El presidente, "con la única pero la peor de las sanciones", sostiene.
El presidente Enrique Peña Nieto no será sancionado por la Universidad Panamericana ni por la UNAM, tras comprobarse que plagió parte de su tesis de licenciatura, pero sí resentirá la sanción social que establece que “no tiene palabra propia”, aseveró Manuel Gil Antón, profesor investigador del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México.
En entrevista para Aristegui Noticias expuso su pensar sobre el caso revelado en agosto pasado por este sitio de noticias:
“Hay ocasiones en que a lo largo de mi vida me he dado cuenta que frente a un atropello a la inteligencia, frente a una muy evidente falta de decoro intelectual, el hecho de que no se pueda hacer nada, en lugar de que la cosa desaparezca, le echa más luz al daño que produce.
“Me quiero explicar: desde el comunicado de la Universidad Panamericana en que… se dice: después de revisar el texto de la tesis del señor Enrique Peña Nieto, advertimos que en efecto usó ideas que no eran de él, sin citarlas, o bien, usó ideas ajenas y no puso nada en la bibliografía
“En términos muy sencillos la Panamericana dice: la tesis tiene elementos que conforman lo que llamamos, en castellano, plagio… que ocurre cuando se copian textualmente sin entrecomillar para referir que son textuales y sin citarlas.
“La Panamericana dice: reconozco al hacer este estudio que ocurrió el plagio, vamos a hacer una consulta a la UNAM, y la UNAM lo que dice es que eso es responsabilidad de la Panamericana, porque el que la escuela esté incorporada no significa que la universidad que da la incorporación a la otra, en este caso la UNAM a la Panamericana, tenga que sustituir a la Panamericana en hacer las cosas bien. Y a mí me parece que, entonces, la UNAM dice: no tengo ningún recurso legal aplicable a este caso. Y la Panamericana termina su comunicado… diciendo evidentemente hay plagio, hay textos que no son del autor y que hace pasar como tales, pero es un hecho consumado, tampoco puedo hacer nada.
Para Gil Antón, aunque pudiera no haber un marco para retirar el título o generar algún tipo de sanción, “queda totalmente a la luz que se ha cometido uno de los peores delitos, una de las peores acciones de hurto, que es robar las ideas, aprovechar vacíos legales, obtener con ello un certificado falso y después quedar refugiado en la ausencia de estructuras legales para resolverlo”.
“En consecuencia, la única pero la peor de las sanciones que quedan para el ahora presidente de la República es que para todos… no tiene palabra propia, sino en el momento en el que toma y recibe de parte de una institución autorizada la licencia para ejercer una profesión, lo está haciendo falseando sus palabras”, sentenció.
“Entonces, el hecho es consumado, queda claro que no hay sanción legal posible… la única que queda es la sanción social absolutamente ya clara: no tiene palabra propia, quien abusando de las frases huecas como ‘error tipográfico’, ‘error metodológico’, a sabiendas que usó lo que no era propio o bien encargó a otro que hiciera como de él lo que nunca redactó”, abundó.
Para el académico se trata de una “enorme, enorme vergüenza la que corresponde a nosotros imputar al autor de esta flagrante violación a la honradez, a la ética, a la decencia intelectual y en ese sentido me parece que la investidura presidencial queda dañada profundamente, ante quien no merece tenerla”.
“Una universidad más allá de cualquier registro en un sistema, una universidad debe buscar la dignidad, la coherencia, la búsqueda la verdad”, apuntó.
Si la UP “fuese un sitio en el que se procurara el cultivo del conocimiento, sería esperar una reacción que correspondiese a la decencia, a tener cierto pudor… más bien lo que ofrece en este caso es la extensión de certificados”.
Si no es posible evitarlo el plagio, porque es “muy difícil de detectar”, que “se tenga el valor civil” de retirar el título, como lo ha hecho el Colegio de México, “puede que no esté estrictamente en los ordenamientos legales, pero está en la mejor tradición de la cultura occidental con respecto al conocimiento”.
“La Panamericana no creo que vaya a hacer eso porque ya tuvo oportunidad de hacerlo y cuando reconoce que en efecto hay plagio pero que no puede hacer nada porque ocurrió hace mucho tiempo… lo que está diciendo es que no va a hacer nada porque no le conviene, no le interesa y no está centrado su proyecto educativo en el apego a la ética fundamental de un trabajo intelectual”, acotó.
