría General de Gobierno los poblad

2 de noviembre, San Francisco Totimehuacán, Puebla

El intento del linchamiento de dos jóvenes generó caos en la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacán. Los hechos terminaron en un disturbio en el que fue quemada una camioneta y las instalaciones del bachillerato ubicado en el centro de la junta auxiliar de Puebla.

El incidente inició alrededor de la 8 de la noche cuando dos jóvenes fueron detenidos y privados de la libertad por habitantes del barrio de Chetla, luego de ser sorprendidos trasportando electrodomésticos supuestamente robados de una casa de empeño. Uno de los jóvenes implicados logró escapar.


Después, el gerente de la casa de empeño First Cash se presentó y aseguró que, tanto los aparatos como la camioneta en que los trasladaban eran de su propiedad. Hoy por la mañana se confirmó que los daños ocurrieron en el bachillerado dejando a 150 alumnos sin clases.

2 de noviembre, Lomas de San Miguel, Puebla

Enla colonia Lomas de San Miguel, en la capital poblana, detuvieron y golpearon fuertemente a un par de jóvenes acusados de haber apuñalado a otro en un pleito entre borrachos de la zona.

Alrededor de las 6 de la tarde de este miércoles, habitantes del lugar denunciaron que cuatro sujetos atacaron a otro hombre tras un pleito.

Derivado de esto, se inició una búsqueda de los presuntos atacantes, sin embargo dos de ellos lograron escapar mientras dos más se refugiaron en una casa ubicada entre las calles Copilco y Texcoco.

A este domicilio llegaron varios pobladores y para obligarlos a salir rociaron el inmueble con gasolina y lanzaron cohetes para provocar un incendio. Fue hasta entrada la madrugada que uniformados municipales llegaron para asegurar a ambos jóvenes que se encontraban severamente golpeados.

1 de noviembre, Centro de Tecamachalco.

El martes por la noche, habitantes del Centro del municipio de Tecamachalco detuvieron y golpearon a un ladrón que momentos antes habría asaltado a un taxista.

Según los reportes, el delincuente había despojado de sus pertenencias a un taxista pero cuando intentaba darse a la fuga fue interceptado por los vecinos que se percataron  de lo ocurrido.

Ante la molestia por el incremento de la delincuencia en la zona, los pobladores comenzaron a golpear al asaltante en repetidas ocasiones, a unos metros de la escuela primaria Miguel Hidalgo y Costilla de dicho municipio.


Fue hasta la llegada de elementos de la Policía Municipal cuando el detenido fue entregado y trasladado a las instalaciones de la comandancia, donde se determinará su situación legal.

27 de octubre, La Pedrera, Puebla

Un delincuente fue brutalmente golpeado por un grupo de vecinos que lo sorprendieron dentro de una casa en el Fraccionamiento Villa Karol, en la colonia La Pedrera. Reportes preliminares detallaron que los vecinos se percataron que dos sujetos ingresaron a la vivienda para sustraer artículos de valor, por lo que se organizaron y lograron capturar a uno, mientras que el otro logró escapar.


Tras asegurarlo, comenzaron a golpearlo, pero fue hasta que policías municipales llegaron cuando el delincuente fue entregado. Sin embargo, debido a que nadie presentó la denuncia por miedo a que otros delincuentes actuaran en contra de ellos, horas después el ladrón quedó libre.

FUENTE: SIN EMBARGO/PERIODICO CENTRAL.
AUTOR: REDACCIÓN/EDMUNDO VELÁZQUEZ..
TITULO ORIGINAL: Poblanos toman la justicia en sus manos: Seis linchamientos en una semana, cuatro en la capital.
LINK: http://www.sinembargo.mx/04-11-2016/3111506

Los linchamientos aumentan, y los sociólogos lo ligan con la ausencia de Estado de Derecho

El anonimato de los participantes, la espontaneidad, un sector social desfavorecido y el carácter altamente violento y pasional que genera en los participantes un sentimiento compartido “del deber cumplido”, son algunos de los ingredientes de los linchamientos en México.

Los linchamientos en México han tomado cada vez más fuerza. Tan sólo este 2015 se han registrado 63 casos, que son los que se tienen documentados. La inseguridad, el deterioro social y un vacío de Estado de Derecho son algunas de las hipótesis que han señalado los sociólogos para explicar el fenómeno.


