Un estudiante de la Normal “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa murió esta mañana a causa una explosión, posiblemente derivada por la acumulación de gas, confirmaron autoridades locales.
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jueves, 4 de julio de 2024
domingo, 20 de agosto de 2023
Alumnos de Ayotzinapa bloquearon la Autopista del Sol
Los estudiantes retuvieron unos siete vehículos que utilizaron como obstáculos, en reclamo de que el gobierno estatal los dote de material didáctico para prácticas profesionales.
jueves, 20 de abril de 2023
Reprimen con gases lacrimógenos y piedras a normalistas de Ayotzinapa en bloqueo carretero
Policías de Guerrero lanzaron gases lacrimógenos contra normalistas de Ayotzinapa que bloquearon la Autopista del Sol para reclamar que las autoridades estatales atiendan sus demandas de mejora de instalaciones, entrega de equipo de cómputo, materiales didácticos, uniformes y autobuses para salidas de campo, entre otras.
Los policías lanzaron gases y piedras contra los estudiantes para evitar el bloqueo carretero, y los normalistas se defendieron con piedras.
jueves, 2 de febrero de 2017
“Somos hijos de Genaro Vázquez y Lucio Cabañas”: normalistas de Ayotzinapa
“Las condiciones de vida nos obligan a protestar, siguiendo el legado que marcaron los profesores Genaro Vázquez y Lucio Cabañas en la defensa de su pueblo”, señalaron normalistas y padres de familia al cumplirse 45 años del asesinato del profesor Genaro Vázquez Rojas durante el periodo del entonces gobernador de Guerrero Raúl Caballero Aburto.
Cerca del mediodía de este jueves 2 de Febrero, estudiantes de la Normal “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, padres de familia de los 43 jóvenes desaparecidos desde el pasado 26 de septiembre de 2014, así como familiares de presos políticos y organizaciones sociales marcharon por la avenida Juárez de Chilpancingo, exigiendo la presentación con vida de los 43 normalistas, justicia para los asesinados la madrugada del 26 y 27 de Septiembre y castigo a los culpables de esos hechos.
A través de un comunicado, normalistas y padres de familia se consideraron “hijos de Genaro y Lucio”; “Así como el estado calló a sangre y fuego el levantamiento popular y guerrillero de Genaro Vázquez, intenta año tras año cerrar nuestra Normal para evitar que los profesores rurales se formen para apoyar a su pueblo”.
Durante un mitin desarrollado en el Monumento a los Caídos ubicado en la Alameda Central, la señora María de Jesús, madre de uno de los 43 normalistas desaparecidos aseguró que Ayotzinapa no olvida al profesor que fue dirigente de la organización Asociación Cívica Nacional Revolucionaria; “Genaro Vázquez, aquí estamos otro año más, otro aniversario más, pero tu pueblo, tu gente, Ayotzinapa no te olvida, aquí estamos porque nosotros vamos a seguir en esta lucha digna de nosotros como madres y padres de familia porque este gobierno nos obliga a andar en las marchas, en los mitin y andar protestando”.
Por su parte, en representación de los estudiantes, un joven describió la visión que tienen como normalistas rurales sobre la figura de Genaro Vázquez; “Guerrero, maestro rural, una persona que tenía anhelos de libertad, de justicia y de libertad, ese era nuestro comandante Genaro, una persona que siempre tuvo ideales de justicia para el pueblo, que siempre quiso ayudar a los pobres, a los hijos de campesinos y al proletariado….esta persona nunca se rindió, así como nosotros normalistas rurales de Ayotzinapa, nosotros no nos vamos a detener por nuestros 43 camaradas…”
En el lugar se colocó una ofrenda floral y se guardó un minuto de silencio recordando a uno de los pioneros de la lucha social en Guerrero.
FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: ALAIDE MARTÍNEZ.
LINK: https://desinformemonos.org/somos-hijos-genaro-vazquez-lucio-cabanas-normalistas-ayotzinapa/
Cerca del mediodía de este jueves 2 de Febrero, estudiantes de la Normal “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, padres de familia de los 43 jóvenes desaparecidos desde el pasado 26 de septiembre de 2014, así como familiares de presos políticos y organizaciones sociales marcharon por la avenida Juárez de Chilpancingo, exigiendo la presentación con vida de los 43 normalistas, justicia para los asesinados la madrugada del 26 y 27 de Septiembre y castigo a los culpables de esos hechos.
A través de un comunicado, normalistas y padres de familia se consideraron “hijos de Genaro y Lucio”; “Así como el estado calló a sangre y fuego el levantamiento popular y guerrillero de Genaro Vázquez, intenta año tras año cerrar nuestra Normal para evitar que los profesores rurales se formen para apoyar a su pueblo”.
Durante un mitin desarrollado en el Monumento a los Caídos ubicado en la Alameda Central, la señora María de Jesús, madre de uno de los 43 normalistas desaparecidos aseguró que Ayotzinapa no olvida al profesor que fue dirigente de la organización Asociación Cívica Nacional Revolucionaria; “Genaro Vázquez, aquí estamos otro año más, otro aniversario más, pero tu pueblo, tu gente, Ayotzinapa no te olvida, aquí estamos porque nosotros vamos a seguir en esta lucha digna de nosotros como madres y padres de familia porque este gobierno nos obliga a andar en las marchas, en los mitin y andar protestando”.
Por su parte, en representación de los estudiantes, un joven describió la visión que tienen como normalistas rurales sobre la figura de Genaro Vázquez; “Guerrero, maestro rural, una persona que tenía anhelos de libertad, de justicia y de libertad, ese era nuestro comandante Genaro, una persona que siempre tuvo ideales de justicia para el pueblo, que siempre quiso ayudar a los pobres, a los hijos de campesinos y al proletariado….esta persona nunca se rindió, así como nosotros normalistas rurales de Ayotzinapa, nosotros no nos vamos a detener por nuestros 43 camaradas…”
En el lugar se colocó una ofrenda floral y se guardó un minuto de silencio recordando a uno de los pioneros de la lucha social en Guerrero.
FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: ALAIDE MARTÍNEZ.
LINK: https://desinformemonos.org/somos-hijos-genaro-vazquez-lucio-cabanas-normalistas-ayotzinapa/
martes, 5 de julio de 2016
Maestro de talabartería de la Normal Rural de Ayotzinapa es ejecutado en Tixtla, Guerrero
La muerte del profesor de talabartería de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa se suma a las 206 personas que fueron asesinadas, sólo en el mes de julio, en le estado de Guerrero,27 homicidios más que en el mes de mayo.
La mañana de este lunes Gelacio Navarrete Morales, profesor de la escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, fue asesinado a una cuadra del Zócalo y el Ayuntamiento de Tixtla, y cerca de la casa del ex alcalde Jorge Luis Campos Espíritu.
Fuentes de seguridad publica informaron que a las 9:30 de la mañana recibieron un reporte de que había un herido de bala en la calle Morelos. Sin embargo, cuando la policía llegó solo halló rastros de sangre junto a un Jetta azul estacionado.
Las fuentes también indicaron que la víctima es el encargado del taller de talabartería de la normal y que testigos contaron que los agresores se llevaron el cuerpo en una camioneta blanca, pero hasta las 13:00 horas no había sido hallado.
Aproximadamente a las 14:30 horas el cuerpo fue encontrado sobre la carretera federal que conecta a Chilpancingo y Tixtla, en el punto conocido como el Cerro Machohua, cerca del basurero en una barranca.
De acuerdo con información de la agencia Cuartoscuro, el cuerpo se encontró cubierto con una bolsa negra.
FUENTE: SIN EMBARGO/EL SUR.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/04-07-2016/3062668
La mañana de este lunes Gelacio Navarrete Morales, profesor de la escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, fue asesinado a una cuadra del Zócalo y el Ayuntamiento de Tixtla, y cerca de la casa del ex alcalde Jorge Luis Campos Espíritu.
Fuentes de seguridad publica informaron que a las 9:30 de la mañana recibieron un reporte de que había un herido de bala en la calle Morelos. Sin embargo, cuando la policía llegó solo halló rastros de sangre junto a un Jetta azul estacionado.
Las fuentes también indicaron que la víctima es el encargado del taller de talabartería de la normal y que testigos contaron que los agresores se llevaron el cuerpo en una camioneta blanca, pero hasta las 13:00 horas no había sido hallado.
Aproximadamente a las 14:30 horas el cuerpo fue encontrado sobre la carretera federal que conecta a Chilpancingo y Tixtla, en el punto conocido como el Cerro Machohua, cerca del basurero en una barranca.
De acuerdo con información de la agencia Cuartoscuro, el cuerpo se encontró cubierto con una bolsa negra.
FUENTE: SIN EMBARGO/EL SUR.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/04-07-2016/3062668
martes, 26 de abril de 2016
Confundidos, aterrorizados y sin ayuda: los detalles que agrega el nuevo informe del caso Ayotzinapa
Los policías municipales rodearon el autobús, lanzaron gas lacrimógeno, pincharon las llantas y obligaron a los estudiantes a que se bajaran.
Uno de los oficiales dijo: “Los vamos a matar a todos”, según el testimonio del conductor del autobús. Otro policía se dirigió a él y le dijo: “A ti también”.
Mientras tanto, un oficial de inteligencia militar lo veía todo. Y cerca de donde sucedía había agentes de la policía estatal y la federal. A los estudiantes los subieron a vehículos de la policía y desde entonces no se ha sabido nada de ellos.
Se trataba de varios de los 43 estudiantes desaparecidos en el caos de una noche violenta de septiembre de 2014 en Iguala, un caso cuyo contexto —no se conoce aún el motivo de la desaparición— es cada vez más cuestionado. Sobre todo después de que una comisión de expertos extranjeros lo haya examinado durante más de un año.
Pese a los obstáculos que el gobierno ha puesto al caso desde hace meses, los dos informes del grupo de expertos extranjeros —el segundo fue publicado el domingo— son el relato más detallado de los hechos de aquella noche, que dejaron seis muertos además de los 43 desaparecidos, y decenas de heridos.
El informe describe una noche de confusión y terror para los estudiantes y los habitantes de la ciudad, y una recolección de personas, con una metodología casi clínica, llevada a cabo por las fuerzas de seguridad que operaban en la ciudad de Iguala, estado de Guerrero, uno de los más pobres y violentos de México.
El gobierno ha detenido a 123 personas entre las que hay 73 policías municipales. Los acusa de vínculos con el crimen organizado por lo sucedido aquella noche; de trabajar para la organización Guerreros Unidos, pero no han sido capaces de dar con el motivo de su comportamiento.
Los jóvenes desaparecidos eran estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, una escuela de maestros con una larga trayectoria de activismo situada en Ayotzinapa.
