Se han convertido en su herencia. Los crímenes de Estado de la era Peña Nieto le han caído como una loza de granito al flamante presidenciable, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y tal vez se conviertan en su pase a semifinales.
Tlatlaya, Ayotzinapa, Tanhuato, Apatzingán y Nochixtlán perseguirán el resto de sus días a Osorio Chong y serán un elemento definitorio para sacrificarlo en la carrera por la candidatura priísta a la Presidencia.
Así de claro. Osorio Chong no pudo o sencillamente no quiso resolver o mínimamente permitir a las víctimas tener acceso a la justicia. Despreció y violentó sus propias leyes e incluso la Constitución.
Los cinco crímenes de Estado siguen impunes: dos con participación directa del Ejército mexicano y los últimos tres con la actuación criminal de la Policía Federal. Ningún agente del Estado ha sido castigado por la barbarie de ejecutar arbitrariamente a civiles. Así lo ha decidido el Secretario de Gobernación, Osorio Chong, y su equipo más cercano de colaboradores, encargados a la tarea de ir tapando los horrendos crímenes de militares y policías.
Y es que el señor Osorio Chong nos ha dejado claro que las Fuerzas Armadas tienen licencia para ejecutar, torturar y desaparecer, al igual que la Policía Federal una entidad paramilitar que igual encabeza la industria del secuestro como matanzas, estilo Tanhuato o Nochixtlán.
Hagamos un recuento de los crímenes para ver las cinco lozas de granito que perseguirán a Osorio Chong el resto de sus días. He cubierto los cinco crímenes de Estado y tengo conocimiento de primera mano sobre estos hechos.
Empecemos con Tlatlaya, la matanza de 22 personas cometida por militares en ese lugar del Estado de México el 30 de junio de 2014, sigue impune. El pasado 30 de noviembre, el Supremo Tribunal Militar determinó la absolución de los militares asesinos y sólo condenó a un año de prisión a un militar de bajo rango por el delito de “desobediencia”.
Ya saben ustedes que los militares no pueden ser juzgados por las leyes civiles, por eso las violan constantemente. Ellos están por encima de la Constitución. Son unos privilegiados, ciudadanos “especiales” porque pueden cometer todo tipo de crímenes y casi siempre quedarán impunes.
En el caso Tlatalaya, Clara Gymez González, una de las sobrevivientes de la matanza solicitó al tribunal militar que le reconocieran su calidad de víctima y así tener acceso al proceso castrense contra los militares. ¿Y qué creen que le contestó el tribunal militar? Pues obviamente que no. A ellos no les importan las víctimas, solo los verdugos vestidos de verde oliva, para protegerlos.
Continuemos con nuestro recuento de los cinco crímenes que perseguirán a Osorio Chong por haberse encargado de darles “carpetazo”, falso, pero al fin carpetazo.
El caso Ayotzinapa sigue impune y estancado. Osorio Chong ha sido partícipe de esta impunidad gracias a la protección que el Estado brindó a los militares implicados. El gobierno de Peña Nieto nunca permitió que se les interrogara. Y para colmo decidieron ascender al militar encargado de Ayotzinapa durante la desaparición de los 43 estudiantes, el general Alejandro Saavedra Hernández.
En el caso Tanhuato, Osorio Chong también se encargó de proteger a los policías federales que cometieron la matanza de 42 personas en el rancho “El Sol” en Tanhuato, Michoacán. Hasta la parcial Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha reconocido que se trató de una masacre por “venganza” de los federales, pero Osorio Chong junto a la (CEAV) se empeñan en darle carpetazo al asunto sin permitir que las víctimas accedan a la justicia y la reparación.
En Apatzingán es la misma historia. Los federales que participaron en lo que fue calificado como una “carnicería” por los sobrevivientes el 6 de enero de 2015 cuando un grupo de personas participaban en un plantón afuera del Palacio Municipal y la Policía Federal inició una balacera a las 2:30 de la madrugada. El Estado se ha encargado de tapar los crímenes cometidos por los policías federales, desde ejecuciones arbitrarias, tortura y hasta desapariciones. Los responsables siguen libres e impunes gracias a la protección del gobierno.
Y lo mismo sucede con el último crimen de Estado, Nochixtlán en donde elementos de la Policía Federal y la Gendarmería de Oaxaca se encargaron de masacrar a seis personas mientras participaban en un bloque carretero en protesta por la reforma educativa el pasado 19 de junio.
