Abogados y defensores de los derechos humanos en la Ciudad de México lamentan que Rodolfo Ríos Garza haya dejado la procuraduría capitalina sin que se le finque responsabilidad por las irregularidades que enturbiaron casos como los del Heaven, Yakiri, Narvarte y Lesvy. A su juicio, el amigo del jefe de Gobierno deja a la institución hundida en la ineficiencia y a la ciudad con altos índices delictivos.
El 24 de junio terminó una de las etapas más oscuras de la procuración de justicia en la capital del país durante las dos décadas que la ha gobernado el PRD.