Estaban entre el centenar de estudiantes que habían ido a Iguala la noche del 26 de septiembre de 2014 para secuestrar varios autobuses. Solían hacerlo cada vez que necesitaban trasladarse a un evento y los devolvían una vez finalizada la actividad. Tanto las empresas como las autoridades toleraban esa práctica.
El plan para la salida de esa noche era asegurar los autobuses e ir a la capital del país para participar en una marcha de recuerdo de una masacre estudiantil en 1968.
Se desplazaban en dos autobuses que habían requisado antes. Se estacionaron en una de las calles de entrada a la ciudad y esperaron para interceptar más vehículos.
Uno de los estudiantes dijo, según el primero de los informes del grupo de expertos, que “estábamos todos contentos, relajados y jugando con los choferes”. Ese informe fue elaborado a partir de entrevistas con los supervivientes, fuerzas de seguridad e informes de un centro de mando público con la participación de varias instituciones.
Pero las fuerzas de seguridad de la zona estaban al tanto de los planes de los estudiantes. La policía federal situó varias patrullas cerca de los estudiantes, y el centro de mando local que hacía la conexión entre las policías federal, estatal y municipal así como con el ejército, mantenía a los estudiantes vigilados.
A las 20:15, los estudiantes detuvieron y abordaron el primer autobús, que estaba frente a un restaurante. El conductor ya sabía qué hacer en caso de que los estudiantes reclamaran el autobús. Debía quedarse en el vehículo para garantizar que se devolvía.
El chofer dijo que necesitaba hacer una parada en la terminal de autobuses de Iguala antes de conducir rumbo a Ayotzinapa. Pero una vez en el lugar, sorprendió a los estudiantes y los dejó encerrados en el vehículo.
Sobre las 21:15, los estudiantes que se desplazaban en otros dos autobuses llegaron a la terminal y liberaron a sus compañeros. El grupo requisó tres autobuses más y dejó atrás uno que no tenía conductor. Los cinco autobuses se fueron rumbo a Ayotzinapa, tres de ellos por la salida norte de la ciudad, dos por la salida sur.
Y comenzó el tiroteo.
Varios vehículos policiales seguían a los tres autobuses que iban por la salida norte y disparaban al aire. La amenaza no sirvió para que los estudiantes se detuvieran. Llegados a un punto, una de las camionetas de la policía obligó a detenerse a los autobuses.
Varios de los estudiantes bajaron del autobús y comenzaron a a tirar piedras contra los policías que les bloqueaban el paso. El vehículo se fue. En otro lugar, uno de los estudiantes trató de desarmar a un policía por la espalda. Varios policías acudieron para ayudar a su compañero y el estudiante logró huir. Mientras huía, una bala perdida le hirió de levedad por la espalda.
El convoy emprendió rumbo norte de nuevo. Mientras atravesaba la ciudad, los policías disparaban. Los estudiantes se resguardaron en el suelo de los vehículos y le ordenaron a los conductores que siguieran.
Al llegar a una ronda de circunvalación, el camino estaba bloqueado por policías. Varios estudiantes se bajaron del autobús y trataron de mover el coche de policía que les cerraba el paso pero había policías apostados en la carretera que dispararon contra ellos. Para protegerse, los estudiantes se escondieron tras los autobuses. Le pidieron a la policía que dejara de disparar. Eran solo estudiantes. Uno de los autobuses tenía hasta 30 impactos de bala.
Las balas quebraron las ventanas. Aldo Gutiérrez, uno de los estudiantes, recibió un impacto de bala en la cabeza. La primera llamada al número de emergencias se recibió a las 21:48. Los estudiantes que trataron de socorrer a Aldo también recibieron disparos.
Otro estudiante recibió una bala que le arrancó varios dedos. Buscó refugio tras un camión. Dos policías llegaron hasta donde se escondía y lo golpearon. Un tercer estudiante recibió un impacto de bala en el brazo. Una ambulancia logró rescatar a tres heridos y llevarlos al hospital junto a un cuarto estudiante con un ataque de asma.
El informe del grupo formado por cinco abogados y expertos en derechos humanos dice que “sintieron la confusión, el terror y la ausencia de ayuda”.
En algún momento, la policía hizo que un grupo de estudiantes que se protegía dentro del tercer autobús se bajara del vehículo y se tumbaran en el suelo. A las 22:50 los subieron a seis o siete patrullas y se los llevaron. Están entre los 43 desaparecidos.
Mientras tanto, los dos autobuses que habían tomado la ruta del sur de la ciudad también se habían encontrado con problemas. A las 21:40, mientras se interceptaba a los tres autobuses en el norte, la policía detuvo uno de los dos vehículos, rompió las ventanas y arrojó gas lacrimógeno al interior para obligarlos a que se bajaran frente al edificio de tribunales de Iguala.
Los estudiantes llamaron por teléfono desesperadamente. Familiares y amigos oyeron que la policía los atacaba. Oían disparos como sonido de fondo de las conversaciones.
Bajaron a los pasajeros de los autobuses y se los llevaron. Son el resto de los 43 desaparecidos.
En otro punto de Iguala, la policía había detenido otro de los autobuses que había huido hacia el sur. Los estudiantes, que sabían de los ataques por llamadas telefónicas, huyeron.
Para tener una dimensión exacta del caos de aquella noche en Iguala es importante saber que otros autobuses y vehículos que no tenían nada que ver con los estudiantes también fueron atacados.
Los Avispones, un equipo de fútbol de una secundaria de la ciudad de Chilpancingo, había jugado un partido en Iguala contra un equipo local. A las 23:15, los jugadores regresaban a casa en su autobús. Iban tranquilos, viendo una película. Para salir de Iguala tenían que atravesar un control de la policía hacia donde les dirigieron por el enfrentamiento entre la policía y los estudiantes.
A unos cinco kilómetros de Iguala, la policía abrió fuego contra ellos. Mataron al conductor y a uno de los jugadores. Hirieron a siete personas más. Una mujer de 40 años que pasaba por allí en un taxi también murió.
Los testigos dicen que entre quienes dispararon había oficiales de la policía y los análisis de balística demuestran que las armas utilizadas pertenecían a la policía municipal de Iguala.
El informe dice que “la hipótesis más probable es que el autobús fue confundido con uno de los que transportaba a los estudiantes de magisterio”.
Algunos de los jugadores, uno de ellos herido en un ojo y que sangraba en abundancia, consiguió llegar a un batallón militar cercano. No le ayudaron. “Nos dijeron que no podían hacer nada porque no tenían competencia sobre la zona”.
En el resto de calles de entrada a Iguala desde Ayotzinapa grupos de hombres armados establecieron dos controles. La policía municipal de Huitzuco puso otro. En uno de ellos, dos civiles resultaron heridos de bala.
El grupo de expertos concluyó que “la acción conjunta muestra unmodus operandi coordinado para detener la salida de los autobuses”.
Mientras tanto, en la entrada norte de la ciudad, los supervivientes del tiroteo contra los tres autobuses comenzaron a salir de los lugares en los que se habían escondido y a reagruparse en lugar hacia las 23:00. La policía ya se había ido y querían recopilar las pruebas del ataque mientras seguían intentando comunicarse con sus compañeros.
Algunos periodistas y maestros llegaron al sitio y se montó una conferencia de prensa improvisada en medio de la calle.
Alrededor de las 00:30, dos vehículos —uno blanco y otro negro— llegaron al lugar y comenzaron a tomar fotos de los reunidos. Algunos de sus ocupantes llevaban chalecos antibalas y estaban encapuchados. Hay testigos que dijeron haber visto un coche de policía en el lugar.
Quince minutos más tarde, los vehículos regresaron y tres hombres se bajaron de ellos para abrir fuego contra la conferencia de prensa. Murieron dos hombres y hubo heridos, entre los que había maestros y estudiantes.
Los supervivientes se escondieron en viviendas cercanas. Un maestro y varios estudiantes fueron a buscar ayuda para los heridos a un hospital cercano. No había ningún médico. Pese a que pedían que enviaran ambulancias al lugar y a que el ejército llegó hasta donde estaban, dentro del hospital, la ayuda tardó más de una hora en hacerse efectiva.
A las tres de la mañana, los cuerpos de los dos muertos todavía estaban en la calle, sin cubrir, bajo la lluvia.
Al amanecer, la situación ya se había calmado y los estudiantes que se habían escondido por toda la ciudad comenzaron a recibir llamadas que les decían que era seguro salir. A lo largo de la mañana, se reunieron en la fiscalía donde dieron testimonio ante un funcionario.
Esa misma mañana apareció el cadáver de Julio César Mondragón, que había estado en la rueda de prensa improvisada en la calle. Había huido cuando comenzó el tiroteo y se había separado del grupo.
Lo habían desollado. Tenía el cráneo roto y múltiples hemorragias internas. El estado de su cadáver muestra, según el informe del grupo de expertos, “el nivel de las atrocidades cometidas aquella noche”.
Uno de los oficiales dijo: “Los vamos a matar a todos”, según el testimonio del conductor del autobús. Otro policía se dirigió a él y le dijo: “A ti también”.
Mientras tanto, un oficial de inteligencia militar lo veía todo. Y cerca de donde sucedía había agentes de la policía estatal y la federal. A los estudiantes los subieron a vehículos de la policía y desde entonces no se ha sabido nada de ellos.
Se trataba de varios de los 43 estudiantes desaparecidos en el caos de una noche violenta de septiembre de 2014 en Iguala, un caso cuyo contexto —no se conoce aún el motivo de la desaparición— es cada vez más cuestionado. Sobre todo después de que una comisión de expertos extranjeros lo haya examinado durante más de un año.
Pese a los obstáculos que el gobierno ha puesto al caso desde hace meses, los dos informes del grupo de expertos extranjeros —el segundo fue publicado el domingo— son el relato más detallado de los hechos de aquella noche, que dejaron seis muertos además de los 43 desaparecidos, y decenas de heridos.
El informe describe una noche de confusión y terror para los estudiantes y los habitantes de la ciudad, y una recolección de personas, con una metodología casi clínica, llevada a cabo por las fuerzas de seguridad que operaban en la ciudad de Iguala, estado de Guerrero, uno de los más pobres y violentos de México.
El gobierno ha detenido a 123 personas entre las que hay 73 policías municipales. Los acusa de vínculos con el crimen organizado por lo sucedido aquella noche; de trabajar para la organización Guerreros Unidos, pero no han sido capaces de dar con el motivo de su comportamiento.
Los jóvenes desaparecidos eran estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, una escuela de maestros con una larga trayectoria de activismo situada en Ayotzinapa.