La UP tuvo “miedo de reconocer que, como cualquier otra institución educativa, eso puede ocurrir y que cuando ocurra hay que hacer algo y ese algo es reconocer que eso es incorrecto y que la única facultad que puede tener, sea esta o no perfectamente establecida en un decreto legal, lo único que puede hacer… hay que retirar la licencia, igual que en el caso del Colegio de México… ante la evidencia, ante la verdad, ante el hecho consumado”.
“Ante hechos consumidos se puede asumir con integridad las consecuencias o decir: como es un hecho consumado ya ni modo. Y ese ni modo lastima el proyecto de llamarse Universidad a la Panamericana”, estableció.
En tanto, la UNAM le dice a la Panamericana hazte cargo, refirió.
Y cuando la UP reconoce que hay problemas pero no se puede hacer cargo porque no tiene reglamento que lo prevea, lo que hace es eludir ser universidad; “uno puede pensar que esa es la razón de fondo para no actuar, me parece que no actuaría aún en caso de que no fuese presidente de la República. Me parece que no actuaría porque rehúye a lo que debe ser lo central de un proyecto educativo universitario, que es la búsqueda de la verdad”.
“Al no hacerlo porque es el presidente de la República lo que hace es echar más luz sobre la opacidad de su proceder”, agregó.
La peor sanción a la larga en la historia humana es cuando la impunidad se erige como una regla o un hecho en la convivencia humana, sostuvo.
Y queda “el descrédito que la sociedad hará de la veracidad de la actitud del señor Enrique Peña Nieto, es una sanción… muy fuerte, incluso es más fuerte porque legalmente no hay nada que hacer”.
“Lo único que queda es decir: es un hecho, sabemos que así fue, se aprovechó que hay vacíos legales y falta de claridad en los procedimientos. Refugiado en ello queda en pie el título, desde su lógica formal, pero en el fondo, lo que habría que hacer es con todo respeto, pedirle a don Edmundo Valadés que nos prestara la licencia para modificar el título de aquel extraordinario cuento de La muerte tiene permiso. Lo que se ha establecido ahora con este proceder es que podemos decir que en México el plagio tiene permiso. Y cuando en una sociedad el plagio tiene permiso ese permiso es hermano cercanísimo, gemelo, de que la impunidad tiene permiso, de que el hurto de las cosas tiene permiso, que escamotear la verdad tiene permiso”, expuso.
“La sanción social es fuerte en el sentido de decir: mienten. Y hay que transformar no solamente los reglamentos sino cambiar la sociedad, cambiar nuestro sistema institucional, para que la impunidad y el plagio no tengan permiso sino que tengan consecuencias”, añadió.
Finalmente, Gil Antón reconoció el periodismo de investigación practicado a la hora de revisar la tesis del hoy presidente de México.
“No presentó una tesis, presentó un documento fraudulento. Me parece que es una circunstancia que no podemos dejar fuera de su parentesco con la cantidad tan grande de actos no legales, alegales o francamente ilegales, que por argucias o habilidad en el manejo de cierta terminología jurídica quedan sin sanción, aparentemente”, indicó.
“Lo que queda claro es que un periodismo de investigación que se atreve a quitar el velo de lo que caracteriza a esta clase política en general, que es su falta de credibilidad, es el que hoy ha salido con toda la razón y con la cara digna”, destacó.
“Todo esto configura sinceramente que a falta de un estado de derecho en muchísimos aspectos de la vida nacional, es un gran aliado (el periodismo) para poder seguir viéndonos a la cara y que se atreva a denunciar lo que sucede, a sabiendas de que por ello puede tener consecuencias y consecuencias adversas que no tiene el que cometió el delito. Eso ennoblece al oficio periodístico y eso mismo echa una gran capa de opacidad a una universidad que se dice estar al servicio de la verdad y a una persona que si algo tiene que tener como presidente es capacidad de tener credibilidad en sus palabras; desde hace tiempo eso no sucede, hoy en día a mí como ciudadano no me da ninguna seguridad lo que exprese quien ostenta la Presidencia”, concluyó.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://aristeguinoticias.com/0610/mexico/en-mexico-el-plagio-tiene-permiso-gil-anton/
El presidente Enrique Peña Nieto no será sancionado por la Universidad Panamericana ni por la UNAM, tras comprobarse que plagió parte de su tesis de licenciatura, pero sí resentirá la sanción social que establece que “no tiene palabra propia”, aseveró Manuel Gil Antón, profesor investigador del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México.
