La élite económica y política de Panamá siente que la justicia le pisa los talones, mientras hace acciones desesperadas para alejar la posibilidad de enfrentar a los tribunales, lo que lleva a la gente común al escepticismo.
“Aquí no va a pasar nada”, es una frase recurrente que se escucha a panameños de varias posiciones sociales, quienes miran impotentes los manejos de los centros de poder y acusan a las instancias judiciales de complicidad con los delincuentes de cuello blanco.