Estaban entre el centenar de estudiantes que habían ido a Iguala la noche del 26 de septiembre de 2014 para secuestrar varios autobuses. Solían hacerlo cada vez que necesitaban trasladarse a un evento y los devolvían una vez finalizada la actividad. Tanto las empresas como las autoridades toleraban esa práctica.
El plan para la salida de esa noche era asegurar los autobuses e ir a la capital del país para participar en una marcha de recuerdo de una masacre estudiantil en 1968.
Se desplazaban en dos autobuses que habían requisado antes. Se estacionaron en una de las calles de entrada a la ciudad y esperaron para interceptar más vehículos.
Uno de los estudiantes dijo, según el primero de los informes del grupo de expertos, que “estábamos todos contentos, relajados y jugando con los choferes”. Ese informe fue elaborado a partir de entrevistas con los supervivientes, fuerzas de seguridad e informes de un centro de mando público con la participación de varias instituciones.
Pero las fuerzas de seguridad de la zona estaban al tanto de los planes de los estudiantes. La policía federal situó varias patrullas cerca de los estudiantes, y el centro de mando local que hacía la conexión entre las policías federal, estatal y municipal así como con el ejército, mantenía a los estudiantes vigilados.
A las 20:15, los estudiantes detuvieron y abordaron el primer autobús, que estaba frente a un restaurante. El conductor ya sabía qué hacer en caso de que los estudiantes reclamaran el autobús. Debía quedarse en el vehículo para garantizar que se devolvía.
El chofer dijo que necesitaba hacer una parada en la terminal de autobuses de Iguala antes de conducir rumbo a Ayotzinapa. Pero una vez en el lugar, sorprendió a los estudiantes y los dejó encerrados en el vehículo.
Sobre las 21:15, los estudiantes que se desplazaban en otros dos autobuses llegaron a la terminal y liberaron a sus compañeros. El grupo requisó tres autobuses más y dejó atrás uno que no tenía conductor. Los cinco autobuses se fueron rumbo a Ayotzinapa, tres de ellos por la salida norte de la ciudad, dos por la salida sur.
Y comenzó el tiroteo.
Varios de los estudiantes bajaron del autobús y comenzaron a a tirar piedras contra los policías que les bloqueaban el paso. El vehículo se fue. En otro lugar, uno de los estudiantes trató de desarmar a un policía por la espalda. Varios policías acudieron para ayudar a su compañero y el estudiante logró huir. Mientras huía, una bala perdida le hirió de levedad por la espalda.
El convoy emprendió rumbo norte de nuevo. Mientras atravesaba la ciudad, los policías disparaban. Los estudiantes se resguardaron en el suelo de los vehículos y le ordenaron a los conductores que siguieran.
Al llegar a una ronda de circunvalación, el camino estaba bloqueado por policías. Varios estudiantes se bajaron del autobús y trataron de mover el coche de policía que les cerraba el paso pero había policías apostados en la carretera que dispararon contra ellos. Para protegerse, los estudiantes se escondieron tras los autobuses. Le pidieron a la policía que dejara de disparar. Eran solo estudiantes. Uno de los autobuses tenía hasta 30 impactos de bala.
Las balas quebraron las ventanas. Aldo Gutiérrez, uno de los estudiantes, recibió un impacto de bala en la cabeza. La primera llamada al número de emergencias se recibió a las 21:48. Los estudiantes que trataron de socorrer a Aldo también recibieron disparos.
Otro estudiante recibió una bala que le arrancó varios dedos. Buscó refugio tras un camión. Dos policías llegaron hasta donde se escondía y lo golpearon. Un tercer estudiante recibió un impacto de bala en el brazo. Una ambulancia logró rescatar a tres heridos y llevarlos al hospital junto a un cuarto estudiante con un ataque de asma.
El informe del grupo formado por cinco abogados y expertos en derechos humanos dice que “sintieron la confusión, el terror y la ausencia de ayuda”.
En algún momento, la policía hizo que un grupo de estudiantes que se protegía dentro del tercer autobús se bajara del vehículo y se tumbaran en el suelo. A las 22:50 los subieron a seis o siete patrullas y se los llevaron. Están entre los 43 desaparecidos.
Mientras tanto, los dos autobuses que habían tomado la ruta del sur de la ciudad también se habían encontrado con problemas. A las 21:40, mientras se interceptaba a los tres autobuses en el norte, la policía detuvo uno de los dos vehículos, rompió las ventanas y arrojó gas lacrimógeno al interior para obligarlos a que se bajaran frente al edificio de tribunales de Iguala.
Los estudiantes llamaron por teléfono desesperadamente. Familiares y amigos oyeron que la policía los atacaba. Oían disparos como sonido de fondo de las conversaciones.
Bajaron a los pasajeros de los autobuses y se los llevaron. Son el resto de los 43 desaparecidos.
En otro punto de Iguala, la policía había detenido otro de los autobuses que había huido hacia el sur. Los estudiantes, que sabían de los ataques por llamadas telefónicas, huyeron.
Para tener una dimensión exacta del caos de aquella noche en Iguala es importante saber que otros autobuses y vehículos que no tenían nada que ver con los estudiantes también fueron atacados.
Los Avispones, un equipo de fútbol de una secundaria de la ciudad de Chilpancingo, había jugado un partido en Iguala contra un equipo local. A las 23:15, los jugadores regresaban a casa en su autobús. Iban tranquilos, viendo una película. Para salir de Iguala tenían que atravesar un control de la policía hacia donde les dirigieron por el enfrentamiento entre la policía y los estudiantes.
A unos cinco kilómetros de Iguala, la policía abrió fuego contra ellos. Mataron al conductor y a uno de los jugadores. Hirieron a siete personas más. Una mujer de 40 años que pasaba por allí en un taxi también murió.
Los testigos dicen que entre quienes dispararon había oficiales de la policía y los análisis de balística demuestran que las armas utilizadas pertenecían a la policía municipal de Iguala.
El informe dice que “la hipótesis más probable es que el autobús fue confundido con uno de los que transportaba a los estudiantes de magisterio”.
Algunos de los jugadores, uno de ellos herido en un ojo y que sangraba en abundancia, consiguió llegar a un batallón militar cercano. No le ayudaron. “Nos dijeron que no podían hacer nada porque no tenían competencia sobre la zona”.
En el resto de calles de entrada a Iguala desde Ayotzinapa grupos de hombres armados establecieron dos controles. La policía municipal de Huitzuco puso otro. En uno de ellos, dos civiles resultaron heridos de bala.
El grupo de expertos concluyó que “la acción conjunta muestra unmodus operandi coordinado para detener la salida de los autobuses”.
Mientras tanto, en la entrada norte de la ciudad, los supervivientes del tiroteo contra los tres autobuses comenzaron a salir de los lugares en los que se habían escondido y a reagruparse en lugar hacia las 23:00. La policía ya se había ido y querían recopilar las pruebas del ataque mientras seguían intentando comunicarse con sus compañeros.
Algunos periodistas y maestros llegaron al sitio y se montó una conferencia de prensa improvisada en medio de la calle.
Alrededor de las 00:30, dos vehículos —uno blanco y otro negro— llegaron al lugar y comenzaron a tomar fotos de los reunidos. Algunos de sus ocupantes llevaban chalecos antibalas y estaban encapuchados. Hay testigos que dijeron haber visto un coche de policía en el lugar.
Quince minutos más tarde, los vehículos regresaron y tres hombres se bajaron de ellos para abrir fuego contra la conferencia de prensa. Murieron dos hombres y hubo heridos, entre los que había maestros y estudiantes.
Los supervivientes se escondieron en viviendas cercanas. Un maestro y varios estudiantes fueron a buscar ayuda para los heridos a un hospital cercano. No había ningún médico. Pese a que pedían que enviaran ambulancias al lugar y a que el ejército llegó hasta donde estaban, dentro del hospital, la ayuda tardó más de una hora en hacerse efectiva.
A las tres de la mañana, los cuerpos de los dos muertos todavía estaban en la calle, sin cubrir, bajo la lluvia.
Al amanecer, la situación ya se había calmado y los estudiantes que se habían escondido por toda la ciudad comenzaron a recibir llamadas que les decían que era seguro salir. A lo largo de la mañana, se reunieron en la fiscalía donde dieron testimonio ante un funcionario.
Esa misma mañana apareció el cadáver de Julio César Mondragón, que había estado en la rueda de prensa improvisada en la calle. Había huido cuando comenzó el tiroteo y se había separado del grupo.
Lo habían desollado. Tenía el cráneo roto y múltiples hemorragias internas. El estado de su cadáver muestra, según el informe del grupo de expertos, “el nivel de las atrocidades cometidas aquella noche”.
Fuente: New York Times en Español
Autor: Kirk Semple, con información de Paulina Villegas
http://www.nytimes.com/es/2016/04/25/confundidos-aterrorizados-y-sin-ayuda-los-detalles-que-agrega-el-nuevo-informe-del-caso-ayotzinapa/
miércoles, 6 de abril de 2016
Alumnos cierran Normal de Ayotzinapa en respaldo a expertos independientes
CIUDAD DE MÉXICO: Normalistas de Ayotzinapa, Guerrero cerraron las instalaciones de su plantel y suspendieron actividades académicas como parte del plan de protestas en contra del gobierno federal.
Los más de 500 alumnos se declararon en suspensión de clases hasta que el gobierno de Peña Nieto presente con vida a sus 43 compañeros desaparecidos en Iguala en septiembre del 2014.
En los primeros días de octubre de ese año, luego de la tragedia de Iguala, normalistas iniciaron un paro que levantaron hasta marzo del 2015, y para no perder el año escolar mantuvieron clases por internet.
Después de que la PGR diera a conocer el viernes pasado un tercer peritaje sobre el incendio del basurero de Cocula, padres de los 43 normalistas desaparecidos, estudiantes de esta escuela y organizaciones sociales acordaron reiniciar las movilizaciones.
Uno de los dirigentes del comité estudiantil de la Normal, Ernesto Guerrero, confirmó que a partir de ayer suspendieron las clases y la entrada al personal docente del plantel.
Además, otra de las demandas exigidas al gobierno es que se alargue la presencia en México del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) hasta el esclarecimiento de los hechos ocurridos en Iguala la noche del 26 de septiembre de 2014.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.proceso.com.mx/436104/alumnos-cierran-normal-ayotzinapa-en-respaldo-a-expertos-independientes
Los más de 500 alumnos se declararon en suspensión de clases hasta que el gobierno de Peña Nieto presente con vida a sus 43 compañeros desaparecidos en Iguala en septiembre del 2014.
En los primeros días de octubre de ese año, luego de la tragedia de Iguala, normalistas iniciaron un paro que levantaron hasta marzo del 2015, y para no perder el año escolar mantuvieron clases por internet.
