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miércoles, 24 de junio de 2015

Tlatlaya no termina

La revelación de un peritaje que confirma que la mitad de los muertos en Tlatlaya fueron ‘fusilados’ por militares, pone contra la pared a las autoridades que defendieron la versión de un enfrentamiento.

En febrero de este año, durante la celebración del 102 aniversario de la conformación del Ejército mexicano el secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, dijo que había quienes trataban de desprestigiar a las Fuerzas Armadas sin pruebas serias.

“En ocasiones se nos ha señalado sin agotar los cauces legales o sin pruebas serias para tratar de desprestigiarnos y, con ello, dañar la confianza en nosotros depositada”, mencionó.

Sin decirlo abiertamente, Cienfuegos se refería a las sospechas sobre una ejecución sumaria cometida por militares en Tlatlaya, durante junio del 2014.

Ayer, las pruebas serias llegaron.

Un peritaje de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) y de la Procuraduría General de la República (PGR) reveló que de las 22 personas abatidas el 30 junio de 2014 en Tlatlaya, 11 fueron “fusiladas”.

Entre los muertos estaban tres adolescentes. Una muchacha de 15 años y dos jóvenes de 17.

El documento, obtenido por La Jornada mediante una solicitud de información, detalla que otros cinco civiles murieron a quemarropa mientras realizaban ‘‘maniobras instintivas de defensa’’ y del resto no se menciona que hubieran disparado contra los militares.

Los soldados habrían realizado al menos 160 disparos, de los cuales, 60 balas dieron en el blanco, todas en la zona torácica de los presuntos delincuentes. Las víctimas sólo realizaron 12.

Luego de la masacre, los militares manipularon la escena del crimen, una bodega al sur del Estado de México, para hacer creer que todos habían caído durante un cruce de disparos, detalla el informe.

Así, la versión inicial reportada por la Secretaría de la Defensa (Sedena) luego del incidente fue que los presuntos delincuentes habían muerto en un enfrentamiento armado con militares.

“Las personas abrieron fuego en contra de las tropas, quienes repelieron la agresión, resultando 22 agresores muertos”, señaló en su página oficial de Twitter.

También el titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) Alejandro Jaime Gómez Sánchez, defendió a capa y espada la versión de la Sedena.

“Respecto a los hechos ocurridos en Tlatlaya, el Ministerio Público del fuero común inició la investigación correspondiente, practicó las diligencias respectivas y en su momento remitió la carpeta de investigación a la Procuraduría General de la República.

“En las diligencias prácticas, no se desprende indicio alguno que haga presuponer o que nos haga pensar en la posible ejecución o posible fusilamiento al que se ha hecho referencia en algunos medios de comunicación”, sostuvo el funcionario en conferencia de prensa el 17 de julio del 2014.

Pero las versiones oficiales evidenciaban contradicciones insalvables.

Incluían casualidades, una superficial reconstrucción de los hechos, falta de transparencia sobre las identidades de las víctimas y un inexplicable rondín nocturno por el tramo carretero San Antonio del Rosario-San Pedro Limón, municipio de Tlatlaya.

El relato oficial mantenía que el convoy militar inspeccionaba el terreno sin razón alguna y se había topado por casualidad con una bodega que justamente estaba repleta de miembros del cártel de “La Familia”, quienes al ver a los soldados, empezaron a disparar.

Sin embargo, la declaración de una supuesta testigo de los hechos que fue publicada por la revista Esquire contradijo esta versión.

La testigo aseguró que 21 de los 22 muertos -entre ellos su hija de 15 años- habían sido ejecutados a sangre fría a pesar de haberse rendido.

La mujer contó que primero hubo un enfrentamiento corto y que, tras la entrega de armas, empezaron los interrogatorios a los detenidos.

“Ellos (los soldados) decían que se rindieran y los muchachos decían que les perdonaran la vida. Entonces (los soldados) dijeron ‘¿no que muy machitos, hijos de su puta madre? ¿No que muy machitos?’. Así les decían los militares cuando ellos salieron (de la bodega). Todos salieron. Se rindieron, definitivamente se rindieron. (…) Entonces les preguntaban cómo se llamaban y los herían, no los mataban. Yo decía que no lo hicieran, que no lo hicieran, y ellos decían que ‘esos perros no merecen vivir’. (…) Luego los paraban así en hilera y los mataban. (…) Estaba un lamento muy grande en la bodega, se escuchaban los quejidos”, relató la testigo a Esquire.

Acabada la primera tanda de ejecuciones, la mujer vio cómo remataban a su hija. Ella se hizo pasar por secuestrada para salir con vida.

Tras estas revelaciones, la Sedena redireccionó.

El 25 de septiembre de 2014, informó que ocho militares que participaron en la operación ya habían detenidos acusados de “desobediencia” e “infracción de deberes”. Tres de ellos también fueron señalados por la PGR por homicidio calificado, y uno más por encubrimiento.

Pero las dudas sembradas, crecieron por todos lados.

Del caso habló la ONU, Human Rights Watch, el Departamento de Estado de los Estados Unidos y prácticamente todas las instituciones internacionales de derechos humanos. Exigieron investigación y castigo a los culpables.

En respuesta, el 2 de noviembre del año pasado, el Juzgado Primero de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal, dictó auto de formal prisión en contra de siete de los integrantes del Ejército Mexicano que participaron en la masacre.

Las recomendaciones de la CNDH


Ya en octubre del año pasado, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) había emitido una recomendación en la, entre otras cosas,  pidió que se iniciara una investigación a los siete militares involucrados, que fueran juzgados por autoridades federales y se indemnizara a los familiares de las víctimas.

En la recomendación, el titular del organismo, Raúl Plascencia Villanueva, refirió que después de utilizar la fuerza pública para contrarrestar la agresión armada, y una vez estando rendidos los civiles, los elementos militares ingresaron a la bodega.

“A partir de una acción arbitraria, desproporcional, innecesaria, y desapegada al sistema de derechos humanos, privaron de la vida arbitrariamente a 12 personas que se encontraban ahí, vivas, rendidas o heridas”, mencionó el documento.

La Comisión también pidió que se reforzara la capacitación que reciben los elementos de la Sedena con respecto al programa integral de capacitación y formación en materia de derechos humanos, y que el mismo se dirija tanto a mandos medios y superiores a como a los elementos de tropa.


En marzo de este año, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) investigaba 570 quejas registradas en el 2014 contra militares. Se les acusó de presuntas violaciones a los derechos humanos en contra de ciudadanos o población en general, sobre todo en el contexto del combate al crimen organizado.

FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: CAROLINA HERNÁNDEZ.

martes, 23 de junio de 2015

En Tlatlaya, al menos se fusiló a 11 personas: peritajes oficiales

MÉXICO, D.F: De las 22 personas que fueron abatidas por elementos del Ejército en Tlatlaya hace un año, 11 fueron prácticamente fusiladas, otras cinco murieron realizando “maniobras instintivas de defensa” y del resto no se menciona que hubieran disparado contra los militares, publica hoy el diario La Jornada.

Apoyado en peritajes de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) y de la Procuraduría General de la República (PGR), el periódico destaca que las armas de tres de los fallecidos dentro de una bodega en ese municipio mexiquense, estaban descargadas.

