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“La Gaviota” se lleva rechiflas y abucheos en el Auditorio Nacional (Video)

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Durante un concierto de Ana Gabriel realizado la noche del pasado viernes 20 en el Auditorio Nacional, la primera dama Angélica Rivera fue objeto de rechiflas y abucheos por parte del público.

En un video que circula en redes sociales, se observa a la cantante sinaloense hacer una pausa durante su espectáculo para hacer bromas sobre Los Pinos y saludar a la esposa del presidente Enrique Peña Nieto, a quien considera “su amiga”.


“¿Qué ustedes no tienen pinos en su casa”, preguntó Ana Gabriel a sus fans.

Luego dijo:

“Nuestro país tiene unos Pinos bien grandes, pero en esos Pinos a pesar de todo lo que nuestro país ha vivido no puedo dejar de agradecer a una amiga que por circunstancias de la vida está allí y que está haciéndome el favor esta noche de acompañarme. Yo se lo agradezco infinitamente, que sabes que te amo, que te admiro, porque tú eres nuestra ‘Gaviota’. Eres un gran actriz, una gran amiga”, le expresó la cantante a Rivera.

La primera dama, quien estaba acompañada de un grupo de amigas, se levantó de su asiento de entre las primeras filas, saludó al auditorio y lanzó un beso a la cantante.

De inmediato se escucharon rechiflas, aplausos y abucheos que no pararon hasta que Ana Gabriel cambió de tema.




Fuente: Proceso
Autor: Redacción
http://www.proceso.com.mx/441416/la-gaviota-se-lleva-rechiflas-abucheos-en-auditorio-nacional

Frivolidades de Primera Dama, hijas e hijastras

La farándula y la política nunca han sido una buena combinación, pero es lo que tenemos. La farándula se metió en Los Pinos y asistimos al show de las frivolidades, mientras el país está sumido en una crisis económica, política y de derechos humanos.

La escena es aparentemente normal: una actriz mexicana famosa de compras en un lujoso centro comercial de Beverly Hills. Pero aquí hay un pero. Resulta que esa actriz es, nada menos que, la Primera Dama de un país con 70 millones de pobres, 28 millones de los cuales, son pobres alimenticios, es decir, gente que no tiene ni para comer

El acto de ir de compras a tiendas caras se vuelve ofensivo porque la Primera Dama no es solamente una actriz famosa, sino la presidenta honoraria del DIF Nacional, una funcionaria que dirige un ente público.

Todo indica que la señora Rivera sigue viviendo en la negación. Según ella no es funcionaria, pero su puesto en el DIF, la obliga incluso a presentar declaración patrimonial, algo que nos debe a los mexicanos, en especial de los años 2012 y 2013, cuando supuestamente tenía 130 millones que, dice, le pagó Televisa por la excelencia de sus importantes servicios.

Si la señora se quiere ir de compras a todo lujo que se vaya como una ciudadana más, pero el problema es que utiliza el Estado Mayor Presidencial, sus escoltas y vehículos, por tanto, está gastando los recursos de los mexicanos, por tanto, insisto, es una funcionaria más y tiene que responder.

¿Quién pagó las compras de La Gaviota, sus hijas e hijastras? Por lo pronto, ya salió un valiente a dar la cara. No, no es Peña Nieto. Se trata del papá de las hijas de Angélica Rivera, el productor de telenovelas José Alberto “El Güero Castro”: “No ofendan a mis hijas, el que vivan con su mamá no significa que ella las mantenga yo trabajo para mantenerlas y cuidarlas #NoSeConfundan”.

El Güero Castro, tiene razón, La Gaviota no mantiene a sus hijas, en parte su manutención corre a cargo del erario público. ¿O acaso el Gúero Castro paga los escoltas que las cuidan y las camionetotas con chofer que usan para trasladarse?

Ahora bien, si verdaderamente el Güero Castro quiere que aceptemos como definitiva su aseveración. Qué él y su ex esposa transparenten los gastos de las tres muchachas. Vamos haciendo cuentas. Que nos diga a cuánto asciende la pensión que les da a pesar de ser mayores de edad.

Sería interesante saber cuánto gasta Sofía al mes o saber a cuánto asciende su pensión individual porque mientras andaba de compras exhibió un bolsito de la marca francesa Céline que cuesta la friolera cantidad de 2 mil 200 dólares, más de 30 mil pesos. Y además se probó vestidos de 20 mil dólares en una exclusiva tienda de trajes de graduación Bagdley Mischka, según reportó Telemundo. Necesitamos información financiera para entender como está chica podría comprarse un vestido de 300 mil pesos.

La discreción no es una cualidad de Angélica Rivera ni de sus hijas que exhiben de manera ostentosa sus frivolidades. Evidentemente la importancia que le dan a su imagen y vestimenta es prioritaria, a pesar de que el país, bajo el régimen de Enrique Peña Nieto, se empobrece a pasos agigantados.

Las hijas de Peña Nieto no son diferentes. Sería muy interesante saber a cuánto ascienden los gastos de estas seis mujeres — Angélica, sus tres hijas y sus dos hijastras— todas, forman parte del séquito presidencial. Todas visitaron tiendas como Dolce & Gabbana, Versace Collection, Tiffany o Lord of Optic y para finalizar su jornada de compras se fueron a cenar al restaurante Fogo de Chao donde el costo por persona es de 61 dólares.

La opacidad solo sirve a la especulación. Si la familia Peña-Rivera quiere detener las criticas exacerbadas generadas por su costoso nivel de vida, necesita transparentar sus gastos.

Mientras la señora Rivera no presente su declaración patrimonial, seguiremos sin saber si el costo de sus lujosos gustos y el de sus hijas e hijastras lo paga ella con sus magníficos ahorros producto de su trabajo con Televisa, o lo pagamos todos los mexicanos.

Para empezar, el jefe del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Aristóteles Núñez debe dejar de proteger la información concerniente al pago de impuestos declarados por Angélica Rivera desde el 2010. De esta manera, se confirmará o descubriremos las mentiras de la Primera Dama quien declaró públicamente que fue ella quien compró su famosa Casa Blanca.

La mejor manera de combatir la corrupción es transparentando las declaraciones del gabinete presidencial, incluida, la Primera Dama. El artículo 108 de la Constitución Federal obliga a la señora Rivera a transparentar sus ingresos y egresos.

De lo contrario, Angélica Rivera deberá ser inhabilitada y destituida de su cargo como presidenta del DIF. De esta manera, si cometió el delito de enriquecimiento ilícito, ser llevada a juicio. El artículo 224 del Código Penal Federal nos ofrece la posibilidad de enjuiciar a un servidor público, cuando este, no ha acreditado de manera fehaciente el súbito aumento de su patrimonio o su poder adquisitivo.


De está manera, la señora Rivera, sus hijas e hijastras podrán contestar la simple pregunta de la canción de Chico Che: ¿Quién pompó?

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SANJUAN MARTÍNEZ.
LINK: http://www.sinembargo.mx/opinion/13-04-2015/33628.