Después de que la PGR diera a conocer el viernes pasado un tercer peritaje sobre el incendio del basurero de Cocula, padres de los 43 normalistas desaparecidos, estudiantes de esta escuela y organizaciones sociales acordaron reiniciar las movilizaciones.
Uno de los dirigentes del comité estudiantil de la Normal, Ernesto Guerrero, confirmó que a partir de ayer suspendieron las clases y la entrada al personal docente del plantel.
Además, otra de las demandas exigidas al gobierno es que se alargue la presencia en México del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) hasta el esclarecimiento de los hechos ocurridos en Iguala la noche del 26 de septiembre de 2014.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.proceso.com.mx/436104/alumnos-cierran-normal-ayotzinapa-en-respaldo-a-expertos-independientes
martes, 5 de abril de 2016
Estudiantes de la Normal de Ayotzinapa inician paro indefinido; exigen prórroga para el GIEI
Los alumnos colocaron mantas en la dirección y en la entrada de la Normal Rural de Ayotzinapa, en las que explican las razones del paro, entre las que destaca la permanencia del GIEI hasta que se establezca una nueva línea de investigación que conduzca a la desaparición de los 43 normalistas.
Estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos” iniciaron un paro indefinido para exigir la permanencia del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) hasta que haya resultados contundentes sobre la desaparición forzada de 43 normalistas, ocurrida el 26 de septiembre del 2014 en Iguala, Guerrero.
Los normalistas dieron una conferencia de prensa con padres de los 43 estudiantes desaparecidos en la Normal Rural en Tixtla, donde ratificaron que no van de dejar la lucha pese a las difamaciones y los intentos del gobierno de dividirlos.
También exigen la presentación con vida de los estudiantes y que el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, autorice que se entrevisten el grupo de expertos con los soldados del 27 Batallón de Infantería, con sede en Iguala, para que expliquen su participación en los hechos de septiembre de 2014.
Los alumnos colocaron mantas en la dirección y en la entrada de la escuela en las que explican las razones del paro y los maestros se retiraron del plantel.
Los padres de familia agradecieron el apoyo y rechazaron la filtración que hizo la Procuraduría General de la República (PGR) de unos audios en los que se les pretende vincular con los grupos delincuenciales Guerreros Unidos y Los Rojos.
FUENTE: SIN EMBARGO, EL SUR.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/05-04-2016/1644428
Estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos” iniciaron un paro indefinido para exigir la permanencia del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) hasta que haya resultados contundentes sobre la desaparición forzada de 43 normalistas, ocurrida el 26 de septiembre del 2014 en Iguala, Guerrero.
Los normalistas dieron una conferencia de prensa con padres de los 43 estudiantes desaparecidos en la Normal Rural en Tixtla, donde ratificaron que no van de dejar la lucha pese a las difamaciones y los intentos del gobierno de dividirlos.
También exigen la presentación con vida de los estudiantes y que el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, autorice que se entrevisten el grupo de expertos con los soldados del 27 Batallón de Infantería, con sede en Iguala, para que expliquen su participación en los hechos de septiembre de 2014.
Los alumnos colocaron mantas en la dirección y en la entrada de la escuela en las que explican las razones del paro y los maestros se retiraron del plantel.
Los padres de familia agradecieron el apoyo y rechazaron la filtración que hizo la Procuraduría General de la República (PGR) de unos audios en los que se les pretende vincular con los grupos delincuenciales Guerreros Unidos y Los Rojos.
FUENTE: SIN EMBARGO, EL SUR.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/05-04-2016/1644428
viernes, 4 de diciembre de 2015
Bloquean Autopista del Sol; exigen reunión con titular de Educación
MÉXICO, DF: Estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa bloquearon por casi una hora la Autopista del Sol en ambos sentidos, para exigir una reunión con el secretario de Educación estatal, José Luis González de la Vega Otero.
Desde las 9 y media de la mañana, decenas de normalistas bloquearon los cuatro carriles de la autopista del Sol, a la altura del Parador del Marqués, un sentido con un camión y el otro con muros de contención.
Los jóvenes indicaron que el bloqueo también era para rechazar la evaluación que se está llevando a cabo en el puerto de Acapulco.
Durante la protesta, los inconformes manifestaron que la reforma educativa contempla un plan integral que afecta a todas las normales.
Los normalistas informaron que este miércoles tenían agendada una reunión con el secretario de Educación, pero se canceló de última hora, por lo que están exigiendo que se les de la audiencia.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.proceso.com.mx/?p=422585
Desde las 9 y media de la mañana, decenas de normalistas bloquearon los cuatro carriles de la autopista del Sol, a la altura del Parador del Marqués, un sentido con un camión y el otro con muros de contención.
Los jóvenes indicaron que el bloqueo también era para rechazar la evaluación que se está llevando a cabo en el puerto de Acapulco.
Durante la protesta, los inconformes manifestaron que la reforma educativa contempla un plan integral que afecta a todas las normales.
Los normalistas informaron que este miércoles tenían agendada una reunión con el secretario de Educación, pero se canceló de última hora, por lo que están exigiendo que se les de la audiencia.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.proceso.com.mx/?p=422585
miércoles, 11 de noviembre de 2015
Policías detienen y reprimen a normalistas; hay 13 detenidos
TIXTLA. Gro: Normalistas de Ayotzinapa se enfrentaron con policías estatales y federales sobre el libramiento Chilpancingo–Tixtla, lo que dejó un saldo preliminar de 13 estudiantes detenidos y una veintena de lesionados.
El hecho se registró cerca de las 17:00 horas sobre la vía interestatal, luego de que los normalistas arribaron a bordo de ocho autobuses a la zona norte de la capital de la entidad, donde interceptaron una pipa cargada con diesel.
Al menos 500 policías federales y estatales que se desplazaban en patrullas y autobuses particulares, detuvieron a los estudiantes de forma violenta para recuperar la unidad y el combustible.
De acuerdo con testigos, ocurrieron al menos tres choques en los que los uniformados arrojaron gas y piedras para detener a los autobuses en los que iban los normalistas. Entonces se desató el caos en la carretera.
A golpes, 13 normalistas fueron detenidos en el lugar. Otros lograron escapar por los cerros y unos más se replegaron lanzando piedras contra los uniformados, quienes eran mayoría frente a los estudiantes.
Seis de los detenidos fueron trasladados al hospital general porque presentaban lesiones serias. Los siete restantes fueron llevados a la sede de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, de donde se espera que en las próximas horas sean liberados.
Los normalistas dieron a conocer públicamente la lista de los detenidos: Manuel Cortez Rodríguez, Sebastián Sánchez Pérez, Iván Cisneros López, Jorge Rodríguez Jiménez, Ángel Mundo Francisco, Carlos Martínez Rendón, Luis Carranza de Aquino, Antonio Arrubia Anacleto, Luis López Juárez, Luis Hernández Martínez, David de Jesús Hernández, Ricardo Morales Pérez y Daniel Santos Cruz.
Hasta el momento, ninguna autoridad ha emitido una postura oficial sobre este hecho de violencia que involucra nuevamente a los normalistas de Ayotzinapa.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: EZEQUIEL FLORES CONTRERAS.
LINK: http://www.proceso.com.mx/?p=420531
**Hay una publicación previa referente a este hecho extraida de La Jornada, pongo esta como un complemento a la información.
El hecho se registró cerca de las 17:00 horas sobre la vía interestatal, luego de que los normalistas arribaron a bordo de ocho autobuses a la zona norte de la capital de la entidad, donde interceptaron una pipa cargada con diesel.
Al menos 500 policías federales y estatales que se desplazaban en patrullas y autobuses particulares, detuvieron a los estudiantes de forma violenta para recuperar la unidad y el combustible.
De acuerdo con testigos, ocurrieron al menos tres choques en los que los uniformados arrojaron gas y piedras para detener a los autobuses en los que iban los normalistas. Entonces se desató el caos en la carretera.
A golpes, 13 normalistas fueron detenidos en el lugar. Otros lograron escapar por los cerros y unos más se replegaron lanzando piedras contra los uniformados, quienes eran mayoría frente a los estudiantes.
Seis de los detenidos fueron trasladados al hospital general porque presentaban lesiones serias. Los siete restantes fueron llevados a la sede de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, de donde se espera que en las próximas horas sean liberados.
Los normalistas dieron a conocer públicamente la lista de los detenidos: Manuel Cortez Rodríguez, Sebastián Sánchez Pérez, Iván Cisneros López, Jorge Rodríguez Jiménez, Ángel Mundo Francisco, Carlos Martínez Rendón, Luis Carranza de Aquino, Antonio Arrubia Anacleto, Luis López Juárez, Luis Hernández Martínez, David de Jesús Hernández, Ricardo Morales Pérez y Daniel Santos Cruz.
Hasta el momento, ninguna autoridad ha emitido una postura oficial sobre este hecho de violencia que involucra nuevamente a los normalistas de Ayotzinapa.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: EZEQUIEL FLORES CONTRERAS.
LINK: http://www.proceso.com.mx/?p=420531
**Hay una publicación previa referente a este hecho extraida de La Jornada, pongo esta como un complemento a la información.
jueves, 29 de octubre de 2015
Declarará ante PGR el director de la Normal de Ayotzinapa
Además, el subprocurador Betanzos confirmó la ampliación, por seis meses más, de los trabajos de la CIDH en este caso.
El director de la Escuela Normal de Ayotzinapa, José Luis Hernández Rivera, comparecerá formalmente la próxima semana ante la Procuraduría General de la Republica (PGR) por la desaparición de 43 normalistas en septiembre de 2014.
El subprocurador de derechos humanos de la PGR, Eber Omar Betanzos, informó que el director acudió esta semana a la delegación de la procuraduría en Chilpancingo, Guerrero, en donde dio a conocer su interés por declarar sobre el tema.
Precisó que se tomó la decisión de que Hernández Rivera comparezca ante el agente del Ministerio Público Federal en la Ciudad de México en las instalaciones de la PGR.
En conferencia de prensa, el funcionario también confirmó que se extenderá seis meses más el trabajo del grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre el caso Iguala.
En este sentido, dijo que no se ha determinado cuánto tiempo tomará el nuevo estudio en el basurero de Cocula, pero la PGR colabora en la generación de nuevas líneas de investigación en el caso Ayotzinapa y se plantea el uso de drones para la nueva búsqueda.
Precisó que aún no se ha definido el plan de trabajo que realizará el grupo de expertos que llevará a cabo nuevos peritajes para establecer qué sucedió con los normalistas, a más de un año de su desaparición.
