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miércoles, 4 de noviembre de 2015

Anula Corte permiso a Monsanto para producir soya transgénica

La segunda sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) anuló el permiso concedido por la dirección general de Sanidad Vegetal del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) a la transnacional Monsanto para la producción de soya transgénica y ordenó a las autoridades que lleven a cabo una consulta con las comunidades indígenas de la península de Yucatán, Chiapas y la planicie huasteca antes de emitir una nueva autorización para la siembra del citado cultivo.

Sin entrar al fondo del asunto, es decir, sin analizar el impacto negativo que tendría la siembra de soya “genéticamente modificada” transgénica para los productores de miel del área referida, los ministros ordenaron a las autoridades que escuchen a las comunidades, tal y como lo establece la constitución y los tratados internacionales suscritos por México, cuando un proyecto productivo pueda afectar directamente a las comunidades indígenas.

Productores miel, encabezados por Angélica María Ek Canché, promovieron amparos en contra de Monsanto y de la dirección general de Sanidad Vegetal del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) en los que plantearon que la Corte ordenara que dejaran de sembrarse 253 mil 500 hectáreas en cinco polígonos ubicados en la península de Yucatán, Chiapas y la planicie huasteca, cuyos permisos fueron otorgados el 11 de mayo de 2012.


Sin embargo, la decisión de los ministros sólo contempla dejar sin efecto el permiso para que la autoridad convoque a la consulta a las comunidades afectadas; pero la autoridad mantiene la prerrogativa de conceder o negar la autorización para la siembra de soya transgénica

FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: JESÚS ARANDA.

Sigue suspendida siembra de maíz transgénico en el país: ONG

MÉXICO, DF: A pesar de los repetidos intentos de la industria de biotecnologías y de varias secretarías del gobierno federal para eliminarla, la medida precautoria que impide desde hace más de dos años la liberación de permisos de siembra de maíz transgénico en México sigue vigente, ya que el Segundo Tribunal Unitario en Materia Civil del Primer Circuito confirmó la suspensión de manera provisional.

Esta medida precautoria se encuentra en peligro desde el pasado 19 de agosto, cuando el juez federal Francisco Peñalosa Heras decidió anularla. Enseguida, las organizaciones defensoras del maíz apelaron la decisión del magistrado, con lo que detuvieron de nuevo la entrega de permisos de siembra a empresas trasnacionales, entre ellas Monsanto y Syngenta.

Hoy las ONG recibieron la notificación de que la medida permanecerá vigente hasta que el juez decida en definitiva la apelación.

Aprobada en septiembre de 2013 en el marco de una demanda colectiva que considera ilegal la siembra de maíz transgénico en el país, la medida precautoria resistió 93 impugnaciones y 22 amparos de las empresas y el gobierno federal, y transitó por distintos 17 tribunales.

Los integrantes de la Demanda Colectiva AC aprovecharon la notificación para recordar que la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decidirá este miércoles 4 sobre la siembra de soya transgénica en la Península de Yucatán.

La SCJN, según el colectivo, “debe considerar que somos un país megadiverso en lo biológico, en lo cultural y en lo agrícola, por tanto, sembrar transgénicos, sean de maíz, soya u otro, en un país como el nuestro, entre otras afectaciones negativas que provocaría es que la miel mexicana deje de ser orgánica”.

Hace tres años comunidades mayas de la región se ampararon contra la comercialización de transgénicos, la cual vulnera su actividad principal –la apicultura— y genera contaminación ambiental y deforestación, denuncian.


El año pasado la justicia se pronunció a su favor, pero Monsanto y el gobierno federal impugnaron esas decisiones.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: MATHIEU TOURLIERE.

lunes, 26 de octubre de 2015

Apicultores mayas entregan casi 64 mil firmas a la Corte contra Monsanto

MÉXICO, D.F: En la batalla jurídica que encabezan comunidades mayas para prohibir la siembra de soya transgénica en Campeche y Yucatán, representantes de apicultores y organizaciones solidarias entregaron hoy a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dos cajas de cartón que contenían más de 63 mil 900 firmas ciudadanas en rechazo a los permisos otorgados al gigante de biotecnologías Monsanto.

Este miércoles 28, los ministros de la Segunda Sala de la SCJN decidirán sobre los amparos de revisión que interpusieron autoridades mayas en 2012, cuyos argumentos fueron reconocidos por jueces federales el año pasado pero impugnados por Monsanto y el gobierno federal.

Las comunidades aseveraron que, al permitir a Monsanto la comercialización de semillas transgénicas en la región, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) pisoteó sus derechos a la consulta libre, previa e informada; se vulneró su derecho a la salud y a un medio ambiente sano, y omitió tomar en cuenta el principio precautorio.

Hace un mes, el apicultor Gustavo Huchín Cauich –quien lleva toda su vida produciendo miel en el municipio de Hopelchén, en Campeche– subió una petición en la plataforma Change.org en la que pidió a los ministros cancelar los permisos de siembra en 253 mil hectáreas en la Península de Yucatán, la planicie huasteca y Chiapas, ante la afectación a “más de 15 mil familias campesinas de origen indígena maya que viven de la apicultura, una actividad económica sustentable”.

Huchín denunció hoy que a la par de la instalación de productores de soya transgénica en la región, inició la deforestación de la selva maya, el uso excesivo del herbicida Roundup, el producto estrella de Monsanto –cuyo principio activo, el glifosato, fue catalogado por los científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como probable causante de cáncer– y la fumigación aérea de plaguicidas.

“Los mayas existimos, hace años que estamos aquí, cuidando por nuestros hijos, nuestros nietos, y no es justo que gente extranjera, extraña, terminen con el bosque”, denunció Angélica Ek, una de las demandantes en los juicios de amparo.

Pero una de las mayores afectaciones a los pobladores de la región recae en los apicultores, quienes observaron una caída en la producción de miel en los últimos años y se alarman ante la posible contaminación de la miel por transgénicos, lo cual les cerraría las puertas del mercado europeo.