De acuerdo con dichos peritajes, en ese enfrentamiento, los militares realizaron al menos 160 disparos y los supuestos delincuentes 12.

Además, los militares impactaron 60 de esos disparos en la zona toráxica de las víctimas. En los documentos oficiales a que tuvo acceso La Jornada se menciona también que algunos militares dispararon a corta distancia a varias de las víctimas y que casquillos de los cartuchos percutidos quedaron a escasos 70 centímetros de los cadáveres.

Dichos peritajes determinaron también que los militares utilizaron en esa ocasión un fusil al que le borraron la matrícula y otra arma de la cual no se precisó su origen.

La Jornada informa a sus lectores que los peritajes sobre la matanza en Tlatlaya los obtuvo mediante una solicitud de información pública.

El 17 de septiembre de 2014, Proceso, de manera simultánea con la revista Esquire, publicó un reportaje del periodista Pablo Ferri Tórtola en el que se da cuenta de las declaraciones de una de las tres sobrevivientes de la balacera ocurrida el 30 de junio en Tlatlaya.

La testigo ofreció una versión muy distinta a la difundida por el Ejército y la Procuraduría General de la Republica, en el sentido de que los militares abatieron a esas personas en “legítima defensa”.

Según la mujer, 21 de esos individuos fueron fusilados aun cuando ya se habían rendido.

Y el 25 de ese mismo mes, el portal del semanario Proceso informó que un teniente y 24 soldados que presuntamente participaron en la masacre de Tlatlaya, fueron presentados al Juzgado Sexto Militar, de los cuales ocho fueron ingresados a la prisión del Campo Militar Número 1, acusados de delitos relacionados con la disciplina castrense.

El reporte del periodista Arturo Rodríguez García detalla que horas después de la información adelantada por el portal proceso.com.mx, la Sedena emitió un comunicado en el que confirmó la consignación de siete elementos de tropa y un oficial quienes fueron puestos a disposición, sin precisar su graduación, adscripción ni arma.


Los cargos que se les fincaron fueron desobediencia, e infracciones a deberes militares en el caso del teniente.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.

martes, 12 de mayo de 2015

“No otro Tlatlaya”

Como si no fuera suficiente la violencia que vive el país, es preocupante la reacción del General Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, ante el brutal ataque a miembros de la fuerzas de seguridad por parte del crimen organizado el pasado 1 de mayo en Jalisco. El tono de su discurso del pasado 5 de mayo debe moderarse ya que el mensaje que se manda es peligroso.

La gran mayoría de los múltiples estudios que se han realizado para tratar de identificar la escalada de violencia y descomposición que lleva a sociedades o grupos a cometer genocidios y otros crímenes masivos incluyen la deshumanización y el discurso de odio como elementos siempre presentes. 

Uno de los estudios más serios es el realizado por Gregory Stanton, que identifica, a grandes rasgos, en las primeras etapas lo siguiente:

1) Clasificación, distinción de las personas en “nosotros-ellos”;

2) Simbolización, asignación de nombres o símbolos a los grupos previamente clasificados que pueden generar deshumanización;

3) Discriminación, negación de derechos;

4) Deshumanización, negación de la calidad humana de un grupo, se equiparan con animales, bichos, insectos o enfermedades. La deshumanización oprime la natural repulsión humana al asesinato.

La fórmula utilizada en múltiples ocasiones en la historia durante circunstancias críticas es simple: generar una narrativa ideológica que explique por qué la situación es peligrosa, no por las condiciones propias de la sociedad, sino como el resultado de un intruso externo, es decir que las cosas funcionaban hasta que la sociedad permitió la penetración de un grupo exógeno y la forma de restablecer la “salud” social es “eliminarlos”.

En su discurso, el General Cienfuegos se refiere al crimen organizado con términos como “apátridas”, ¿de dónde serán?

Con esto el discurso parece indicar que en México vivimos una crisis de seguridad que ha llegado de fuera por lo que debemos “desterrarlos” y “que sea la mexicanidad el eslabón que nos cohesione y fortalezca para extirpar al cáncer” y “que no se mezclen entre nosotros” (los entrecomillados son extractos del discurso). Si se trata de metáforas, son muy desafortunadas e inaceptables. No es exageración. No, ningún ser humano es un cáncer, ni los armenios eran microbios, ni los tutsis cucarachas, ni los gitanos una peste, ni los judíos parásitos, ni los bosnios perros.

Es necesario aclarar que el Estado mexicano tiene el derecho y la obligación de luchar contra el crimen, garantizar la seguridad y controlar el territorio nacional. Pero debe hacerlo en el marco de la ley, no puede existir un impulso a terminar extrajudicialmente con el crimen organizado. En ese momento el Estado se convierte en criminal.

El mensaje del General Secretario Cienfuegos debe ser claro, firme y en concordancia con sus obligaciones, no puede mandar señales confusas que inviten a resolver el problema de seguridad por otros medios que los que marca la ley. No más Tlatlayas.  

Somos un país con abundante discurso de odio que ante la menor provocación surge desde espacios, momentos inesperados y de muchas formas. Los ejemplos sobran, discurso de odio entre diferentes clases sociales, contra grupos étnicos, por color de piel, por origen, por religión, por apariencia física.


En otro orden de ideas pero siguiendo con la peligrosa utilización del lenguaje, no puedo más que sorprenderme y horrorizarme por la campaña lanzada por el Instituto Electoral del Estado de Querétaro para promover el voto. Presenta siluetas de personas, es decir las desaparece bajo el  lema “Si no votas, no existes”. En un país con más de 20 mil desaparecidos, suprimir personas es criminal y torpe.

FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: JACOBO DAYÁN (ANÁLISIS/ OPINIÓN).

jueves, 16 de abril de 2015

En Tlatlaya se hizo uso ilegal y excesivo de la fuerza: comisión

México, DF. El informe final de actividades del grupo de trabajo de la Cámara de Diputados, encargado de investigar los hechos ocurridos en el municipio de Tlatlaya, resuelve que en el citado caso “se está en presencia de uso ilegal, excesivo y desproporcionado de la fuerza por parte de algunos elementos de la Sedena involucrados, que tuvo como consecuencia que cuando menos 12 personas fueran privadas de la vida en un contexto de ejecuciones extrajudiciales”.

Los integrantes del grupo de trabajo aprobaron el contenido del informe con cuatro votos a favor y dos en contra, señalando que a través de un acuerdo amplio que plantee medidas legislativas reglamentarias y administrativas para el retiro racional, paulatino y ordenado de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad púbica para ser sustituidas por diversos cuerpos civiles, de acuerdo a metas y objetivos claramente definidos en la política integral de seguridad.

En sus resoluciones la comisión manifiesta la necesidad imprescindible de que la Secretaría de Defensa Nacional esclarezca las fallas en la actuación de sus elementos relativas al respeto, protección y garantía de los derechos humanos, al control estricto de sus actos por parte de sus superiores, al cumplimiento de los protocolos sobre la interacción con civiles, al cumplimiento a las obligaciones sobre el resguardo de los elementos de la escena de los hechos y de los cuerpos.

Se considera que la Sedena debe aclarar la jerarquía de mando interna –y la relación con las autoridades civiles– durante los acontecimientos del caso Tlatlaya.