Osorio Chong y su equipo de colaboradores cercanos se han encargado de proteger a los agentes del Estado. Todo antes de hacer justicia. Para empezar, ni siquiera existe una averiguación previa gracias a que la PGR en coordinación con la Secretaría de Gobernación se ha encargado de criminalizar a los sobrevivientes y víctimas.
Es evidente que la Secretaría de Gobernación con Osorio Chong se ha convertido en una especie de Gestapo, una institución dispuesta a operar por la libre para garantizar la impunidad de las fuerzas del Estado.
Mientras el poderoso general Salvador Cienfuegos Zepeda quiere regular con un marco legal que les garantice la impunidad total y eterna a los militares, Osorio Chong prefiere seguir como estamos, total, las Fuerzas Armadas ya tienen licencia para cometer todo tipo de fechorías sin que la ley civil los alcance. En la práctica, ese marco supralegal ya existe, no hay necesidad de más leyes.
Pero los dueños de México, es decir, los ricos y millonarios señores de la Confederación Patronal de la República Mexicana, los señores de la Coparme que ponen presidentes de la Nación, quieren su Ley de Seguridad Interior al igual que el supremo todopoderoso general Cienfuegos. Acostumbrados a las Guardias Blancas o a los paramilitares, los empresarios no escatiman en presiones a Osorio Chong. Pero igualmente. ¿Para qué quieren una Ley de Seguridad Interna si en la practica ya son la Ley por encima de la Ley”.
Finalmente, Osorio Chong lo que busca es su pase a la semifinal para convertirse en el tapado del PRI, aunque Carlos Salinas de Gortari ya tenga su tapada en Claudia Ruiz Massieu. Difícil lo tiene el Secretario de Gobernación, a quien la era peñista lo ha puesto a hacer el trabajo más sucio e indigno.
Claro, no se puede meter debajo de la alfombra a tanta víctima, tanta violencia institucional, tanta barbarie. Y menos borrar de un plumazo, cinco crímenes de Estado, aunque así lo siga intentando desde su puesto de Gran Hermano de nuestra República Bananera, el Secretario de Gobernación y dizque presidenciable Miguel Ángel Osorio Chong.
¿A quién le ven más futuro? ¿A la llamada Lady Guacamole, Claudia Ruiz Massieu por el simple hecho de ser pariente de Salinas de Gortari o a Osorio Chong por esconder la podredumbre y los crímenes de Estado?
¡Hagan sus apuestas!
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SANJUANA MARTÍNEZ.
LINK: http://www.sinembargo.mx/12-12-2016/3124713
Tlatlaya, Ayotzinapa, Tanhuato, Apatzingán y Nochixtlán perseguirán el resto de sus días a Osorio Chong y serán un elemento definitorio para sacrificarlo en la carrera por la candidatura priísta a la Presidencia.
Así de claro. Osorio Chong no pudo o sencillamente no quiso resolver o mínimamente permitir a las víctimas tener acceso a la justicia. Despreció y violentó sus propias leyes e incluso la Constitución.
Los cinco crímenes de Estado siguen impunes: dos con participación directa del Ejército mexicano y los últimos tres con la actuación criminal de la Policía Federal. Ningún agente del Estado ha sido castigado por la barbarie de ejecutar arbitrariamente a civiles. Así lo ha decidido el Secretario de Gobernación, Osorio Chong, y su equipo más cercano de colaboradores, encargados a la tarea de ir tapando los horrendos crímenes de militares y policías.
Y es que el señor Osorio Chong nos ha dejado claro que las Fuerzas Armadas tienen licencia para ejecutar, torturar y desaparecer, al igual que la Policía Federal una entidad paramilitar que igual encabeza la industria del secuestro como matanzas, estilo Tanhuato o Nochixtlán.
Hagamos un recuento de los crímenes para ver las cinco lozas de granito que perseguirán a Osorio Chong el resto de sus días. He cubierto los cinco crímenes de Estado y tengo conocimiento de primera mano sobre estos hechos.
Empecemos con Tlatlaya, la matanza de 22 personas cometida por militares en ese lugar del Estado de México el 30 de junio de 2014, sigue impune. El pasado 30 de noviembre, el Supremo Tribunal Militar determinó la absolución de los militares asesinos y sólo condenó a un año de prisión a un militar de bajo rango por el delito de “desobediencia”.
Ya saben ustedes que los militares no pueden ser juzgados por las leyes civiles, por eso las violan constantemente. Ellos están por encima de la Constitución. Son unos privilegiados, ciudadanos “especiales” porque pueden cometer todo tipo de crímenes y casi siempre quedarán impunes.