El anonimato de los participantes, la espontaneidad, un sector social desfavorecido y el carácter altamente violento y pasional que genera en los participantes un sentimiento compartido “del deber cumplido” al hacerse justicia por propia mano, son algunas de las características de los linchamientos.
“El linchamiento es un fenómeno que tiene características altamente violentas. Se dan con mucha celeridad; es decir, son muy rápidos. Se realizan de manera espontánea y por autores anónimos”, explicó a SinEmbargo el profesor Raúl Rodríguez Guillén del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Azcapotzalco.

A nivel mundial, este fenómeno ha sido estudiado por sociólogos e historiadores. Un análisis realizado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina en abril de 2014, señala que en el caso particular mexicano, lo que analíticamente se construye como linchamiento ha traspasado los límites de las investigaciones académicas para convertirse también en un problema de agenda político-mediática.

En este sentido, destaca el reciente fenómeno de los grupos de autodefensas, que a decir del estudio, “reafirma nuevamente la problemática de este país en torno al fenómeno de las violencias punitivas y el castigo”.



Existen preguntas abiertas sobre el tema de los linchamientos, que en México suman al menos 429 casos, de acuerdo con el estudio actualizado de los “Linchamientos en México: recuento de un periodo largo (1988-2014)” de la UAM.

¿Qué lleva a las personas a cometer los linchamientos?, ¿qué factores políticos, económicos, sociales y culturales existen en el país para que esta práctica persista con el paso del tiempo?, son algunas de las interrogantes para entender este fenómeno.

“Los linchamientos han existido en distintos momentos. Se practicó mucho en la época de la Revolución Mexicana pero tenía un origen diferente; en ese tiempo se linchaba al del bando contrario y los que se dan en la época contemporánea tienen que ver con el fenómeno de la inseguridad y de la imagen negativa que se tiene de las autoridades desde la sociedad”, refirió el doctor en Ciencia Política, Raúl Rodríguez.
El concepto de linchamiento presente en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, en su edición de 1984, fijaba el significado del verbo linchar como “castigar, usualmente con la muerte, sin proceso y tumultuariamente, a un sospechoso o a un reo”.  Ya en su edición de 2001, esa obra de referencia define esa acción como “ejecutar, es decir, ajusticiar, dar muerte sin proceso y tumultuariamente a un sospechoso o a un reo”.

LOS DETONANTES


Académicos y organizaciones coinciden que los linchamientos en México se registran porque existe impunidad y una crisis de la autoridad que se expresa en el hartazgo de la gente hacia un Estado incapaz de resolver la seguridad de los ciudadanos.
Cuando hay un linchamiento es porque ya hubo una impunidad, los ciudadanos que toman la justicia por su propia mano desconfían de la justicia por parte del gobierno”, expresó Francisco Rivas Rodríguez, director general del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) en entrevista para SinEmbargo.

En lo que va del año suman 63 casos en diferentes estados de la República. Puebla, Estado de México y el Distrito Federal van a  la cabeza de las entidades donde se registra el mayor número de linchamientos, de acuerdo con el registro de la UAM.

El último ocurrió el pasado 26 de octubre en el municipio de Amecameca en el Estado de México, donde los habitantes intentaron linchar a dos hombres quienes presuntamente mataron a puñaladas a un comerciante luego de asaltarlo.

“La inseguridad es un factor aparente para cometer los linchamientos, pero no es la causa de fondo, ésta tiene que ver con el no castigo a las personas que cometen un delito. Por ejemplo el robo, de acuerdo con cifras de la Procuraduría General de la República (PGR), se castiga en un 5 por ciento, estamos hablando de que hay un 95 por ciento de impunidad, la cual está asociada a diferentes factores como el no castigo, el castigo insuficiente o la corrupción”, detalló el profesor Raúl Rodríguez.
Añadió que donde no se castiga o se deja impune un delito crece la indignación de la gente y en un momento determinado se puede expresar en un linchamiento.

Por ello, distintos análisis de este fenómeno llevan a la conclusión de que las personas que participan en un linchamiento lo hacen con la firme convicción de que están haciendo lo correcto y no visualizan que también ellos están cometiendo un delito.

“Las personas que cometen un linchamiento no alcanzan a ver que también están cometiendo un delito, piensan que es algo justo”, expresó el investigador de la UAM.

“Estamos viendo una especie de juicio hacia los presuntos culpables, no se les entrega a las autoridades porque saben que no van a hacer nada”, opinó el Doctor Rogelio Luna Zamora, investigador del Departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara en entrevista con este medio digital.
Para los especialistas en Sociología, las guardias comunitarias, el vigilantismo y los linchamientos son fenómenos que nos hablan de una crisis de autoridad y que, en el contexto nacional, forman parte de una crisis del Estado.