El documento, que será presentado ante el pleno de la Cámara de Diputados, considera de “suma importancia que la PGR dé a conocer públicamente con apego a lo establecido en la ley los avances o los alcances de las investigaciones acerca de los elementos militantes bajo custodio o de otras personas con probable responsabilidad.

FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: Enrique Méndez y Roberto Garduño.

Se reúne comisión sobre caso Tlatlaya con funcionarios del Edomex

México, DF. La comisión especial que investiga los homicidios de 22 civiles en el municipio de Tlatlaya, estado de México, se reúne con el secretario de gobierno de esa entidad, José Manzur, quien expuso que los fallecidos fueron originarios del estado de Guerrero, y la administración de Eruviel Ávila mantiene la disposición a aclarar e investigar a fondo dicho suceso.

Los legisladores de ese grupo de trabajo describieron ante Manzur y el procurador de Justicia mexiquense actos de tortura y encubrimiento en Tlatlaya. También describieron omisiones sobre feminicidios ocurridos en tal demarcación.

José Manzur insistió en que la administración de Eruviel Ávila mantiene la investigación sobre las demandas de los diputados. Al responderle a la diputada Elena Tapia, quien reclamó que el gobernador haya “felicitado al Ejército Mexicano por la acción contra 22 presuntos delincuentes”, el funcionario aclaró que Ávila felicitó, sí, pero por el rescate de tres mujeres que habrían sido secuestradas.

El encuentro continúa, con una serie de preguntas por parte de los integrantes de la comisión entorno a cómo la autoridad mexiquense enfrenta el incremento de feminicidios en la entidad.


También dicho grupo de trabajo votará por la tarde el informe que elaboró sobre los hechos acaecidos en Tlatlaya.

FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: ROBERTO GARDUÑO/ ENRIQUE MÉNDEZ

domingo, 29 de marzo de 2015

Sedena oculta información sobre Tlatlaya y Ayotzinapa

Aunque el secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, considera que el Ejército es “la institución más sólida de este país”, contribuye a la desconfianza general con su feroz resistencia a entregar información que permita resolver los casos de Tlatlaya y Ayotzinapa, que tanto lastiman a la sociedad. Muestra de esa actitud son sus respuestas a solicitudes de información de este semanario, que provocaron un ríspido intercambio de argumentos del IFAI contra cerradas negativas de la dependencia.

MÉXICO, D.F: La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no está dispuesta a rendir cuentas. De nada y a nadie. Su titular, el general Salvador Cienfuegos, sólo habla con el presidente de la República. Ni el Congreso, ni el Instituto de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI), incluso la Procuraduría General de la República (PGR) y mucho menos los ciudadanos merecen respuesta sobre las graves actuaciones del Ejército.

Los requerimientos de información a la Sedena para esclarecer la matanza de civiles en Tlatlaya, Estado de México, y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, se han topado con la muralla del Ejército.

Las comisiones especiales creadas en la Cámara de Diputados han sido desdeñadas, el IFAI apenas ha logrado alguna información descontextualizada y hasta ha sido cuestionado por la Sedena, mientras que la PGR ha tenido que integrar sus averiguaciones con lo que el Ejército ha querido entregar.

La muerte de 22 presuntos delincuentes en Tlatlaya a manos de efectivos militares, en junio de 2014, y la actuación del Ejército ante la detención y desaparición de los 43 normalistas por policías municipales de Iguala hace medio año, se han traducido en inútiles exigencias de transparencia.

En medio de la presión internacional al gobierno de Peña Nieto, la Cámara de Diputados creó el 30 de septiembre pasado la comisión especial sobre el caso Tlatlaya, y una semana más tarde, el 7 de octubre, la de Ayotzinapa. Medio año después, y a un mes de que acabe el último periodo ordinario de la actual LXII Legislatura, ambas comisiones quedaron en el olvido.

Las dos instancias fueron inoperantes por la apatía de la mayor parte de sus miembros y la falta de información a la cual las sometió la Sedena. Cada una tuvo un solo encuentro con los mandos del Ejército. Como representantes del Poder Legislativo, no fueron capaces de que la cúpula castrense se presentara ante el Congreso. Tuvieron que ir a las oficinas de la Defensa Nacional para recibir lo que los militares les quisieron dar.


(Fragmento del reportaje que se publica en la revista Proceso 2004, ya en circulación)

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JORGE CARRASCO ARAIZAGA.

viernes, 20 de marzo de 2015

No investigar a altos mandos militares, omisión de la PGR en Tlatlaya: Amnistía

La mejor forma de cuidar y salvaguardar la imagen del Ejército Mexicano es que casos como el de Tlatlaya, Estado de México, se aclaren plenamente: Miguel Alonso Raya.

La organización Amnistía Internacional (AI) señaló la omisión de la Procuraduría General de la República en investigar a los altos mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional, en el caso de la ejecución extrajudicial de 22 civiles en el municipio de Tlatlaya, Estado de México.

Perseo Quiroz, representante de AI en México, afirmó ante diputados que en la investigación a los militares involucrados no hay nadie de los altos mandos.

“Vemos que el hilo en México siempre revienta por lo más delgado. Si bien es cierto que hay 7 militares investigados, no hay ningún nivel de mando alto, cuando todas las versiones y testimonios hacen suponer, por lo menos, que niveles altos de mando tuvieron involucramiento en el caso”, sostuvo.

Quiroz comentó que los militares de alto mando posiblemente no jalaron el gatillo, pero sí encubrieron lo que sucedió en la bodega donde fueron ejecutados los civiles, en un presunto operativo contra el crimen organizado.

“Ahí tenemos que ser muy claros en que la PGR debe investigar justamente cuál es el involucramiento de los altos niveles de mando y esto no sólo lo dice Amnistía Internacional, sino que está en la teoría del derecho internacional de los derechos humanos”, dijo en su intervención durante una reunión con diputados del grupo de trabajo que da seguimiento al caso.

Por su parte, el coordinador del PRD en San Lázaro, Miguel Alonso Raya, afirmó que la mejor forma de cuidar y salvaguardar la imagen del Ejército Mexicano es que casos como el de Tlatlaya, Estado de México, se aclaren plenamente y se deslinden las responsabilidades.

Al Ejército Mexicano corresponde “aislar a elementos que cometieron excesos y actos extrajudiciales en ese caso”, indicó durante una reunión del Grupo de Trabajo Plural para Coadyuvar en la Investigación de los Hechos Ocurridos en el Municipio de Tlatlaya, Estado de México, el 30 de junio de 2014.

En esta reunión de trabajo se llevó a cabo una audiencia pública con organizaciones de la sociedad civil e integrantes de la academia.

Alonso Raya destacó que en la medida en que la Sedena, la PGR y la PGJE  del Estado de México (PGJEM), aclaren lo que pasó, “podremos logar que lo acontecido en Tlatlaya no vuelva a suceder”.

Ello también, aseveró, permitirá establecer cambios legislativos que contribuyan a fortalecer la legalidad y la lucha contra la inseguridad.