En entrevista para Aristegui Noticias expuso su pensar sobre el caso revelado en agosto pasado por este sitio de noticias:
“Hay ocasiones en que a lo largo de mi vida me he dado cuenta que frente a un atropello a la inteligencia, frente a una muy evidente falta de decoro intelectual, el hecho de que no se pueda hacer nada, en lugar de que la cosa desaparezca, le echa más luz al daño que produce.
“Me quiero explicar: desde el comunicado de la Universidad Panamericana en que… se dice: después de revisar el texto de la tesis del señor Enrique Peña Nieto, advertimos que en efecto usó ideas que no eran de él, sin citarlas, o bien, usó ideas ajenas y no puso nada en la bibliografía
“En términos muy sencillos la Panamericana dice: la tesis tiene elementos que conforman lo que llamamos, en castellano, plagio… que ocurre cuando se copian textualmente sin entrecomillar para referir que son textuales y sin citarlas.
“La Panamericana dice: reconozco al hacer este estudio que ocurrió el plagio, vamos a hacer una consulta a la UNAM, y la UNAM lo que dice es que eso es responsabilidad de la Panamericana, porque el que la escuela esté incorporada no significa que la universidad que da la incorporación a la otra, en este caso la UNAM a la Panamericana, tenga que sustituir a la Panamericana en hacer las cosas bien. Y a mí me parece que, entonces, la UNAM dice: no tengo ningún recurso legal aplicable a este caso. Y la Panamericana termina su comunicado… diciendo evidentemente hay plagio, hay textos que no son del autor y que hace pasar como tales, pero es un hecho consumado, tampoco puedo hacer nada.
Para Gil Antón, aunque pudiera no haber un marco para retirar el título o generar algún tipo de sanción, “queda totalmente a la luz que se ha cometido uno de los peores delitos, una de las peores acciones de hurto, que es robar las ideas, aprovechar vacíos legales, obtener con ello un certificado falso y después quedar refugiado en la ausencia de estructuras legales para resolverlo”.
“En consecuencia, la única pero la peor de las sanciones que quedan para el ahora presidente de la República es que para todos… no tiene palabra propia, sino en el momento en el que toma y recibe de parte de una institución autorizada la licencia para ejercer una profesión, lo está haciendo falseando sus palabras”, sentenció.
“Entonces, el hecho es consumado, queda claro que no hay sanción legal posible… la única que queda es la sanción social absolutamente ya clara: no tiene palabra propia, quien abusando de las frases huecas como ‘error tipográfico’, ‘error metodológico’, a sabiendas que usó lo que no era propio o bien encargó a otro que hiciera como de él lo que nunca redactó”, abundó.
Para el académico se trata de una “enorme, enorme vergüenza la que corresponde a nosotros imputar al autor de esta flagrante violación a la honradez, a la ética, a la decencia intelectual y en ese sentido me parece que la investidura presidencial queda dañada profundamente, ante quien no merece tenerla”.
“Una universidad más allá de cualquier registro en un sistema, una universidad debe buscar la dignidad, la coherencia, la búsqueda la verdad”, apuntó.
Si la UP “fuese un sitio en el que se procurara el cultivo del conocimiento, sería esperar una reacción que correspondiese a la decencia, a tener cierto pudor… más bien lo que ofrece en este caso es la extensión de certificados”.
Si no es posible evitarlo el plagio, porque es “muy difícil de detectar”, que “se tenga el valor civil” de retirar el título, como lo ha hecho el Colegio de México, “puede que no esté estrictamente en los ordenamientos legales, pero está en la mejor tradición de la cultura occidental con respecto al conocimiento”.
“La Panamericana no creo que vaya a hacer eso porque ya tuvo oportunidad de hacerlo y cuando reconoce que en efecto hay plagio pero que no puede hacer nada porque ocurrió hace mucho tiempo… lo que está diciendo es que no va a hacer nada porque no le conviene, no le interesa y no está centrado su proyecto educativo en el apego a la ética fundamental de un trabajo intelectual”, acotó.