En este sentido, precisó que el hecho de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos haya extendido seis meses más la presencia de los integrantes del denominado Grupo Interdisciplinario de Expertos Internacionales (GIEI), no significa que en ese tiempo se cerrara la investigación de este caso.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
El director de la Escuela Normal de Ayotzinapa, José Luis Hernández Rivera, comparecerá formalmente la próxima semana ante la Procuraduría General de la Republica (PGR) por la desaparición de 43 normalistas en septiembre de 2014.
El subprocurador de derechos humanos de la PGR, Eber Omar Betanzos, informó que el director acudió esta semana a la delegación de la procuraduría en Chilpancingo, Guerrero, en donde dio a conocer su interés por declarar sobre el tema.
Precisó que se tomó la decisión de que Hernández Rivera comparezca ante el agente del Ministerio Público Federal en la Ciudad de México en las instalaciones de la PGR.
En conferencia de prensa, el funcionario también confirmó que se extenderá seis meses más el trabajo del grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre el caso Iguala.
En este sentido, dijo que no se ha determinado cuánto tiempo tomará el nuevo estudio en el basurero de Cocula, pero la PGR colabora en la generación de nuevas líneas de investigación en el caso Ayotzinapa y se plantea el uso de drones para la nueva búsqueda.
Precisó que aún no se ha definido el plan de trabajo que realizará el grupo de expertos que llevará a cabo nuevos peritajes para establecer qué sucedió con los normalistas, a más de un año de su desaparición.
En este sentido, precisó que el hecho de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos haya extendido seis meses más la presencia de los integrantes del denominado Grupo Interdisciplinario de Expertos Internacionales (GIEI), no significa que en ese tiempo se cerrara la investigación de este caso.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
lunes, 28 de septiembre de 2015
Los jóvenes que se matriculan en la Normal de Ayotzinapa
140 muchachos entraron este agosto a estudiar en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, allí donde hace un año desaparecieron a 43 y mataron a otros tres. Aunque la demanda ha bajado, para muchos es la única opción que tienen de cursar una licenciatura en un estado donde casi 70% de la población es pobre.
Su madre le dijo que no, que no fuese, que ahí mataban y desaparecían a estudiantes, pero Santiago no lo dudó. Llevaba 5 años intentando entrar a la universidad. Estudió la preparatoria en el Conalep de su pueblo, Temoaya, en el Estado de México, pero ese bachillerato público, para gente de bajos promedios y bajos recursos, no te facilita el acceso a la universidad.
Intentó entrar a la Universidad del Estado de México pero no se quedó, intentó ahorrar, trabajó de peón en el campo, en una fábrica y probó en una escuela privada sencilla, pero no terminó el semestre porque no podía pagar la colegiatura. Durante una temporada se levantó a las 4.30 de la mañana para ir a trabajar al DF a las 8 desde su pueblo, a 25 kilómetros de Toluca y a 75 del Distrito federal pero que en transporte público se convierte en más de tres horas.
Después del asesinato de tres normalistas y la desaparición de otros 43 el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, varios estudiantes dejaron la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos. La coordinación abrió una convocatoria especial para llenar las plazas de los desertores, y se reservaron las de los caídos y desparecidos. Una de las batallas de los normalistas de Ayotzinapa es el mantenimiento de la escuela, que el gobierno amenaza cada año con recortes de presupuesto.
Así que no podían dejar plazas vacías. Varios muchachos se presentaron y Santiago no logró entrar, pero conoció la escuela y vivió tres meses ahí, sumándose a las exigencia de justicia de los normalistas por sus compañeros muertos y desaparecidos.
“Me enamoré de la escuela”, dice ahora, pero sobretodo vio “la esperanza”. En junio, cuando abrieron la convocatoria para el curso 2015-2016, no lo dudó. Fue uno de los 168 aspirantes que presentaron el examen de ingreso. 140 lo lograron.
Atrás quedaron los años donde se presentaban centenares, como los 500 que hicieron el examen en 2011, por ejemplo, antes de la muerte el 12 de diciembre de ese año de otros dos normalistas en un bloqueo en la Autopista del Sol. Desde entonces ha venido bajando la demanda. Aún así no quedan plazas vacías.
“Los que venimos aquí no tenemos muchas opciones, venimos de lugares humildes, donde a veces falta un plato de comida en casa, la escuela es la única alternativa para muchos de los que estamos aquí”, explica Nery, uno de los que sí se quedó el año pasado en las vacantes extemporáneas y que ahora está orgulloso de estar en segundo grado.
Él es de una comunidad de San Miguel Totoloapan, uno de los municipios estratégicos de Guerrero para el crimen organizado por los sembradíos de amapola y de donde en los últimos dos años se calcula que han huido más de mil personas a causa de la violencia.
Él mismo ha sido correteado por agentes de la Marina, cuando rallaba amapola durante ocho horas por dos cientos pesos al día. Si se gradúa podrá optar a una plaza de maestro, con un mejor sueldo, seguridad y prestaciones de ley.
La escuela es gratuita. El internado les asegura la educación, la estancia y la manutención, aunque de manera precaria. Ahí los estudiantes tienen que comprometerse con las tareas de mantenimiento de la escuela. Para los de primero el silbato toca a las 6. A esa hora hay que estar listo para cortar el pasto o para ir a la milpa o al cultivo de flores de cempasúchil con los que ayudan a mantener la escuela.
Luego les sirven el desayuno y después empezarían las clases. Hace un año que no las hay de manera regular, pero sí deben entregar tareas para no perder el semestre, así que Santiago se apura a leer las teorías sobre el aprendizaje de Skinner, Piaget o Makarenko.
Dice que algunas son bien complicadas pero que están más difíciles los textos sesudos de los prohombres que ilustran las paredes –Marx, Lenin, el Che,…– y que deben también revisar para los círculos de estudio, el adoctrinamiento político entre pares.
La disciplina también es otra de las características y se muestra hasta físicamente. Santiago y todos los de primero son fáciles de identificar. Cuando fueron aceptados les raparon el cabello así que todavía lo llevan corto, tieso y sin forma.
“Aquí aprendemos a ser maestros rurales de verdad, cuando vayamos a comunidades alejadas donde tenemos que caminar dos y tres horas, a dar clase apenas bajo un tendido de cañas, necesitamos saber trabajar y entender las necesidades de la gente”, se excusa.
En la Normal de Ayotzinapa no hay lujos, los edificios están descarapelados, la alberca está abandonada, no hay camas para todos así que a muchos de primero les toca dormir con un colchón en el piso, los mismos alumnos hacen el aseo y el mantenimiento del lugar.
Cuando falta comida no dudan en confiscar un camión de alguna empresa grande que les asegure provisiones. Con las movilizaciones, ahora es todavía más común.
Esta semana, en una mañana mientras un grupo prendía la Fiscalía de Guerrero, en Chilpancingo, otro interceptó al menos tres camiones y se hicieron con el cargamento de un repartidor de Bimbo, de un camión de refrescos y de un tráiler que abastecía perecederos a Walmart. A los choferes les invitaron a comer.
“Todos somos Ayotzinapa” musitaba y sonreía el repartidor de la panadera. “Lo hacen a cada rato”, añadía resignado.
“A mucha gente les chocamos, nos dicen esos ayotzinapos revoltosos, porqué defendemos la escuela. Siempre va a haber críticas” reconoce otro alumno de primero, Giovanny. Tiene 18 años e ingresó porqué así se lo había prometido a su amigo de la infancia José Ángel Navarrete, uno de los 43 desaparecidos. Hoy (sábado) marchará en el DF por él.
José Ángel y Gio, como le llamaba su amigo, fueron a clase juntos desde niños en Tixtla, a pocos kilómetros de la Normal y juntaban dinero de donde podían para echar unas partidas en los videojuegos los fines de semana. Ambos querían ser maestros, y estudiaron juntos la preparatoria, pero Gio se retrasó un año. Si hubiera terminado a tiempo podría haber sido él, el desaparecido.
“Claro que tengo miedo, pero tenemos que ser fuertes, en mi caso mi madre es dejada, mi hermana tiene diez años, por decirlo así yo soy el hombre de la casa y pues mis primos estudiaron aquí, desde chico conocí la escuela y aquí estoy”, dice con un dejo de orgullo.
La Normal Rural de Ayotzinapa tiene una gran tradición familiar. Muchos alumnos son hijos o sobrinos de maestros, que incluso estudiaron allí. La madre de Nery se graduó ahí mismo de maestra cuando era una escuela mixta, hace más de 30 años. Los primos y amigos de Gio también. Pero además no tenían muchas opciones más. Guerrero es el segundo estado más pobre del país, donde 69.7% de la población no puede vivir dignamente, según los datos del Coneval.
Frente a esto, Ayotzinapa es tradición y es memoria. En la entrada hay un mural con tres jóvenes muertos, una madre que llora, unos perros que acechan la escuela, el fuego que devora los libros. Podría ser parte de la escena de la noche entre el 26 y 27 de septiembre del año pasado, cuando la policía municipal de Iguala desapareció a 43 estudiantes y asesinó a otros tres en plena calle.
Sin embargo es un mural de la represión de 1988, cuando Gio todavía ni existía en los planes de su madre. Cuando Santiago, con 25 años y ya de los grandes de su generación, tampoco era siquiera un cigoto. En la cancha desde hace un año no se puede jugar. Allí están las sillas de los 43 desaparecidos y tres muertos, junto a un altar, la mayoría eran de primer año, como ahora Gio o Santiago.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: MAJO SISCAR.
Su madre le dijo que no, que no fuese, que ahí mataban y desaparecían a estudiantes, pero Santiago no lo dudó. Llevaba 5 años intentando entrar a la universidad. Estudió la preparatoria en el Conalep de su pueblo, Temoaya, en el Estado de México, pero ese bachillerato público, para gente de bajos promedios y bajos recursos, no te facilita el acceso a la universidad.
Intentó entrar a la Universidad del Estado de México pero no se quedó, intentó ahorrar, trabajó de peón en el campo, en una fábrica y probó en una escuela privada sencilla, pero no terminó el semestre porque no podía pagar la colegiatura. Durante una temporada se levantó a las 4.30 de la mañana para ir a trabajar al DF a las 8 desde su pueblo, a 25 kilómetros de Toluca y a 75 del Distrito federal pero que en transporte público se convierte en más de tres horas.
Después del asesinato de tres normalistas y la desaparición de otros 43 el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, varios estudiantes dejaron la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos. La coordinación abrió una convocatoria especial para llenar las plazas de los desertores, y se reservaron las de los caídos y desparecidos. Una de las batallas de los normalistas de Ayotzinapa es el mantenimiento de la escuela, que el gobierno amenaza cada año con recortes de presupuesto.
Así que no podían dejar plazas vacías. Varios muchachos se presentaron y Santiago no logró entrar, pero conoció la escuela y vivió tres meses ahí, sumándose a las exigencia de justicia de los normalistas por sus compañeros muertos y desaparecidos.