La coordinadora del grupo de trabajo, diputada Elena Tapia Fonllem (PRD), enfatizó la necesidad de “tipificar el delito de ejecución extrajudicial”, para evitar hechos como los de Ayotzinapa, Guerrero, en referencia a la desaparición y, de acuerdo con las autoridades, asesinato de 43 estudiantes normalistas.

Manifestó su confianza de que la nueva titular de la PGR, Arely Gómez González, contribuya al esclarecimiento pleno del caso Tlatlaya.

En su participación, los representantes de las organizaciones sociales coincidieron en señalar la necesidad de que las autoridades encargadas de investigar lo que sucedió en ese municipio, donde murieron 22 civiles, varios ejecutados, ofrezcan toda la información solicitada por los legisladores.

Edgar Cortez Morales, del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, pidió a las autoridades responsables “ofrecer toda la información relacionada con el caso Tlatlaya”.

Ernesto López Portillo, fundador del Instituto para la Seguridad y la Democracia A.C. reconoció que la existencia de este grupo de trabajo de legisladores “es señal de madurez democrática”.

Sin embargo, agregó que “México transita con dificultad en materia de controles democráticos para el uso de la fuerza”.

Comentó que, como en Tlatlaya, “no hay en el país pleno control sobre las acciones de las fuerzas armadas y ese hecho debe ser una palanca de aprendizaje para evitar su repetición”.

Carlos Silva Forné, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que “sería un gran error considerar que Tlatlaya es un caso aislado”.

Ese asunto, puntualizó, es la “punta de iceberg de enfrentamientos entre fuerzas armadas (Ejército y Marina) y organizaciones de la delincuencia organizada”, donde se han registrado ejecuciones extrajudiciales.

Sostuvo que, de acuerdo con las investigaciones de ese instituto de la UNAM, de 2008 a 2011 se registraron más de 220 enfrentamientos que involucran a las instancias anteriores, en parte de los cuales “no hubo controles sobre el uso de la fuerza pública”.

Abraham Eslava Arvizu, en representación de la PGR, dijo que para esta institución “es del mayor interés el caso Tlatlaya”.

Mencionó que “se tomó nota de todos los comentarios y las propuestas y que las mismas le llegarán a la procuradora Arely Gómez González”. Estableció el compromiso de “mantenerse muy en contacto con este grupo de trabajo” de legisladores.


En la reunión también participaron las diputadas Loreta Ortiz Ahlf (Morena) y Julisa Mejía Guardado (PRD), quienes coincidieron en la necesidad de que las instancias gubernamentales que investigan el caso Tlatlaya entreguen la información solicitada por el grupo de trabajo.

FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.

miércoles, 18 de marzo de 2015

PGR (otra vez) se niega a entregar el expediente de Tlatlaya, ahora por falta de copias

Pese a dos señalamientos públicos del IFAI, la Procuraduría rechazó proporcionar una versión pública de la averiguación y los peritajes. La respuesta no fue validada por el Comité de Información de la misma Procuraduría.

La Procuraduría General de la República (PGR) negó transparentar la investigación realizada por el homicidio de 22 personas a manos de militares en Tlatlaya, Estado de México, ahora con el argumento de que, tras una búsqueda “minuciosa y exhaustiva”, no encontró una copia de la averiguación que consignó.

En dos ocasiones este año, el 14 de enero y el 24 de febrero, el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) había advertido a la Procuraduría que estaba obligada a entregar versiones públicas del expediente, ya que no procedían los argumentos esgrimidos para no hacerlo, como la reserva del mismo o el que ya no lo tuviera tras enviarlo a un juzgado.

Pero en un documento fechado el 9 de marzo, entregado como respuesta a una solicitud hecha por este reportero, la PGR otra vez rechazó entregar los datos solicitados en torno a los peritajes practicados.

“El 29 de octubre del 2014 el Agente del Ministerio Público (…) ejerció acción penal ante el Juzgado Cuarto de Distrito de Procesos Penales Federales con sede en Toluca, estado de México, remitiendo la averiguación previa con su respectivo pliego de consignación en original y duplicado, sin que haya dejado copia en sus archivos” señaló la Procuraduría en el oficio sin firma.

La averiguación y el pliego de consignación que la PGR dice ya no tener, son nada más y nada menos los expedientes en donde se encuentras enumeradas y asentadas todas las pruebas con las que fueron consignados once militares por los hechos ocurridos en Tlatlaya, aunque solo tres de ellos acusados de homicidio.

Para dar esta respuesta, la PGR había solicitado una ampliación al periodo original de 20 días que marca la ley con el objetivo, según dijo la misma dependencia, de realizar una búsqueda “minuciosa y exhaustiva” de la información requerida.

En el documento entregado tras ese periodo, la dependencia señaló que turnó directamente la petición de información a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizado (SEIDO) que a su vez solicitó los datos a la Unidad Especializada en Investigación de Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas de Fuego, en donde contestaron que ya no tienen nada.

A diferencia de solicitudes de otra naturaleza, la Procuraduría no reportó que se hubiera hecho una búsqueda en otras áreas como la fiscalía de procesos o la de delitos cometidos por servidores públicos.

Aunque la PGR tiene un Comité de Información responsable de verificar la legalidad y justificación de las respuestas que dan las distintas áreas a solicitudes de transparencia, como ocurre en otras dependencias, en el documento entregado se reconoce que el mismo no fue consultado bajo el argumento de que la SEIDO “no está sujeta a la autoridad de ese comité” como señala el artículo 31 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información.

El “no” reiterado

A finales de octubre del año pasado, la PGR consignó ante un juez la averiguación relacionada con la ejecución extrajudicial de civiles a manos de soldados, ocurrida el 30 de junio del 2014 en la localidad San Pedro Limón del municipio de Tlatlaya.

Los principales acusados fueron tres soldados del 102 batallón de Infantería, Fernando Quintero Millán, Roberto Acevedo López y Leobardo Hernández Leónides, a los que se les imputó homicidio. El único mando involucrado, según la procuraduría, fue el teniente Ezequiel Rodríguez, procesado por encubrimiento.

A partir de ese anuncio, la PGR recibió una solicitud de transparencia para que se dieran a conocer los peritajes del caso, pero se negó a hacerlo argumentando que el expediente estaba reservado por doce años.

Tras los recursos de revisión, el 14 de enero de este año el IFAI señaló públicamente que la Procuraduría debería dar a conocer una versión pública del expediente luego de que la Comisión Nacional de Derechos Humanos clasificó el caso como de graves violaciones a los derechos humanos, lo que anula la imposición de la reserva.

En febrero la PGR volvió a rechazar nuevas solicitudes para conocer detalles del expediente, pero ahora se justificó diciendo que el caso ya no lo tenía porque había sido consignado. Los comisionados del IFAI, Oscar Guerra y Areli Cano, le insistieron nuevamente a la Procuraduría para que proporcionar una versión pública del expediente y no actuara de forma negligente, lo que no ha hecho hasta ahora.

La PGR no solo le ha negado la información a los ciudadanos y medios de comunicación. La diputada Margarita Elena Tapia, coordinadora de la comisión especial para la investigación de los hechos ocurridos en el municipio de Tlatlaya en Cámara de Diputados, reveló que tampoco les proporcionaron datos.

La legisladora dijo en una entrevista radiofónica que el argumento que les ha dado la PGR es que el caso está en curso. Este planteamiento es contrario a lo que ha expuesto en las solicitudes de transparencia respecto a que es un caso cerrado y envido a los juzgados.

