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Salinas defiende el liberalismo social y critica el populismo

CIUDAD DE MÉXICO: En sus tiempos de presidente de la República fue llamado el padre del neoliberalismo en México, pero ahora Carlos Salinas de Gortari le apuesta al liberalismo social como forma de gobierno, porque aquel, dijo, “solo propone abusos en el mercado para el individualismo posesivo”.

También criticó el populismo porque, subrayó, “promueve los abusos del Estado”.

Durante la inauguración del seminario Simulación de Gobierno, de la Universidad española Camilo José Cela, el exmandatario aseguró que en México “aspiramos a una república social, nacional y democrática: un liberalismo social, una corriente de pensamiento y acción en la historia de México”.

Añadió: “El Estado es un instrumento de poder (enfocado) para una única finalidad: el bien de la República”.

El exmandatario, en cuyo gobierno se reformó la Constitución para permitir que capitales extranjeros pudieran invertir en bancos nacionales sin restricción, recomendó a los futuros gobernantes aprender a saber reaccionar ante los “eventos inesperados”, donde la toma de decisiones en esos momentos de crisis es crucial, al tratarse de acontecimientos “impredecibles y abruptos”.

Aseguró que solamente existen tres maneras de enfrentarse a lo impredecible: “rendirse, huir o actuar”, sobre todo en las situaciones donde la información es escasa, “casi nula”, a pesar de la abundancia de datos.

De acuerdo con un despacho informativo de la agencia EFE, Salinas destacó que si a un dirigente le funcionó hasta el momento su forma de gobernar, sería “muy difícil” que la cambiara, aunque las circunstancias del entorno varíen.

Para afrontar estas situaciones de crisis, apuntó, los políticos deben saber cuáles son las acciones que desean desarrollar y cómo quieren llevarlas a cabo, para lo que necesitan, “cultivar la intuición, pero desconfiar del instinto”, escoger bien al equipo que los acompañarán y potenciar sus propias virtudes.

En su oportunidad, el profesor del Instituto Tecnológico de Monterrey, Rafael Reyes, sostuvo que los partidos políticos tienen que dejar de lado las “guerras de lodo” en las que participan, al criticarse los unos a los otros en vez de centrarse en sus propuestas.


Quien fuera coordinador de la campaña presidencial del candidato de Nueva Alianza Roberto Campa, en 2006, añadió que los dirigentes deben darse cuenta de la importancia del uso de los medios de comunicación, las nuevas tecnologías y el buen manejo de la imagen, factores fundamentales en las campañas electorales y en los gobiernos actuales.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.proceso.com.mx/443850/salinas-defiende-liberalismo-social-critica-populismo

Los mexicanos culpan al TLCAN de la falta de crecimiento, el desempleo y la pobreza: UNAM

Seis de cada 10 trabajadores en México no tienen acceso a servicios de salud y el 28.5 por ciento trabaja al menos 48 horas a la semana, revela un estudio de la UNAM.

A casi 21 años de haber entrado en vigor, el 70 por ciento de los mexicanos atribuye la pérdida de empleos y el mal desempeño económico al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (TLCAN), reveló el estudio “El mercado de trabajo en México. La opinión social sobre la precariedad laboral”.

El estudio que forma parte de la colección “Los mexicanos vistos por sí mismos. Los grandes temas nacionales”, realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que el índice de la pobreza laboral en el país ha empeorado en los últimos 15 años.
“Existe una percepción mayoritaria de que la apertura económica propició el incremento y la competitividad de algunas empresas, pero la capacidad productiva del país se vio lesionada y se afectó considerablemente el empleo”, detalla.

Como ejemplo de lo anterior resalta que seis de cada 10 trabajadores remunerados no tiene acceso a servicios de salud. El porcentaje de la población ocupada, afiliada al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) representa apenas el 30 por ciento, mientras que los puestos eventuales han aumentado 72 por ciento, en comparación con el 24 por ciento que registran los permanentes. Otros 4 millones de personas se encuentran sub ocupadas. Mientras que el 28.5 por ciento de los mexicanos trabaja más de 48 horas a la semana, es decir, ocho horas más de las que debería.

Aún así, el 90 por ciento considera que su salario es insuficiente para pagar una vivienda, mientras que ocho de cada 10 opinó que su sueldo no alcanza para pagar alimentación, vestido y educación.

Para que el salario sea suficiente, la investigación consideró que el salario mínimo debería ubicarse en los 200 pesos diarios, en lugar de los 70.10 pesos fijados para el 2016.

El documento recoge las voces de la sociedad a través de 25 encuestas nacionales interpretadas por especialistas para obtener una visión integral de las transformaciones del país al inicio del siglo XXI. En lo que se refiere al tema del empleo, la investigación se enfocó a conocer la opinión de a población sobre la situación de la economía y el mercado de trabajo.