“Me enamoré de la escuela”, dice ahora, pero sobretodo vio “la esperanza”. En junio, cuando abrieron la convocatoria para el curso 2015-2016, no lo dudó. Fue uno de los 168 aspirantes que presentaron el examen de ingreso. 140 lo lograron.
Atrás quedaron los años donde se presentaban centenares, como los 500 que hicieron el examen en 2011, por ejemplo, antes de la muerte el 12 de diciembre de ese año de otros dos normalistas en un bloqueo en la Autopista del Sol. Desde entonces ha venido bajando la demanda. Aún así no quedan plazas vacías.
“Los que venimos aquí no tenemos muchas opciones, venimos de lugares humildes, donde a veces falta un plato de comida en casa, la escuela es la única alternativa para muchos de los que estamos aquí”, explica Nery, uno de los que sí se quedó el año pasado en las vacantes extemporáneas y que ahora está orgulloso de estar en segundo grado.
Él es de una comunidad de San Miguel Totoloapan, uno de los municipios estratégicos de Guerrero para el crimen organizado por los sembradíos de amapola y de donde en los últimos dos años se calcula que han huido más de mil personas a causa de la violencia.
Él mismo ha sido correteado por agentes de la Marina, cuando rallaba amapola durante ocho horas por dos cientos pesos al día. Si se gradúa podrá optar a una plaza de maestro, con un mejor sueldo, seguridad y prestaciones de ley.
La escuela es gratuita. El internado les asegura la educación, la estancia y la manutención, aunque de manera precaria. Ahí los estudiantes tienen que comprometerse con las tareas de mantenimiento de la escuela. Para los de primero el silbato toca a las 6. A esa hora hay que estar listo para cortar el pasto o para ir a la milpa o al cultivo de flores de cempasúchil con los que ayudan a mantener la escuela.
Luego les sirven el desayuno y después empezarían las clases. Hace un año que no las hay de manera regular, pero sí deben entregar tareas para no perder el semestre, así que Santiago se apura a leer las teorías sobre el aprendizaje de Skinner, Piaget o Makarenko.
Dice que algunas son bien complicadas pero que están más difíciles los textos sesudos de los prohombres que ilustran las paredes –Marx, Lenin, el Che,…– y que deben también revisar para los círculos de estudio, el adoctrinamiento político entre pares.
La disciplina también es otra de las características y se muestra hasta físicamente. Santiago y todos los de primero son fáciles de identificar. Cuando fueron aceptados les raparon el cabello así que todavía lo llevan corto, tieso y sin forma.
“Aquí aprendemos a ser maestros rurales de verdad, cuando vayamos a comunidades alejadas donde tenemos que caminar dos y tres horas, a dar clase apenas bajo un tendido de cañas, necesitamos saber trabajar y entender las necesidades de la gente”, se excusa.
En la Normal de Ayotzinapa no hay lujos, los edificios están descarapelados, la alberca está abandonada, no hay camas para todos así que a muchos de primero les toca dormir con un colchón en el piso, los mismos alumnos hacen el aseo y el mantenimiento del lugar.
Cuando falta comida no dudan en confiscar un camión de alguna empresa grande que les asegure provisiones. Con las movilizaciones, ahora es todavía más común.
Esta semana, en una mañana mientras un grupo prendía la Fiscalía de Guerrero, en Chilpancingo, otro interceptó al menos tres camiones y se hicieron con el cargamento de un repartidor de Bimbo, de un camión de refrescos y de un tráiler que abastecía perecederos a Walmart. A los choferes les invitaron a comer.
“Todos somos Ayotzinapa” musitaba y sonreía el repartidor de la panadera. “Lo hacen a cada rato”, añadía resignado.
“A mucha gente les chocamos, nos dicen esos ayotzinapos revoltosos, porqué defendemos la escuela. Siempre va a haber críticas” reconoce otro alumno de primero, Giovanny. Tiene 18 años e ingresó porqué así se lo había prometido a su amigo de la infancia José Ángel Navarrete, uno de los 43 desaparecidos. Hoy (sábado) marchará en el DF por él.
José Ángel y Gio, como le llamaba su amigo, fueron a clase juntos desde niños en Tixtla, a pocos kilómetros de la Normal y juntaban dinero de donde podían para echar unas partidas en los videojuegos los fines de semana. Ambos querían ser maestros, y estudiaron juntos la preparatoria, pero Gio se retrasó un año. Si hubiera terminado a tiempo podría haber sido él, el desaparecido.
“Claro que tengo miedo, pero tenemos que ser fuertes, en mi caso mi madre es dejada, mi hermana tiene diez años, por decirlo así yo soy el hombre de la casa y pues mis primos estudiaron aquí, desde chico conocí la escuela y aquí estoy”, dice con un dejo de orgullo.
La Normal Rural de Ayotzinapa tiene una gran tradición familiar. Muchos alumnos son hijos o sobrinos de maestros, que incluso estudiaron allí. La madre de Nery se graduó ahí mismo de maestra cuando era una escuela mixta, hace más de 30 años. Los primos y amigos de Gio también. Pero además no tenían muchas opciones más. Guerrero es el segundo estado más pobre del país, donde 69.7% de la población no puede vivir dignamente, según los datos del Coneval.
Frente a esto, Ayotzinapa es tradición y es memoria. En la entrada hay un mural con tres jóvenes muertos, una madre que llora, unos perros que acechan la escuela, el fuego que devora los libros. Podría ser parte de la escena de la noche entre el 26 y 27 de septiembre del año pasado, cuando la policía municipal de Iguala desapareció a 43 estudiantes y asesinó a otros tres en plena calle.
Sin embargo es un mural de la represión de 1988, cuando Gio todavía ni existía en los planes de su madre. Cuando Santiago, con 25 años y ya de los grandes de su generación, tampoco era siquiera un cigoto. En la cancha desde hace un año no se puede jugar. Allí están las sillas de los 43 desaparecidos y tres muertos, junto a un altar, la mayoría eran de primer año, como ahora Gio o Santiago.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: MAJO SISCAR.
domingo, 27 de septiembre de 2015
Ortega: “La intención del gobierno federal era arrasar la Normal”
El secretario de Gobernación propuso en diciembre una ocupación violenta de la Normal de Ayotzinapa, asegura a este semanario el gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez. Su intención, afirma en entrevista, era dar carpetazo al caso de los 43 desaparecidos y arrasar su escuela, aun cuando eso significara un baño de sangre. El pretexto que esgrimía el funcionario federal era que los estudiantes de ese plantel planeaban hacer arder en su totalidad la ciudad de Chilpancingo.
ACAPULCO, Gro: El pasado diciembre, el gobierno de Enrique Peña Nieto pretendía dar carpetazo al caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y planeaba tomar violentamente la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, sin importar que ello significara una matanza.
Así lo dice a Proceso el gobernador sustituto de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez. Sostiene que se opuso al planteamiento de tomar la escuela rural por la fuerza, propuesto desde la Secretaría de Gobernación (Segob).
Con 11 meses como gobernador de un estado sumido en el caos por la convulsión social y la violencia permanente del crimen organizado, Ortega, catedrático de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) y fundador del Instituto Internacional de Estudios Políticos Avanzados Ignacio Manuel Altamirano, reflexiona sobre las dificultades de su mandato al cumplirse un año de la tragedia de Iguala, donde además seis personas fueron ejecutadas extrajudicialmente y más de 40 resultaron heridas.
Entrevistado el lunes 21 en la residencia oficial Casa Acapulco, en la exclusiva zona de Pichilingue del puerto guerrerense, narra algunas de las diferencias que tuvo con Osorio Chong para atender la conflictividad social.
Reproduce el diálogo vía internet que tuvo con Osorio Chong y “mandos” de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, de la Policía Federal, la Procuraduría General de la República (PGR) y del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) una madrugada de diciembre que no pudo identificar con claridad.
Designado gobernador el 26 de octubre de 2014, para suplir al defenestrado perredista Ángel Aguirre Rivero, Rogelio Ortega fue dirigente estudiantil de la UAG en el gobierno de Rubén Figueroa Figueroa, en cuya administración fue detenido y torturado durante ocho días en mazmorras custodiadas por Mario Arturo Acosta Chaparro, entonces responsable de las corporaciones policiacas de la entidad (Proceso 1983).
Chilpancingo en llamas
Dice Ortega que se había corrido la versión de que “miles de contingentes iban a salir de Ayotzinapa por la noche para ir a quemar todos los edificios públicos en Chilpancingo. Iba a ser la mayor tragedia de la historia con el riesgo de que se extendiera a toda la población”.
A través del chat que tiene el mandatario con las instancias federales, se le informó que en la intentona participarían 4 mil personas que supuestamente esa noche estaban concentradas en la escuela rural, a media hora de la capital guerrerense, con todo lo necesario para el incendio.
Instalada la IX Región Militar en Chilpancingo, y la VII Naval en Acapulco, y con refuerzos de 12 mil efectivos del Ejército y mil 200 de Gendarmería, el planteamiento que se le hizo a Ortega para “abortar” el supuesto plan de los normalistas y organizaciones aliadas, era la toma por asalto de la escuela.
Sin titubeos, sostiene que en el chat con el gobierno federal se le dijo que “la única forma es ir a tomar de una vez Ayotzinapa. O bien, en el tramo carretero dejarlos avanzar cinco kilómetros, poner un tope adelante y atrás y ahí ya detenerlos”.
En ese momento, era de madrugada, tras escuchar el plan de los “mandos”, lo que imaginó Ortega es que de llevarlo a cabo “hubiera sido una batalla campal”.
(Fragmento del reportaje que se publica en la revista Proceso 2030, ya en circulación)
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: GLORIA LETICIA DÍAZ.
ACAPULCO, Gro: El pasado diciembre, el gobierno de Enrique Peña Nieto pretendía dar carpetazo al caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y planeaba tomar violentamente la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, sin importar que ello significara una matanza.
Así lo dice a Proceso el gobernador sustituto de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez. Sostiene que se opuso al planteamiento de tomar la escuela rural por la fuerza, propuesto desde la Secretaría de Gobernación (Segob).
Con 11 meses como gobernador de un estado sumido en el caos por la convulsión social y la violencia permanente del crimen organizado, Ortega, catedrático de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) y fundador del Instituto Internacional de Estudios Políticos Avanzados Ignacio Manuel Altamirano, reflexiona sobre las dificultades de su mandato al cumplirse un año de la tragedia de Iguala, donde además seis personas fueron ejecutadas extrajudicialmente y más de 40 resultaron heridas.
Entrevistado el lunes 21 en la residencia oficial Casa Acapulco, en la exclusiva zona de Pichilingue del puerto guerrerense, narra algunas de las diferencias que tuvo con Osorio Chong para atender la conflictividad social.