Potencia en opacidad

En 2014 el IFAI dio a conocer las diez dependencias de toda la administración federal que tienen el dudoso honor de liderar el mayor número de quejas por la falta de respuesta a solicitudes de transparencia. La PGR, con más de mil 800 quejas hasta febrero de ese año, ocupaba el cuarto sitio, solo superada por la Secretaría de Educación Pública, la Secretaría de la Función Pública, y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

La entonces comisionada Jacqueline Peschard señaló que la Procuraduría era una de las dependencias en donde se “habían encontrado problemas” para transparentar la información requerida por los ciudadanos en general.


En un lapso de siete años, el IFAI reportó que presentó ante la Función Pública casi 40 denuncias en contra de funcionarios de la misma Procuraduría que de plano no acataron las resoluciones del pleno y continuaron negando la información solicitada. Dicha cantidad fue muy superior al segundo sitio que ocupó la Policía federal con seis denuncias.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ARTURO ÁNGEL.

jueves, 19 de febrero de 2015

Eurodiputados cuestionan al Senado por crisis de DDHH y PRI responde con …VIDEO de PGR

Diputados del Parlamento Europeo cuestionaron de forma directa a senadores mexicanos sobre el proceso de investigación en torno a la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, durante la reunión de la Comisión Parlamentaria Mixta (CPM) México-Unión Europea.

Los eurodiputados también cuestionaron sobre la situación de los derechos humanos en México, específicamente sobre la impunidad que rodea los casos de la desaparición de normalistas en Iguala, y el asesinato de los activistas Bety Cariño y el finlandés Jyri Jakkola, quienes fueron ultimados el 27 de abril de 2010 en San Juan Copala, Oaxaca.

“En el Parlamento Europeo estamos muy interesados en que se resuelva el caso Iguala, creen ustedes evitar que esto se vuelva a producir otra vez, lo entiendo perfectamente es comprensible. Y también reclamar justicia y castigar aquellos que han perpetrado esto y que no es repitan casos semejantes en el futuro”, dijo la eurodiputada Gesine Meissner.

La Diputada Pina Picierno cuestionó a los senadores mexicanos por qué las autoridades mexicanas rechazaron la tesis de los peritos argentinos, con el fin de señalar que se trata de un caso cerrado.

“Queremos saber por qué se ha rechazado la tesis de los peritos argentinos que dicen que los restos encontrados no son los de los estudiantes. Con todos estos argumentos yo insisto, rechazo la idea de que Iguala sea un caso aislado, no me parece un caso aislado”, dijo.

En respuesta, senadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) aseguraron que existen problemas de desaparición forzada, violencia e inseguridad en el país, pero indicaron que están en marcha diversas reformas en materia de derechos humanos y reformas al sistema penal que buscan reducir la injusticia y la impunidad.

El Senador priísta Omar Fayad, presidente de la Comisión de Seguridad Pública, explicó a los eurodiputados que la PGR ha hecho una investigación “profunda, seria y con toda la tecnología al alcance” para dar con los responsables de los hechos en Iguala.

Ofreció a los eurodiputados presentar un video completo sobre la investigación que realizó la PGR que arrojó la responsabilidad del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca y su esposa, que estaban vinculados al crimen organizado, sin embargo al no tener preparado el audiovisual, éste no se proyectó.

Y mostraron el mismo video visto por todos los mexicanos: el de la Procuraduría General de la República con la “verdad histórica”.


La “verdad histórica” de Jesús Murillo Karam, Procurador, fue ampliamente rechazado por los padres de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre pasado. Fue rechazado además por organizaciones internacionales y mexicanas.

Omar Fayad aseguró a los eurodiputados que hay quienes le han dado falsas expectativas a los papás de los normalistas y así les dan falsas esperanzas sin sustento.

El Diputado español Agustin Díaz de Mera respondió a Fayad que tiene plena certeza de que las autoridades de México pueden hacer una investigación profunda, pero urgió a tener resultados ya.

A pesar de ello, el Diputado priista dio los mismos argumentos que el Procurador General de Justicia de México, Jesús Murillo Karam, el pasado 27 de enero ante los medios.


“Los estudiantes normalistas fueron privados de la libertad, privados de la vida, incinerados y arrojados al Río San Juan. En ese orden. Es la verdad histórica, basada en las pruebas aportadas por la ciencia como se muestra en el expediente, y que ha permitido ejercitar acción penal en contra de los 99 involucrados que han sido detenidos hasta hoy por el Ministerio Público de la Nación que ha solicitado imposición de las penas más altas que la legislación propone.”, dijo en ese entonces Murillo Karam.

VÍDEO:



Finalmente la eurodiputada Franziska Keller sostuvo que “hemos visto a raíz del caso Iguala que existen problemas de las armas y el tráfico de armas, incluyo tráfico de armas alemanas que llegan a México queremos que las armas no lleguen a manos de los criminales”.

ADIÓS TLATLAYA

Antes, al abrir los trabajos de la reunión de la Comisión, la Diputada Teresa Jiménez-Becerril Barrio del Partido Popular, hizo una tibia crítica a la violación de derechos humanos en México y centró su discurso en la necesidad de ampliar los mecanismos de cooperación política y comercial entre ambas regiones.

Jiménez-Becerril Barrio es criticada, desde tiempo atrás, por tener una posición suave frente al Gobierno de México por ser asistente permanente de eventos organizados por la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Hoy, la legisladora no dijo una sola palabra respecto a la violación sistemática de derechos humanos, las desapariciones forzadas, el asesinato de periodistas o la masacre de civiles a manos del personal del Ejército en Tlatlaya, Estado de México. Aunque sí se refirió de forma somera a la desaparición de 43 estudiantes la Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, hecho que ha trascendido las fronteras mexicanas e incluso mereció una condena de parte del Parlamento Europeo, por los hechos sucedidos el pasado 26 de septiembre en la ciudad guerrerense de Iguala.

De acuerdo con organizaciones internacionales como Human Right Watch y Amnistía Internacional, México vive una crisis de derechos humanos y se niega a reconocerlo.

“Está en este momento están en nuestra mente y en nuestro corazón los padres de los muchachos desaparecidos en Iguala. Quienes se dirigen a nosotros y se dirigen al pueblo y a los gobernantes y senadores y representantes mexicanos, y no solo ellos, hay tantas personas en México exigiendo esa justicia que merecen”, afirmó.

La presidenta de la CPM en el Parlamento Europeo sostuvo que la Unión Europea reconoce a México como un país que ejerce un liderazgo en el área. Dijo no entender por qué fuera de las fronteras de México trascienden solo las noticias negativas y no todos los atractivos que ofrece el país.

“No todo son sombras en este cielo compartido entre México y la Unión Europea”, dijo en su discurso de apertura de los trabajos bilaterales.

“Crítica sí, duda sí, pero constructiva. No estamos aquí para darle lecciones a nadie. Estamos aquí para compartir nuestros problemas y ver como los podemos resolver mejor”, afirmó la legisladora española.