“Los apicultores dependemos de la floración de los árboles para que las abejas picoreen. Son miles y miles de familias que dependemos de la apicultura. Por esto pedimos al gobierno que ya, por favor, detenga la deforestación, detenga la siembra de soya transgénica”, exhortó Huchín.

“Nosotros intentamos proteger estos bosques, esta selva que están acabando de manera indiscriminada (…) los mayas solos no vamos a poder. Si se acaba la selva maya, rompemos el pulmón de México”, insistió.

La decisión que asumirán los ministros el próximo miércoles revierte una importancia nacional, según el abogado Jorge Fernández, integrante de la organización Indignación.

“Estamos ante una posibilidad histórica de que la SCJN decida proteger al patrimonio biocultural de la nación”, subrayó, al precisar que una resolución a favor de los mayas abriría el camino “para muchas comunidades de norte a sur que enfrentan megaproyectos que ponen en riesgo sus culturas y su entorno ambiental”.


“Antes de la invasión los mayas hacían miel. Nadie mejor que ellos sabe qué importancia tiene la miel, cómo producirla y comercializarla”, enfatizó el abogado.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: MATHIEU TOURLIERE.

viernes, 16 de octubre de 2015

México, capaz de lograr autosuficiencia alimentaria sin usar transgénicos

Texcoco, Méx., 6 de octubre. México puede alcanzar la autosuficiencia alimentaria mediante la producción de maíz, frijol y oleaginosas, sin necesidad de recurrir a la siembra de organismos genéticamente modificados (OGM), que sólo incrementan el 0.3 por ciento de la producción nacional, señaló Alejandro Espinosa Calderón, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias.

Al participar en el primer foro campesino Más allá de los transgénicos, organizado por la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), el académico consideró que lo que se requiere para alcanzar la autosuficiencia es tener políticas públicas que contemplen el extensionismo rural para los 2.3 millones de productores.

Explicó que la producción en maíz es posible debido a que los 2.3 millones de productores cuentan con al menos una variedad de semillas nativas, que están distribuidas en diferentes regiones del país, aunado a las variedades mejoradas que los investigadores mexicanos han desarrollado mediante una diversidad genética que les permite soportar el cambio climático.

Abundó que el país puede producir más de los 10 millones de toneladas que se importan de grano. “De acuerdo a declaraciones del doctor (Antonio) Turrent, los mexicanos podemos producir hasta 54 millones de toneladas, necesitamos 32, lo que necesitamos un gobierno patriota que apoye esa producción, una gran cruzada que permita a los productores tener semilla de maíces nativos, tenemos más de 100 mil agrónomos desempleados que pueden hacerlo”, dijo.

Destacó que el riesgo de que en México se autorice la siembra de transgénicos es que en Sinaloa se utilizarían 500 mil hectáreas para producir 5 millones de grano de maíz para la elaboración de tortillas, además de que se pueden contaminar las variedades nativas lo cual es un riesgo para la riqueza cultural de los mexicanos.

Refirió que el verdadero problema que se genera al prohibirse la siembra de transgénicos es la gran pérdida millonaria para Monsanto y por el momento existe una moratoria para esta práctica, por lo que es importante que el gobierno federal atienda las voces de la Unión de Científicos, que están comprometidos con la sociedad y con el país, empeñados en hacer variedades de maíz y otros cultivos.


“Debemos regresar a la mexicanidad de la comida a través del maíz, frijol, amaranto, chía, chile, donde está nuestra cultura, lo que nos identifica como mexicanos. El maíz es la especie más importante para la humanidad y cada año se cosechan mil millones de toneladas de grano en todo el mundo, seguido del trigo”, puntualizó.

FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: JAVIER SALINAS.
FECHA: 6 OCTUBRE 2015.
LINK: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/10/06/mexico-capaz-de-lograr-autosuficiencia-alimentaria-sin-usar-transgenicos-5516.html.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Productores luchan contra transgénicos, cambio climático y Gobierno: Rector de Chapingo

“Enseñar la explotación de la tierra, no la del hombre” es el lema de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh), que tiene sus orígenes cimbrados en la Escuela Nacional de Agricultura, fundada en 1854. Es una de las instituciones con más renombre en el campo de la agronomía y se distingue por el trabajo de vinculación que profesores y alumnos realizan con la gente del campo, y por lo tanto reconocen las principales problemáticas por las que el sector atraviesa.

De acuerdo con su actual Rector, el doctor José Sergio Barrales Domínguez, los productores nacionales tienen de frente distintas problemáticas: el calentamiento global, la entrada de semillas transgénicas y el olvido gubernamental. Ante esto, la Universidad de Chapingo implementado diversos programas e iniciativas para que el conocimiento generado en las aulas, pueda servir en la práctica.

Desde la perspectiva de Barrales Domínguez, leyes e instituciones para apoyar a los agricultores hay, lo único que hace falta es que se activen y se pongan en práctica bajo una óptica de valorar a la gente y entender cada una de las problemáticas que aquejan a todos los productores, grandes, medianos y pequeños, ya que cada uno tiene necesidades y propósitos diferentes.

En el caso concreto de los productores de maíz, el 85 por ciento lo hacen en no más de siete hectáreas. Aunado a esto, las políticas gubernamentales asistencialistas y de apoyos económicos sólo sirven para la manutención de las familias y no para invertir en las actividades agrícolas, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Para organizaciones campesinas y de especialistas del sector agropecuario, el abandono deliberado al que están sometidos los pequeños productores proviene de la puesta en marcha de la política neoliberal en México y, concretamente, con la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) en 1994, que trajo consigo la focalización del mercado en grandes empresas y el olvido de la base productiva.