Ante el panorama laboral, añade, las condiciones de vida de la población se han vuelto más precarias: el Producto Interno Bruto (PIB) de México respecto al estadounidense ha caído de 27 por ciento a 18 por ciento en 30 años y la pobreza no se ha reducido, ya que una de cada cinco personas no tiene los ingresos suficientes para comprar una canasta básica.

Siete de cada 10 encuestados considera que su situación económica no ha mejorado en relación con la que tenían sus padres a la misma edad, mientras que seis de cada 10 opinan que sus hijos vivirán una situación económica similar o peor a la de ellos. Siete de cada 10 culpan al gobierno de la mala situación de su economía.
“Como puede apreciarse, la economía mexicana no está generando los resultados que finalmente toda la actividad productiva nacional debe buscar: asegurar las condiciones materiales de subsistencia de la población y generar bienestar para los habitantes, y no sólo para algunos segmentos privilegiados”, indica el documento.
Destaca la necesidad de “un esfuerzo nacional” para volver a colocar el empleo en el centro de la acción de los agentes económicos, pero también políticos y sociales en las prioridades gubernamentales e incluso en los ámbitos académicos y de investigación.


OTRA VEZ LA CORRUPCIÓN


De acuerdo con la encuesta, el 77. 7 por ciento culpa a la corrupción como el elemento que tiene a la economía nacional estancada, por lo que los autores del estudio advierten que en este momento el país está desperdiciando la oportunidad que le da el tener la generación con mayor escolaridad en la historia, así como dos de que cada tres personas que están en edad productiva.

Destaca la necesidad de desplegar una política de formación para los trabajadores en el país, ya que sólo uno de cada 10 trabajadores ha recibido algún curso de capacitación.

Pero el problema mayor es la ausencia de un dinamismo económico que permita incorporar a la población joven y con mayores estudios que sus padres a empleos bien remunerados.

Advierte sobre el tema de la subcontratación, que actualmente representa el 8 por ciento de personal que tiene un empleo. Esta modalidad, analiza, ha generado la precarización del empleo, ya que el sueldo promedio de quienes trabajan bajo este esquema es de 3 mil 074 pesos.
“Un alto porcentaje de la población opina que tanto la inseguridad como la corrupción y la falta de educación y capacitación inciden de forma negativa en el desempeño económico”, incluso, 16 por ciento de los población se dijo dispuesta a pagar más impuestos si el problema de corrupción en el país no fuera tan grave.

Por último, el estudio analizó la influencia que tiene el empleo precario en el fenómeno de la migración y concluyó que el 56 por ciento de los mexicanos emigraría a otro país por razones de índole económica, pero también por la falta de credibilidad en las instituciones públicas.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/21-11-2015/1550506

30 AÑOS DE NEOLIBERALISMO EN MÉXICO DESTRUYERON LA SOCIEDAD: ESTUDIO

México se unió a otra comunidad global de comercio: el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica. Fue ampliamente celebrado. Pero, 30 años después de la adhesión al FMI y a 20 del TLCAN, el balance no es el que tanto se pregonó. Todo lo contrario, dice un estudio apenas publicado.


Ciudad de México, 12 de octubre: Un análisis del Bank of América–Merrill Lynch promovió, en 2013, la mejor noticia para captar inversiones extranjeras en México: por primera vez, el salario por hora en el país era más bajo que en China; casi un 20 por ciento.

La caída del salario, planteada en el análisis como una “ventaja”, mostraba que en los últimos 10 años el ingreso de los mexicanos había contraído tres veces su valor frente al percibido por la población del país asiático que, en 2003, ganaba un 188 por ciento menos que aquí.


Entrevistado por la agencia Reuters, el economista en jefe de la firma Bank of America–Merrill Lynch y ex analista de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y del Banco de México (Banxico), Carlos Capistrán, dijo que esta caída en los salarios –presionados, explicó, por el aumento poblacional–, eran una “ventaja competitiva” tan importante que incluso superaban los beneficios de las reformas de Enrique Peña Nieto.
“Ahora la gente está emocionada con México por las reformas. Pero cuando me pregunto: ‘¿qué es lo más importante que tiene México en términos de crecimiento?’ Es el bono demográfico”, dijo Capistrán en la nota de Reuters.

El comparativo en el nivel de ingresos apareció citado este año en un artículo que analiza el impacto del modelo de libre mercado en la calidad de vida de los mexicanos y que plantea que los bajos salarios son una explicación de la pobreza y la precariedad laboral y, éstas, parte de la criminalidad que ha convertido el homicidio en la principal causa de muerte entre la población de 15 a 44 años; es decir, en edad productiva.

