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miércoles, 10 de noviembre de 2021

Pueblos de Jalisco evitan su desaparición: Presa el Zapotillo no los inundará

Tres comunidades de los Altos de Jalisco acordaron con el gobierno federal adecuaciones para evitar una inundación de los pueblos.

Los pueblos de Temacapulín, Palmarejo y Acasico, todos pertenecientes al estado de Jalisco, ganaron la lucha. Tras 16 años de la defensa de su territorio, lograron que el gobierno federal cambiara sus planes sobre la Presa el Zapotillo y no inundara sus pueblos. 

Este miércoles, pobladores y gobierno firmaron los acuerdos para evitar el funcionamiento de la Presa el Zapotillo a un nivel superior a los 40 metros, convinieron realizarle adecuaciones para evitar una inundación de los pueblos, además de que se garantice una reparación del daño.

domingo, 10 de octubre de 2021

“No se inundan los pueblos” definen continuidad de El Zapotillo con cortina a 80 metros

La decisión de los pobladores de Temacapulín, Acasico y Palmarejo es que el proyecto El Zapotillo se concluya pero sin inundar las comunidades.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador visitó como lo prometió por segunda vez Temacapulín para conocer la postura de los habitantes respecto al proyecto de agua y al cual se ha resistido más de 20 años en negativa contra el mismo.

Acompañado del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, el mandatario federal respaldó la decisión de las comunidades.

lunes, 28 de junio de 2021

Denuncian obras para concluir presa de El Zapotillo pese a suspensión definitiva

Activistas, organizaciones y pueblos de Jalisco denunciaron que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) construye un tanque de amortiguamiento y obras complementarias de la presa El Zapotillo, a pesar de la suspensión definitiva de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, otorgada en 2014.

Durante un peritaje ambiental realizado el 28 de mayo se encontraron a 50 obreros dentro de las instalaciones de la presa, lo que constituye “una manera engañosa de ir avanzando”, alertó el vocero del Comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo, Gabriel Espinoza. “No suben la cortina, pero sí hacen obras complementarias”, enfatizó.

lunes, 12 de agosto de 2019

Comunidades afectadas por la presa El Zapotillo esperan que AMLO cumpla promesa

A unas horas que se realice el encuentro entre los representantes de las comunidades afectadas por la presa El Zapotillo con el presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional, éstos esperan que mantenga la promesa que les hizo hace casi dos años de no inundar a los pueblos; además, buscan revocar el decreto presidencial que define la distribución del agua del Río Verde para Jalisco y Guanajuato, y se emita uno nuevo.

También los inconformes pedirán que “se declare de interés público la Cuenca del Río Verde y zona prioritaria a la producción de alimentos a los municipios de los Altos de Jalisco, emitiendo un nuevo decreto que sustituya al del 7 de abril de 1995, y que considere las condiciones actuales de la cuenca y el respeto a los derechos humanos de todos los usuarios”, y que se audite el gasto financiero y técnico de la presa El Zapotillo.

lunes, 29 de julio de 2019

Titular de Semarnat visitará obra de presa El Zapotillo, pero AMLO decidiría si se cancela

En la construcción de la presa del Zapotillo en Jalisco “ha prevalecido el interés del negocio” a pesar de las evidencias que los habitantes de los poblados, de que serían inundados, han presentado, dijo el Secretario del Medio Ambiente Víctor Manuel Toledo Manzur.

Ante la inconformidad de pobladores y organizaciones que desde hace 14 años luchan por echar abajo la construcción de la presa, es posible que la decisión final sobre la obra la tome el presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo el secretario en entrevista con Apro.

miércoles, 10 de enero de 2018

Regidora del PRI y su esposo golpean a defensora de Temacapulín

La noche del pasado seis de enero, la Regidora priista de Cañadas de Obregón, Catalina Mejía Alvarado y su esposo Héctor Chávez Saldívar, golpearon a una de las integrantes del Comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo, ciudadanos que desde hace más de 12 años resisten a la Presa El Zapotillo, en los Altos de Jalisco, que pretende llevar agua a León Guanajuato y la Ciudad de Guadalajara y que de terminarse, desaparecería a tres pueblos milenarios, Temacapulín, Acasico y Palmarejo.

martes, 31 de octubre de 2017

Activistas piden no destinar más recursos al proyecto de la presa El Zapotillo

Debido a que el proyecto de la presa El Zapotillo se encuentra suspendido por mandato judicial y, a la vez, representa un derroche que costaría al menos 40 mil millones de pesos, no se deben destinar más recursos a la obra, señala el Comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo.