El Rector de Chapingo dijo en entrevista para SinEmbargo que los gobiernos deben atender al campo mexicano pensando también en los problemas de salud pública que se han generado a partir del descuido a los pequeños productores, ya que gente de las comunidades que la UACh ha visitado, ha detectado serios problemas de salud, derivado del alto consumo de alimentos chatarra que se venden sin ninguna restricción.

–¿Las estructuras gubernamentales tienen la fortaleza para enfrentar los retos del cambio climático y en consecuencia las modificaciones en los medios de producción de los campesinos?
–El problema no son las estructuras gubernamentales. El modelo que tenemos no es viejo, sólo le hacen algunas modificaciones y actualizaciones. Se han hecho leyes para atacar diversos problemas en el país, pero el problema real es que no se actúa. Tenemos leyes, tenemos instituciones, pero lo que falta es que quienes las liberan, tengan muy claro el papel que cada uno debe desempeñar. No creo que sea una cuestión de estructura, sino más bien es la dependencia que se tiene de las políticas internacionales. Se tiene que analizar realmente lo que está pasando en el país y actuar para resolverla, porque lo que veo es que mucho de lo que se hace viene del exterior: Procampo, son programas que hay en otros países, iguales, sólo con otros nombres. Son programas muy similares y todos los países que hacemos caso de esos ejemplos, compartimos la pobreza, la improductividad y toda una serie de problemas que nos aquejan.

–Ante esto, ¿cuál es la labor de la Universidad de Chapingo?

–Chapingo tiene cuatro funciones sustantivas: educación, investigación, servicio y difusión de la cultura.

En educación, lo que promovemos es que todas las corrientes de pensamiento se expresen, por lo que son los profesores quienes proponen las materias. Hay estructuras donde todo mundo analiza la propuesta y al final puede aprobarse. No es una política desde rectoría, sino que surge de abajo hacia arriba. En investigación hay algunas líneas estratégicas que van planteadas desde la autoridad, pero también muchas de las investigaciones no están aterrizando en campo, así que ahora identificamos investigaciones que nos puedan ofrecer la solución de algún problema en el campo. En el caso de investigación está muy bien generar conocimiento, pero sobre todo conocimiento que nos lleve a solucionar un problema muy concreto en el campo. Lo que hacemos, en primera instancia es acercarnos con organizaciones campesinas o con campesinos a nivel individual, porque recobramos el papel de que la Universidad de Chapingo debe estar cerca de ellos, para ver de qué manera contribuimos a solucionar los problemas del campo.

Ahora ante este problema de que hay muchos pobres, que muchos no alcanzan a alimentarse completamente, que hay problemas de salud pública para los consumidores, nosotros tenemos que ir pensando en cómo vamos a contribuir a que se generen sistemas de producción mucho más efectivos desde el punto de vista agrícola y que nos de mucho más calidad en el alimento, que sean sanos; que si hay excedentes puedan salir al mercado, tengan un ingreso para ellos y que mejore su nivel de vida. A grandes rasgos, es eso a lo que aspiramos.

–En este terreno de la práctica, ¿cuáles son las problemáticas más fuertes a las que se han enfrentado?

–Cada productor es diferente y la producción puede darse incluso en mil metros cuadrados. Entonces, a un productor ¿podemos pedirle que viva con una producción que salga de esa porción de tierra? Es muy complicado. Al observarlos, uno se da cuenta que tienen esquemas interesantes. A como vamos creciendo, cada productor tiene una diferente empresa. Una agricultura familiar pueden ser hasta 20 hectáreas, ellos ya son una unidad productiva, donde quien la administra es una familia, y así ya puede decidir qué y cuánto puede producir. Es una abanico y cada uno tiene necesidades diferentes.

El Rector explicó que la idea es ayudar a los pequeños productores, pero en realidad hasta con los ricos tienen trato, pues también tienen propuestas aunque siempre quieren propuestas para que sus productos y cultivos les reditúen la más alta ganancia. Ese es su enfoque, van sobre la cuestión del mercado y todo lo que exige el nuevo mercado en donde lo que manda es el dinero.

–Esta es una crítica muy constante que se le hace a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), que el trato que da a los grandes productores, es muy diferente a la que se les da a los pequeños.

–La agricultura pequeña no es sujeto de apoyos. Simplemente las reglas gubernamentales los desplazan en automático, sólo con que les pongan como requisito el tener un tractor y que cuenten con el 50 por ciento de la inversión, ¿qué pequeño productor podrá cumplir con eso? Con ese tipo de medidas se van desplazando a las personas. Chapingo también propuso que los pequeños productores deben ser sujetos de apoyos para el campo, porque aunque no generaría una entidad productiva, habría que valorar quién está ayudando a conservar el recurso genético, y aquellos que en sus sistemas de producción tengan la mayor diversidad, habría que darle un apoyo económico para sacarlos adelante. Pero en resumen, eso no sucede y los recursos siguen en manos de las unidades productivas altamente capitalizadas.

EL GOBIERNO ANTE TRANSGÉNICOS 

–En este tema de la siembra de maíz transgénico, cómo considera la postura del gobierno, que por un lado se niega a dar información sobre el caso, pero en el campo las denuncias indican que ya entraron.


–La Unesco considera la comida mexicana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Le da el reconocimiento de alto valor cultural a la comida, pero en el documento se señala que no sólo se reconoce la diversidad de comida, sino que como país está obligado a conservar que la elaboración de la comida se haga de acuerdo a su materia prima y utensilios. Desde ese punto de vista, no se debe estar discutiendo si el maíz transgénico entra o no. [Felipe] Calderón [Hinojosa, ex Presidente de México] se puso contento cuando recibió el reconocimiento. Yo pensé: “¿sabrá lo que está festejando este cuate?”. Porque eso obliga a que no entre ningún maíz de tipo transgénico, al contrario, se debería fomentar la producción de maíces criollos que son los ingredientes de esa comida que  la gente ha desarrollado a lo largo de los años.
No puede entrar el transgénico, hay que tenerlo claro. Si se permite la entrada de esos productos, una hectárea que se siempre con ellos, es la pérdida de otra hectárea que tiene maíz criollo. Cubrir la tierra mexicana con maíz transgénico, es destruir al maíz nativo.