El comparativo en el nivel de ingresos apareció citado este año en un artículo que analiza el impacto del modelo de libre mercado en la calidad de vida de los mexicanos y que plantea que los bajos salarios son una explicación de la pobreza y la precariedad laboral y, éstas, parte de la criminalidad que ha convertido el homicidio en la principal causa de muerte entre la población de 15 a 44 años; es decir, en edad productiva.

Por ese motivo, explica el artículo escrito por la médico social Asa Cristina Laurell y publicado en International Journal of Health Services (o Revista Internacional de Servicios de Salud), la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa muestra la punta del iceberg en el que están decenas de miles de muertes por homicidio y más de 26 mil desapariciones.

“Hay una conciencia cada vez mayor en México de que estos eventos son el resultado de tres décadas de neoliberalismo, incluyendo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre México, Estados Unidos y Canadá. La razón de esta interpretación es que la adopción del ajuste fiscal y de reformas estructurales ha destruido la estructura productiva industrial y agrícola del país, así como sus instituciones sociales públicas”, dice la introducción del artículo.

“Este proceso ha polarizado a la sociedad entre un grupo minúsculo de personas muy ricas y una gran mayoría cada vez más empobrecida. Los más afectados son los jóvenes que no pueden conseguir un trabajo o una oportunidad para la educación. Al mismo tiempo, los medios de comunicación han promovido un individualismo y consumismo al extremo, catalogando a las personas como ‘perdedoras’ o ‘ganadoras’ con base en la riqueza personal y el poder, en congruencia con la ideología neoliberal”, agrega.
El artículo revisa lo que la autora denomina las alteraciones políticas, económicas y sociales que han resultado de los más de 30 años transcurridos desde que, en 1983, México, sacudido por una crisis económica, aceptó la “receta” del Fondo Monetario Internacional para reducir la inflación, aplicar reformas estructurales y liberalizar el mercado.

Pero el resultado del ajuste, dice Laurell, fue una dramática redistribución entre el capital disponible (que aumentó 48 al 64 por ciento entre 1982 y 1988) y el trabajo (que se redujo de un 42 al 29 por ciento), una caída del 30 al 40 por ciento en los salarios, aumento en el desempleo y reducción del 35 por ciento del gasto social.

Entre 1990 y 2012, agrega, si bien el Producto Interno Bruto creció menos que en las décadas anteriores (sólo un 1.2 por ciento), el promedio de ingresos como producto del trabajo se estacionó, “lo cual indica una distribución en el ingreso regresiva”. Los salarios mínimos, mientras, siguieron a la baja, al caer 26 por ciento entre 1994 y 2014 (5.5 dólares diarios de finales de marzo pasado).

Otros saldos mencionados son los más de 12 millones de mexicanos que han emigrado a Estados Unidos y el 58 por ciento de la población económicamente activa que, para 2014, se contaba en el sector informal.

En ese periodo también, y gracias a las privatizaciones de empresas estatales a bajo costo, se creó una oligarquía nacional y trasnacional que ha “capturado” el poder político y debilitado la democracia representativa a través de un proceso marcado por la corrupción, la represión y la violencia.

El TLC, por su parte, devastó el campo y dejó a los agricultores en desventaja frente a los subsidiados agronegocios de Estados Unidos; proceso en el que México se convirtió en importador neto de productos agrícolas y que culminó, agrega el análisis, en 2008, cuando concluyó la protección a la tarifa de granos básicos como el frijol y el maíz.


En ese tiempo se expandieron los cultivos de opio y mariguana y, también, menciona el análisis, la economía criminal empezó a jugar un papel creciente; el Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió el control que tenía sobre los cárteles y surgió una especie de narco-Estado. La infiltración del dinero del narcotráfico en diferentes sectores de un país con los índices de crecimiento económico más bajos de América Latina da gran importancia a los giros criminales, lo cual explicaría, dice el estudio de Laurell, que la guerra contra las drogas no haya perseguido el dinero de los cárteles.


“La frontera entre el Estado de Derecho y el Estado de excepción es borrosa. El ajuste económico estructural con la liberalización y las privatizaciones ha provocado crisis recurrentes, pero ha sido mantenido, conduciendo a la destrucción de la estructura nacional en favor de las corporaciones supranacionales, particularmente financieras”, dice el texto.
“La asociación entre la economía criminal y la criminalidad económica también se discute. La privatización de los beneficios sociales y los servicios requiere subsidios del Estado que permiten la privatización de las ganancias y la socialización de las pérdidas. El impacto social de este proceso ha sido devastador, con una polarizada distribución del ingreso, salarios en caída, aumento del empleo precario, desigualdad en aumento y violencia extrema”, agrega.
El título del artículo, comenta la autora en entrevista, fue decidido a medida que avanzaba con la acumulación de los datos disponibles públicamente sobre política económica, desigualdad y criminalidad: “Tres décadas de neoliberalismo en México. La destrucción de la sociedad”.


