AUTOR: REDACCIÓN.
IMAGEN TOMADA DEL SITIO DE LA JORNADA DE ORIENTE |
Atlixco. Debido a las acusaciones públicas hechas por familiares sobre la falta de atención médica urgente para la presa política Enedina Rosas, quien se opone al proyecto del gasoducto Morelos, las autoridades del penal de Atlixco y de derechos humanos decidieron permitir el traslado de la ambientalista al hospital municipal San Juan de Dios, en donde es atendida desde el pasado 11 de septiembre.
Y es que luego de casi medio año de permanecer recluida en el Centro de Reinserción de Atlixco (Cereso), la mujer campesina comenzó a padecer las complicaciones del deterioro de la salud debido a dos factores, según la versión de su hija Lucina Quintero: la insalubridad en la que viven especialmente las mujeres internas de esa cárcel (cohabitan más de 14 en un cuarto de cinco metros de ancho por 8 de largo) y la nula atención de doctores ante una enfermedad.
“¡Parece que quieren que se muera!”, expresó la propia Lucina durante el Foro por la Libertad de los Presos Sociales y contra la Represión que se desarrolló hace unos días en el auditorio de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la UAP.