Esto es una cuestión de control económico. Si logran meter los transgénicos, van a destruir una enorme cantidad de materiales criollos y cuando se vea que no fue la panacea como se dijo, ¿de dónde se sacarán las semillas? De los bancos internacionales, porque nosotros ya no tenemos. Además, es la destrucción de las áreas agrícolas, no habrá forma de conseguir una semilla criolla y quienes estarán listos serán los transgénicos, así que habrá una dependencia económica y alimentaria , porque habrá que comprar semillas año con año.

–Entonces, se trata de un doble discurso en el que se apoya al campo, pero por otro se abre la puerta a estos productos.

–Sí, porque es un negociazo. Monsanto ha declarado que ellos necesitan recuperar su inversión, entonces, lo que han gastado en investigación para generar transgénicos, necesitan recuperarlo vendiendo sus semillas. [...] En otros países les están cerrando las puertas, pero aquí parece que deseamos que entren. En Estados Unidos y Argentina, sus maíces transgénicos tronaron, a pesar de que dicen que eran muy resistentes a la sequía.

–¿Qué pasa con el factor cultural que tiene para las comunidades mexicanas su modo de producción y su alimento?


–El problema es que muchas de las políticas que actualmente se ejecutan en México son generadas en otros lados. Ellos no ven a los pequeños productores como algo propio del país, incluso quisieran que desaparecieran.
Lo que ha faltado es que el Gobierno federal realmente entienda que la gente de campo vale. La idea de darles dinero para que sobrevivan está muy bien, pero cuando se acabe la fuente de billetes, ellos serán los primeros que van a pagar el plato. Ahorita ya tienen problemas serios con su salud. Los problemas de salud pública ya son muy fuertes, mucha gente joven se está muriendo. Los diabéticos se van de 30 o 40 años; niños con cáncer. Todo esto debido a que la alimentación se ha trastocado. Si el gobierno observara de manera justa la situación, tendría que tomar decisiones como la prohibición de la comida chatarra; no sólo en las escuelas, sino también en las comunidades. Podría promover unidades familiares que produzcan alimentos y buscar la formar de que se distribuyan ahí mismo en el pueblo. El gobierno debe entender que eso incrementa sus costos en salud pública con más hospitales y más enfermos. Es un problema serio. Ojalá valoraran a la gente.

–¿Estamos entonces en un país donde hay muchas leyes, pero ninguna se concreta en la gente?

–Así es. Leyes tenemos un chorral. Yo he colaborado en la elaboración de muchas. Con la implementación del derecho a la alimentación en la Constitución, muchos diputados, sobre todo del Partido Acción Nacional (PAN), dijeron que no estaban de acuerdo con darles de comer gratis a las personas. Nosotros les dijimos que no se trataba poner comedores por todos lados y que la gente vaya, sino que se generen fuentes de empleo para que se obtengan buenos ingresos, para que así la gente pueda decidir sobre su alimentación. Pero no pasó. Bueno, ahora se tiene que cumplir la ley y producir alimento suficiente, inocuos y nutritivos. Esa ley está de punta, pero hace falta hacerla.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: DANIELA BARRAGÁN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/06-09-2015/1475134.

jueves, 20 de agosto de 2015

Juez levanta medida contra siembra de maíz transgénico; fue impugnada y queda suspendida

La medida impedía desde septiembre de 2013 que empresas transnacionales, como Monsanto y Syngenta, siembren maíz genéticamente modificado en México.

El Juzgado XII de Distrito en Materia Civil del Primer Circuito dejó sin efecto la medida precautoria que impedía la evaluación de nuevas solicitudes de permiso y el otorgamiento de nuevos permisos para la siembra de maíz genéticamente modificado.

Sin embargo, esa decisión fue impugnada de inmediato por organizaciones que se oponen al maíz trangénico.

“La apelación suspende la siembra de transgénicos, porque la ley dispone que debe tramitarse con efectos suspensivos y devolutivo, y nosotros apelamos desde las 9 de la mañana de hoy miércoles 19 de agosto”, aclaró René Sánchez Galindo, abogado de la acción colectiva por parte de científicos y campesinos.

La semana pasada, en entrevista para Aristegui CNN, Adelita San Vicente Tello, directora de la fundación Semillas de Vida, refirió que “esta tecnología ha sido rechazada en el mundo”.

Por su parte el científico Antonio Turrent, se manifestó contra los transgénicos porque “puede implicar riesgos a la salud, porque es un daño subclínico y crónico. Lo que se ha aprendido en investigaciones hechas con mamíferos, se muestra que hay un daño de ese tipo”.


Ahora, mientras AgroBIO, la asociación que agrupa las empresas y sectores interesados en la siembra de transgénicos en México, afirma que, con la decisión que dio a conocer el juez, las Secretarías de Agricultura (Sagarpa) y de Medio Ambiente (Semarnat) podrán reanudar la emisión de permisos de siembra del grano modificado; las organizaciones sociales sostienen que la apelación que interpusieron  sigue frenando la entrega de permisos:

150819 Boletín de Prensa_ Mexico Levanta Medida Transgénicos by Aristegui Noticias:



Falso by Aristegui Noticias:

  Falso


FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.

jueves, 13 de agosto de 2015

Se está a un paso de prohibir siembra de transgénicos en México: San Vicente

"Sería de preocuparnos mucho, que el maíz blanco que se siembra en la actualidad en Sinaloa, fuera a ser sustituido por otro maíz más que no va a rendir más y que ahora tiene este riesgo", señaló por su parte Antonio Turrent.