DAÑOS A LA SALUD DE LOS MEXICANOS

Cirujana, epidemióloga, doctora en Sociología, la investigadora Asa Cristina Laurell fue también una de las fundadoras del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y, entre 2000 y 2006, Secretaria de Salud del Distrito Federal con el entonces Jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador.

Antes fue coordinadora de la Maestría en Medicina Social de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM); disciplina que analiza el contexto histórico en el que se generan las enfermedades y en la cual está considerada una de las autoras más importantes en América Latina.

Desde esa perspectiva, en su estudio sobre los 30 años de neoliberalismo plantea que el aumento en la mortalidad por diabetes y enfermedades isquémicas del corazón –cuya tasa, cita el texto, aumentó de 46 a 77 por cada cien mil habitantes entre 2000 y 2012 en el caso de la primera, y de 43 a 67 en el caso de la segunda– son también evidencia del impacto de este modelo económico en el estilo de vida y en la salud de la población, caracterizadas ambas por un “estrés crónico” a nivel social e individual, así como el reemplazo de la dieta tradicional por la comida “chatarra”.

Estos indicadores, agrega el análisis, son los más altos entre países latinoamericanos con producción nacional similar, como Argentina, Brasil o Chile. El caso de la muerte por diabetes, especifica el estudio, llegó a ser hasta cuatro veces más alto que los países mencionados en 2013.

En ese contexto aparecen también las muertes por homicidio, sobre las cuales el artículo muestra un tabulador en el que se observa que los asesinatos de hombres aumentaron a más de doble entre 2000 y 2012, al pasar de nueve mil 442 a 22 mil 986. El impacto, dice, fue sobre todo entre los hombres en edad productiva, como el grupo de entre 15 a 44 años, cuyas muertes aumentaron un 160 por ciento al pasar de seis mil 538 a 17 mil 54 casos.


En entrevista, Laurell hace notar otro dato que dice considerar también de alarma y que fue difundido en 2014 por el Colegio de México en el estudio “El estancamiento de la esperanza de vida en México en la primera década del Siglo 21: el Impacto de las muertes violentas” y que expone cómo, después de años de crecimiento, este indicador bajó de 73 a 72 años entre 2000 y 2010; la mitad de esta reducción por causa de la violencia.
“La reversión de la esperanza de vida esencialmente ha ocurrido en dos o tres situaciones. La primera, durante las guerras, y yo creo que, independientemente de cómo se llame, claro que en México vivimos una violencia comparable con la de una guerra; y otra es durante cambios socioeconómicos muy abruptos, como fue el caso de los países socialistas cuando cambiaron y asumieron el modelo neoliberal”, dice Laurell en entrevista. “Por eso le llamé la destrucción de la sociedad”, agrega.

En la conversación, Laurell precisa que ahora es integrante del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) formado por López Obrador. Pero lo ocurrido en los últimos 30 años en México, dice, no es cuestión de ideología ni de un “pleito de populistas”.

“Hay todo un proceso comprobable sobre lo que ha pasado en México, y ahí está; sólo hay que juntar los datos de ese proceso”, comenta.

SinEmbargo envió un correo electrónico al analista de Bank of America–Merrill Lynch consultando si consideraba que los bajos salarios de México tenían alguna relación con la violencia pero, al cierre de este artículo, no había sido respondido.

TPP, EN BENEFICIO DE FARMACÉUTICAS

En junio pasado, en un artículo de opinión publicado en La Jornada, Laurell analizó también la poca información oficial disponible sobre el nuevo pacto multilateral denominado Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (o TPP, sus siglas en inglés) y cuestionó la secresía de las negociaciones que, escribió, podrían afectar los términos de propiedad intelectual, específicamente en materia de productos farmacéuticos, impactando también su disponibilidad.

“…propone ampliar la vigencia de las patentes; proteger los datos de las farmacéuticas para retardar el registro de genéricos; obstaculizar la producción estatal de medicamentos genéricos baratos para tratar enfermedades relevantes; desmantelar las flexibilidades de salud pública en la legislación internacional; entre otros”, advierte el texto publicado el 4 de junio en el mencionado periódico.


“El otro tema, ISDS (o mecanismos para resolver conflictos entre empresas privadas y Estados, o Investor-State Dispute Settlement), no es menos relevante en el terreno de la salud. Es así porque facilita a las empresas o corporaciones transnacionales llevar a los gobiernos ante una instancia de arbitraje internacional privada si consideren que un cambio en la política nacional perjudica la expectativa de ganancias de su inversión”, agregó el artículo.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SANDRA RODRÍGUEZ NIETO.
LINK: http://www.sinembargo.mx/12-10-2015/1506349.