Las denuncias por la proliferación de enfermedades cancerígenas, gástricas y oculares provocadas por los residuos tóxicos que arrastran las aguas del río Santiago, en el corredor industrial Ocotlán-El Salto, datan de años, por lo que a principios de febrero la CIDH emitió unas medidas cautelares en las que le pide al gobierno de Enrique Alfaro Ramírez atender el problema. Y aunque el mandatario respondió, el organismo internacional no se da por satisfecho.
“Nos están matando, nos están dañando al no parar la contaminación ni sanear el río Santiago ni en el corredor industrial de El Salto y los corredores aledaños”, sostiene Jonathan Ruvalcaba Elizondo, vecino de Juanacatlán.
Su casa está en la calle Martha Hernández Loza, en el cruce con Juárez, a tres cuadras del río Santiago –cauce que recibe todas las descargas tóxicas del corredor industrial Ocotlán-El Salto y uno de los ejes industriales más importantes del país–, el principal del estado.
“Nos están matando, nos están dañando al no parar la contaminación ni sanear el río Santiago ni en el corredor industrial de El Salto y los corredores aledaños”, sostiene Jonathan Ruvalcaba Elizondo, vecino de Juanacatlán.
Su casa está en la calle Martha Hernández Loza, en el cruce con Juárez, a tres cuadras del río Santiago –cauce que recibe todas las descargas tóxicas del corredor industrial Ocotlán-El Salto y uno de los ejes industriales más importantes del país–, el principal del estado.