Sobre la demanda colectiva contra Monsanto y otras empresas de transgénicos, Adelita San Vicente Tello, directora de la fundación Semillas de Vida, dijo que “hemos cumplido dos años y estamos muy contetos, porque decir que desde el centro de origen del maíz estamos venciendo, no sólo a Monsanto, pero Monsanto representa a esta empresa y a esta tecnología que realmente ha sido rechazada en el mundo”.

En entrevista para Aristegui CNN, explicó que es una demanda contra varias empresas y contra “el gobierno mexicano, representado en la secretaría de Agricultura y la de Medio Ambiente. La demanda se centra en que los permisos que dio el ex presidente Felipe Calderón en 2009 y 2011, han contaminado este centro de origen del cereal, que podemos decir que es el más importante por su volumen de producción, por su adaptabilidad y versatilidad en el mundo”.

“Han pasado muchas cosas, tenemos cerca de 90 impugnaciones, 22 amparos han presentado, los 22 los hemos ganado, estamos en 17 tribunales, hemos tenido sentencias muy favorables, sorprendentemente dentro del Poder Judicial hemos encontrado jueces y tribunales colegiados que han dicho cosas tales como que la biodiversidad no sólo es un derecho de los mexicanos sino de las generaciones futuras”.

“Lo más importante es que junto con esta demanada nosotros pedimos una medida cautelar, pidiendo a los jueces que suspendieran cualquier siembra de maíz transgénico en tanto se llevara adelante el juicio, esa medida fue concedida. Por eso tenemos dos años, un poco menos, sin siembra de maíz”, comentó.

Destacó que “estamos a la espera de una resolución de un juez sobre la medida cautelar, las empresas y el gobierno han metido sus argumentos, nosotros también los nuestros, y estamos a la espera de que la medida cautelar se establezca como definitiva y que el juicio comience… y se debata sobre este importante tema”.

“En 2009 el ex presidente Calderón dio los primeros permisos para la siembra experimental de maíz transgénico, en 2005 se había publicado la ley, se publicó un reglamento por el cual se impulsó una controversia constitucional porque este reglamento va por encima de la ley conocida como ley Monsanto, pero que se llama ley de bioseguridad… ya la primera violación de Calderón fue hacer un reglamento que estuviera por encima de la ley”.

“Se fue Calderón y llegando Peña Nieto, las empresas, Monsanto en específico, pide un permiso por once millones de héctares, después adujeron que se habían equivocado, teníamos esta amenaza encima… se estableció esta acción colectiva”, indicó.

“Los más afectados serían los y las campesinas que crearon y recrearon el maíz y se lo han regalado al mundo, hoy a través de está tecnología se los quieren arrebatar”, aseveró.

Por su parte el científico Antonio Turrent, se manifestó contra los transgénicos por “varias razones, dos muy centrales: uno es la inocuidad, nos preocupa mucho que es un país en donde más del 50 por ciento de la dieta proviene del consumo directo del maíz, preocupa que la ingestión que se hace de esa cantidad de maíz, si está contaminado con transgénicos, puede implicar riesgos a la salud, porque es un daño subclínico y crónico. Lo que se ha aprendido en investigaciones hechas con mamíferos, se muestra que hay un daño de ese tipo”.

“Las ratas alimentadas toda su vida con maíz transgénico al iniciar el último tercio de su vida, las hembras desarrollaron tumoraciones y hubo que sacrificarlas, los machos murieron un poco antes por daños muy severos a hígado y riñones”, señaló.

Dijo que la investigación fue realizada por “un grupo francés, el doctor que encabeza el proyecto hizo la investigación que duró dos años y fue publicado en una revista, y se publica otra vez, un año después en otra revista europea que cubre el aspecto de ecología”.

En el estudio realizado por “el grupo francés  de científicos, se tomaron ratas que de por sí ya son susceptibles al cáncer de mama, es el sistema que se usa cuando se trata de averiguar si una molécula en particular es dañina, lo que hacen las ratas es magnificar, y esto se compara siempre con un testigo, o sea con alguna que es alimentada normalmente”.

“En las hembras hubo dos o tres veces más frecuencia de tumoración de mama que el testigo. En los machos, hasta cinco veces más frecuencia que en los machos testigo. De tal manera que hay una asociación entre el consumo de un transgénico NK603, que le da la tolerancia al glifosato, un herbicida”, agregó.


“En las solicitudes que hay en México para sembrar maíz transgénico, es precisamente este uno de los eventos transgénicos para el que se pide permiso para sembrar, en Sinaloa  por ejemplo”, detalló.

FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.

jueves, 9 de julio de 2015

Maíz transgénico: su invasión detenida tras 93 impugnaciones y 22 amparos

MÉXICO, D.F: La suspensión temporal del otorgamiento de permisos a empresas productoras de semillas de maíz transgénico está por cumplir dos años y ya resistió 93 impugnaciones y 22 amparos, tanto por parte de las principales trasnacionales –Monsanto, Syngenta, Dow Agrosciences, entre otras— como de dependencias federales, entre ellas la Sagarpa y Semarnat.

En fechas próximas, pero aún no definidas, la justicia entregará su decisión respecto de una posible suspensión definitiva de los permisos.

La estrategia de las empresas y del gobierno, subrayó Bernardo Bátiz en rueda de prensa y quien forma parte del equipo jurídico de la demanda colectiva, consistió en “quitar la suspensión y dejar que el juicio corriera indefinidamente, y en tanto inundar el país con su maíz transgénico”.

Desde hace dos años, la demanda colectiva interpuesta por 53 personas y 20 organizaciones civiles frustró los intentos de comercializar y sembrar semillas de maíz transgénico en más de 3 millones de hectáreas en el país, aseveró hoy el abogado René Sánchez Galindo, al añadir que si bien se felicita de las decisiones favorables que rindieron los jueces, “no le vamos a firmar un cheque en blanco al Poder Judicial”.