Es por ello que piden a los ciudadanos que se unan a la campaña #NiUnPesoMásAlZapotillo, con el fin de impedir que los diputados ratifiquen en el Presupuesto de Egresos –en etapa de discusión y que sería aprobado a mediados del próximo mes– la asignación para Guanajuato de mil 530 millones de pesos para infraestructura, indemnizaciones y estudios, entre otros, para El Zapotillo.

lunes, 4 de septiembre de 2017

Comisión del Agua de Jalisco, autoritaria y cerrada a la participación ciudadana

Pobladores de la comunidad de Temacapulín, calificaron a la Comisión Estatal del Agua de Jalisco (CEA), como una institución autoritaria y cerrada a la participación de los ciudadanos especialmente de las comunidades afectadas por la construcción de la presa El Zapotillo que pretende inundar las comunidades de Acasico, Palmarejo y Temacapulín.  

 El comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo acompañado del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (IMDEC), denunciaron que durante el desarrollo del proyecto la CEA , una de las principales impulsoras de la presa Zapotillo y responsable de la reubicación de la comunidad de Temacapulín y Palmarejo en el predio Talicoyunque, municipio de Cañadas de Obregón, se ha conducido en la ilegalidad, ha obstruido el derecho de la participación, el acceso a la  información y negado el derecho a la libertad de expresión. 

miércoles, 30 de agosto de 2017

ONU documentará violaciones en la presa El Zapotillo, en Jalisco

La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), estará hoy en las comunidades de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, en los Altos de Jalisco, para documentar las violaciones a los derechos humanos ocasionados por la construcción del proyecto El Zapotillo.

Con la construcción de este megaproyecto podrían afectarse a más de 600 mil personas: 1 mil 500 de forma directa, pues sus comunidades serían totalmente inundadas, y 600 mil de forma indirecta.

martes, 15 de agosto de 2017

Estas son las comunidades que luchan para no quedar bajo el agua de la Presa El Zapotillo

Pobladores de las comunidades que quedarán bajo el agua con la presa El Zapotillo acusaron que no han sido escuchados por las autoridades de Jalisco.

Desde hace 12 años los pobladores de las comunidades de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, ubicadas en los altos de Jalisco, emprendieron una lucha contra la construcción de la presa El Zapotillo.

En 2013, vecinos de Temacapulín obtuvieron el amparo de la Suprema Corte, que no impedía la construcción de la presa, pero ordenaba mantener su pared de concreto en una altura máxima de 80 metros, con un límite de inundación para que estos poblados continuaran existiendo. En ese momento las obras quedaron detenidas.

martes, 16 de junio de 2015

Temacapulín se niega a morir bajo el agua de la presa el Zapotillo

Este pueblo, con sus calles empedradas, sus casas con historias de al menos dos siglos, el templo de cantera rosa del siglo XVIII, balnearios, sus cultivos y sus tradiciones, quedaría sumergido si la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el gobierno estatal desacatan la orden de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de que la cortina de la presa El Zapotillo sea de 80 metros.

En la región de los Altos de Jalisco, en medio de cañadas, hay unas 200 casas que alojan a cerca de 600 habitantes, y muchos de ellos desde hace una década luchan por preservar el sitio en que nacieron. Viven en la zozobra desde que en septiembre de 2005 se publicó la licitación de la presa El Zapotillo, sobre el río Verde, y del acueducto, que comienza en esta localidad del municipio Cañadas de Obregón y llegará al vecino estado de Guanajuato.

Este desasosiego se percibe desde que la carretera desemboca en el pueblo. La bienvenida ya no es sólo la leyenda que se lee en lo alto de un cerro: Desde (el siglo) VI Temacapulín te saluda. Hay otras frases, pintadas en las paredes blancas que llevan a la plaza central: Temaca resiste, no nos vamos a rendir. Ante el acoso del gobierno por hacerse de propiedades para deshabitar el lugar, en las viviendas hay mantas que advierten: Esta casa no se vende, no se reubica, no se inunda. Respeten lo que no es suyo. Déjenos en paz.

En la plaza están el quiosco de cantera rosa, típica de la región por los numerosos bancos de esta piedra, y la delegación municipal. Un par de ancianos están sentados en una banca, platican bajo el sol de la mañana. A unos pasos está el mesón Mamá Tachita, propiedad de Alfonso Íñiguez, quien a los 22 años se fue a trabajar al ferrocarril, a la ciudad de México. Ahora tiene casi 80 años, y desde hace una década volvió con la intención de descansar aquí, pero no lo logró.

Dice que el trabajo ahora es luchar por que se mantenga el pueblo. Aquí hay tradiciones y hay vida, asegura. Caminando por las calles –vacías en la mañana porque los niños y los jóvenes se van a la escuela a la cabecera municipal o a trabajar a las granjas avícolas que están a unos kilómetros de aquí– platica la historia de las antiguas construcciones.

La basílica construida en 1759 está dedicada a la Virgen de los Remedios, pero no nos la quieren respetar. Al pasar por la calle Porfirio Díaz dice que ese era el camino real, que venía de Valle de Guadalupe y llegaba a Cañadas de Obregón. También señala una vieja casa que era de su abuelo.