Reproduce el diálogo vía internet que tuvo con Osorio Chong y “mandos” de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, de la Policía Federal, la Procuraduría General de la República (PGR) y del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) una madrugada de diciembre que no pudo identificar con claridad.
Designado gobernador el 26 de octubre de 2014, para suplir al defenestrado perredista Ángel Aguirre Rivero, Rogelio Ortega fue dirigente estudiantil de la UAG en el gobierno de Rubén Figueroa Figueroa, en cuya administración fue detenido y torturado durante ocho días en mazmorras custodiadas por Mario Arturo Acosta Chaparro, entonces responsable de las corporaciones policiacas de la entidad (Proceso 1983).
Chilpancingo en llamas
Dice Ortega que se había corrido la versión de que “miles de contingentes iban a salir de Ayotzinapa por la noche para ir a quemar todos los edificios públicos en Chilpancingo. Iba a ser la mayor tragedia de la historia con el riesgo de que se extendiera a toda la población”.
A través del chat que tiene el mandatario con las instancias federales, se le informó que en la intentona participarían 4 mil personas que supuestamente esa noche estaban concentradas en la escuela rural, a media hora de la capital guerrerense, con todo lo necesario para el incendio.
Instalada la IX Región Militar en Chilpancingo, y la VII Naval en Acapulco, y con refuerzos de 12 mil efectivos del Ejército y mil 200 de Gendarmería, el planteamiento que se le hizo a Ortega para “abortar” el supuesto plan de los normalistas y organizaciones aliadas, era la toma por asalto de la escuela.
Sin titubeos, sostiene que en el chat con el gobierno federal se le dijo que “la única forma es ir a tomar de una vez Ayotzinapa. O bien, en el tramo carretero dejarlos avanzar cinco kilómetros, poner un tope adelante y atrás y ahí ya detenerlos”.
En ese momento, era de madrugada, tras escuchar el plan de los “mandos”, lo que imaginó Ortega es que de llevarlo a cabo “hubiera sido una batalla campal”.
(Fragmento del reportaje que se publica en la revista Proceso 2030, ya en circulación)
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: GLORIA LETICIA DÍAZ.
viernes, 4 de septiembre de 2015
Egresados de Ayotzinapa exigen beca y plazas automáticas
CHILPANCINGO. GRO: Los 120 egresados de la escuela normal rural de Ayotzinapa se manifestaron en el área financiera de la Secretaría de Educación en Guerrero (SEG), para exigir plazas automáticas y la entrega de 720 mil pesos de una beca que les prometió el titular de la dependencia, Salvador Martínez Della Roca.
Al respecto, el vocero de los normalistas, Ixcoatl Benito Coronado informó que la beca ofrecida por el gobierno estatal es de seis mil pesos por egresado y tiene como propósito cubrir los gastos para que acudan al curso de evaluación para acceder a una plaza docente denominado de “Consolidación a las Habilidades Docentes”.
No obstante, dijo que las autoridades se comprometieron a entregar el recurso el día de ayer pero no cumplieron y por ello decidieron exigir el pago para beneficiar a los miembros de la generación llamada “Sangre, resistencia y esperanza” de Ayotzinapa, apadrinada por el gobernador sustituto, Rogelio Ortega Martínez, quien destinó más de un millón de pesos del erario para el festejo realizado en julio pasado al que acudieron intelectuales y escritores como Elena Poniatowska y Juan Villoro.
Cerca de las nueve horas, los egresados protestaron de manera pacífica frente a las oficinas de la subsecretaría de Finanzas de la SEG, ubicadas al sur de esta capital y enseguida arribaron un centenar de policías estatales equipados para cercar el inmueble.
Los egresados se retiraron después de las 11 de la mañana, luego de que una comisión se reunió en privado con el subsecretario de Finanzas, Diego Díaz Padua, quien les dijo que en esta semana les entregaran los 720 mil pesos ofrecidos para que acudan al curso de capacitación que comenzó el día de ayer en esta capital.
Este curso fue diseñado para los egresados de Ayotzinapa que reprobaron el examen de oposición para acceder a plaza docente que presentaron en días pasados en el puerto de Acapulco donde fueron calificados como no aptos.
También para el resto de los egresados de las otras ocho normales públicas de la entidad que han rechazado someterse a procesos de evaluación para laborar en el magisterio.
De esta forma, el gobierno federal diseñó este curso exclusivo para los egresados de las nueve normales públicas con el propósito de tratar de resolver el conflicto generado por la exigencia de plazas automáticas.
El vocero de los egresados de Ayotzinapa informó que hace dos semanas, se reunieron en la ciudad de México con el coordinador nacional del Servicio Profesional Docente, Ramiro Álvarez Retana, quien les advirtió que las plazas ya no se pueden entregar de forma automática.
El funcionario federal reiteró que para acceder a un espacio en el magisterio es necesario que aprueben la evaluación, por ello acordaron la aplicación de un examen extraordinario y se planteó la emisión de una nueva convocatoria para octubre.
Antes de que los egresados normalistas presenten el examen extraordinario, recibirían un curso de capacitación de cinco semanas, del 2 de septiembre al 2 de octubre para que presenten la evaluación de ingreso al Servicio Profesional Docente.
Benito Coronado señaló que tienen información de que existe una proyección de 600 jubilaciones para este año y por ello exigen 120 de estos espacios.
En este sentido, reiteró que seguirán insistiendo que la administración de su padrino, Rogelio Ortega –que concluye el 27 de octubre- destrabe el conflicto generado por la exigencia de plazas automáticas.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: EZEQUIEL FLORES CONTRERAS.
Al respecto, el vocero de los normalistas, Ixcoatl Benito Coronado informó que la beca ofrecida por el gobierno estatal es de seis mil pesos por egresado y tiene como propósito cubrir los gastos para que acudan al curso de evaluación para acceder a una plaza docente denominado de “Consolidación a las Habilidades Docentes”.
No obstante, dijo que las autoridades se comprometieron a entregar el recurso el día de ayer pero no cumplieron y por ello decidieron exigir el pago para beneficiar a los miembros de la generación llamada “Sangre, resistencia y esperanza” de Ayotzinapa, apadrinada por el gobernador sustituto, Rogelio Ortega Martínez, quien destinó más de un millón de pesos del erario para el festejo realizado en julio pasado al que acudieron intelectuales y escritores como Elena Poniatowska y Juan Villoro.
Cerca de las nueve horas, los egresados protestaron de manera pacífica frente a las oficinas de la subsecretaría de Finanzas de la SEG, ubicadas al sur de esta capital y enseguida arribaron un centenar de policías estatales equipados para cercar el inmueble.
Los egresados se retiraron después de las 11 de la mañana, luego de que una comisión se reunió en privado con el subsecretario de Finanzas, Diego Díaz Padua, quien les dijo que en esta semana les entregaran los 720 mil pesos ofrecidos para que acudan al curso de capacitación que comenzó el día de ayer en esta capital.
Este curso fue diseñado para los egresados de Ayotzinapa que reprobaron el examen de oposición para acceder a plaza docente que presentaron en días pasados en el puerto de Acapulco donde fueron calificados como no aptos.
También para el resto de los egresados de las otras ocho normales públicas de la entidad que han rechazado someterse a procesos de evaluación para laborar en el magisterio.
De esta forma, el gobierno federal diseñó este curso exclusivo para los egresados de las nueve normales públicas con el propósito de tratar de resolver el conflicto generado por la exigencia de plazas automáticas.
El vocero de los egresados de Ayotzinapa informó que hace dos semanas, se reunieron en la ciudad de México con el coordinador nacional del Servicio Profesional Docente, Ramiro Álvarez Retana, quien les advirtió que las plazas ya no se pueden entregar de forma automática.
El funcionario federal reiteró que para acceder a un espacio en el magisterio es necesario que aprueben la evaluación, por ello acordaron la aplicación de un examen extraordinario y se planteó la emisión de una nueva convocatoria para octubre.
Antes de que los egresados normalistas presenten el examen extraordinario, recibirían un curso de capacitación de cinco semanas, del 2 de septiembre al 2 de octubre para que presenten la evaluación de ingreso al Servicio Profesional Docente.
Benito Coronado señaló que tienen información de que existe una proyección de 600 jubilaciones para este año y por ello exigen 120 de estos espacios.
En este sentido, reiteró que seguirán insistiendo que la administración de su padrino, Rogelio Ortega –que concluye el 27 de octubre- destrabe el conflicto generado por la exigencia de plazas automáticas.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: EZEQUIEL FLORES CONTRERAS.
lunes, 20 de julio de 2015
Padres de los 43, ausentes de graduación en Ayotzinapa; protesta enmarca ceremonia
AYOTZINAPA, Gro: Los padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa hicieron vacío a la fiesta de graduación de los egresados de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” donde estuvieron presentes escritores e intelectuales como Elena Poniatowska, Juan Villoro y Armando Bartra, quienes fueron transportados por personal de la Secretaría de Educación en Guerrero (SEG).
Por su parte, un grupo de egresados de la generación 2011-2015, denominada “Sangre, resistencia y esperanza” protestaron durante la ceremonia y denunciaron que el gobernador provisional, Rogelio Ortega Martínez, compró la voluntad de los normalistas al entregar de más de un millón de pesos al representante del comité proclausura, Izcoatl Yonibeth Benito Coronado, para subsidiar el festejo y adquirir anillos, trajes y un regalo especial.
“El movimiento de los 43 llamó a que los que participamos, nadie se sentara a negociar, pero vemos que en la práctica sucede otra cosa, porque se llevaron a cabo las negociaciones con el estado por el comité proclausura. Les decimos buen provecho, se les verá bien el traje, y esperemos que gocen tanto lo que les regalaron. Están comiendo la carne y bebiendo la sangre de nuestros compañeros caídos y disfrutando de los 43 desaparecidos”, indica el comunicado distribuido durante la clausura por los inconformes.
El grupo de egresados que decidió protestar durante la clausura señaló que “todos esos lujos son pagados con dinero sucio, aun cuando proviene de los contribuyentes del pueblo ha pasado por las manos manchadas de sangre y corrupción de políticos corruptos que gobiernan el país”.
Los egresados identificados como Fabián Gonzales, Arturo Gatica y Javier Lozano denunciaron públicamente que su compañero Izcoatl Benito formó grupos extramuros para denigrar a la escuela y revelaron que entregó material del Comité de Orientación Política e Ideológica de la Normal.
Así como una manta a Humberto Salgado Gómez, exsecretario de Gobierno durante la administración del defenestrado Ángel Aguirre Rivero, donde la escuela denunciaba las ejecuciones extrajudiciales de Gabriel Echeverría de Jesús y Jorge Alexis Herrera Pino en diciembre de 2011.