La UP tuvo “miedo de reconocer que, como cualquier otra institución educativa, eso puede ocurrir y que cuando ocurra hay que hacer algo y ese algo es reconocer que eso es incorrecto y que la única facultad que puede tener, sea esta o no perfectamente establecida en un decreto legal, lo único que puede hacer… hay que retirar la licencia, igual que en el caso del Colegio de México… ante la evidencia, ante la verdad, ante el hecho consumado”.
“Ante hechos consumidos se puede asumir con integridad las consecuencias o decir: como es un hecho consumado ya ni modo. Y ese ni modo lastima el proyecto de llamarse Universidad a la Panamericana”, estableció.
En tanto, la UNAM le dice a la Panamericana hazte cargo, refirió.
Y cuando la UP reconoce que hay problemas pero no se puede hacer cargo porque no tiene reglamento que lo prevea, lo que hace es eludir ser universidad; “uno puede pensar que esa es la razón de fondo para no actuar, me parece que no actuaría aún en caso de que no fuese presidente de la República. Me parece que no actuaría porque rehúye a lo que debe ser lo central de un proyecto educativo universitario, que es la búsqueda de la verdad”.
“Al no hacerlo porque es el presidente de la República lo que hace es echar más luz sobre la opacidad de su proceder”, agregó.
La peor sanción a la larga en la historia humana es cuando la impunidad se erige como una regla o un hecho en la convivencia humana, sostuvo.
Y queda “el descrédito que la sociedad hará de la veracidad de la actitud del señor Enrique Peña Nieto, es una sanción… muy fuerte, incluso es más fuerte porque legalmente no hay nada que hacer”.
“Lo único que queda es decir: es un hecho, sabemos que así fue, se aprovechó que hay vacíos legales y falta de claridad en los procedimientos. Refugiado en ello queda en pie el título, desde su lógica formal, pero en el fondo, lo que habría que hacer es con todo respeto, pedirle a don Edmundo Valadés que nos prestara la licencia para modificar el título de aquel extraordinario cuento de La muerte tiene permiso. Lo que se ha establecido ahora con este proceder es que podemos decir que en México el plagio tiene permiso. Y cuando en una sociedad el plagio tiene permiso ese permiso es hermano cercanísimo, gemelo, de que la impunidad tiene permiso, de que el hurto de las cosas tiene permiso, que escamotear la verdad tiene permiso”, expuso.
“La sanción social es fuerte en el sentido de decir: mienten. Y hay que transformar no solamente los reglamentos sino cambiar la sociedad, cambiar nuestro sistema institucional, para que la impunidad y el plagio no tengan permiso sino que tengan consecuencias”, añadió.
Finalmente, Gil Antón reconoció el periodismo de investigación practicado a la hora de revisar la tesis del hoy presidente de México.
“No presentó una tesis, presentó un documento fraudulento. Me parece que es una circunstancia que no podemos dejar fuera de su parentesco con la cantidad tan grande de actos no legales, alegales o francamente ilegales, que por argucias o habilidad en el manejo de cierta terminología jurídica quedan sin sanción, aparentemente”, indicó.
“Lo que queda claro es que un periodismo de investigación que se atreve a quitar el velo de lo que caracteriza a esta clase política en general, que es su falta de credibilidad, es el que hoy ha salido con toda la razón y con la cara digna”, destacó.
“Todo esto configura sinceramente que a falta de un estado de derecho en muchísimos aspectos de la vida nacional, es un gran aliado (el periodismo) para poder seguir viéndonos a la cara y que se atreva a denunciar lo que sucede, a sabiendas de que por ello puede tener consecuencias y consecuencias adversas que no tiene el que cometió el delito. Eso ennoblece al oficio periodístico y eso mismo echa una gran capa de opacidad a una universidad que se dice estar al servicio de la verdad y a una persona que si algo tiene que tener como presidente es capacidad de tener credibilidad en sus palabras; desde hace tiempo eso no sucede, hoy en día a mí como ciudadano no me da ninguna seguridad lo que exprese quien ostenta la Presidencia”, concluyó.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
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