Poncho, como lo conocen los lugareños, es delgado, tiene un caminar ágil y es risueño. Sube rápidamente la cuesta al antiguo panteón. Entre la maleza sólo se ve una tumba y un busto de Alfredo R. Plascencia, cura y poeta que se inspiró en el Cristo de la Peñita, que se encuentra en una cueva, a unos kilómetros de la plaza, imagen venerada por los temacapulinenses.

Desde lo alto del cementerio, que dejó de operar a principios del siglo pasado, se ven el pueblo y los cerros que lo rodean. La vista confirma que las casas, iglesia, árboles, todo quedaría inundado: es parte de las 4 mil 800 hectáreas que la presa ocuparía si la cortina se eleva 105 metros, 25 más de lo que establece el proyecto original.

Las tierras, fértiles, son de riego y temporal. Se siembra chile de árbol, maíz, frijol, calabaza y alfalfa, que se usa principalmente para el ganado. Es una región lechera, avícola y ganadera. En el poblado y sus alrededores hay ojos de agua termal; por eso hay varios balnearios, y decenas de visitantes acuden los fines de semana. En enero y septiembre son las ferias y fiestas tradicionales.

Para estas festividades, para mantener la defensa legal de la comunidad ante la presa y para hacer obras públicas, apoyan monetariamente los clubes de hijos ausentes que se encuentran en Guadalajara y Monterrey, quienes se dedican a la producción de paletas con la marca Michoacana, cuyo emblema es la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, aunque la mayoría reside en California.

Aunque los habitantes son unas centenas, hay más de 3 mil hijos ausentes, como se llama aquí a quienes se van a trabajar fuera del pueblo. José García es uno de ellos. Vive en San Bernardino, California, desde hace 33 años, pero ahora con sus papeles de residente legal viene varias veces durante el año a su casa. Siento el arraigo, pertenezco a este lugar: me fui con un dolor que no me deja alejar del pueblo.

Ese mismo arraigo tiene Zenaida Sánchez, quien a sus 93 años cada mañana se baña en las albercas de aguas termales que su esposo construyó con los ingresos que obtuvo en su trabajo en Estados Unidos. Ella recuerda que su marido colocó cada piedra del pequeño balneario y sus hijos tienen prohibido mover alguna.

Abigaíl Agredano es hija de Zenaida y presidenta del Comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo, otras dos pequeñas comunidades de unos 200 pobladores que también están en riesgo de desaparecer con la operación del embalse. Ambas están sentadas en un sillón en su domicilio, donde el frío cala. Relatan su vida y su lucha en el pueblo.

Las autoridades nos insisten en la reubicación a una meseta donde hay casas desechables que se están cayendo, ni patio tendríamos. Tampoco hay agua ni espacio para cultivar. Habría viviendas, pero no medios de vida. Aquí han venido a comprar casas para desalojar a la gente, pero muchos, hasta los que han vendido, se resisten a abandonar este lugar, señala Abigail.

Zenaida viste un suéter amarillo y falda café. Aún recuerda cuando, a cambio de un buey y mil pesos, su esposo obtuvo las tierras para hacer las albercas. Platica que mucha gente ha gozado de esas aguas calientes; los clientes no faltan.

En cada esquina hay una llave de agua fría que viene del manantial Colomos, que los pobladores utilizan para beber. Aquí este recurso no escasea. Además basta poseer tierra para tener de qué vivir. Juanita Alvarado, viuda desde hace cuatro años, dice que ella cosechó 50 kilogramos de maíz que intercambió por otros productos y eso es suficiente para el año.

También se resiste a abandonar su vivienda. “Llevamos 10 años en lucha; si no lo hubiéramos hecho, ya nos habrían comido. Esto ya hubiera desaparecido”, y expresa su fe en una estampa que lleva en la bolsa de su mandil: la imagen del Cristo de la Peñita.

Recuerda que el ahora gobernador, Aristóteles Sandoval, cuando era candidato envió un mensaje de Twitter en el que apoyaba a la comunidad. El texto decía: No vamos a inundar Temacapulín. Pero no ha cumplido, se lamenta.

En el poblado, uno de los defensores más activos es el padre Gabriel Espinosa, cuyos ancestros y él mismo nacieron aquí. Sentado en la plaza cívica, da su versión de la historia. Señala que muchos les dicen que es momento de sacarle los ojos a Conagua. Pidan lo que quieran; si quieren el templo en otro lado, se los van a llevar piedra sobre piedra. Agrega que también les dicen que la presa es un mal necesario, pero se pregunta: ¿Dónde vamos a encontrar otro pueblo de casas coloniales, calles empedradas, que transporta a otra época, donde hay tranquilidad y una vida que se palpa cada día?

FUENTE: LA JRONADA.
AUTOR: ANGÉLICA ENCISO.