Con 15 mil pesos “no alcanza para hacer de nuevo la casa”, dice Reynaldo Molina Espinoza, uno de tantos afectados por el terremoto del pasado 7 de septiembre, cuya vivienda colapsó.
Esa noche, el sismo de 8.2 sacudió tanto a su casa –localizada en una comunidad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas– que algunos muros se deshicieron por completo, y las tejas y maderas que daban forma al techo, cayeron.
El hombre de 56 años lleva varias semanas reconstruyendo esa vivienda que en su fachada aún tiene pintada en rojo la letra “D”, marca que, según los peritos, determinaba que la construcción debe ser demolida.