Pruebas, pruebas, exigía Julio Hernández, Astillero, en una entrevista a la periodista Anabel Hernández sobre los 2 millones de dólares del Cártel de Sinaloa que se habrían filtrado a la primera campaña presidencial de López Obrador a cambio de que en caso de que se ganara la elección obtener protección y hasta palomeo en la integración de la entonces Procuraduría General de la República.
El resultado electoral, como sabemos, resultó adverso para el candidato presidencial de la entonces coalición electoral “Por el bien de todos, primero los pobres” lo que habría enfurecido al narcotraficante Édgar Valdez Villarreal, mejor conocido como la Barbie, quien presuntamente fue el intermediario con los políticos y, hasta se dice, que quería ir a asesinar al presidente del Tribunal Electoral Federal porque él y el resto de los magistrados dieron como válidos y legítimos los resultados electorales.