La demanda y la medida precautoria que suspendió los permisos se fundamentaron en el riesgo que, de autorizar la siembra y la comercialización de semillas de maíz transgénico, las decenas de especies de maíz nativo en México se encontrarían en vulnerabilidad.

De acuerdo con el director de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productos del Campo (ANEC), las industrias productoras de transgénicos han divulgado mitos acerca de sus semillas, como respecto del aumento de los rendimientos o a la disminución del uso de agroquímicos.

“Es una falsedad”, insistió Suárez, al retomar un estudio del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, según el cual en los últimos 15 años el rendimiento de los campos no aumentó, mientras que si bien el uso de pesticidas se redujo, él de herbicidas se incrementó ante la aparición de malezas resistentes a los agrotóxicos.

De hecho, aseveró que nuevos métodos agrícolas, basados en el conocimiento campesino y en la adaptación de las técnicas según el lugar y el tipo de cultivo –y sin emplear agrotóxicos–, tienen un potencial de rendimiento mucho mayor a la producción que promueve el modelo de la agricultura transgénica.

Las plantaciones que adoptaron este método en distintos estados de la República tienen rendimientos de hasta 8 toneladas por hectárea contra un promedio nacional de tres toneladas, y por un precio tres veces menor al precio de producción del maíz en Sinaloa, aseveró Suárez.

Y sostuvo que el maíz transgénico no puede convivir con el maíz nativo ni el modelo de agricultura transgénica con el modelo orgánico.

Sin embargo, lamentó que en México la enorme mayoría de los productores –quienes tienen explotaciones familiares– se encuentre excluida de los apoyos al campo y carezca de acceso a créditos o a la infraestructura necesaria. “Necesitamos exigir al gobierno una política integral y congruente respecto de la biodiversidad”, subrayó.

De acuerdo con Suárez, tan sólo tres empresas en el mundo poseen 90% de las patentes de semillas transgénicas, entre ellas Monsanto y Syngenta. Ambas solicitaron al gobierno el permiso de sembrar semillas de maíz transgénico en México.

El doctor Antonio Turrent, quien forma parte de los firmantes de la demanda colectiva, aseveró que aún no se cuenta con estudios que demuestren la inocuidad del consumo intenso de maíz transgénico, el elemento central en la dieta mexicana.

También recordó que, desde hace una década, una tercera parte del maíz que circula en México es transgénico, ya que está importado de Estados Unidos. “No se sabe cuánto de ese maíz ha comprado Maseca”, al subrayar que “todos comemos de sus productos”.

Por lo anterior, llamó a implementar un sistema de empaquetado “correcto” en el que aparecería si el producto conlleva transgénicos o no.

“En México hubo una iniciativa legislativa en ese sentido pero se quedó congelada”, deploró, al precisar que en el país la investigación científica patrocinada por el gobierno “complementa el aterrizaje de los transgénicos en el territorio nacional”.

“Queremos que los biotecnólogos hagan experimentaciones para que demuestren que estamos equivocados”, resaltó Argelia Arriaga, investigadora en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

En el campo se abrieron desde hace años frentes de resistencia ante la llegada de los maíces transgénicos. Entre ellos se encuentra el Grupo Vicente Guerrero, en Tlaxcala, cuyos integrantes mejoran desde hace 20 años el sistema milpa, que consiste en la siembra y cosecha de maíz, frijol, habas y calabazas –entre otros— de manera alternada para preservar los suelos y mejorar la tierra.

“El maíz transgénico rompe las familias y la diversidad productiva”, resaltó Pánfilo Hernández Ortiz, integrante del grupo tlaxcalteco.

Para Miguel Concha, sacerdote y fundador del centro de derechos humanos Fray Vitoria, el tema del maíz transgénico trasciende el ámbito técnico y social, ya que alcanza una dimensión ética, pues implica la concentración de tierras agrícolas en manos de unos cuantos grandes productores y el desplazamiento de los campesinos de sus tierras.

El sacerdote retomó el Laudato si que pronunció el papa Francisco en mayo pasado, en donde el líder pontificio se alarmó ante las afectaciones del hombre contra la “casa común” que es el planeta Tierra.

Y denunció al modelo oligopólico que promueve la industria de los granos transgénicos, el cual se agrava en el caso de la comercialización de granos estériles –cuyas plantas no se pueden reproducir— que obligan a los campesinos a comprarlos a las transnacionales.


“Se necesita abrir espacios con información fidedigna”, urgió Concha, al subrayar que la política mexicana en materia de transgénico se lleva a cabo en “función de intereses que no son de la mayoría de los mexicanos”.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: MATHIEU TOURLIERE (REPORTAJE ESPECIAL).

lunes, 6 de julio de 2015

Maíz transgénico amenaza 60 variedades nativas del grano en México

MÉXICO, D.F: Resultado de miles de años de selección por las diversas culturas, México cuenta con más de 60 variedades nativas de maíz que cada día se ven más amenazadas por la siembra de semillas transgénicas, afirma Emmanuel González-Ortega, quien realiza una estancia posdoctoral en el Instituto de Ecología (IE) de la UNAM.

Según el investigador, cada vez hay mayor evidencia científica sobre los daños potenciales a la salud por el uso de la agrobiotecnología transgénica y herbicidas como el glifosato.

Si bien, dice, no se sabe a profundidad cuáles son los efectos que producen las inserciones de transgenes en el genoma y proteoma de las plantas, hay estudios que han encontrado, en las de maíz, alteraciones en la expresión general de proteínas.

Los grupos que están a favor de los transgénicos, dice, afirman que desde hace por lo menos 25 años se consume y no se han reportado efectos adversos, “pero esa postura es irresponsable”, acota.

González Ortega afirma que si no se han hecho estudios en laboratorio sobre los efectos en los genomas o en la expresión de las proteínas de las plantas, en un contexto agrícola específico, o en las condiciones socio-económicas o culturales de una población, no puede aseverarse que no hay efectos secundarios o que la agrobiotecnología es inofensiva.

