México, DF. En un año de lenta recuperación en el crecimiento económico como ha sido 2015, el número de personas que acuden al Nacional Monte de Piedad (NMP) a pedir un préstamo prendario creció en 25 por ciento. Este año serán diez millones de solicitantes los que llevarán una alhaja u otro objeto para tratar de obtener recursos, anticipa Gerardo Limón EspÃndola, presidente del patronato de la institución. Sin embargo, apunta, este tipo de medio de financiamiento, por el que optan sobre todo personas que se encuentran en la base de la pirámide del ingreso, está llegando a un lÃmite.
El préstamo prendario –en el que una persona obtiene dinero a cambio de dejar empeñado un objeto que le será devuelto al pagarlo-- “probablemente ya no crezca mucho más de lo que ahora”, expone Limón EspÃndola en una entrevista con La Jornada. Sustenta la previsión en las medidas de inclusión financiera que en los años recientes han impulsado el gobierno y las instituciones financieras del paÃs, que han abierto los servicios bancarios a personas que hasta hace poco no tenÃan acceso a ellos.
“Hay una mayor inclusión financiera y, por ende, el préstamo prendario ya no crecerá mucho más. En consecuencia, tenemos que buscar nuevas formas de hacer las cosas para que el Nacional Monte de Piedad siga cumpliendo con su mandato fundacional, que es el de ayudar a la gente más necesitada”.
El Nacional Monte de Piedad tiene 240 años de operar de manera ininterrumpida en el paÃs. Lo hace desde antes que México existiera como Nación. Al momento de su fundación, relata Limón EspÃndola, buscó atajar el agiotismo, asà como utilizar las utilidades por su operación en el financiamiento de obras sociales.
Hace dos años, el NMP redujo a 3 por ciento mensual la tasa de interés que cobra por los préstamos prendarios. Con ello se convirtió en la institución con el cobro más bajo, comparable a una tasa de tarjeta de crédito que se ubique en la parte media en cuanto al costo para sus usuarios. Esto, como recuerda Limón, ocurrió en un mercado en que algunas firmas de préstamos prendarios cobran tasas hasta de 27 por ciento mensual.
“El préstamo prendario básicamente se da a los sectores de más bajo de ingreso, porque muchas de esas personas no tienen inclusión financiera, no tienen una cuenta de banco o una tarjeta de crédito. Su instrumento financiero son los bienes que poseen. En las condiciones actuales, el crédito prendario tendrá poco crecimiento en el futuro porque cada dÃa hay mayor inclusion financiera, más acceso a servicios financieros. Eso hace que tengan facilidades para financiar bienes”, dice.
Adelanta que el NMP está trabajando en atender este cambio en las condiciones estructurales del mercado de préstamos prendarios. “Estamos haciendo estudios, dando seguimiento a nuestros clientes. Hoy, cuando son jóvenes, empeñan cosas para sus estudios. Cuando obtienen un trabajo, les dan una tarjeta de crédito y dejan de ser nuestros clientes. Estamos identificando la forma en que podemos acompañar a esas personas incluso cuando mejoran su posición económica y ya no requieren un préstamo prendario”, anticipa.
El Nacional Monte de Piedad, dice, tiene un cartera de cinco millones de clientes. En un año concede diez millones de préstamos –con montos promedio de dos mil 378 pesos. Uno de cada dos préstamos prendarios en el paÃs es otorgado por esta institución. “Todo eso tiene un valor, que debemos aprovechar. Debemos identificar lo que solicita el mercado ante lo que al parecer es una situación en que el crédito prendario no tendrá un mayor crecimiento”.
Dos de los objetivos del NMP son dar crédito prendario en las mejores condiciones posibles y, el otro, usar los remanentes de esa operación en financiar obras sociales. Actualmente, entrega recursos a más de 500 instituciones de asistencia privada, a las cuales realiza una supervisión para establecer el beneficio social que se obtiene del uso de ese dinero. “Los resultados son sorprendentes”, dice.
Sin abandonar su estatus de institución de asistencia privada, el NMP buscará la forma de ofrecer nuevos productos, distintos al crédito prendario, para mantener la atención a las personas de escasos recursos y el financiamiento de obras sociales, menciona. De antemano descarta que vaya a buscar autorización para operar como intermediario financiero. “Seguiremos como institución de asistencia privada”, asegura.
Para el próximo año “y si las condiciones de inflación” se mantienen es probable, anticipa, que haya una reducción a su tasa de interés para préstamos prendarios, actualmente de 3 por ciento mensual.
“Si las condiciones de inflación prevalecen, tendremos que buscar tasas mucho más bajas que las existentes. Tenemos que buscar las mejorescondiciones para nuestros clientes, para toda esta base de la piramide”, apunta.
Fuente: La Jornada
Autor: Roberto González Amador