La eurodiputada Teresa Jiménez-Becerril indicó que la inseguridad y la impunidad “lastran” los esfuerzos que México está haciendo por mantener su posición de liderar con el contexto internacional.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: DAVID MARTÍNEZ HUERTA.
LINK: http://www.sinembargo.mx/19-02-2015/1256507.

Ejército realiza operaciones “antinarco”en 12 estados y violencia no baja

En un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se reveló que, actualmente, el Ejército mantiene 12 operaciones estratégicas contra el narcotráfico y el crimen organizado, para apoyar en labores de seguridad de 11 estados que solicitaron presencia militar.


La Octava Zona Militar, en Reynosa, Tamaulipas, es una de las más importante en dicha operación, pues aquí se han asegurado cerca de 4 mil 916 armas fuego, se han liberado 980 víctimas de secuestro y se han detenido a 2 mil 807 presuntos criminales.

Por su parte, los militares adscritos a la 22 Zona Militar, en Santa María Rayón, Estado de México, continúan con sus labores de combate, a pesar de que este batallón estuvo involucrado en la masacre de Tlatlaya.

Mientras, elementos de la 27/25 Zona Militar, en El Ticui y Chilpancingo, Guerrero, también continúan sus labores normales a través del programa Guerrero Seguro.

Estados inseguros, la contradicción

Chihuahua, Coahuila, Durango, Michoacán, Sinaloa, Veracruz, Guerrero, Morelos, Estado de México, Nuevo León y Tamaulipas, son los estados que solicitaron el apoyo de la SEDENA. Por esta razón, mantienen acuerdos de cooperación para “resguardar” la seguridad de estas entidades.


No obstante, las entidades con alto índice de muertes, desapariciones y secuestros, son precisamente las anteriores. Situación que no ha sido controlada siquiera por la presencia de las fuerzas castrenses, sino que por el contrario ha ido en aumento.

A pesar de ello, la SEDENA insiste en que su “actuación en la materia es solamente a solicitud expresa, fundada y motivada de las autoridades civiles encargadas de esta actividad y sin sustituirlas en sus funciones”.

Esta dependencia también indicó que las 12 operaciones están orientadas a reducir la ola de violencia, con lo cual se resguardan instalaciones estratégicas, se realizan tareas de erradicación e intercepción de cargamentos de droga; en conjunto, se busca la aplicación correspondiente de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.

Asimismo, apunta que también se encargan de apoyar en la seguridad pública de las entidades que lo solicitan; sin embargo, constitucionalmente, el Ejército no está facultado para operar en esta materia, sino en hechos exclusivos de Seguridad Nacional, como en el caso de amenazas externas a la paz nacional.


En México, se viven entonces, medidas excepcionales pues el Ejército opera libremente a lo largo del todo el país, sin que la violencia disminuya; además, la estrategia de los elementos castrenses ha consistido en combatir a civiles -como en Tlatlaya-, y no a ejércitos.

FUENTE: REVOLUCIÓN 3.0
AUTOR: REDACCIÓN.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Peña Nieto exculpa a militares en caso Ayotzinapa

MÉXICO, D.F: El presidente Enrique Peña Nieto eximió de toda culpa a elementos de la Marina, Ejército y Policía Federal en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, e insistió que se trató de un hecho cometido por “el crimen organizado en colusión con autoridades locales”.

En respuesta a las preguntas sobre el tema que enviaron diputados federales al Ejecutivo el pasado 6 de noviembre, como parte de su segundo informe, el mexiquense aclaró que las fuerzas federales actuaron 10 días después de los hechos, cuando el gobierno de Guerrero solicitó su ayuda.

“La Procuraduría General de la República (PGR) no pudo atraer la investigación hasta que así lo solicitó el gobierno del estado”, respondió Peña a través de la Secretaría de Gobernación.

En el segundo párrafo del texto sostiene que los hechos “realizados por el crimen organizado en colusión con autoridades locales” han generado indignación entre los mexicanos, y “en respuesta el gobierno ha redoblado sus esfuerzos para garantizar la plena vigencia del estado de derecho”.

Una de las medidas, recuerda, es crear policías estatales únicas, “lo que permitiría pasar de más de mil 800 policías municipales débiles a 32 sólidas corporaciones de seguridad estatal”.

En el documento, Peña Nieto también destaca que envió una iniciativa “para facultar” al Congreso a expedir una “ley contra la infiltración del crimen organizado en las autoridades municipales”. Lo que se busca con ella es actuar “de manera oportuna y temporal” cuando existan indicios sólidos de que existen autoridades locales involucradas con el crimen, apunta.

Luego destaca la inexistencia de una ley sobre la desaparición forzada: “Debido a que no existen protocolos internacionales respecto a la desaparición forzada de personas, dentro de las investigaciones que lleva a cabo la PGR, relacionadas no sólo con el asunto de Iguala, sino con otros asuntos similares en proceso de investigación, se están aplicando los protocolos internacionales en cuanto a la exhumación, registro de cadena de custodia, selección de peritos y atención a las víctimas”.

Con esas declaraciones el Ejecutivo federal pretende convencer a los legisladores de que su gobierno no ha tenido descuidos en cuanto a la falta de protocolos aplicados sobre desaparición forzada, “por lo tanto no se considera que exista omisión alguna”.

A la vez que llegó la respuesta de Peña Nieto a los legisladores, el pleno de la Cámara exhortó a la Comisión de Justicia para que inicie el análisis y discusión de diversas iniciativas que en materia de desaparición forzada se han presentado en la actual legislatura.

Niegan información Tlatlaya

En el segundo caso más grave de violaciones a los derechos humanos ocurrido en 2014, la PGR rechazó informar sobre ese tema a la comisión especial que indaga la ejecución sumaria de al menos ocho personas en Tlatlaya, Estado de México, el pasado 30 de junio.

El director de Vinculación y Coordinación Interinstitucional de la dependencia, Jorge Nader, se negó a proporcionarle información a Margarita Tapa Fonllenm, presidenta de la comisión e integrante del PRD, quien solicitó información sobre los militares que participaron en los hechos.


El funcionario estableció que las investigaciones sobre el caso Tlatlaya “son de carácter no sólo confidencial, sino reservado”.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JESUSA CERVANTES.

martes, 3 de febrero de 2015

Caso Tlatlaya: militares sí informaron a generales… pero luego se retractaron en su declaración

Funcionarios cercanos al caso explicaron a Animal Político que algunos de los militares involucrados contradicen las versiones de los hechos pues declaran que al menos 50 soldados y dos generales estaban al tanto de lo ocurrido en la bodega de Tlatlaya.

Los siete militares involucrados en el caso Tlatlaya, donde presuntamente ejecutaron a supuestos integrantes del crimen organizado, declararon que al menos dos generales fueron informados de lo ocurrido ese día.

Sin embargo, los soldados modificaron sus declaraciones cuando recibieron la instrucción de despedir a sus abogados y aceptar sólo la representación de los abogados de oficio, designados por la propia Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena).


De acuerdo con sus primeras declaraciones, también dijeron que una vez ocurridas las ejecuciones recibieron la orden de cercar el lugar de los hechos para impedir la entrada de cualquier autoridad civil.