En el caso Tlatalaya, Clara Gymez González, una de las sobrevivientes de la matanza solicitó al tribunal militar que le reconocieran su calidad de víctima y así tener acceso al proceso castrense contra los militares. ¿Y qué creen que le contestó el tribunal militar? Pues obviamente que no. A ellos no les importan las víctimas, solo los verdugos vestidos de verde oliva, para protegerlos.
Continuemos con nuestro recuento de los cinco crímenes que perseguirán a Osorio Chong por haberse encargado de darles “carpetazo”, falso, pero al fin carpetazo.
El caso Ayotzinapa sigue impune y estancado. Osorio Chong ha sido partícipe de esta impunidad gracias a la protección que el Estado brindó a los militares implicados. El gobierno de Peña Nieto nunca permitió que se les interrogara. Y para colmo decidieron ascender al militar encargado de Ayotzinapa durante la desaparición de los 43 estudiantes, el general Alejandro Saavedra Hernández.
En el caso Tanhuato, Osorio Chong también se encargó de proteger a los policías federales que cometieron la matanza de 42 personas en el rancho “El Sol” en Tanhuato, Michoacán. Hasta la parcial Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha reconocido que se trató de una masacre por “venganza” de los federales, pero Osorio Chong junto a la (CEAV) se empeñan en darle carpetazo al asunto sin permitir que las víctimas accedan a la justicia y la reparación.
En Apatzingán es la misma historia. Los federales que participaron en lo que fue calificado como una “carnicería” por los sobrevivientes el 6 de enero de 2015 cuando un grupo de personas participaban en un plantón afuera del Palacio Municipal y la Policía Federal inició una balacera a las 2:30 de la madrugada. El Estado se ha encargado de tapar los crímenes cometidos por los policías federales, desde ejecuciones arbitrarias, tortura y hasta desapariciones. Los responsables siguen libres e impunes gracias a la protección del gobierno.
Y lo mismo sucede con el último crimen de Estado, Nochixtlán en donde elementos de la Policía Federal y la Gendarmería de Oaxaca se encargaron de masacrar a seis personas mientras participaban en un bloque carretero en protesta por la reforma educativa el pasado 19 de junio.
Osorio Chong y su equipo de colaboradores cercanos se han encargado de proteger a los agentes del Estado. Todo antes de hacer justicia. Para empezar, ni siquiera existe una averiguación previa gracias a que la PGR en coordinación con la Secretaría de Gobernación se ha encargado de criminalizar a los sobrevivientes y víctimas.
Es evidente que la Secretaría de Gobernación con Osorio Chong se ha convertido en una especie de Gestapo, una institución dispuesta a operar por la libre para garantizar la impunidad de las fuerzas del Estado.
Mientras el poderoso general Salvador Cienfuegos Zepeda quiere regular con un marco legal que les garantice la impunidad total y eterna a los militares, Osorio Chong prefiere seguir como estamos, total, las Fuerzas Armadas ya tienen licencia para cometer todo tipo de fechorías sin que la ley civil los alcance. En la práctica, ese marco supralegal ya existe, no hay necesidad de más leyes.
Pero los dueños de México, es decir, los ricos y millonarios señores de la Confederación Patronal de la República Mexicana, los señores de la Coparme que ponen presidentes de la Nación, quieren su Ley de Seguridad Interior al igual que el supremo todopoderoso general Cienfuegos. Acostumbrados a las Guardias Blancas o a los paramilitares, los empresarios no escatiman en presiones a Osorio Chong. Pero igualmente. ¿Para qué quieren una Ley de Seguridad Interna si en la practica ya son la Ley por encima de la Ley”.
Finalmente, Osorio Chong lo que busca es su pase a la semifinal para convertirse en el tapado del PRI, aunque Carlos Salinas de Gortari ya tenga su tapada en Claudia Ruiz Massieu. Difícil lo tiene el Secretario de Gobernación, a quien la era peñista lo ha puesto a hacer el trabajo más sucio e indigno.
Claro, no se puede meter debajo de la alfombra a tanta víctima, tanta violencia institucional, tanta barbarie. Y menos borrar de un plumazo, cinco crímenes de Estado, aunque así lo siga intentando desde su puesto de Gran Hermano de nuestra República Bananera, el Secretario de Gobernación y dizque presidenciable Miguel Ángel Osorio Chong.
¿A quién le ven más futuro? ¿A la llamada Lady Guacamole, Claudia Ruiz Massieu por el simple hecho de ser pariente de Salinas de Gortari o a Osorio Chong por esconder la podredumbre y los crímenes de Estado?
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FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SANJUANA MARTÍNEZ.
LINK: http://www.sinembargo.mx/12-12-2016/3124713