En el salón de plenos del organismo, este lunes el magistrado presidente defendió el proceso y dijo que la suya fue “una elección limpia” decidida por 60 de los 77 magistrados presentes en la votación el pasado 4 de noviembre.
Así, Elías Azar estará tres años más (2016-2018) al frente del órgano encargado de impartir la justicia en la capital del país, puesto que mantiene desde 2008 con dos periodos de cuatro años seguidos.
Con la presencia del jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera a su derecha y el presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa (ALDF) el perredista Leonel Luna, a su izquierda, el presidente convocó a los magistrados a “dejar atrás resabios y querellas en el armario” y seguir adelante con los retos de la implementación de la justicia oral y en materia penal.
“Quienes piensen que aún hay flechas en el supuesto campo de batalla, los invitamos a estimar que no es tal, sino un escenario de severidad judicial ejerciendo su democracia interna, y que, en todo caso, es tiempo de recoger flechas y lanzas, y ponernos a trabajar todos juntos y a un tiempo, que no tenemos ninguno para perderlo”, dijo en su discurso de toma de protesta.
Las etapas del proceso, agregó, se hicieron “de manera democrática”. Según su dicho, “todas la observaciones” se aceptaron y votaron para “asegurar que se cumplía con la ley, y que se cumplía con la voluntad mayoritaria de este cuerpo colegiado”.
Al continuar su autodefensa, dijo que el pleno de magistrados del Tribunal es “soberano” y “autónomo” y que sólo está sometido al respeto de la ley y la Constitución. De hecho, aseguró que las puertas del órgano “nunca se abrirán para partidizar las decisiones soberanas y mayoritarias que tomen sus integrantes”.
Elias Azar reiteró su compromiso de implementar el sistema oral, no sólo en materia penal, sino en todas las demás ramas de la impartición de justicia. Además, ofreció a Mancera Espinosa participar en la elaboración de la reforma política del DF.
En su turno, el jefe de Gobierno dio el espaldarazo al magistrado presidente y aseguró que el GDF trabajará “con un tribunal unido, con un tribunal fuerte, con un tribunal que demanda hoy la Ciudad de México para los retos que enfrenta”, en particular, la reforma penal.
“Esa seguridad, señor presidente, la tengo porque noto un tribunal fuerte”, le dijo a Elías Azar.
El historial del presidente
El 25 de octubre de 2015, en su edición 2034, la revista Proceso publicó que Elías Azar buscaba “una segunda reelección consecutiva… y más: sus planes son encabezar esa instancia hasta el año 2021. Y, a juzgar por las voces opositoras a sus afanes de establecer una especie de “porfiriato”, no lo hace por un compromiso con la justicia, sino con los negocios inmobiliarios, a los cuales está dedicado con la asesoría de Pedro Aspe y apoyado en Inmuebles Carso”.
Firmada por Raúl Monge y Jenaro Villamil, la investigación periodística aseguró que “el intento de reelección, la segunda consecutiva, de Édgar Elías Azar al frente del TSJDF, es un caso inédito en el Poder Judicial mexicano y un escándalo que ha fracturado al pleno de 80 magistrados, quienes deberán votar en secreto el próximo 4 de noviembre si ratifican o no al exsecretario de Finanzas de Guerrero y conocido promotor de los intereses de grandes corporaciones empresariales y mediáticas”.
Según el texto, Elías Azar ganó con sólo tres votos de diferencia en noviembre de 2007 para cubrir el periodo 2008-2012. Su reelección venció el 1 de enero “pero valiéndose de una reforma al artículo 33 de la Ley Orgánica del Tribunal y un transitorio de la misma, el actual presidente y sus promotores consideran que se trata de una nueva norma y, por tanto, Elías Azar está en condiciones de contender para el periodo 2016-2018 y para otro más que culmine en 2021. Es decir, pretende controlar los destinos del Poder Judicial capitalino 14 años”.
Los periodistas aseguraron que “las operaciones inmobiliarias de Elías Azar son poco transparentes; como los 110 millones de pesos que invirtió en la Sociedad Popular Financiera Ficrea, utilizando fondos que no son propiedad del tribunal; o como el caso del Fondo de Apoyo a la Administración de la Justicia en el Distrito Federal (Faajud), considerado la auténtica ‘caja chica’ del magistrado de origen guerrerense.
“Otros manejos discrecionales del dinero del tribunal son los procedentes del Fideicomiso para la Jubilación de los Magistrados, que se invirtieron en los instrumentos bursátiles conocidos como fibras; el financiamiento de sus labores proselitistas como presidente de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia del país, una especie de Conago de los poderes judiciales estatales, encabezada por el propio Elías; el destino del fondo de los recursos autogenerados del tribunal, que ascendían a 1 millón 200 mil pesos mensuales y debían destinarse a estímulos para el personal.
“Tampoco se conoce de cuánto es exactamente la deuda pública del TSJDF. Las versiones internas mencionan que los pasivos ascienden a entre mil 500 y mil 700 millones de pesos, que representan más de 10% de su presupuesto anual, que es de 11 mil 500 millones de pesos”.
Luego de la elección del 4 de noviembre, magistradas opositoras a su reelección –entre ellas Petra Quezada y María de Jesús Medel–, interpusieron amparos a nivel federal para evitar la toma de posesión de Elías Azar. No obstante, en todos los casos las demandas fueron negadas.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.
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