En ciencia, en la tecnología agrícola y en cualquier actividad humana, subraya, debe observarse irrestrictamente el principio precautorio.

Pone como ejemplo de lo que podría pasar en México, el caso de Argentina, país en el que en la década de los 90 se permitió el cultivo de soya transgénica y actualmente es el mayor exportador mundial; percibe grandes ingresos por la venta de su producto, resistente al herbicida glifosato.

Sin embargo, advierte, desde hace años en las zonas sojeras de Argentina, en las que se asperja el herbicida desde avionetas, se ha denunciado un aumento en el número de casos de cáncer, malformaciones congénitas y abortos espontáneos.

El hecho, abunda el investigador, coincide con el informe de una entidad de la Organización Mundial de la Salud, que reclasificó al glifosato como probablemente cancerígeno.

En México, quienes se oponen a ese tipo de cultivos lo hacen por el peligro que representan las variedades transgénicas para la biodiversidad del maíz. Además porque no se puede dejar de lado la parte cultural, simbólica y económica que tiene para los pueblos en México.

Consideran que las más de 60 variedades nativas de ese cereal constituyen una enorme riqueza genética que servirá para cubrir las necesidades de mejoramiento genético actual y futuro y la producción agrícola actual del grano nativo cubre los requerimientos de cantidad y necesidades alimenticias de la población.

Asimismo sostienen que en el contexto de eventualidades como el cambio climático, las variedades tradicionalmente adaptadas a condiciones que pueden considerarse extremas serían “una reserva genética invaluable” para generar híbridos tolerantes.

“No se puede permitir que en México, donde surgió y se domesticó el maíz, se destruya la herencia biocultural que representa”, reclama González Ortega.

Mediante una investigación coordinada por Elena Álvarez-Buylla, del IE de la UNAM, González-Ortega efectúa un monitoreo e identificación de secuencias transgénicas en alimentos elaborados con maíz, tanto tradicionales como en productos elaborados industrialmente, y en muestras de semillas colectadas en diversos puntos del territorio.

Incluso invita a campesinos y productores agrícolas a tener contacto con el laboratorio del IE a fin de analizar sus cultivos y corroborar que no existan secuencias transgénicas en sus maíces, que muchas veces son herencia ancestral ya que “encontrar transgenes en variedades nativas podría implicar riesgos a la biodiversidad, a la salud de las personas y pérdida de la soberanía alimentaria”, afirma.

Los cultivos convencionales usados actualmente son resultado de procesos de domesticación de especies nativas, realizados por los pueblos originarios a través de miles de años.

En cambio, la introducción de genes específicos (particularmente de material genético proveniente de organismos diferentes a los receptores) se hace mediante la ingeniería genética, una técnica relativamente reciente que se lleva a cabo en laboratorios especializados. “Esto y la generación tradicional de variedades son cosas muy diferentes”, recalca el posdoctorante.

El monitoreo que realiza la UNAM, dice el investigador, es importante por cuestiones nutricionales, económicas, culturales e históricas.

El maíz, apunta, es el principal alimento de nuestra población, algunos datos indican que el mexicano promedio consume más de 500 gramos al día en diferentes presentaciones (tortillas, atoles o tostadas). Además, en la cocina tradicional se caracteriza por estar poco procesado, en comparación con alimentos industrializados.

Con el supuesto de que México es el país que consume más maíz, y en el caso de que exista grano transgénico en los alimentos, ello implicaría un potencial riesgo para la salud pública, resaltó González-Ortega.

En México se producen unos 22 millones de toneladas de maíz, la mayoría en tierras de propiedad comunal señala el posdoctorante y cuestiona:


“¿Qué podría pasar si hay siembra masiva de maíz transgénico? ¿Qué ocurrirá si la población lo consume de manera indiscriminada? Aquí ya se han aprobado cultivos transgénicos de maíz, soya y algodón tolerantes al glifosato. ¿Podríamos esperar aumentos drásticos en el número de enfermedades? No lo sabemos, pero sería oportuno estudiar el caso de Argentina”, sugiere.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.

jueves, 18 de junio de 2015

Oculta Semarnat la presencia de transgénicos en maíces nativos

René Sánchez Galindo, abogado de la campaña Sin maíz no hay país, señala que la Semarnat mintió a un juzgado federal al contestar la demanda colectiva promovida por 53 ciudadanos y 20 organizaciones civiles.

Dentro del juicio colectivo contra el maíz transgénico, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ocultó al Juzgado Décimo Segundo de Distrito en materia Civil en el Distrito Federal que el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), organismo público presidido por el propio Secretario de Medio Ambiente, ha detectado varios casos de presencia ilegal de maíz transgénico en maíces nativos en seis estados de la República, entre 2004  y 2012.

René Sánchez Galindo, abogado de la campaña Sin maíz no hay país, explicó que la Semarnat mintió al juzgado federal al contestar la demanda colectiva promovida por 53 ciudadanos y 20 organizaciones civiles, quienes en septiembre de 2013 obtuvieron una medida precautoria para suspender la tramitación y otorgamiento de permisos de siembra de maíz transgénico y que ha permanecido vigente por 21 meses y ha soportado 93 impugnaciones en 17 distintos tribunales federales.

La información falsa proporcionada por Semarnat ha sido retomada por las empresas trasnacionales demandadas: Monsanto, Syngenta, Pioneer-Dupont y Dow Agrosciences, dentro del juicio colectivo.

La información del INECC-añadió Sánchez Galindo- demuestra que el flujo de polen y/o semilla es incontenible. Aún no se ha permitido la siembra comercial de OGM y ya existe presencia de transgenes en maíces nativos.

Por la ley, la presencia maíces modifcados mediante ingeniería genética debiera de ser cero. La importación de maíz amarillo transgénico para consumo, principalmente del ganado, así como las siembras experimentales y piloto durante 2009-2013, podrían ser la causa.