Funcionarios cercanos al caso explicaron a Animal Político que algunos de los militares involucrados contradicen las versiones de los hechos pues declaran que al menos 50 soldados y dos generales estaban al tanto de lo ocurrido en la bodega de Tlatlaya.  
Otros testimonios detallan que minutos después de matar a las 22 personas que se encontraban en la bodega se dio una orden de “tender un cerco en los alrededores del municipio de Tlatlaya para evitar que cualquier civil o autoridad local llegara.”

Estos cercos, de acuerdo con dos testimonios ofrecidos en el juzgado primero de distrito en materia penal del Distrito Federal, sirvieron para evitar que los Ministerios Públicos de la Procuraduría de Justicia del Estado de México llegaran a tiempo a ver el lugar de los hechos.

Uno de esos testimonios detalla cómo en uno de los puntos del cerco militar se pidió a las 10 de la mañana a los ministerios públicos no avanzar debido a que los enfrentamientos aún continuaban, esto pese a que desde hacía horas ya habían terminado.

Parte de estos testimonios forman parte de la investigación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y de la reclasificación de su expediente.

En los expedientes del juzgado hay dos declaraciones de militares que señalan que la orden fue colocar retenes en los alrededores para “dar tiempo a que los compañeros verificaran y dejaran lista la escena del crimen”.

Uno de estos retenes colocados por los militares se ubicó en el poblado de San Pedro Limón, lugar en el que se dio la orden de presionar a las tres mujeres rescatadas para que modificaran sus versiones.

Tras estas declaraciones y versiones distintas, desde hace semanas los siete militares tomaron la recomendación de solo tener abogados de oficio.

Ante las distintas versiones que tiene la autoridad se sigue investigando los motivos por los cuales los agentes del ministerio público fueron avisados a las dos de la madrugada del enfrentamiento y llegaron a la bodega hasta las 12 del mediodía.

En tanto, hasta el pasado fin de semana ya han sido reclamados 19 de los 22 cuerpos de las personas que murieron el 30 de junio en Tlatlaya. Los tres que no han sido reclamados continúan en instalaciones del Servicio Médico Forense del Estado de México

Por otra parte, esta semana un juez federal deberá determinar si le otorga un amparo al Coronel Raúl Castro Aparicio, quién horas después de los hechos llegó a Tlatlaya y por la tarde certificó la versión de que había sido un enfrentamiento.


El coronel solicitó un amparo contra cualquier orden de aprehensión pese a que autoridades federales y militares negaron que existiera un mandato en su contra.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: OMAR SÁNCHEZ DE TAGLE

lunes, 26 de enero de 2015

Generales del Ejército, involucrados en el caso Tlatlaya

Además, un comando de elementos de La Marina llegó a la bodega para prestar apoyo a los militares.

El Ejército bloqueó la investigación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para conocer con mayor amplitud cómo actuaron los soldados involucrados en el caso Tlatlaya, aún cuando hay información oficial que confirma que dos generales estuvieron en la bodega donde fueron asesinados 22 civiles.

La Secretaría de la Defensa Nacional aseguró que no cuenta con evidencias documentales para mostrar bajo qué circunstancias actuaron sus elementos al llegar a la bodega ubicada en el poblado de San Pedro Limón, al sur del Estado de México, según consta en un oficio incluido en el expediente de 7 mil 700 hojas integrado por la CNDH.

No obstante, en el sitio del tiroteo se concentraron 55 elementos del Ejército provenientes de dos diferentes batallones, no sólo de uno, como se había informado hasta el momento. Además, de 21 marinos, quienes estuvieron ahí al menos ocho horas.

El manual de uso de la fuerza del Ejército, señala la necesidad de que los soldados lleven cámaras de video para grabar sus actuaciones. Según la Sedena, el batallón involucrado en el caso Tlatlaya no llevaba el equipo necesario, pues no se consideró que el patrullaje de ese día implicaría la necesidad de usar las armas.

Aunque los soldados consideraron que no era una región de riesgo, a lo largo de 2014 el gobierno del Estado de México pidió la presencia de fuerzas federales para reforzar la seguridad en la zona. Con motivo de estos operativos, se documentó el rescate de personas secuestradas y el aseguramiento de armas.

Los comunicados de prensa sobre seguridad en el municipio durante los últimos años versan sobre decomisos de marihuana, narcolaboratorios y detenciones de presuntos integrantes de La Familia.

Mediante diversos oficios, la CNDH cuestionó al Ejército sobre la organización de los soldados el día de la balacera.

La respuesta oficial fue firmada por el  comandante de la zona militar 22, localizada en el municipio de Santa María Rayón y dice lo siguiente:

“La comandancia del 102/o batallón de infantería señaló que carece de evidencia documental respecto a la organización y las actividades que realizaba el personal que integró la base de operaciones ‘San Antonio del Rosario’, el pasado 30 de junio, así como la forma en que el resto del personal de la base apoyó a los elementos agredidos inicialmente”.

En ese mismo documento, enfatiza que el operativo estuvo a cargo de un oficial comandante cuya misión fue, dice textualmente, “reducir los niveles de violencia en el país”. El nombre de este militar fue borrado por la CNDH en la versión pública del expediente revisado por la primera emisión de Noticias MVS.

En un oficio anterior, el comandante de la zona militar 22 informó que a las 5:00 de la mañana de ese 30 de junio, los siete elementos realizaban un “reconocimiento de ruta” a bordo de una camioneta Cheyenne, sobre la carretera San Antonio del Rosario-San Pedro Limón.

Según esta versión, la balacera inició cuando un soldado detectó una persona armada fuera de la bodega y pidió a sus compañeros que se detuvieran para inspeccionar. El oficio relata lo siguiente:

“Al tratar de circular en reversa se inicia una agresión con disparos de arma de fuego en contra del personal militar provenientes del interior de la bodega, generándose una agresión real e inminente y sin derecho, sin que haya mediado provocación (…) por lo que personal militar repelió la agresión…”

La versión del Ejército sobre el tiroteo ocurrido la madrugada del 30 de junio del 2014 en el municipio de Tlatlaya fue que se trató de un enfrentamiento. No obstante, esa postura se vino abajo cuando la agencia de noticias AP y la revista Esquire descubrieron indicios de ejecuciones extrajudiciales.

Sin documentos que ayuden a probar la actuación del Ejército, las declaraciones de los militares implicados se vuelve clave.

Para saber qué pasó dentro de esa bodega. Y, en este sentido, la CNDH hizo una petición formal al juez militar encargado del caso para que se abrieran los expedientes.

El Ministerio Público Militar dijo estar dispuesto a abrir los documentos. Sin embargo, el abogado defensor se opuso al argumentar que la CNDH, desde su punto de vista, no está facultada para revisar las faltas militares.

Según el litigante, del cual no se sabe si es privado o de oficio, la información sobre los homicidios o ejecuciones ya estaba en la Procuraduría General de la República.

El juez militar dio la razón al abogado y las declaraciones ministeriales de los soldados encarcelados no fueron abiertas, aún cuando, públicamente, la Sedena aceptó la recomendación del caso.

La cerrazón ante las indagatorias de la CNDH están incluidas en el expediente revisado por el equipo de esta primera emisión de Noticias MVS. Sin embargo, en la propia recomendación sobre la ejecución extrajudicial no se incluyeron esos detalles.

