Datos del Inegi muestran que en el último trimestre del año pasado la población ocupada fue de 51.57 millones de personas, de ellos 58 de 100 trabajadores están en la llamada informalidad laboral, la cual limita la recaudación fiscal. Es decir, 30 millones de personas, la cifra más elevada en al menos una década y equivalente a la población de cinco países juntos: Paraguay, El Salvador, Dinamarca, Finlandia y Noruega.
Para el ciudadano común, aquel que no sabe sobre temas de cuenta corriente, inflación, superávits, Producto Interno Bruto (PIB), política monetaria, confianza del consumidor, entre otros tantos términos económicos, pero que independientemente tiene y busca un ingreso para alimentarse (bien o mal), la ocupación laboral informal será su única opción. Tan sólo al cierre del año pasado se reportó un nuevo repunte no visto en años.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestran que en el último trimestre del año pasado la población ocupada fue de 51.57 millones de personas, de ellos 58 de 100 trabajadores están en la llamada informalidad laboral. Es decir, 30 millones de personas. De hecho ese porcentaje, 58.2 por ciento del total de ocupados, se ubica como el más elevado en los últimos ocho trimestres, es decir desde el 58.6 por ciento reportado en el cuarto trimestre de 2013.
Eso en términos porcentuales, porque en números absolutos se ubica como la cifra más elevada en al menos una década.
Ese incremento se registró en forma previa al recorte al gasto federal para este año por 132 mil 300 millones de pesos que anunció la Secretaría de Hacienda (SHCP). Ese ajuste representa 0.7 por ciento del PIB. El menor gasto influye negativamente en la inversión privada. Además, el incremento en la tasa de referencia que anunció el Banco de México (Banxico) también repercute en la inversión y el consumo por el mayor costo del dinero (crédito).
En un escenario de desaceleración de la economía global, Banxico volvió a ajustar a la baja su perspectiva de crecimiento de la economía mexicana para este año. Desde el pronóstico para 2016 que tenía el banco central a finales de 2014 al anunciado la semana pasada, el ajuste a la baja es de 1.2 puntos porcentuales al pasar del rango de 3.2 a 4.2 por ciento a un estimado de entre 2 y 3 por ciento. Otros dos ajustes se anunciaron en febrero y mayo del año pasado.
Entre la primera y la más reciente proyección el ajuste al PIB equivale a 13 mil 295 millones de dólares. Cifra que también equivale a lo generado por las dos menores economías del país: Colima y Tlaxcala.
MENOS EMPLEOS FORMALES
Según el Banco de México, en congruencia con el ajuste en los pronósticos de actividad económica, se revisan a la baja las expectativas para el crecimiento del número de puestos de trabajo afiliados en el IMSS.
Para 2016, se espera un aumento de entre 610 mil y 710 mil puestos, es decir 20 mil plazas menos respecto al informe trimestral anterior.
Para 2017, se modifica el intervalo de 660 mil a 760 mil puestos de trabajo afiliados al IMSS a un rango de entre 650 mil y 750 mil plazas laborales. Tan sólo el año pasado, con un crecimiento de 2.5 por ciento del PIB, el número de empleos permanentes registrados en el IMSS aumentó en 733 mil 500 (para cerrar el año en 17.72 millones de trabajadores).
En tanto, a la economía informal recurrieron 680 mil 500 individuos más para llegar a un total de 30 millones de personas. Como ya había comentado, ese número se ubica como el más elevado al menos en una década.
La población mexicana que labora en el sector informal equivale a toda la población de países como Perú, Arabia Saudita o Venezuela, o bien la de cinco países juntos: Paraguay, El Salvador, Dinamarca, Finlandia y Noruega.
Con esos números que son fríos y contundentes, ya es hora de que el gobierno federal fije las líneas o mejor dicho, las nuevas líneas para crear y alinear incentivos reales que motiven a los informales a estar en la formalidad.
Con dichos números, se puede inferir el fracaso del programa que lanzó la presidencia de la República en 2014. En septiembre de ese año, el Presidente Enrique Peña Nieto lanzó el programa “Crezcamos Juntos” para incorporar a la economía formal a los trabajadores y empresas informales.
A través de beneficios fiscales, el gobierno federal pretendía reducir la informalidad, ya que esto último entre otras cosas limita la recaudación fiscal y concentra la recaudación en los trabajadores cautivos, que para el caso son 4 de cada 10.
Con un potencial nuevo ajuste al crecimiento económico de México para este año, el empleo informal aumentará y quizá harán falta más plazas públicas, cruceros vehiculares para los vendedores informales. Con todo y “Crezcamos Juntos” el número sigue creciendo.
FUENTE: SIN EMBARGO, ECONOMÍA HOY.
AUTOR: REDACCIÓN, TOMÁS DE LA ROSA.
LINK: http://www.sinembargo.mx/15-03-2016/1636148