Si se llegara a autorizar la siembra comercial de transgénicos, la afectación al derecho humano de conservación, utilización sostenible y participación de la diversidad biológica de los maíces nativos y sus pares silvestres, sería irreversible.

Semarnat mintió a un juzgado federal:



FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.

miércoles, 15 de abril de 2015

Tras batalla jurídica, decidirán sobre legalidad del maíz transgénico en México

MÉXICO, D.F: A raíz de una batalla jurídica que libran desde hace más de 21 meses una asociación civil y empresas productoras de transgénicos –junto con dependencias del gobierno federal– la justicia mexicana iniciará pronto el juicio “de fondo” en el que determinará si la siembra y comercialización de las semillas de maíz transgénico es legal o no en el país.

Lo anterior, luego de que el caso transitara por 17 tribunales –incluida la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)–, ya que abarcó 22 amparos los cuales, a su vez, generaron 117 impugnaciones por parte de los litigantes –96 de ellas interpuestas por las agroindustrias y las dependencias federales– de acuerdo con información que proporcionó hoy la Demanda Colectiva Maíz.

Asimismo, en las próximas semanas un juez valorará si mantiene o suspende la medida precautoria adoptada en septiembre de 2013. Esta medida precautoria impide a las empresas productoras de transgénicos –Monsanto, Dow Agroscience, Syngenta y PHI México– sembrar o comercializar sus semillas de maíz.

La agrupación Colectiva A.C. inició en julio de 2013 una demanda colectiva –una figura jurídica de reciente creación– contra las productoras de transgénicos y el gobierno federal en la que solicitaron la anulación definitiva de la entrega de permisos comerciales de siembra de maíz transgénico por el riesgo que representaría para el grano nativo.

Desde esta fecha, las agroindustrias desplegaron un amplio arsenal jurídico para desechar la demanda y derrumbar la medida precautoria. Los abogados de Monsanto intentaron incluso suspender a un juez quien había decidido mantener la suspensión de la siembra durante el tiempo del proceso judicial.

“Las empresas promovieron siete solicitudes para desechar la demanda, una revocación, cuatro recursos de inconformidad, luego tres amparos, después una recusación contra el juez, luego otro amparo, tres incidentes de suspensión, dos quejas y cuatro recursos de revisión, luego seis nuevos amparos, siete quejas nuevas y una solicitud de aclaración a la SCJN”, recordó René Sánchez Galindo, representante del Colectivo, al precisar: “Todo esto lo ganamos”.

En entrevista con Apro, observó que las empresas y el gobierno “han atacado la medida precautoria por cuestiones de forma, han retrasado el juicio para tirar la medida precautoria y sembrar” y advirtió que “una vez sembrado el maíz transgénico no hay paso atrás”.


El próximo lunes, adelantó, las empresas y el gobierno contestarán a la demanda y esta respuesta fijará el juicio. Posteriormente vendrán la etapa de conciliación y la presentación de pruebas.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: MATHIEU TOURLIERE.

martes, 17 de febrero de 2015

La Cofepris ya autorizó 135 líneas de transgénicos en México, alertan ONG’s de salud

Grupos civiles denunciaron a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) de autorizar el consumo del maíz transgénico sin realizar las investigaciones necesarias para determinar las posibles afectaciones.

De acuerdo con la investigación de la Alianza por la Salud Alimentaria, el maíz transgénico tiene altos contenidos de glifosato, un químico herbicida y otros tóxicos, por lo que en conjunto con las organizaciones civiles Semillas de Vida y El Poder del Consumidor, demandaron la prohibición de este alimento, uno de los principales en la dieta de los mexicanos.

Dijeron que actualmente a pesar de las pruebas de toxicidad, la Cofepris ha autorizado 135 líneas de transgénicos para consumo humano, la mayoría de ellas, tolerantes al glifosato.

En conferencia de prensa, señalaron que en México, la Cofepris ha evidenciado su incapacidad para realizar las investigaciones necesarias para determinar las posibles afectaciones del consumo de maíz transgénico y ha acatado las decisiones de Estados Unidos.

“La Cofepris, que depende de la Secretaría de Salud está autorizando el consumo sin ninguna investigación, sino que toman las de Estados Unidos”, detalló Adelita San Vicente de Semillas de Vida.  Agregó que actualmente el 50 por ciento de las calorías diarias que consumen los mexicanos son del maíz.

Alejandro Calvillo, de El Poder del Consumidor, ahondó en la importancia de que la Cofepris emprenda las acciones del etiquetado en productos transgénicos, obedeciendo al derecho de los mexicanos a estar informados y decidir sobre su consumo, además de que se trata de una acción que 61 países ya han emprendido.

“Es un derecho de los ciudadanos el acceso a la información y este derecho está violado por el Gobierno mexicano, que ha permitido que los transgénicos entren en nuestros alimentos sin ninguna información al consumidor”, además de que ya no hay impedimentos comerciales para llevarlo a cabo, señaló Calvillo.

Ante este panorama, Elena Álvarez-Buyla, de la Alianza por la Salud Alimentaria, previó la futura presencia de la hormona vegetal 2,4D “agente naranja”, potente cancerígeno y destructor neuronal, prohibido a nivel internacional, ya que al no frenarse el cultivo de maíz transgénico, la tolerancia del glisofato no se detendrá y pronto se comenzaría a utilizar el 2-4D.

La investigadora Álvarez explicó que el riesgo proviene de que estos cultivos están rociados con cantidades exhorbitantes de tóxicos que son cancerígenos y alteradores del desarrollo normal del ser humano y pueden provocar enfermedades en el riñón y de generativas.


“Los transgénicos tolerantes herbicidas, tienen cantidades exhorbitantes de estos tóxicos y son mayores a las permitidas en Europa. El glifosato esta en 9 de cada 10 cultivos transgénicos en el mundo”, refirió.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: DANIELA BARRAGÁN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/17-02-2015/1253549.