El abogado Juan Carlos Gutiérrez, director de Idheas litigio en derechos humanos, dijo que el juez militar no debió tomar la decisión de abrir o no los expedientes, sino simplemente dar acceso a la petición de la CNDH, que es el organismo facultado para reunir toda la información que considere pertinente.

Sostuvo que la Comisión de Derechos Humanos debió perfilar la recomendación para ver los expedientes, cuidando que no se violenten las garantías de los procesados.

“La CNDH no debió haber aceptar ese argumento, porque independiente del argumento del juez es evidente que el acto de indisciplina o los actos relacionados con investigaciones de procedimiento militar, tienen que ver con el acceso a la justicia y tienen que ver con el saber por qué y qué declaraciones y testimonios hay”.

“No hay ninguna posibilidad que  una autoridad le niege acceso a la  CNDH porque estaría violando su mandanto constitucional”.

La Marina participó

El expediente de la CNDH permite revisar la participación de la Marina en el caso Tlatlaya.

En la investigación aparece un informe elaborado por el contralmirante del Servicio de Justicia Naval, Alejandro Miguel Vázquez, quien reconoció que un comando de marinos llegó a la bodega para prestar apoyo a los militares.

Se trató de un capitán de fragata a cargo de la base de operaciones del municipio de Luvianos, quien recibió una denuncia anónima a las 5:15 horas  sobre una balacera entre soldados y delincuentes.

El mismo capitán de fragata –cuyo nombre fue borrado del expediente- acudió a la bodega encabezando un convoy con otros dos oficiales y 18 marinos armados.

Al llegar se entrevistó con el jefe del batallón militar 102, quien le comunicó el rescate de tres mujeres secuestradas y la muerte de 22 presuntos delincuentes.

Una de las mujeres, dijo al capitán de fragata que conocía la ubicación de casas donde estaban secuestradas entre 10 y 12 personas, incluyendo adultos mayores y niños.

Durante más de dos horas, los marinos revisaron esas casas de seguridad acompañados de la propia víctima recién liberada y de miembros del Ejército. Alrededor de las 10:50 horas, regresaron la bodega sin haber tenido éxito en el operativo.

La Marina no informó si en los trayectos recorridos la mujer les dijo algo sobre lo que había atestiguado horas antes: la supuesta ejecución de civiles rendidos y desarmados. Al menos eso no consta en el expediente. Ella habló de eso, hasta que tuvo frente así a periodistas y, más tarde, a visitadores de la CN DH.

Algo que tampoco estaba públicamente confirmado, hasta el momento, fue la participación de otro batallón del Ejército. Se trató de 25 soldados pertenecientes a la zona militar 35 ubicada en Chilpancingo, Guerrero.

De acuerdo con oficios, ellos acudieron en apoyo de los otros militares una vez terminado el tiroteo y su labor fue hacer un cordón de seguridad en la zona.

Llegaron alrededor de las 6:30 de la mañana y se marcharon después de las 14:00 horas, tiempo durante el cual, según los testimonios de las tres mujeres rescatadas, los militares acomodaron las armas y los cuerpos para para ocultar las ejecuciones.

Aunque el Ejército dice no contar con pruebas documentales sobre la actuación de sus soldados, en el expediente de la CNDH se mencionó que, el comandante jefe del batallón 102, al que pertenecen los militares encarcelados, llegó al lugar de los hechos a las 7 de la mañana.

Con estos datos, se puede saber que entre las 6:00 y 12:30 horas se concentraron al menos 55 elementos del Ejército destacamentados en Guerrero y el Estado de México, además de 21 marinos.

Además, dos militares de mayor rango; generales de brigada diplomados del Estado Mayor quienes eran, precisamente, los encargados de los cuarteles de Santa María Rayón y Chilpancingo, tuvieron una reunión dentro de la bodega para supervisar lo hecho por los soldados.

Los nombres de los generales fueron entregados por el Ejército a la CNDH pero no detallaron a qué conclusiones pudieron llegar. Por el momento, la identidad de ambos se mantiene resguardada por protección de datos personales. Pero tampoco puede saberse si fueron mencionados por los soldados encarcelados.

La apertura del expediente

El equipo de investigaciones especiales de Noticias MVS revisó el expediente, de más de 7 mil hojas, que realizó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, tras una solicitud de información luego de que la defensa de los solados procesados tratara de impedirlo mediante un juicio de amparo.

De hecho, un juez federal ordenó en diciembre pasado que el expediente se mantuviera cerrado hasta en tanto no terminara de analizar el caso, es decir, si los documentos en poder de la CNDH podían ser públicos o debían mantenerse bajo reserva.

Pero cuando entró en funciones el nuevo “ombudsman”, Luis Raúl González Pérez, la propia CNDH elevó al caso Tlatlaya a la categoría de violaciones graves a los derechos humanos y, casi al mismo tiempo,  la defensa de los soldados se desistió el juicio de amparo y, con ello, el expediente quedó de nuevo abierto.

La solicitud para acceder al expediente, se hizo por Noticias MVS primera emisión en octubre del año 2014.

La alteración de la escena

Las declaraciones de las mujeres liberadas, representan uno de los temas sobre los cuales los visitadores de la CNDH pusieron mayor énfasis.

Dos sobrevivientes explicaron cómo los soldados movieron los cadáveres y les pusieron las armas encima.

Según su versión, los elementos de la Sedena acomodaron incluso las camionetas en que viajaban los presuntos delincuentes para ajustar su versión de un enfrentamiento en igualdad de circunstancias.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos reunió fotos de los peritajes realizados por la procuraduría mexiquense y las publicadas por la agencia MVT el 26 de septiembre de 2014, producto de una filtración.

En las imágenes se mostraron a las sobrevivientes en una visita al penal federal de Tepic, Nayarit, cuando aún se encontraban presas acusadas de secuestro.

La mayoría de estas fotos no se habían puesto al escrutinio público, pero el equipo de Noticias MVS pudo observar una versión pública en el expediente que transparentó la CNDH.

En una de las imágenes (que se muestra en esta nota) se aprecia a las tres sobrevivientes al ataque, sentadas contra una barda. Las mujeres son vigiladas por un soldado que lleva la cara cubierta.

Detrás,  hay una ventana en la que se puede ver a más soldados.

Una de las sobrevivientes dijo que esa foto fue tomada por un militar o un perito de la procuraduría mexiquense. El soldado que se aprecia del lado derecho sí participó en la balacera, aunque no disparó contra los civiles luego de la rendición, según la mujer cuya identidad se reserva en todo momento.

La misma mujer indicó que, en otra foto, el cuerpo que se aprecia no tenía ninguna arma encima y que la camioneta estaba originalmente al revés.

Sobre otra de las fotografías,  la víctima relata que las ropas y otros objetos no estaban desordenados, pero quedaron en esa posición una vez que los soldados “esculcaron” las pertenencias de los muertos.

En otra imagen se aprecia el cadáver de la única mujer muerta en el tiroteo, abrazada al cuerpo de quien al parecer era su pareja sentimental.


Uno de los cuerpos tiene tierra en la cara. La sobreviviente afirma que originalmente cayó de boca al suelo, pero fue movido por los soldados.

VÍDEO:



FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: Lizárraga y Sebastián Barragán (INVESTIGACIONES MVS)