Para realizar el estudio “Linchamientos en México: recuento de un periodo largo (1988-2014)” los investigadores Raúl Rodríguez Guillén y Norma Ilse Veloz Ávila llevaron a cabo el seguimiento en diarios, radio y televisión de las noticias que informaban de presuntos linchamientos.

A partir de esa base de datos, hicieron una clasificación de los casos reales de linchamiento y de otros fenómenos parecidos como el vigilantismo.

“El vigilantismo se da a partir de la formación de grupos de vigilantes en colonias, barrios y pueblos, pueden ser guardias comunitarios que dan seguridad a la comunidad y que se organizan haciendo rondines nocturnos y a veces diurnos, pero éstos están organizados y cuentan muchas veces con armas. Se caracteriza porque detienen a los delincuentes, los golpean hasta causarles lesiones graves, incluso les quitan la vida”, enfatizó Raúl Rodríguez.


Enfatizó que en los lugares donde ocurre esta práctica, los pobladores cuelgan mantas y advertencias, como: “No vengas aquí porque si te agarramos te vamos a linchar”.

LA EVIDENCIA EN FOTO Y VIDEO

Uno de los aspectos preocupantes que han estudiando los sociólogos es la introducción del video como percepción pública del linchamiento.

El 31 de agosto de 1996 en la comunidad de Tatahuicapan en el municipio de Playa Vicente, Veracruz, Rodolfo Soler Hernández, fue linchado por los pobladores, quienes lo acusaron de violación y asesinato de la señora Ana Borromeo.

El hecho fue filmado y difundido días después en los medios de comunicación nacional. Las imágenes mostraban a una multitud (hombres, mujeres y niños)  realizando un juicio popular en contra del acusado, a quien se decide inmolarlo.

El único detenido fue una persona identificada como Sergio Madrigal, único del pueblo que posee cámara y filma todo el suceso.

“Respetamos lo que el pueblo decidiera. Nosotros, como familia, no somos tampoco jueces. Si el pueblo decide que se linche, que se linche. Si el pueblo decide que se mande a presidio, que se mande. Por eso estamos recabando todas las firmas. Nos dijeron que quieren un acta, que se elabore un acta donde vayan plasmadas las firmas del pueblo”, dijo el esposo de la señora Borromeo en un extracto recogido por Carlos Monsiváis en el texto “Justicia por propia mano” publicado en un fascículo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en 2002.

Hasta el momento, el único linchamiento transmitido en vivo en televisión nacional fue el ocurrido el 23 de noviembre de 2004 en la comunidad de San Juan Ixtayopan en la delegación Tláhuac del Distrito Federal.

“El único linchamiento transmitido en vivo fue el de Tláhuac, en esa ocasión uno podía ver a los camarógrafos filmando el hecho, sin ningún código de ética para divulgar estas imágenes”, comentó el investigador Raúl Rodríguez.
Los habitantes lincharon a dos agentes de la Policía Federal Preventiva, Víctor Mireles Barrera, Cristóbal Bonilla y Édgar Moreno Nolasco, cuando arribaron a la comunidad a realizar labores de investigación en contra de narcomenudeo.

Los pobladores aseguraron haber sorprendido a los agentes tomando fotografías a menores de edad por lo que fueron acusados de ser secuestradores. Al menos 300 personas participaron en el linchamiento golpeando a los uniformados y atándolos a los postes de luz para quemarlos vivos.

En esa ocasión, la Comisión de Derechos Humanos se pronunció al respecto y declaró que lo sucedido mostraba “las repercusiones que puede tener la impunidad por parte de las autoridades que no han procurado justicia”.


Por estos hechos, el entonces Presidente de México Vicente Fox Quesada, removió de su cargo a Marcelo Ebrard Casaubón, quien era Secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal.

En México existen pocos casos donde se lleva a la justicia a los participantes en un linchamiento, pese a estar prohibidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 17: “Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho”.

En el año 2002, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) expuso que los autores (quienes participan en un linchamiento) no son delincuentes habituales que actúan de forma individual o en bandas criminales, sino en su mayoría son ciudadanos comunes que ingresan a la categoría de delincuentes por participar en este hecho criminal.


“A pesar de la naturaleza efímera, el acto violento cometido de forma extralegal confiere a los participantes –ya sea instigadores, autores materiales o encubridores– existe una complicidad reforzada con el anonimato y que al mismo tiempo propicia la impunidad: cuando son todos, ninguno es el culpable”, describe el estudio Linchamientos en México: recuento de un periodo largo (1988-2014).

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: GUADALUPE FUENTES LÓPEZ.
LINK: http://www.sinembargo.mx/15-11-2015/1550412