En un comunicado, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, señala que la agresión a los estudiantes de Tiripetío “se inscribe en el marco de una criminalización y represión sistemática y generalizada que viven los Normalistas Rurales que en los últimos años ha ido en ascenso. La estigmatización a los normalistas rurales y las agresiones que han sufrido seguidas de la impunidad que las caracteriza, crearon un marco permisible para la desaparición de los 43, el asesinato de 3 y las lesiones de 10 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero”.
Asimismo, Tlachinollan hace referencia a las palabras pronunciadas por el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, unos días antes: “espero que después de la garrotiza que les pusieron en Aguas Calientes ya también le piensen un poco” que son una evidencia del desprecio a la educación pública y a los Normalistas Rurales que forman parte de la cauda de estigmatización que pesa sobre los estudiantes.