Sobre estos hechos, los egresados denunciaron que Izcoatl Benito y el también egresado David Flores Maldonado crearon y participaron en “un grupo de choque” en la Ciudad de México y en una de sus acciones, afirmaron, “desalojaron a un colectivo de alumnos” que protestaba en el auditorio Che Guevara de la UNAM en el año 2013.
Luego, señalaron que Izcoatl Benito cuando estuvo al frente del comité estudiantil “estafó” a varios funcionarios estatales de la administración de Ángel Aguirre y ahora de Rogelio Ortega, quien destinó más de un millón de pesos para los festejos de la clausura y afirmaron que el dinero del erario fue a cambio de “silencio e información de la base estudiantil”.
Al respecto, afirmaron que el pasado lunes 6, los alumnos de cuarto grado fueron convocados a no participar en las protestas para exigir justicia por el caso Ayotzinapa, “engañándolos con guardias fingiendo un supuesto desalojo”.
Por ello, los inconformes señalaron que era necesario denunciar las acciones de los egresados que consideran que “han lastimado” a la Normal y los hicieron responsables “de lo que siga sucediendo”.
También, afirmaron que el exgobernador Ángel Aguirre Rivero “tiene células infiltradas en la Normal que han ido deteriorando a la escuela y la forma de actuar de estas células es someter a las personas de forma violenta”, indicaron los egresados.
Los inconformes señalaron que el resto de los egresados de Ayotzinapa decidieron guardar silencio “por temor a las negociaciones de las plazas en gestión por el comité proclausura”.
Por ello, se deslindaron de las negociaciones que realicen los integrantes del comité proclausura de Ayotzinapa y soltaron: “Aclaramos que el dolor de los padres y la vida de los 43 compañeros desaparecidos no están en negociación”.
Hace dos semanas, Proceso dio a conocer que en medio de la crisis político-social que se vive en la entidad a raíz de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, el gobernador provisional Rogelio Ortega Martínez destinó un millón 204 mil pesos del erario para apadrinar a la generación 2011-2015 que egresará de ese plantel el sábado 18.
Esa suma incluye la compra de anillos, trajes y “un regalo especial” para los ahijados. Ortega planteó también cubrir “peticiones personales” de los normalistas, aunque éstas no se especificaron en los documentos oficiales consultados por Proceso.
Para justificar la erogación extraordinaria, el mandatario solicitó al titular de la Secretaría de Finanzas y Administración, Eliseo Moyao Morales, ampliar el presupuesto de la Secretaría de Educación en Guerrero (SEG), a cuyo frente está Salvador Martínez della Rocca. Gracias a esa triangulación, Ortega podrá agasajar sin problemas a sus ahijados.
Esta “compra de voluntades” evidencia el nivel de corrupción de la administración de Ortega y ocurre a nueve meses de la desaparición de 43 normalistas en Ayotzinapa.
Ahora, este sábado, la ceremonia comenzó a las 11:20 horas, en el casco de la ex Hacienda de Ayotzinapa donde familiares y amigos, así como escritores e intelectuales se congregaron en este festejo subsidiado por el gobierno de Rogelio Ortega.
Personal de la SEG, dirigidos por funcionarios de la dependencia estatal, se encargaron del traslado de los escritores, artistas e intelectuales encabezados por Elena Poniatowska, Juan Villoro, Armando Bartra, Gabriel Balsa, Luis Hernández Navarro, Hector Bonilla, Marta Lamas y Rafael Barajas.
En su discurso, la escritora Elena Poniatowska emitió un emotivo mensaje donde demandó a los egresados seguir de pie al igual que Rosario Ibarra que no ha dejado de buscar a su hijo y los exhortó a seguir adelante cada día con la esperanza de que México deje ser el país de las fosas y aullidos.
“El delito mayor en México es ser joven, ustedes van a enseñar a leer y exigir a denunciar y defenderse, un país que sabe leer aprende a reclamar lo que es suyo porque conocen sus derechos”, expresó la escritora.
Luego siguieron discursos del resto de los padrinos que demandaron justicia y que nunca olvidarán los agravios del gobierno ante los hechos que han lacerado al normalismo rural.
Durante la prolongada ceremonia nadie hizo referencia al hecho de que el gobierno de Ortega subsidió con recursos públicos la clausura pero fue evidente la inconformidad y el rechazo de varios egresados que decidieron no portar el traje que las autoridades pagaron y por ello vistieron una camisa distinta en señal de protesta.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: EZEQUIEL FLORES CONTRERAS.
Por su parte, un grupo de egresados de la generación 2011-2015, denominada “Sangre, resistencia y esperanza” protestaron durante la ceremonia y denunciaron que el gobernador provisional, Rogelio Ortega Martínez, compró la voluntad de los normalistas al entregar de más de un millón de pesos al representante del comité proclausura, Izcoatl Yonibeth Benito Coronado, para subsidiar el festejo y adquirir anillos, trajes y un regalo especial.
“El movimiento de los 43 llamó a que los que participamos, nadie se sentara a negociar, pero vemos que en la práctica sucede otra cosa, porque se llevaron a cabo las negociaciones con el estado por el comité proclausura. Les decimos buen provecho, se les verá bien el traje, y esperemos que gocen tanto lo que les regalaron. Están comiendo la carne y bebiendo la sangre de nuestros compañeros caídos y disfrutando de los 43 desaparecidos”, indica el comunicado distribuido durante la clausura por los inconformes.
El grupo de egresados que decidió protestar durante la clausura señaló que “todos esos lujos son pagados con dinero sucio, aun cuando proviene de los contribuyentes del pueblo ha pasado por las manos manchadas de sangre y corrupción de políticos corruptos que gobiernan el país”.
Los egresados identificados como Fabián Gonzales, Arturo Gatica y Javier Lozano denunciaron públicamente que su compañero Izcoatl Benito formó grupos extramuros para denigrar a la escuela y revelaron que entregó material del Comité de Orientación Política e Ideológica de la Normal.
Así como una manta a Humberto Salgado Gómez, exsecretario de Gobierno durante la administración del defenestrado Ángel Aguirre Rivero, donde la escuela denunciaba las ejecuciones extrajudiciales de Gabriel Echeverría de Jesús y Jorge Alexis Herrera Pino en diciembre de 2011.
Sobre estos hechos, los egresados denunciaron que Izcoatl Benito y el también egresado David Flores Maldonado crearon y participaron en “un grupo de choque” en la Ciudad de México y en una de sus acciones, afirmaron, “desalojaron a un colectivo de alumnos” que protestaba en el auditorio Che Guevara de la UNAM en el año 2013.
Luego, señalaron que Izcoatl Benito cuando estuvo al frente del comité estudiantil “estafó” a varios funcionarios estatales de la administración de Ángel Aguirre y ahora de Rogelio Ortega, quien destinó más de un millón de pesos para los festejos de la clausura y afirmaron que el dinero del erario fue a cambio de “silencio e información de la base estudiantil”.
Al respecto, afirmaron que el pasado lunes 6, los alumnos de cuarto grado fueron convocados a no participar en las protestas para exigir justicia por el caso Ayotzinapa, “engañándolos con guardias fingiendo un supuesto desalojo”.
Por ello, los inconformes señalaron que era necesario denunciar las acciones de los egresados que consideran que “han lastimado” a la Normal y los hicieron responsables “de lo que siga sucediendo”.
También, afirmaron que el exgobernador Ángel Aguirre Rivero “tiene células infiltradas en la Normal que han ido deteriorando a la escuela y la forma de actuar de estas células es someter a las personas de forma violenta”, indicaron los egresados.
Los inconformes señalaron que el resto de los egresados de Ayotzinapa decidieron guardar silencio “por temor a las negociaciones de las plazas en gestión por el comité proclausura”.
Por ello, se deslindaron de las negociaciones que realicen los integrantes del comité proclausura de Ayotzinapa y soltaron: “Aclaramos que el dolor de los padres y la vida de los 43 compañeros desaparecidos no están en negociación”.
Hace dos semanas, Proceso dio a conocer que en medio de la crisis político-social que se vive en la entidad a raíz de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, el gobernador provisional Rogelio Ortega Martínez destinó un millón 204 mil pesos del erario para apadrinar a la generación 2011-2015 que egresará de ese plantel el sábado 18.
Esa suma incluye la compra de anillos, trajes y “un regalo especial” para los ahijados. Ortega planteó también cubrir “peticiones personales” de los normalistas, aunque éstas no se especificaron en los documentos oficiales consultados por Proceso.
Para justificar la erogación extraordinaria, el mandatario solicitó al titular de la Secretaría de Finanzas y Administración, Eliseo Moyao Morales, ampliar el presupuesto de la Secretaría de Educación en Guerrero (SEG), a cuyo frente está Salvador Martínez della Rocca. Gracias a esa triangulación, Ortega podrá agasajar sin problemas a sus ahijados.
Esta “compra de voluntades” evidencia el nivel de corrupción de la administración de Ortega y ocurre a nueve meses de la desaparición de 43 normalistas en Ayotzinapa.
Ahora, este sábado, la ceremonia comenzó a las 11:20 horas, en el casco de la ex Hacienda de Ayotzinapa donde familiares y amigos, así como escritores e intelectuales se congregaron en este festejo subsidiado por el gobierno de Rogelio Ortega.
Personal de la SEG, dirigidos por funcionarios de la dependencia estatal, se encargaron del traslado de los escritores, artistas e intelectuales encabezados por Elena Poniatowska, Juan Villoro, Armando Bartra, Gabriel Balsa, Luis Hernández Navarro, Hector Bonilla, Marta Lamas y Rafael Barajas.
En su discurso, la escritora Elena Poniatowska emitió un emotivo mensaje donde demandó a los egresados seguir de pie al igual que Rosario Ibarra que no ha dejado de buscar a su hijo y los exhortó a seguir adelante cada día con la esperanza de que México deje ser el país de las fosas y aullidos.
“El delito mayor en México es ser joven, ustedes van a enseñar a leer y exigir a denunciar y defenderse, un país que sabe leer aprende a reclamar lo que es suyo porque conocen sus derechos”, expresó la escritora.
Luego siguieron discursos del resto de los padrinos que demandaron justicia y que nunca olvidarán los agravios del gobierno ante los hechos que han lacerado al normalismo rural.
Durante la prolongada ceremonia nadie hizo referencia al hecho de que el gobierno de Ortega subsidió con recursos públicos la clausura pero fue evidente la inconformidad y el rechazo de varios egresados que decidieron no portar el traje que las autoridades pagaron y por ello vistieron una camisa distinta en señal de protesta.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: EZEQUIEL FLORES CONTRERAS.
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